Capítulo 8

- Siento que nunca se va a terminar.
- Te aseguro que sí se va a terminar.
- ¿Y las consecuencias?
- Con el tiempo vas a lograr superarlo… (Posó su mano en mi panza) Él te va a ayudar.
- Yo tendría que ayudarlo a él, no él a mí.
- Se pueden ayudar mutuamente… No te condenes con eso Pau, en serio. Sos una mujer hermosa, y vas a ser una mamá más hermosa. (Hizo que posé mi mano en donde estaba la de él)
- No Pepe.
- Sí Pau… Por algo este bebé te eligió como su mamá, porque sabe que vas a ser la mejor.
- (Suspiré) No sé...
- ¿Qué no sabes?
- Nada sé, nada.
- Mmm... ¿Y si te tranquilizas un poco?
- Mientras él esté suelto no voy a poder estar tranquila.
- ¿Y si yo te cuido?
- (Sonreí) No podes vivir pendiente de mí, menos que menos si nos conocemos hace dos días.
- No me importa hace cuanto que nos conocemos, porque te juro que siento que es mucho más... Ya te lo dije, hay algo en vos que hace que te sienta especial, y nada de lo que hago lo hago porque sí, lo hago porque de verdad quiero ayudarte, porque te lo mereces, porque me importas... Porque ya te hiciste querer... (Corrió un mechón de pelo de mi cara)
- (Sonreí, tímida) Vos también... Y gracias, de corazón. (Volvimos a abrazarnos y besé sentidamente su mejilla) Sos como un ángel...
- Puedo ser tú ángel, si vos me dejas. (Yo sonreí, sonrojada y él lo notó) 
- ¿Y cómo sería eso?
- Mmm... (Se separó un poco de mí) Tenes que dejarte sorprender.
- Me das un poco de miedo. (Dije riendo)
- No, no tengas miedo. Nunca te haría nada malo. (Yo sonreí) Sos hermosa.
- Gracias… (Respondí, sonrojada)
- Y no te pongas colorada che.
- (Reí) Es que me da vergüenza… No estoy acostumbrada a que me traten así, y menos a que un hombre me trate así.
- Acostumbrate, al menos conmigo.
- ¿Decirte gracias otra vez ya es mucho, no? (Reímos) ¿Te puedo pedir algo chiquitito?
- Lo que quieras.
- ¿A qué hora nos vamos mañana?
- No sé… ¿Por?
- Porque me gustaría comprarme algo más de ropa antes. ¿Vos me acompañarías? Porque me da miedo ir sola.
- No me lo tenes ni que preguntar.
- (Sonreí) Y tengo que ir a la farmacia también…
- A donde necesites. (Quise hablar pero no me dejó) Y no me agradezcas. (Reímos) Con que me acompañes es suficiente… (Volví a reír) Y que no te quepa la menor duda de que mamá va a creer que sos mi novia… Y dejala que lo crea, porque es insoportable con el temita. (Volvimos a reír)
- ¿Hace mucho que estás soltero?
- Mmm… Para ellos sí.
- ¿Cómo sería eso?
- La última novia que tuve no la conocieron, pero porque no fue nada. Solo una minita.
- Ah… (Dije y me levanté) ¿Te enojas si me voy a acostar? Me siento un poco mal, y si mañana viajamos lo veo complicado.
- ¿Cómo me voy a enojar? Anda tranquila.
- Gracias… (Él se levantó)
- ¿Necesitas algo?
- Mmm… Creo que no. Bah, en realidad muchas cosas, pero estoy bien.
- ¿Qué muchas cosas?
- No, nada… Ya te estoy pidiendo demasiado.
- No, ahora me decís.
- Pepe, en serio.
- En serio que me decís. (Yo reí) Dale tonta, decime.
- Es que… ¿Vos sabes cómo encontrar gente?
- Entre otras cosas.
- ¿De verdad? (Pregunté algo ilusionada)
- Sí Pau… No es algo que se pueda hacer de un día para el otro, pero se puede intentar. ¿A quién queres encontrar?
- A mi tía, a la hermana de mamá… Es la única familia que tengo.
- Te prometo que te voy a ayudar.
- ¿Y cómo te voy a devolver todo esto?
- Con una sonrisa.
- Te hablo en serio.
- Yo también.
- Pedro.
- ¿Qué?
- Basta.
- ¿Basta con qué?
- (Reí) Sos un tarado… Te hablo en serio.
- Vas a empezar a trabajar conmigo, puedo pagarte la mitad del sueldo, y la otra mitad es el alquiler de casa y por el servicio de abogado.
- No, eso no es justo.
- No vamos a discutir esto ahora… Me dijiste que te querías ir a dormir.
- Pero no va a ser así.
- Sh, a dormir. Chau.
- (Reí y me acerqué a besar su mejilla) Gracias. Qué descanses.
- Cuidado con esos besos eh… No sé cómo puedo reaccionar. (Yo sonreí, sonrojada y él besó mi mejilla) Vos también descansa. (Yo le sonreí y me fui, sin dejar de hacerlo)

Me cambié y me acosté en la cama… Y así me dormí, por primera vez en mucho tiempo, con una sonrisa. Gracias a él.

-

Me desperté y preparé el desayuno, lo dejé en la mesa de la cocina y me dirigí a su cuarto, al cual entré sigilosamente y no pude evitar sonreír al verla dormir tan tranquila. Me dio un poco de culpa interrumpir su sueño, asique me quedé apoyado en el marco de la puerta, contemplándola. Era demasiado hermosa, y sinceramente no entendía que me pasaba con ella. ¿Por qué la estaba ayudando así?


- Pau… (Susurré en su oído, arrodillado en el suelo) Buen día. (Dije alejándome un poco de ella)
- (Sonrió) Buen día… (Abrió sus ojos) No sabes lo lindo que es despertarse con un buen día, hacía años que no me pasaba.
- Me matas de ternura… (Corrí un mechón de pelo de su cara, y ella sonrió) Preparé el desayuno.
- Voy al baño y desayunamos.
- Dale… (Me levanté y le di la mano para ayudarla a ponerse de pie)
- Cuando crezca la panza creo que voy a vivir horizontal… (Reímos y ella se fue al baño, yo me dirigí a la cocina y la esperé allí)

Desayunamos juntos, y luego de que ella se duchara fuimos al centro, en donde ella se compró algo de ropa…

En el auto, rumbo a la casa de mi familia… Ruta, y una tormenta avecinándose.

- ¿Es muy lejos Pepe?
- Bastante. ¿Por?
- Por la tormenta.
- Tranqui, no pasa nada.
- ¿Seguro?
- (Reí ante su expresión) Sí, seguro…
- No te rías.
- Bueno, perdón. ¿Estás sensible hoy?
- ¿También me vas a burlar?
- Hey, bueno. Era un chiste.
- (Rio) Estoy sensible… Me desperté así, es cierto eso de que las hormonas en el embarazo se revolucionan. (Reímos)
- ¿Queres preparar mate? Digo, si eso no te hace llorar.
- (Rio, con una carcajada) Sos un tarado nene. (La miré con carita de ‘perrito mojado’ y ella volvió a reír) Ahora lo preparo… (Respondió riendo)

Mates, música y nosotros solos en medio de la ruta.

- ¿Te jode si abro un poco la ventanilla?
- Si no nos mojamos…
- Es que me siento mareada.
- ¿Queres que paremos un ratito?
- No, con tomar un poco de aire creo que se me pasa.
- ¿Segura?
- Sí, sí… Gracias igual.