Pau se quedó dormida, después de varios mates. Paré
el auto, ya que la veía toda enroscada porque hacía frío, y la tapé con su
campera...
- Buenas tardes dormilona.
- Mmm… ¿Qué hora es?
- Las seis, ya estamos por llegar.
- ¿Dormí mucho?
- Un par de horas nada más…
- Perdón si te dejé solo, y gracias por abrigarme.
- No es nada… (Ella se acomodó, sentándose mejor) ¿Te sentís mejor?
- Sí, gracias.
- Basta de decir gracias. (Reímos)
- ¿Queres un par más de mates?
- Dale…
- (Ella comenzó a prepararlos y dijo) Me da un poco de nervios la situación, me siento una colgada.
- No Pau… Si te invite es porque sé que no va a ser así. (Posé mi mano en su pierna y ella sonrió) De verdad, tranqui. Además, mis viejos son muy cálidos, y no lo digo porque sean mis viejos, de verdad. Y mi hermano… Es puro amor.
- Pero vos ayudame, aunque no lo parezca soy muy tímida…
- Tranquila. (Ella sonrió y continuamos con la ronda de mates)
Cuando llegamos…
- Vieja… (Dije y me acerqué a abrazarla) ¿Cómo andas?
- Mmm… Como se puede. ¿Vos hijo?
- También… (Dije y me separé, le di la mano a Pau ye hice que se acerque a nosotros) Ma… Ella es Pau, Pau, ella es mamá. Alicia.
- Un gusto Alicia. (Dijo y la saludó)
- Hola Pau… (Pau sonrió y ahora mamá se dirigió a mí) ¿Es tú…?
- (Reí) No, es una amiga. Vino a acompañarme. (Y la abracé por la cintura, ella volvió a sonreír) ¿Podemos pasar? Viajamos mucho, y además lo quiero ver a Nico…
- Obvio que pueden pasar. Papá no está, y Nico está en su cuarto.
- Gracias ma.
- Permiso… (Volví a tomar la mano de Pau e hice que me siga) Anda vos, después yo lo saludo.
- No, quiero que lo conozcas.
- ¿Estás seguro? No quiero interrumpir nada.
- Pau, si te pedí que vengas es porque no lo vas a hacer. Quiero que lo conozcas, dale.
- Bueno…
- Dale. (Sonreímos y abrí la puerta del cuarto de mi hermano) Hola Nico… (Dije intentando sonar animado y él sonrió, me acerqué a abrazarlo, ya que él estaba en una silla de ruedas, y como cada vez que lo hacía me emocionaba) ¿Cómo estás campeón? ¿Mejor?
- Sí Pepe… Gracias por estar acá.
- Yo siempre estoy Nico. (Me separé un poco de él y besé su mejilla) Te tengo que presentar a alguien.
- ¿A quién?
- Veni Pau… (Pau se acercó a nosotros y lo saludó a Nico)
- Hola Nico…
- Hola. (Dijo y sonrió, y sin que me deje que los presente llevó su mano a la panza de Pau, ella sonrió) Ahí hay un bebé. (Pau sonrió, otra vez, sorprendida y no supo que decir)
- Sí Nico, Pau está embarazada. (Dije)
- ¿Voy a ser tío?
- No. Pau no es mi novia…
- Ah, pensé que sí. (Pau y yo reímos)
- Veni Pau…
Nos sentamos en su cama, frente a él y entablamos una charla… Charla que me tranquilizó, lo escuchaba mejor, bien, y no sé por qué extraña razón me sentía en paz, tenía ganas de abrazarlos a los dos y no soltarnos nunca más. La conexión que había logrado mi hermano con Pau y su bebé, a pesar de lo tímido y retraído que era estoy seguro de que no es porque sí. Paula es especial, tiene una luz especial, que la hace brillar, resaltar entre los demás. Y si había resaltado para mi hermano, que sin dudas también era especial, es porque ella también lo era.
Después de un largo rato, Nico se quedó en la compu y con Pau nos fuimos a mi cuarto, en donde dormiríamos esos días…
- Tú hermano es increíble.
- Es especial…
- Muy. ¿Cómo se dio cuenta?
- No sé, es algo que nunca voy a entender, pero suele tener ese tipo de conexiones, es más, mamá se enteró de que estaba embarazada de mí, por él.
