sábado, 6 de julio de 2013

Capítulo 2

- ¿Tenes tiempo? Porque es muy largo.
- Todo el tiempo del mundo.

Ella soltó mi mano, y subió sus pies a la silla, haciendo que sus rodillas queden a la altura de su mentón… Apoyando este último en éstas. Sus brazos rodearon sus piernas y cerró sus ojos, profundamente.

- Me duele mucho, perdón si lloro… (Dijo suspirando, abriendo sus ojos)
- No pidas perdón.
- (Sonrió, a medias) Bueno… (Volvió a suspirar) La cosa es más o menos así, cuando yo tenía dieciséis años mis viejos fallecieron, los dos, en un secuestro, que provocó él, todo lo provocó él… (Y sus ojos ya estaban llenos de lágrimas) Y el Toro, el tipo éste, quien yo creía el mejor amigo de mi viejo me llevó con él y me empezó a explotar, sexualmente hablando, perdí la virginidad con él, porque lo único que quería era que trabaje para él… (Secó sus lágrimas e hizo una pausa) Y así fueron los últimos años de mi vida, me explota, me hace acostarme con viejos asquerosos, y nunca pude safar… Mi vida es un infierno. Me da asco ser lo que soy, no pude terminar la secundaria ni siquiera… Y, encima ahora…  (Suspiró e hizo una pausa) No, no… Nada.
- Sincerate por completo, dale.
- Es que… (Suspiró) Estoy embarazada de él, y lo que me estaba pidiendo hoy era que aborte. (Confesó casi sin voz por el llanto) No sé cómo carajo voy a ser mamá de un bebé. ¿Qué clase de vida le puedo dar? Y encima con esa lacra de padre… Todo es una mierda. Todo. (Confesó llena de bronca y angustia)

Y yo no soporté más sus lágrimas, y me acerqué a abrazarla… Ella se dejó vencer en mis brazos, y yo la abracé lo más fuerte que pude, pero sin dejar la delicadeza de lado.

- Tranquila. No estás sola. ¿Sabes?
- Sí que lo estoy.
- No… No lo estás. (Me separé un poco de ella) Primero, que ahora me tenes a mí, y te prometo que va a ser así, no me preguntes por qué, pero para mí no sos alguien más… (Sequé suavemente sus lágrimas) Y además… (Posé mi mano en su panza) Nunca más vas a estar sola.
- (Suspiró) Gracias, yo también te siento especial… (Hizo una pausa) Mira la madre que le tocó… No se lo merecería nadie.
- Sh…. Deja de desvalorarte. Debes ser una personita hermosa, y vas a ser una mamá excelente.
- ¿Y de qué voy a vivir? ¿Del aire? No tengo a donde caerme muerta.
- Las cosas van a mejorar… Ya te escapaste, es un avance.
- Va a venir a buscarme.
- Pero yo no voy a permitir que te haga nada, ni a vos, ni a tú hijo.
- ¿Por qué haces todo esto por mí?
- Ya te lo dije, porque sos especial. (Ella sonrió) Y porque tenes una sonrisa muy linda… (Ella volvió a sonreír y bajó su mirada, yo la tomé del mentón e hice que me mire otra vez)
- Me da vergüenza… (Rio) Gracias, en serio.
- ¿Sabes de cuánto estás?
- No, nunca me dejó ir a un médico.
- ¿Queres ir?
- Mmm… Me da un poco de miedo, pero sí.
- Yo te acompaño. ¿Queres?
- ¿Me estás hablando en serio?
- Sí Pau.
- ¿No es una molestia? Estás haciendo mucho por mí.
- No es una molestia, si no, no te lo propondría… Ya te lo dije. (Ella sonrió)
- Es que… Me siento así.
- Deja de sentirte así entonces. (Hice una pausa) ¿Queres ir primero a comprarte algo de ropa?
- Mmm… Bueno, así no puedo ir.
- Por eso te digo.
- Me busco un buzo y voy.
- Vamos.
- Pedro, no hace falta.
- Sí que hace falta, además, no te voy a dejar sola al menos hasta que podamos hacer la denuncia.
- ¿Denuncia?
- Y sí, no vas a vivir con miedo. Y yo voy a ser tú abogado, no se discute. (Ella rio y yo también reí)

La acompañé a un negocio de ropa, en dónde se compró un jean, y un par de remeras. Se cambió en un baño público, y de allí la acompañé al médico.

-

Todo era demasiado raro, y hasta temía que sea mentira.

Lo había conocido hacía apenas cuatro horas y me estaba ayudando demasiado, como si nos conociéramos hace una vida.
Sinceramente, no me entraba en la cabeza cómo un hombre como él podía ayudar a una puta, y encima embarazada… Pero se ve que los príncipes azules siguen existiendo.

