sábado, 27 de julio de 2013

Capítulo 26

Me desperté al día siguiente confundida. Muy.

Recordaba la noche anterior y me estremecía, sonreía, reía… (Y me sentía demasiado idiota al hacerlo) Pero después me acordaba del final y me daba cuenta de cómo lo había arruinado todo.
Y me dolía que haya sido así, porque los dos esperamos y deseamos mucho ese beso como para que termine así, con mi angustia y yo…. Con mis lágrimas y él abrazándome.

Otra vez las lágrimas brotaron por mis ojos… No me sentía capaz de nada, y sentía que así iba a hacerle mal, y era lo que menos quería.

Yo le había pedido por favor que no juegue conmigo, pero ahora temía que mi confusión me lleve a jugar con él, lo cual claramente no se merecería.

Hice que las mantas me cubrieran por completo… (Como si estás me protegieran) y allí lloré, por un largo rato.

Me sentía ahogada por algo que no entendía, y de algún modo necesitaba descargarlo.

Escuché que Pedro se levantó, asique hice todo lo posible por tranquilizarme y hacerme la dormida.

Sentí que entró al cuarto, pero por más que hice todo lo posible por no llorar (Para lo cual casi no respiraba) no fue suficiente. Se sentó a mi lado y con cuidado destapó mi cara.

- Mmm… Me parece que así las cosas no van.
- (Me di vuelta para darle la espalda) Dejame sola, por favor.
- Sabes que no voy a dejarte.
- Dejame, es por tú bien.
- No te entiendo… Y por favor, mirame.

Volví a acomodarme como estaba antes, desganada y lo miré.

- No puedo con esto, no puedo. ¿Te das cuenta que anoche lo arruiné todo? (Suspiré) No sé qué me pasa, ni con vos, ni con nada… Estoy en desacuerdo con la vida, enojada con la vida, llena de bronca… No puedo ni conmigo misma. ¿Entendes? Y lo que menos quiero es que esto te haga mal a vos, tengo miedo de jugar con vos sin darme cuenta. No quiero lastimarte, porque no te lo mereces, y porque sé que me queres de verdad, y tampoco me gustaría terminar de ilusionarte con algo que capaz nunca vaya a pasar. (Suspiré, otra vez, y sequé mis lágrimas) Te juro que te voy a agradecer eternamente todo lo que hiciste por nosotros, y después por mí, pero no quiero lastimarte, no lo soportaría, y esta vez sí creo que lo mejor es que me vaya. Por vos Pedro.

Las lágrimas también desbordaban sus ojos, y no había nada que me parta más el alma que eso.

- Perdón, pero es mejor que te lo diga ahora a que siga dejando pasar el tiempo.
- Acepto todo el principio, aunque me duela muchísimo… Pero no te vayas, sabes que no dejaría que lo hagas.
- Pedro, mira como lloras… No quiero seguir haciéndote mal.
- Me harías peor volviendo a la calle, a donde el Toro puede volver a raptarte.
- Pero…
- Eso sabes que no se discute, al menos mientras él siga en libertad. (Respondió levantándose, y caminando hacia la puerta)
- Perdón… (Dije ahogada en lágrimas, él tan solo me miró y se fue)

Volví a taparme por completo, esta vez, no solo a condenarme porque no entendía lo que me pasaba, sino, también por la culpa que sentía al saber que le estaba haciendo mal.

-

Me costaba entenderla… ¿No era que le había hecho bien?

Me deje caer, confundido y desbastado en el sillón, y allí me quedé, mirando fijamente el mueble de madera que estaba frente a mí, dejando en libertad algunas lágrimas. (Las que aún quedaban acumuladas)

Puede ser que en el amor esté condenado a sufrir… (Y quizás también en la vida) Pero… Siempre sentí que con ella todo iba a ser diferente. Creo que me confundí.

Y sí, me iba a doler después de esto que ella siga acá, pero no podía dejarla sola… ¡No!

