domingo, 21 de julio de 2013

Capítulo 19

‘Otra madrugada inquieta, para mi vida secreta, y mi tristeza de saturday night se lleva bien con esta soledad 
Ella sueña con fantasmas, cura el horror cataplasma, y va tratando de resucitar y renunciar a llorar y llorar…

¿Tan rápido se acostumbraba uno a lo lindo? Estar otra vez sola y de noche me daba pánico, y los recuerdos comenzaron a invadirme, uno atrás del otro, sin escala, sin pedir permiso. Simplemente aparecieron y comenzaron a atormentarme, otra vez.

- Nena, veni para acá… (Me gritó, abriendo la puerta de aquella diminuta habitación de un golpe)
- ¿Qué me vas a hacer? (Pregunté asustada, sin poder dejar de llorar… Me dolía el alma)
- Ya te vas a enterar.
- ¿Y si no quiero ir? (Pregunté desafiante)
- Vas a venir igual pendeja, entende que a partir de ahora vas a hacer lo que yo quiera.
- No, vos no sos nada mío, y soy menor.
- ¿Y qué carajo me importa a mí? (Gritó acercándose a mí, yo cada vez escondía más mi cara en mis rodillas, como si aquello fuese a protegerme, pero de repente sentí como él tiraba de mi pelo y hacía que levante mi cabeza) Entendelo piba, sos mía ahora, y vas a hacer solo lo que yo te pida, y ahora te pido que vengas conmigo. Y mejor no me

respondas, porque va a ser peor.
Y me levanté, sin poder dejar de temblar, no tenía estabilidad… Y creo que no era necesario aclarar que estaba llorando, acaba de asesinar a mis viejos frente a mí y ahora vaya a saber uno que iba a hacer conmigo.

- Veni nena…
- ¿Qué queres? (Pregunté ya desbastada, sin fuerzas para nada)
- Desvirgarte bebé.
- ¿Qué? (Pregunté sorprendida, asustada, descolocada)
- Lo que escuchaste.
- No, vos estás loco. Vos a mí no me tocas.
- ¿Estás segura? Mira que puedo hacer muchas cosas para poder hacerlo y que vos no te niegues.
- No, por favor, no. (Supliqué en medio de un llanto desconsolado, con ganas de salir corriendo, acción que hubiese realizado si él no me estuviera reteniendo)
- Vos no estás en derecho de reclamar nada, entendelo. (Y me empujó contra la cama, yo reaccioné como pude e intenté levantarme, pero él volvió a empujarme contra la cama) No te vas a ir, entendelo.
- ¿Por qué me haces esto? (Pregunté casi sin voz, por el llanto)
- Porque me calentas, porque necesito plata y quiero probarte.
- No puedo creer la mierda que sos, siempre te creí el mejor amigo de mi viejo… Y no solo que lo mataste a él, sino que también a mi mamá a quien abusaste, como pretendes hacer conmigo… (Suspiré) ¿Qué tenes adentro? ¿Mierda?
- Mejor callate, con cada cosa que me digas va a ser todo peor. Entendelo.

Y lo único que podía salvarme era que eso sea una pesadilla y despertarme.

Cada vez que recordaba ese día me daban ganas de morir… Fue el peor día de mi vida, ese día dejo de ser mi vida, para ser mi infierno.

Recordaba ese momento hasta con detalles, lo que lloraba mientras él abusaba de mí, todo lo que había hecho para intentar escaparme, todo lo que me había obligado a hacer, y todo lo que me había dolido.

Recordaba el miedo, el pánico, la sensación de estar paralizada, de solo poder llorar, porque estaba atada y no podía hacer otra cosa.

Recordaba la sensación de asco que me recorría el cuerpo, recordaba que me había dejado ahí atada, por horas…
‘Hoy siguió llorando a mares, penas internacionales 
Llueven cien mil tormentas por acá, perdió la fe en la estación que quedo atrás…’


Tenía en mi memoria lo que había hecho conmigo las siguientes semanas, según él era un entrenamiento, para mí era lo peor que me había pasado en la vida. (Y aún peor que eso)

Me estaba transformando en una puta, porque eso quería que sea una puta que trabaje para él.

Me daba asco a mí misma por haberlo hecho, por no haber podido escapar, por no haber podido frenarlo antes de que mate a mis viejos… Pero no, soy una cobarde que nunca pudo hacer nada.
Una cobarde que se condenó a ser una prostituta durante casi diez años, una cobarde que hoy espera un hijo o una hija de la basura que la condenó a ello.

¿Cómo se sigue después de todo eso? ¿Se puede seguir después de haber vivido todo eso?
¿Cómo ser mamá? ¿Cómo ser íntegramente responsable de una vida si no se puede ni con la propia?

Llorar, llorar y llorar. Creo que era la acción que más había realizado en la última década: Llorar.
Llorar con dolor, con angustia, con bronca, con odio, con miedo. Llorar, tan solo llorar.

Sentía el mismo miedo de siempre, pero ahora duplicado, porque no solo lo sentía por mí, lo sentía por los dos… Sabía que si él quería iba a poder encontrarme y volver a hacer lo que quisiese con nosotros.

Mis manos estaban en mi panza, la cual ya se hacía notar, aunque de a poquito… La acariciaban, intentando que aquella acción me tranquilice (Al menos un poco)

¿Qué clase de vida iba a poder darle?

-

Era temprano, y no había dormido nada en toda la noche, de Nico casi no había novedades, y cuando supe que mamá estaba por volver a la clínica, decidí volver a casa. No quería dejarla sola, aunque seguro dormiría.

Entré en el cuarto sigilosamente y si, estaba durmiendo… Pero podía afirmar que se había pasado la noche llorando…

- Pepe… (Dijo sin abrir sus ojos, acurrucándose) ¿Novedades?
- Ninguna, seguí durmiendo… (Respondí y busqué otra manta para taparla)
- Gracias.
- De nada… (Besé su frente) Tenes frío porque no dormiste nada y te la pasaste llorando, no me lo niegues… Y ahora descansa.
- ¿Me das un abrazo? Por favor… (Suplicó con su voz a punto de quebrarse) O veni a dormir conmigo, vos tampoco debes haber dormido nada.

Y yo no le respondí nada, tan solo me acosté a su lado luego de quitar mis zapatillas y ella apoyó su cabeza en mi hombro y yo la abracé con ambos brazos, contra mi cuerpo…

- Nunca creí que iba a existir un hombre capaz de contenerme con un abrazo. Gracias, y perdón… Ya sé que a vos te pasan mil cosas, pero te juro que no puedo parar, y necesitaba este abrazo.
- Sh, no tenes que pedir perdón, además a mí también me hace muy bien estar así con vos.

Los minutos pasaron y ambos llorábamos en silencio, sin dejar de abrazarnos… Y más tarde nos quedamos dormidos.

Sentí sus dedos en mis mejillas y sonreí.

- Perdón, no quería despertarte.
- No pidas perdón, es lindo despertarse así… (Ambos sonreímos a medias y
volvimos a abrazarnos) ¿Estás un poquito mejor?
- Eso creo… No sé.
- Bueno, cualquier cosa yo estoy. ¿Sí?
- Gracias, es increíble que te sigas preocupando por mí a pesar de todo lo que te pasa a vos.
- Eso pasa porque te quiero, y porque vos haces lo mismo por mí.
- Te quiero mucho Pepe, gracias. (Y nos abrazamos aún más fuerte)

-----------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario