Era tarde, más precisamente las tres, y fue en ese
momento en el que me desperté, ella seguía durmiendo profundamente, y sonreí al
verla.
- Pau… (Susurré y ella se movió) Arriba linda.
- Mmm… No. (Dijo sin abrir sus ojos y yo reí)
- ¿No tenes hambre?
- Sí, pero más sueño.
- ¿Sueño o ganas de no pensar?
- No me enrosques.
- Bueno, como quieras… Yo me voy a buscar comida, y seguro salga con Nico… (Besé su mejilla) Cualquier cosa le pedís a mamá mi número de celular y me llamas. (Y me paré, para irme)
- No para, no quiero quedarme sola. Igual, deja. No quiero arruinar la salida de hermanos.
- No arruinas nada tonta.
- Sí Pepe, anda, en serio. Mientras no me quede sola acá no pasa nada.
- No señorita, ahora viene conmigo.
- No tengo ganas de levantarme.
- Dale, no te quedes acá sola, aburrida y angustiada.
- En serio, no me siento bien.
- ¿Qué te pasa?
- No dormí bien, estoy mareada.
- ¿Y te vas a quedar sola?
- Solo me voy a levantar para ir al baño y a buscar comida. Anda, en serio.
- ¿Y el miedo a quedarte sola?
- Algún día voy a tener que superarlo.
- ¿Muy segura?
- Sí Pepe.
- Bueno, antes te traigo algo para comer. ¿Queres?
- Si no es molestia.
- Basta con eso. (Le revoleé un almohadón y reímos)
Preparé un almuerzo para ambos (O una merienda) y cuando terminamos de comer me fui con Nico.
Pero algo interrumpió nuestra tarde.
- Tranquilo, va a estar bien. (Dijo abrazándome, en la sala de espera del hospital)
- Le llega a pasar algo y me muero Pau.
- No le va a pasar nada Pepe, tenes que ser positivo. Él es fuerte.
- Ya no…
- (Se separó un poco de mí y secó mis lágrimas) Él es fuerte, sino, no hubiese llegado a estar acá hoy.
- Su fortaleza se acaba.
- Te aseguro que no.
- Sí Pau… Yo sé que sí.
- Confia, dale.
- No puedo.
- Sí que podes…
- No.
- Sí. (Volvió a secar mis lágrimas y yo suspiré) Él te necesita fuerte. Y tus viejos también.
- Me cansé de ser el fuerte Paula. No puedo más, no soporto más. ¿Y sabes que es lo peor? Que me da culpa estar así. (Confesé en medio de sollozos e infinitas lágrimas)
- No te tiene que dar culpa, todos tenemos sentimientos y derecho a expresarlos.
- Yo no.
- Mmm… Estás equivocado. ¿Sabes? (Me encogí de hombros) ¿No queres que vayamos un ratito afuera, así te tranquilizas?
- Por favor.
- Veni…
Me abrazó por el costado y comenzamos a caminar en dirección al ascensor, bajamos y salimos al parque de aquel hospital y nos sentamos en un banquito… Enfrentados, yo no podía dejar de llorar, estaba explotando, tanta acumulación un día iba a salir.
Pau tomó mi mano y con su mano libre secó mis lágrimas.
- Descargate, te va a hacer bien.
- Es que no sé muy bien que decirte, no sé ni lo que me pasa. No me entiendo, no sé.
- ¿Por qué lloras? ¿Por Nico?
- Sí, y es la primera vez que lo hago así, delante de alguien. Estoy sacando muchas cosas que tenía metidas adentro, por eso… Perdón si lloro mucho.
- (Rio) No se pide perdón por esas cosas Pepe. Los sentimientos no se controlan, y menos las lágrimas… Llora todo lo que necesites, no tenes que tener vergüenza.
- Miedo tengo.
- ¿De qué?
- De que Nico…
- No… Sh… (Posó mi dedo índice en mis labios) Nico va a estar bien, y eso va a ser así.
- ¿Y si no?
- Pedro, no seas negativo.
- No puedo ser de otro modo, no quiero ser un ciego que no ve la realidad.
- Todavía ni siquiera te dijeron nada Pepe.
- Pero yo sé que ya él no puede más, su cuerpo no puede más.
- Tene un poquito de fe. Dale. Él se merece que vos la tengas…
Yo suspiré y sequé mis lágrimas, las cuales eran incontrolables, mis ojos las despedían sin permiso alguno… Lágrimas que en realidad eran despedidas desde lo más profundo de mí.
Pau volvió abrazarme y yo me dejé vencer en sus brazos.
- No estás solo. ¿Sabes?
- Te quiero Pau, mucho. Gracias por estar acá conmigo, por dejarme llorar.
- Yo también te quiero Pepe… (Besó mi mejilla) Tranquilo. ¿Sí?
Después de lavarme la cara, salí del baño y Pau estaba en la puerta…
- Lo mejor que podes hacer ahora es estar con él, pasa a verlo, dale.
- ¿Se puede?
- Sí, está despierto.
- (Sonreí, solo un poco) ¿Me esperas o te vas?
