- Hola Pau…
- Hola Ali.
- ¿Cómo dormiste?
- Muy bien. Gracias.
- ¿Segura?
- Sí, estoy cómoda acá, en serio.
- Me alegro, sé que si mi hijo te trajo es por algo. Quiero que te sientas bien acá, sé que para Pepe es importante. ¿Puedo saber cómo se conocieron?
- (Sonreí) Es una historia muy larga, pero yo estoy embarazada, y él me salvó de alguien que quería que aborte. (Y mis ojos se llenaron de lágrimas) Me ayudó porque estaba en la calle…
- ¿En serio?
- Sí…
- Pero… Entonces no tenes que llorar, llevar vida adentro tuyo es lo más lindo que te va a pasar. Te felicito, en serio.
- Gracias… Y lo sé, y lo que más quiero es poder disfrutarlo, pero es muy difícil todo lo que me pasó, todo lo que hay atrás. (Sequé mis lágrimas)
- Si queres, podes contármelo.
- Me da mucha vergüenza, solo Pepe lo sabe.
- Está bien Pau, no tenes por qué contármelo tampoco.
- Me gustaría poder hablarlo, porque sinceramente es algo muy complejo, doloroso, triste, torturador, pero, me muero de vergüenza.
- Tranquila… (Posó su mano en mi panza) Permiso eh. (Yo asentí con mi cabeza) Ahora solo tenes que concentrarte acá, te juro que nunca en tú vida vas a sentir tantas cosas tan lindas como ahora, disfrutalo y deja todo el resto atrás. No existe nada más importante ni más lindo En serio.
- Gracias… Es lo que intento. Pero es todo muy difícil. (Y en ese momento Pepe se sumó a la escena)
- Mmm… ¿Qué pasa acá? ¿Te está haciendo llorar Pau?
- (Reí) No… Tú mamá es un amor. Le conté que estoy embarazada, y sabes por qué lloro.
- Tranqui. (Me abrazó por el costado y yo sonreí) Te venía a proponer ir a dar una vuelta por acá, así conoces mi barrio. Además acá estás más segura. ¿Queres?
- Dale, así me despejo un poco. Bancame que voy al baño y me abrigo.
Caminábamos por la calle céntrica de aquel barrio…
- Pau…
- ¿Qué?
- ¿Estás bien?
- ¿Segura?
- Sí Pepe, solo que pienso demasiado y reflexionó, no sé… Necesito ordenar un poco mi cabeza, y mi vida.
- Puedo ayudarte con eso, si queres…
- No podes ser tan bueno Pepe. En serio.
- Hay algo en tus ojos que me dice que necesitas una oportunidad, y quiero ser el responsable, o al menos un poco, de que la tengas.
- (Sonreí) Yo también quiero que vos tengas una, tú mirada me dice que estás triste, y es muy injusto que alguien tan bueno y puro como vos lo esté.
- Mmm… Podemos ayudarnos mutuamente, creo que sería lindo. (Entrelazó los dedos de mi mano derecha con los suyos de la mano izquierda) Ya sé que nos conocemos hace cuatro días, pero estoy seguro de que esto tan lindo, especial y hasta raro que tenemos no se va a terminar, al menos por un tiempo. Y creo que sería lindo que podamos ayudarnos el uno al otro, los dos estamos bastante solos, y hacernos compañía, como amigos o como lo que el destino quiera que seamos me parece que nos haría bien. ¿No?
- Tu propuesta me atrae… (Dije y aferré aún más mi mano a la suya) Y mucho… (Nos sonreímos y nos abrazamos)
- Vos me atraes a mí.
- (Escondí mi cara en su hombro) Y vos a mí, y te juro que es raro sentirlo. Nunca me pasó, no sé lo que es… Por eso muchas veces no reacciono o te freno…
- (Se separó un poco de mí, para poder mirarme a los ojos) ¿Puedo ser quien te haga conocer el amor?
- ¿Ya lo llamas amor? Me da un poquito de vértigo.
- Lo podemos llamar como quieras, pero no podemos negar que entre nosotros dos pasa algo. (Yo negué con mi cabeza, nerviosa) ¿Y estarías dispuesta a descubrirlo?
- Mmm… Creo que sí. (Sonreímos) Solo porque me inspiras mucha confianza.