- Es loquísimo, pero hermoso.
- (Sonreí) ¿Vos te sentís bien?
- Un poco cansada, pero bien.
- ¿Segura? ¿No queres acostarte un rato?
- Mmm… No, pero si te acepto unos mates y algo de comida, sinceramente estoy muriendo. (Reímos)
- ¿Me esperas que lo preparo?
- Dale, no te digo de prepararlo yo porque acá me da cosita.
- (Reí) No te preocupes… Ya vengo.
Mates, bizcochitos… Ella y yo.
- ¿Me contas bien que es lo que tiene Nico?
- (Suspiré) Sí… La enfermedad se llama Distrofia muscular de Duchenne, es por una mala formación genética, y el cuerpo no logra autogenerar una proteína que necesitan los músculos, y por eso se empiezan a degenerar… Y como el corazón es un musculo, además de toda la discapacidad, es una enfermedad que lo mantiene constantemente en riesgo, y sinceramente la expectativa de vida es de veinte años, y con toda la furia treinta… Y él ya los tiene, y pensarlo me da pánico.
- Sinceramente no sabía que estas cosas existían… (Suspiró) Ya sé que al lado de lo que me estás contando es una boludes, pero me siento muy ignorante por no haber terminado el secundario… (Volvió a suspirar) Pero bueno, ese es otro tema… (Hizo una pausa) ¿Vos como lo ves?
- Primero, el secundario, si vos queres… Lo vas a terminar, y yo te voy a ayudar. (Ella sonrió, y yo también lo hice) Mmm… No sé, lo veo mejor que la última vez que lo vi por la compu, pero soy consciente de que su tiempo de vida se acaba, y me da pánico, principalmente por él… No quiero que sufra más de lo que ya sufrió, y segundo por mis viejos, no lo soportarían. Es todo muy difícil, es aprender a convivir aceptando que él un día no va a estar más, y que no vas a poder hacer nada para impedirlo.
- (Tomó mi mano) Tranquilo Pepe, no pienses en el futuro. Pensa que él está acá con vos, disfrutalo. Es lo mejor que podes hacer, por él y por vos. (Suspiró) Te lo dice alguien que perdió a sus viejos cuando era una nena, y hoy se arrepiente de no haberlos disfrutado tanto como hubiese querido… Y capaz ese es el vaso medio lleno, que vos lo podes disfrutar, porque sabes que capaz un día no esté más… (Secó mis lágrimas) Igualmente, deberíamos hacer eso con todas las personas, porque uno nunca sabe cuál es su último día en este mundo. ¿O no?
- No… Pero en este caso tenes la certeza. Y es horrible.
Sentía esa angustia en el pecho que sentía desde que tenía memoria, como un nudo que no me dejaba respirar y que se reproducía en infinitas lágrimas.
Ella me abrazó, y yo me dejé abrazar, me deje vencer en sus brazos, como un nene.
- Tranquilo… Él te necesita fuerte.
- Lo sé, pero a veces no puedo controlarlo.
- Entonces llora, te va a hacer bien.
- ¿Y puedo hacerlo acá?
- Obvio que podes… (Yo sonreí y besé su mejilla)
- Gracias Pau.
- Yo soy la que tiene que decir eso Pepe… (Sentí que me abrazó más fuerte y después de un rato me separé un poco de ella) ¿Por qué no vas y le das un abrazo? Te aseguro que es lo mejor que podes hacer.
- ¿Así?
- No, primero vas y te lavas la cara, así te terminas de tranquilizar, y después sí.
- (Sonreí) Gracias, de verdad. (Besé su mejilla y ella sonrió) ¿Te quedas acá?
- Sí, anda tranquilo. Y no te apures por mí…
- Gracias.
- Sh, basta. (Reímos y salí del cuarto)
Me encanto el capitulo Cami!
ResponderEliminarhayyyyy me encantoooo subis otro plisss!!! me encantooo:)!!
ResponderEliminarhayyyy que chulitossss me encanto el cap!! espero el otro
ResponderEliminaray! pobre Pepe que impotente se lo ve ante lo del hermano! me encanta Cami como va la nove aunque me da miedito q vuelva a aparacer el Toro y conociéndote no va a demorar mucho!
ResponderEliminarbuenísimo,seguí subiendo!!!
ResponderEliminar