Capítulo 14

Pepe vino al cuarto, y a pesar de que yo intenté hacerme la dormida, él notó que no lo estaba.

- ¿Un vaso de agua? ¿Qué te acompañe al baño a lavarte la cara? ¿Un abrazo? (Yo reí, abriendo mis ojos y él se sentó a mi lado)
- No me preguntes nada, por favor.
- (Corrió el pelo de mi cara y secó mis lágrimas con sus dedos) Mmm…. Entonces intenta tranquilizarte. (Yo suspiré)
- Me da mucha culpa lo que pasó con mis viejos, y me colgué con eso. Me pasa seguido, pero ya está. (Dije y me senté) Voy al baño a lavarme la cara y vuelvo.

- ¿Mejor?
- Sí, digamos que estoy acostumbrada. (Respondí sentándome a su lado)
- No soy el más indicado para decírtelo, pero no hay que acostumbrarse al dolor.
- Pero a veces no queda otra.
- Siempre queda otra, aunque nos cueste ver esa otra posibilidad.
- Mmm… ¿Y en tú vida cuál sería la otra?
- Vos… (Yo sonreí) Y en tú vida, sería yo. Somos la otra posibilidad.
- Ojala sea como vos decís.
- Estoy seguro. (Dijo y nos abrazamos) Te quiero mucho Pau, y a esa lucecita que llevas adentro tuyo también.
- Y nosotros te queremos a vos. (Y en ese momento no pude evitar volver a quebrarme)
- No llores Pau… (Susurró en mi oído y sentí que me abrazó aún más fuerte)
- Ya sé que soy una pesada, pero te juro que no lo puedo evitar. (Dije con la voz temblorosa por el llanto y él se separó, solo un poco de mí)
- ¿Queres que hablemos? Siento que seguís con millones de cosas adentro, y te haría muy bien exteriorizar todo… Y no solo por vos, si no por tú bebé.
- (Suspiré) No quiero seguir molestándote.
- No me molestas Pau, y te lo digo de verdad. Además, hicimos un pacto… Que nos íbamos a ayudar mutuamente.
- Pero…
- Pero nada, dale. ¿Queres que vaya a buscarte un vaso de agua o un té? Vos te metes en la cama, y cuando vuelva, charlamos.
- Un té… (Tomé su mano) Gracias.
- Sh, basta. (Sonreí, en medio de las lágrimas y él se fue, me metí en la cama, sentándome contra el respaldo y tapándome, porque hacía frío… Al rato, Pepe volvió y se arrodilló al lado de la cama, yo tomé un poco del té y lo deje a un lado y me acosté, Pepe me tapó y yo cerré mis ojos. Sentí sus dedos en mis mejillas, secando mis lágrimas y suspiré) ¿Queres dormir?
- No, quiero despertarme de esta pesadilla.
- Puedo ser tú despertador.
- (Reí, abriendo mis ojos) Mmm… Sos mucho más que eso. (Y ahora fui yo quien acarició su mejilla)
- Contame, dale.
- Es que… No sé qué queres que te cuente.
- Por qué lloras. (Yo volví a suspirar, él se paró a cerrar la puerta y se sentó a mi lado) Te va a hacer bien sacar todo afuera.
- Mmm… Ahora me atacó toda la culpa por lo de mis viejos, y ya sé que no fue mi culpa, pero estaba ahí cuando los mataron y no pude hacer nada, porque estaba atada y amordazada… Y ese día empezó mi pesadilla, de la que no logro despertarme. Diez años de mi vida encerrada con un chabón que me abusaba, todos los días Pedro, todos… ¡Todos! (Quise gritar pero no pude por lo mucho que lloraba) Me abusaba él, y todos los tipos que le pagaban, vivía en una habitación minúscula, llena de humedad, sucia, sin luz, sin una maldita ventana, porque si él no me controlaba no podía salir. ¿Entendes que tuve sexo con miles de tipos pero que nunca hice el amor con nadie? ¿Qué no sé lo que es amar? ¿Qué no sé lo que es que un hombre me cuide? ¿Entendes que no termine la secundaria? ¿Qué voy a tener un hijo del tipo que me abuso durante diez años? ¿Entendes que no puedo con mi vida? ¿Cómo voy a poder con la de un bebé que va a depender íntegramente de mí? No sé qué hacer con nada, no sé, solo me sale llorar. (Sequé mis lágrimas, temblando) Ahora estoy con vos, y nos conocemos hace menos de una semana… ¿Entendes? No es que no me guste estar con vos, porque me haces sentir muy bien, y te lo digo en serio, pero no puedo vivir dependiendo de alguien que acabo de conocer, pero tampoco puedo estar sola porque el Toro se escapó, y lo va a seguir haciendo. ¿Entonces? ¿Cuál es la solución? ¿Encerrarme? No, porque tengo un bebé adentro, hecho, el cual ni siquiera termino de comprender, te juro que no me cabe en la cabeza que llevo un vida adentro, y es horrible. Todo es horrible… ¿Cómo voy a traer una vida al mundo estando como estoy? Me odio, a mí, a mi vida, a mi pasado, mi presente y hasta a mi futuro. Odio no poder ser una chica normal que está esperando feliz a su bebé, que no pasó por toda la mierda que pase yo. Quiero ser una chica normal.