Varias horas después, yo estaba en la cocina, y ella se acercó temerosa a mí. Yo ni siquiera pude dirigirle la mirada. Se acercó a la heladera, de donde sacó una milanesa que había sobrado y la puso a calentar en el microondas. (Y yo seguía muy concentrado en continuar rayando la zanahoria)

- ¿Vamos a estar así Pedro? Es horrible.
- ¡Vos estás generando esto Paula!
- ¡Y por eso quiero irme!
- (Dejé todo con bronca y me di vuelta) ¿Vos entendes que si cruzas esta puerta sin un lugar a donde ir en la primera de cambio terminas trabajando como una puta otra vez? (Le grité, enojado. Con bronca, angustia)
- ¡Sí que lo entiendo! Pero prefiero condenarme yo a esa mierda antes que saber que te estoy haciendo mal a vos Pedro. (E intentó gritar, pero el llanto le ganó y se quebró) No soporto estar haciéndote mal después de todo lo que hiciste por mí.
- Ya te lo dije, me haría peor saber que estás allá. Te quedas acá, y eso sabes que no se discute.
- ¿Así Pedro? No es sano, ni para vos ni para mí.
- Es más sano que estar con el Toro.
- Para mí no, pero para vos sí.
- Paula. ¿Vos me estás jodiendo? ¿Vos queres volver con ese tipo?
- No Pedro. Quiero que vos no sufras… (Suspiró y se reposó su espalda contra la pared) ¿Entendes que sos la única persona que me hizo bien en años y te estoy lastimando? ¡No te lo mereces!
- Y vos no te mereces condenarte a volver ahí. ¡No te vas a ir de acá!
- ¿Por qué seguís ayudándome?
- Porque te quiero, porque me importas.
- ¿A pesar de que te esté lastimando?
- Eso no cambia en nada lo que yo siento por vos, sabía que esto podía pasar. Era una opción, no así, pero sí sabía que vos podías confundirte… Pero tenía que arriesgarme, capaz que me salía bien.
- (Hizo una pausa) Pero si me quedo no podemos estar así. Quisiera poder borrar lo de anoche.
- Yo repetirlo, y quedarme a vivir en ese momento. Con vos entre mis brazos.

Y no soporté más, necesitaba abrazarla.

- Perdón Pepe, perdón, perdón, perdón. Soy una pelotuda.
- (La abracé lo más fuerte que pude) Ya pasó, ya está.
- No, no está nada.
- Sí Pau… ¿Qué podemos hacer? Solo intentar que no nos afecte…
- Pedro, ya te conozco muchísimo, no podes… (Se separó un poco de mí) ¿Me explicas que te atrae tanto de mí? Soy un asco, fui una puta y no puedo con mi vida. ¿Por qué te enganchaste conmigo? ¡Me odio por eso! (Me dijo con bronca)
- Sos hermosa, por fuera está a la vista de todos… Pero por dentro solo lo vemos unos pocos, y yo logré llegar a tú corazón, y aunque sea un mundo complicado, me atrae muchísimo. Quizás me atraiga el querer ayudarte a desenredar esa cantidad de cosas que tenes ahí.

Y ahora fue ella quien no soportó y me abrazó.

- No sé si sirve de algo, pero te quiero muchísimo Pedro.
- Yo también te quiero Pau, y me hace muy bien saberlo.
- Perdón.
- Sh…

El día pasó, y la semana siguiente también…

De a poco volvíamos a mantener la relación de antes, aunque existían palitos e indirectas… (Generalmente de mi parte)…. Los cuales no sabía si estaban bien o mal, lo único que sabía era que a pesar de que intenté de que esto se revierta, la quiero cada día más.

Me pidió que la acompañé a donde descansaban sus padres, y eso hice… Era una historia que le faltaba cerrar, y era momento de que pueda hacerlo.

5 comentarios:

  1. Qué fuerte este cap!!!! Me encantó!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. me encanto este cap!!! son muy tiernos

    ResponderEliminar
  3. UHHHHH!!!! que la avance y así se va a dar cuenta... no mejor no!!!! Habrá que esperar!!!! Pepe, es mi héroe.... jajajajjaja

    ResponderEliminar
  4. no se, pero me gustaria q pau se corte. searia re cool...
    pedro es muy bueno se tiene q enojar, solo una vez!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. no me parece cool, es una enfermedad.. y hay muchas chicas que la sufren, y en cuanto a la escritura sé que es un argumento fuerte para desarrollar, pero ya lo hice en mi anterior novela.

      Eliminar