- Me encanta… (Besó la comisura de mi labio, tiernamente y volvió a abrazarme… Yo me quedé perpleja, paralizada… Una sensación demasiado hermosa me había recorrido de pies a cabeza)
No podía soltarlo, alejarme de él… Me hacía tan bien. Sentí sus manos recorriendo mi espalda y yo me aferre aún más a su cuerpo.
- Me haces muy bien, y te juro que ya no me acordaba lo que era que alguien me haga sentir así, bien.
- Vos también me haces sentir muy bien a mí Pau, de verdad.
- No quiero, ni puedo, soltarte.
- No me sueltes…
- ¿Estás seguro? Puedo llegar a asfixiarte.
- Mmm… Muy seguro. (Reímos) Yo tampoco quiero soltarte…
- (Me separé, tan solo un poco de él, para poder mirarlo a los ojos) Me siento una pesada, pero gracias…
- No tenes nada que agradecerme, además… Te juro que vos también estás haciendo mucho por mí también.
- Mmm…
- En serio Pau. Siempre que venía acá sufría más de lo que disfrutaba… Ya te lo dije, nos estamos ayudando el uno al otro.
-
Me daba un poco de miedo sincerarme, porque nunca lo había hecho con absolutamente nadie, para todos yo era el fuerte de la familia, el que intentaba sacarla adelante, más allá del trabajo, pero lo que nadie sabe es que detrás de esta capa de fortaleza que creé estoy yo, sufriendo. Pasándola mal, llorando. Nadie sabe que me siento solo, a la deriva. Nadie sabe que nunca me sentí de otro modo.
Estábamos sentados en un parque… Comiendo unas galletitas que acabábamos de comprar en un kiosko. (Era cierto eso del hambre voraz en las embarazadas)
- ¿Puedo serte completamente sincero? (Pregunté)
- Yo lo soy con vos, asique si vos queres… Podes serlo.
- (Suspiré) ¿Sabes qué? No sé por qué, sos la primera persona que me está conociendo de verdad, todos conocen al Pedro fuerte, abogado… Pero nadie conoce al Pedro vulnerable, que sufre, que está solo… Y todavía no logré descubrir por qué vos sí me estás conociendo de verdad.
- Mmm… Vos también sos el primero que conoce a la verdadera Paula. Y no creo que sea casualidad.
- ¿Sabes qué creo? Que el destino nos unió por algo…
- Creo lo mismo… (Sonreímos)
- Y, como te dije… Creo que sería lindo que descubramos ese algo juntos.
- Me encantaría, aunque me de miedo.
- No tengas miedo…
- Es que hay muchas cosas que yo no sé, que no conozco… Porque nunca las viví, y me siento a la deriva del mundo. Más si estoy por ser mamá… No sé qué hacer con mi vida. Y no sé qué tiene que ver con lo que estamos hablando, pero estoy muy verborrágica.
- Sos mujer, y las mujeres suelen mezclar las cosas. (Dije intentando sonar divertido y reímos) En serio… El cerebro de la mujer tiene la capacidad de ir de un tema al otro sin escala, en cambio del del hombre no.
- ¿En serio?
- En serio, está científicamente comprobado. (Volvimos a reír) Ahora te voy a hablar en serio… (Tomó mi mano) Siempre me sentí así, como en la deriva… Porque, a pesar de que mi familia siempre me acompañó, me sentía y me siento solo, porque ellos acompañan al Pedro irreal.
- ¿Y podremos salir de esa deriva?
- Sí, si nos lo proponemos vamos a poder.
- Mmm…
- Dale, hagamos una propuesta mutua. ¿Aceptas?
- Si lo hacemos juntos, sí.
- (Entrelazó mis dedos con los suyos) Juntos…
- Por favor.
- El uno para el otro, lo vamos a pasar.
- ¿No te da miedo que nos conozcamos hace tan poco tiempo?
- Hola Ali.
- ¿Cómo dormiste?
- Muy bien. Gracias.
- ¿Segura?
- Sí, estoy cómoda acá, en serio.
- Me alegro, sé que si mi hijo te trajo es por algo. Quiero que te sientas bien acá, sé que para Pepe es importante. ¿Puedo saber cómo se conocieron?