Y no podía dejar de temblar, tampoco de llorar.

'Cada lunes es un día muerto, y el espejo, fatalidad. Ponganme anestesia sin apuro que hoy me está costando sonreír, tengo más pasado que futuro y unos años sin dormir…
Se curó de espanto, se acercó hasta mí, y escondió consejos para ser feliz. Fue la última vez que la vi... 
Todas las mañanas, llora porque sí, no pretendo en sueños; yo sin vos, sin mí, 
Fue la última vez que la vi... Fue la última vez que la vi...’

Pedro no respondió nada, tan solo se acostó a mi lado y me abrazó, contra su pecho… Me abrazó fuerte, pero sin dejar de ser dulce.
Yo terminé de desarmarme en sus brazos, llorando como nunca lo había hecho, estaba llorando todo lo que tenía adentro, el dolor, la angustia, el miedo, la bronca, el odio. Todo.

- No estás más sola, y no me importa si te conozco hace una semana, un mes o una década… No me importa. (Sentí que acarició mi espalda y yo me aferré aún más a él) Te prometo que con el tiempo vas a aprender a superar lo que te pasó, vas a poder terminar la escuela, vas a aprender lo que es el amor… (Y en ese momento besó mi frente, y aunque no era lo que pretendía hacer en ese momento, sonreí) Vas a poder ser una chica normal, con su bebé. Como cualquier otra.
- No, eso nunca va a pasar.
- Si te negas así, no… Pero si te lo propones sí Pau.
- No me puedo proponer nada en la vida, porque no soy nada.
- Estás muy equivocada.
- No Pedro, yo sé que es así.
- No Pau. No… Vos no decidiste nada de lo que te pasó.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- Que vos te crees menos por eso, y si no lo elegiste vos no es tú responsabilidad… Deja de castigarte. No te hace bien, ni a vos, ni a tú bebé, que aunque te cueste caer o entender está ahí. Y yo sé que lo amas, a pesar de todo… Cuidalo, aunque no sea fruto de un amor, es puro, como cualquier bebé, y te ama… Te va a ayudar. Estoy seguro. (Quise hablar pero él me interrumpió) Sh, no digas nada… Solo tranquilizate.

Pasó un largo rato, en el que yo estuve en sus brazos, en el que sentía que mi corazón estaba en sus manos y él lo estaba cuidando. ¿Cómo explicar lo que sentía cuándo estaba con él? ¿Eso sería el amor?

- Me haces muy bien. (Dije con vergüenza)
- Me encanta provocar eso en vos, porque provocas lo mismo en mí.

-

Ella se quedó dormida, con cuidado salí de la cama, y le acomodé las mantas. Besé su frente y me fui a cambiar, para dormir yo también.

Pero no podía, sentía su angustia en mí… No sabía cómo ayudarla, era una mujer tan linda, tan pura, no se merecía esto, ni la mitad de esto, ni un cuarto.

Sus mejillas seguían húmedas, y la expresión de su cara era triste… Suspiré y me senté frente a ella, corrí un mechón de pelo de su cara y noté que ella sonrió.

- ¿Dormís? (Susurré)
- No… (Dijo sin abrir sus ojos)
- ¿Te desperté? Perdón.
- No, me desperté yo.
- ¿Y por qué no volves a dormir?
- Porque me gustan tus caricias. (Yo sonreí y volví a acariciar su pelo)
- Entonces te sigo haciendo mimitos hasta que vuelvas a quedarte dormida.
- Pepe… (Hizo una pausa) Te quiero, mucho.
- Yo también te quiero mucho hermosa. (Besé sentidamente su frente y ella sonrió… Continué acariciando su pelo hasta que volvió a quedarse dormida)

Yo me levanté y fui a la cocina, en donde me serví un vaso de agua y cuando lo termine lo deje en la pileta…

Me deje caer en el sillón y un millón de pensamientos comenzaron a pasar por mi mente.