- Te espero.
- ¿Segura?
- Sí Pepe.
- ¿Te sentís bien?
- Sí…
- Bueno, sentate un rato y comprate un agua, o algo para comer. Toma… (Dije sacando mi billetera y le di algo de plata) Y no me lo devolves. ¿Ok?
- (Sonrió) Gracias por cuidarnos a pesar de lo que pasa.
- Siempre lo voy a hacer. (Besé su frente y ella volvió a sonreír) Dale, anda a comprarte lo que quieras y anda a sentarte un ratito.
Pau se fue en dirección al buffet y yo en dirección a la habitación en donde estaba mi hermano.
- Nico… (Dije intentando sonar animado, y que no se note en mi voz ni en mi expresión todo lo que había llorado hasta el minuto anterior a aquel) ¿Cómo te sentís?
- Mejor…
- ¿Sí?
- Sí, me sedaron. Ya no me duele más el pecho.
- Mejor entonces. (Me senté a su lado)
- Pepe… ¿Podemos hablar en serio?
- Obvio.
- Yo sé que no me queda mucho, lo sé, y siempre lo supe… Y no te tenes que poner mal por eso, son las reglas del juego, de mi juego, pero el tuyo sigue hermano… Y estoy seguro de que tiene que seguir con Paula, no dejes ir a esa mujer de tú vida Pepe… Los dos tienen la mirada llena de dolor, y estoy seguro de que juntos van a poder superarlo… Hay algo cuando se miran que va más allá de todos, se los ve conectados… Se nota que a pesar de conocerse hace poco se quieren, y se nota que quieren cuidarse. Háganlo, en serio… Estoy segurísimo de que es el amor de tú vida… (Tomó mi mano) Permitite vivirlo , permitite empezar a vivir para vos, a vivir como vos queres, siendo como sos, sin tener que hacerte el macho delante de mamá, sin tener que laburar para poder mantenerme… (Suspiró) Te juro que te lo agradezco desde lo más profundo de mí, y nunca pudiese haber tenido un mejor hermano que vos, pero empeza a vivir tú vida, por vos y por mí.
Y con cada palabra que dijo fue inevitable no volver a quebrarme, y tan solo lo abracé. Lo más fuerte que pude.
- Te adoro hermano.
- Y yo a vos Pepe, gracias.
- A vos.
- Pau… (Susurré y ella se movió) Arriba linda.
- Mmm… No. (Dijo sin abrir sus ojos y yo reí)
- ¿No tenes hambre?
- Sí, pero más sueño.
- ¿Sueño o ganas de no pensar?
- No me enrosques.
- Bueno, como quieras… Yo me voy a buscar comida, y seguro salga con Nico… (Besé su mejilla) Cualquier cosa le pedís a mamá mi número de celular y me llamas. (Y me paré, para irme)
- No para, no quiero quedarme sola. Igual, deja. No quiero arruinar la salida de hermanos.
- No arruinas nada tonta.
- Sí Pepe, anda, en serio. Mientras no me quede sola acá no pasa nada.
- No señorita, ahora viene conmigo.
- No tengo ganas de levantarme.
- Dale, no te quedes acá sola, aburrida y angustiada.
- En serio, no me siento bien.
- ¿Qué te pasa?
- No dormí bien, estoy mareada.
- ¿Y te vas a quedar sola?
- Solo me voy a levantar para ir al baño y a buscar comida. Anda, en serio.
- ¿Y el miedo a quedarte sola?
- Algún día voy a tener que superarlo.
- ¿Muy segura?
- Sí Pepe.
- Bueno, antes te traigo algo para comer. ¿Queres?
- Si no es molestia.
- Basta con eso. (Le revoleé un almohadón y reímos)
Preparé un almuerzo para ambos (O una merienda) y cuando terminamos de comer me fui con Nico.
Pero algo interrumpió nuestra tarde.
- Tranquilo, va a estar bien. (Dijo abrazándome, en la sala de espera del hospital)
- Le llega a pasar algo y me muero Pau.
- No le va a pasar nada Pepe, tenes que ser positivo. Él es fuerte.
- Ya no…
- (Se separó un poco de mí y secó mis lágrimas) Él es fuerte, sino, no hubiese llegado a estar acá hoy.
- Su fortaleza se acaba.
- Te aseguro que no.
- Sí Pau… Yo sé que sí.
- Confia, dale.
- No puedo.
- Sí que podes…
- No.
- Sí. (Volvió a secar mis lágrimas y yo suspiré) Él te necesita fuerte. Y tus viejos también.
- Me cansé de ser el fuerte Paula. No puedo más, no soporto más. ¿Y sabes que es lo peor? Que me da culpa estar así. (Confesé en medio de sollozos e infinitas lágrimas)
- No te tiene que dar culpa, todos tenemos sentimientos y derecho a expresarlos.
- Yo no.
- Mmm… Estás equivocado. ¿Sabes? (Me encogí de hombros) ¿No queres que vayamos un ratito afuera, así te tranquilizas?
- Por favor.