- (Sonreí) Es una historia muy larga, pero yo estoy embarazada, y él me salvó de alguien que quería que aborte. (Y mis ojos se llenaron de lágrimas) Me ayudó porque estaba en la calle…
- ¿En serio?
- Sí…
- Pero… Entonces no tenes que llorar, llevar vida adentro tuyo es lo más lindo que te va a pasar. Te felicito, en serio.
- Gracias… Y lo sé, y lo que más quiero es poder disfrutarlo, pero es muy difícil todo lo que me pasó, todo lo que hay atrás. (Sequé mis lágrimas)
- Si queres, podes contármelo.
- Me da mucha vergüenza, solo Pepe lo sabe.
- Está bien Pau, no tenes por qué contármelo tampoco.
- Me gustaría poder hablarlo, porque sinceramente es algo muy complejo, doloroso, triste, torturador, pero, me muero de vergüenza.
- Tranquila… (Posó su mano en mi panza) Permiso eh. (Yo asentí con mi cabeza) Ahora solo tenes que concentrarte acá, te juro que nunca en tú vida vas a sentir tantas cosas tan lindas como ahora, disfrutalo y deja todo el resto atrás. No existe nada más importante ni más lindo En serio.
- Gracias… Es lo que intento. Pero es todo muy difícil. (Y en ese momento Pepe se sumó a la escena)
- Mmm… ¿Qué pasa acá? ¿Te está haciendo llorar Pau?
- (Reí) No… Tú mamá es un amor. Le conté que estoy embarazada, y sabes por qué lloro.
- Tranqui. (Me abrazó por el costado y yo sonreí) Te venía a proponer ir a dar una vuelta por acá, así conoces mi barrio. Además acá estás más segura. ¿Queres?
- Dale, así me despejo un poco. Bancame que voy al baño y me abrigo.
Caminábamos por la calle céntrica de aquel barrio…
- Pau…
- ¿Qué?
- ¿Estás bien?
- ¿Segura?
- Sí Pepe, solo que pienso demasiado y reflexionó, no sé… Necesito ordenar un poco mi cabeza, y mi vida.
- Puedo ayudarte con eso, si queres…
- No podes ser tan bueno Pepe. En serio.
- Hay algo en tus ojos que me dice que necesitas una oportunidad, y quiero ser el responsable, o al menos un poco, de que la tengas.
- (Sonreí) Yo también quiero que vos tengas una, tú mirada me dice que estás triste, y es muy injusto que alguien tan bueno y puro como vos lo esté.
- Mmm… Podemos ayudarnos mutuamente, creo que sería lindo. (Entrelazó los dedos de mi mano derecha con los suyos de la mano izquierda) Ya sé que nos conocemos hace cuatro días, pero estoy seguro de que esto tan lindo, especial y hasta raro que tenemos no se va a terminar, al menos por un tiempo. Y creo que sería lindo que podamos ayudarnos el uno al otro, los dos estamos bastante solos, y hacernos compañía, como amigos o como lo que el destino quiera que seamos me parece que nos haría bien. ¿No?
- Tu propuesta me atrae… (Dije y aferré aún más mi mano a la suya) Y mucho… (Nos sonreímos y nos abrazamos)
- Vos me atraes a mí.
- (Escondí mi cara en su hombro) Y vos a mí, y te juro que es raro sentirlo. Nunca me pasó, no sé lo que es… Por eso muchas veces no reacciono o te freno…
- (Se separó un poco de mí, para poder mirarme a los ojos) ¿Puedo ser quien te haga conocer el amor?
- ¿Ya lo llamas amor? Me da un poquito de vértigo.
- Lo podemos llamar como quieras, pero no podemos negar que entre nosotros dos pasa algo. (Yo negué con mi cabeza, nerviosa) ¿Y estarías dispuesta a descubrirlo?
- Mmm… Creo que sí. (Sonreímos) Solo porque me inspiras mucha confianza.
- Me encanta… (Besó la comisura de mi labio, tiernamente y volvió a abrazarme… Yo me quedé perpleja, paralizada… Una sensación demasiado hermosa me había recorrido de pies a cabeza)
No podía soltarlo, alejarme de él… Me hacía tan bien. Sentí sus manos recorriendo mi espalda y yo me aferre aún más a su cuerpo.