¿Eh? ¿Qué dijiste Paula? ¿Príncipes azules? Por favor, deja de decir boludeces. Solo es alguien que te está ayudando, porque es su trabajo. Punto final.

Pero, había sido el primer hombre que se acercaba a mí y no para tocarme, como si fuese un objeto y nada más que eso… (Y nunca creí que un hombre se iba a acercar a mí con otra intención que no fuera esa)

Estábamos en la sala de espera de un hospital, yo sentada y él parado frente a mí.

- Necesito que me llamen. (Dije algo nerviosa) Tengo un poco de miedo.
- ¿Miedo? ¿Por qué?
- No sé… De que algo esté mal, o de qué… No sé. A pesar de ser una mierda, y de que él sea muy, muy chiquito… (Toqué mi panza) Te juro que ya lo amo, y daría mi vida por él…
- No tenes que jurarme nada, me imagino que debe ser así… Y tranquila, va a estar todo bien. (Yo sonreí y suspiré)

Por fin me llamaron, y después de hacerme varios estudios, me confirmaron mi embarazo, me dijeron que estaba todo bien, que él bebe estaba creciendo bien, y que estaba exactamente de doce semanas.

- Gracias por acompañarme. (Le dije una vez que salí del consultorio) Estoy de doce semanas, y está todo perfecto.
- Te felicito entonces Pau.
- Gracias… (Sonreí) Es el primer rayito de luz en el medio de tantos años oscuros.
- Ese bebé te va a salvar, te lo aseguro. (Yo volví a sonreír y lo abracé)
- Gracias, en serio. Vos no tendrías por qué estar haciendo todo por mí, y sin embargo estás acá… No te conozco mucho, pero siento que sos alguien que vale oro.
- Estoy seguro de que vos también lo sos. (Se separó un poco de mí, y al sentirlo tan cerca los nervios me paralizaron, y comencé a caminar en dirección a la puerta)

No podía ser, no lo conocía ni hace un día y ya me daba nervios sentirlo cerca. ¿En serio?
Ni siquiera sabía que mierda era lo que sentía… ¿Me gustaba? (Si tan solo alguna vez hubiese sentido algo que no sea asco por un hombre, quizás ahora me entendería mejor)

- Perdón si te incomodé… No quise, en serio. Perdón. (Me dijo ya fuera del hospital)
- No, no me incomodaste. Solo que me quiero ir de acá, no me gustan los hospitales.
- ¿Segura?
- Sí, segura.
- Capaz soy muy mandado, pero es porque te veo mal y me gustaría contenerte.
- (Le sonreí) No entiendo de dónde saliste, ni cómo fue que apareciste en el momento justo, pero… Gracias, de corazón. Los dos te agradecemos.
- No tenes nada que agradecerme, créeme que lo que hago lo hago porque lo siento.
- ¿Y ahora que sentís?
- Ganas de darte un abrazo.
- ¿Y me lo darías? (Él sonrió, asintiendo con su cabeza y nos abrazamos)
- Hace muchísimo tiempo que alguien no me abrazaba así, en realidad, que alguien no me abrazaba.
- (Sentí que me abrazó más fuerte) Entonces te abrazo mucho.
- Por favor… (Dije quebrándome)
- Pero si no lloras.
- (Reí) Es que… Nunca había podido contarle nada a nadie, nadie sabe mi realidad… Gracias, por escucharme, por haberme salvado de él, por estar acá conmigo, sin casi conocernos. Por abrazarme.
- No me lo agradezcas más Pau…

Sentí que besó mi mejilla y en ese instante sentí que mi corazón dio un vuelco, que estaba a punto de salirse de mi pecho, sentirlo así de cerca otra vez y en tan poco tiempo, sentir su respiración chocando contra mi piel, y sus labios impactando en mi mejilla creo que había sido una de las sensaciones más lindas de este último tiempo, y hasta de los últimos años. ¿Qué me estaba pasando?

---------------

Sí, Pedro va a ser un pan de Dios otra vez... (No me puedo resistir, jaajajajaj) Pero prometo que va a tener su historia también...

Gracias por los comentarios del primer capítulo, espero que esta novela también pueda engancharlos ;)

5 comentarios:

  1. Me encantaa... Y si ya me engancho :D

    ResponderEliminar
  2. Pobre Pau ¡embarazada de ese HDP! y Pepe? Ya de entrada nos estás mostrando a un Pedro con un corazón enorme!!! quiero saber su historia también ;)

    ResponderEliminar
  3. Aaaaa, como amo tus novelas ♥ Me Encanto ♥

    ResponderEliminar