- Veni…
Me abrazó por el costado y comenzamos a caminar en dirección al ascensor, bajamos y salimos al parque de aquel hospital y nos sentamos en un banquito… Enfrentados, yo no podía dejar de llorar, estaba explotando, tanta acumulación un día iba a salir.
Pau tomó mi mano y con su mano libre secó mis lágrimas.
- Descargate, te va a hacer bien.
- Es que no sé muy bien que decirte, no sé ni lo que me pasa. No me entiendo, no sé.
- ¿Por qué lloras? ¿Por Nico?
- Sí, y es la primera vez que lo hago así, delante de alguien. Estoy sacando muchas cosas que tenía metidas adentro, por eso… Perdón si lloro mucho.
- (Rio) No se pide perdón por esas cosas Pepe. Los sentimientos no se controlan, y menos las lágrimas… Llora todo lo que necesites, no tenes que tener vergüenza.
- Miedo tengo.
- ¿De qué?
- De que Nico…
- No… Sh… (Posó mi dedo índice en mis labios) Nico va a estar bien, y eso va a ser así.
- ¿Y si no?
- Pedro, no seas negativo.
- No puedo ser de otro modo, no quiero ser un ciego que no ve la realidad.
- Todavía ni siquiera te dijeron nada Pepe.
- Pero yo sé que ya él no puede más, su cuerpo no puede más.
- Tene un poquito de fe. Dale. Él se merece que vos la tengas…
Yo suspiré y sequé mis lágrimas, las cuales eran incontrolables, mis ojos las despedían sin permiso alguno… Lágrimas que en realidad eran despedidas desde lo más profundo de mí.
Pau volvió abrazarme y yo me dejé vencer en sus brazos.
- No estás solo. ¿Sabes?
- Te quiero Pau, mucho. Gracias por estar acá conmigo, por dejarme llorar.
- Yo también te quiero Pepe… (Besó mi mejilla) Tranquilo. ¿Sí?
Después de lavarme la cara, salí del baño y Pau estaba en la puerta…
- Lo mejor que podes hacer ahora es estar con él, pasa a verlo, dale.
- ¿Se puede?
- Sí, está despierto.
- (Sonreí, solo un poco) ¿Me esperas o te vas?
- Te espero.
- ¿Segura?
- Sí Pepe.
- ¿Te sentís bien?
- Sí…
- Bueno, sentate un rato y comprate un agua, o algo para comer. Toma… (Dije sacando mi billetera y le di algo de plata) Y no me lo devolves. ¿Ok?
- (Sonrió) Gracias por cuidarnos a pesar de lo que pasa.
- Siempre lo voy a hacer. (Besé su frente y ella volvió a sonreír) Dale, anda a comprarte lo que quieras y anda a sentarte un ratito.
Pau se fue en dirección al buffet y yo en dirección a la habitación en donde estaba mi hermano.
- Nico… (Dije intentando sonar animado, y que no se note en mi voz ni en mi expresión todo lo que había llorado hasta el minuto anterior a aquel) ¿Cómo te sentís?
- Mejor…
- ¿Sí?
- Sí, me sedaron. Ya no me duele más el pecho.
- Mejor entonces. (Me senté a su lado)
- Pepe… ¿Podemos hablar en serio?
- Obvio.
- Yo sé que no me queda mucho, lo sé, y siempre lo supe… Y no te tenes que poner mal por eso, son las reglas del juego, de mi juego, pero el tuyo sigue hermano… Y estoy seguro de que tiene que seguir con Paula, no dejes ir a esa mujer de tú vida Pepe… Los dos tienen la mirada llena de dolor, y estoy seguro de que juntos van a poder superarlo… Hay algo cuando se miran que va más allá de todos, se los ve conectados… Se nota que a pesar de conocerse hace poco se quieren, y se nota que quieren cuidarse. Háganlo, en serio… Estoy segurísimo de que es el amor de tú vida… (Tomó mi mano) Permitite vivirlo , permitite empezar a vivir para vos, a vivir como vos queres, siendo como sos, sin tener que hacerte el macho delante de mamá, sin tener que laburar para poder mantenerme… (Suspiró) Te juro que te lo agradezco desde lo más profundo de mí, y nunca pudiese haber tenido un mejor hermano que vos, pero empeza a vivir tú vida, por vos y por mí.
Y con cada palabra que dijo fue inevitable no volver a quebrarme, y tan solo lo abracé. Lo más fuerte que pude.
- Te adoro hermano.
- Y yo a vos Pepe, gracias.
- A vos.
quierooo otrooooooooo, por favooor :c
ResponderEliminarme encanto el cap!! es re tierno pepe POR FAVOR CLONEN A PEPE jajaj
ResponderEliminarMe hiciste llorar mucho cami! Jajajajajaja hermoso capitulo quiero el besos de Pepe y Pau para cuando? Ajajja sos muy genial cami
ResponderEliminarsubiiiii otroooooooooooooooo pliiiisss me encanto yo quiero un pepe en mi casa!!!!!!!
ResponderEliminarbuenísima la nove,seguí subiendo...
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