- Me haces muy bien, y te juro que ya no me acordaba lo que era que alguien me haga sentir así, bien.
- Vos también me haces sentir muy bien a mí Pau, de verdad.
- No quiero, ni puedo, soltarte.
- No me sueltes…
- ¿Estás seguro? Puedo llegar a asfixiarte.
- Mmm… Muy seguro. (Reímos) Yo tampoco quiero soltarte…
- (Me separé, tan solo un poco de él, para poder mirarlo a los ojos) Me siento una pesada, pero gracias…
- No tenes nada que agradecerme, además… Te juro que vos también estás haciendo mucho por mí también.
- Mmm…
- En serio Pau. Siempre que venía acá sufría más de lo que disfrutaba… Ya te lo dije, nos estamos ayudando el uno al otro.
-
Me daba un poco de miedo sincerarme, porque nunca lo había hecho con absolutamente nadie, para todos yo era el fuerte de la familia, el que intentaba sacarla adelante, más allá del trabajo, pero lo que nadie sabe es que detrás de esta capa de fortaleza que creé estoy yo, sufriendo. Pasándola mal, llorando. Nadie sabe que me siento solo, a la deriva. Nadie sabe que nunca me sentí de otro modo.
Estábamos sentados en un parque… Comiendo unas galletitas que acabábamos de comprar en un kiosko. (Era cierto eso del hambre voraz en las embarazadas)
- ¿Puedo serte completamente sincero? (Pregunté)
- Yo lo soy con vos, asique si vos queres… Podes serlo.
- (Suspiré) ¿Sabes qué? No sé por qué, sos la primera persona que me está conociendo de verdad, todos conocen al Pedro fuerte, abogado… Pero nadie conoce al Pedro vulnerable, que sufre, que está solo… Y todavía no logré descubrir por qué vos sí me estás conociendo de verdad.
- Mmm… Vos también sos el primero que conoce a la verdadera Paula. Y no creo que sea casualidad.
- ¿Sabes qué creo? Que el destino nos unió por algo…
- Creo lo mismo… (Sonreímos)
- Y, como te dije… Creo que sería lindo que descubramos ese algo juntos.
- Me encantaría, aunque me de miedo.
- No tengas miedo…
- Es que hay muchas cosas que yo no sé, que no conozco… Porque nunca las viví, y me siento a la deriva del mundo. Más si estoy por ser mamá… No sé qué hacer con mi vida. Y no sé qué tiene que ver con lo que estamos hablando, pero estoy muy verborrágica.
- Sos mujer, y las mujeres suelen mezclar las cosas. (Dije intentando sonar divertido y reímos) En serio… El cerebro de la mujer tiene la capacidad de ir de un tema al otro sin escala, en cambio del del hombre no.
- ¿En serio?
- En serio, está científicamente comprobado. (Volvimos a reír) Ahora te voy a hablar en serio… (Tomó mi mano) Siempre me sentí así, como en la deriva… Porque, a pesar de que mi familia siempre me acompañó, me sentía y me siento solo, porque ellos acompañan al Pedro irreal.
- ¿Y podremos salir de esa deriva?
- Sí, si nos lo proponemos vamos a poder.
- Mmm…
- Dale, hagamos una propuesta mutua. ¿Aceptas?
- Si lo hacemos juntos, sí.
- (Entrelazó mis dedos con los suyos) Juntos…
- Por favor.
- El uno para el otro, lo vamos a pasar.
- ¿No te da miedo que nos conozcamos hace tan poco tiempo?
Definitivamente sos una gran escritora!!! Tus novelas tienen que imprimirse, seguro que son best sellers!!!!
ResponderEliminarme encanto el cap!! superrrr tiernosss son tal para cual y segui escribiendo asi que me encanta
ResponderEliminarSon pura ternura! Me encanta la nove (:
ResponderEliminarhayyyy me encantooooo subi otro por fisss!!
ResponderEliminarMe enganche con tu nueva novela, osada fue la primera palabra que me salio cuando comence a leer el perfil de los personajes, pero me impacto, me parece interesante.
ResponderEliminarEsta muy bueno que se apoyen y se ayuden mutuamente.
Te sigo, felicitaciones por completar tu proyecto anterior y, espero el prox capitulo para ver como continua esta historia.......
buenísimo,me encanto!!!
ResponderEliminar