domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 185

Estaba en el trabajo, sin nada que hacer, lo cual era demasiado extraño, asique decidí investigar en la base de datos que teníamos sobre alguna posible adopción… Sé que Lola aún no lo quería, pero con investigar no perdía nada, y además, era todo tan lento, suspiré, pensativo. ¿Realmente estábamos dispuestos a pasar todo aquel proceso? O quizás no era esa la pregunta… ¿Realmente estábamos enteros para bancarnos todo aquello?

El sonido del celular me quitó de mis pensamientos, y sonreí al ver quien lo hacía sonar.

‘No sabes lo bien que me hizo lo de anoche, te extrañaba y de verdad, me haces sentir viva, feliz, mujer… Sos capaz de hacerme olvidar de todo, te amo mi amor. Qué tengas un buen día’

‘Imposible no tenerlo, entre nuestro reencuentro y este mensaje, te amo muchísimo mi vida, y yo también te extrañaba demasiado’

‘Quizás es medio egoísta, pero extraño esas salidas solos…’

‘Yo también las extraño, muchísimo’

‘No veo la hora de que todo vuelva a ser como antes, antes de que yo me vuelva asquerosamente loca y cruel. Ya sé que no era feliz, pero al menos estaba mejor que ahora’

‘Mi amor… Te prometo que hoy intento salir temprano y hablamos. ¿Sí? Pero no llores sin que yo esté ahí para darte un abrazo, por favor’

‘Creo que ya es tarde para que me lo pidas’
Suspiré, guardé mi celular en el bolsillo y salí de mi oficina…

-

Me sentía vacía desde aquel día, desde aquel día que había visto a Pedro mirando con una sonrisa tan sincera a aquella familia en la puerta de la escuela, intentaba taparlo, porque sabía que Lola me necesitaba bien, pero aún no podía terminar de entender el porqué de semejante locura. No podía dejar de odiarme por eso.

Sabía lo que era vivir en un infierno, y sentía estar otra vez en él. Lo sé, no era lo mismo, pero ahora era responsabilidad mía estar así, y eso era lo que más me destruía.

Lloraba, demasiado angustiada, entrando a mi cuarto, me deslicé por la pared hasta quedar sentada en el suelo, abrazando mis rodillas, llorando.

Sentí el ruido de la puerta y suspiré.

- No tenías que volver del trabajo por mí, no era necesario. (Dije sin mirarlo)
- ¿Qué no era necesario? Mira cómo estás mi amor… (Hizo una pausa) Veni… (Dijo tendiéndome su mano, para que me levante)
- Anda Pepe.
- No me voy a ir, y si te tranquiliza saberlo, no estaba trabajando cuando hiciste sonar mi celular, no tenía nada para hacer, en serio. (Suspiré y uní mi mano a la suya, me levanté gracias al impulso que me dio él, y si bien creo que no tenía fuerzas ni para estar parada y quería tirarme en la cama, lo abracé) Sabes que jamás te dejaría cuando estás tan frágil.
- No estoy, soy.
- (Sentí que me abrazó más fuerte, pero sin dejar la ternura de lado) Sos fuerte, y lo sabes muy bien.
- No Pedro.
- Sí Paula… Sí.

Sin dejar de abrazarme, se sentó en la cama y yo me refugié en él. Él era el lugar más seguro. Él era mi lugar.

- Tranquila mi amor… (Susurró y yo escondí mi cara en su pecho)
- No puedo más, no puedo…
- ¿Me explicas que es lo que pasa? Porque no entiendo Pau…
- (Me separé un poco de él, sentándome frente a él) Es que… Desde esa vez que quise hacer una locura que me odio, y es horrible Pedro. Horrible. Intento taparlo, apaciguar el dolor, o no sé, pero te juro que no puedo. No puedo.
- (Secó suavemente mis lágrimas y besó sentidamente mi frente) No deberías odiarte, sos hermosa… (Negué con mi cabeza) Sí mi amor…
- No Pedro… (Me calló de un beso)
- Hermosa, y no me lo discutas… (Dijo, separándose de mí pero sin soltar mis mejillas)
- ¡Pedro! ¡Me quise matar!
- Pero eso ya pasó amor, ya pasó… (Acarició con su dedo pulgar mi mejilla)
- No, no pasó… Si no, no estaría así.
- ¿Seguís pensando en hacerlo?
- ¡No!
- Entonces la locura ya pasó, lo que sigue pasando son las consecuencias.
- No me enrosques…
- No te enrosco, es la verdad mi amor…
- ¿Cómo hago para dejar de odiarme? Es horrible Pedro.
- Ay mi amor… (Me abrazó)
 - Me detesto Pedro.
- Pau, sos una mujer hermosa, llena de amor para dar, a pesar de todo lo que te pasó, de lo que te pasa… Deberías estar orgullosa de vos misma.
- ¿Me estás jodiendo Pedro? (Me separé de él) ¿Orgullosa de qué? ¿De que hayan matado a mis viejos frente a mis ojos y no haya podido impedirlo? ¿De haber sido una puta durante años? ¿De no aprovechar la única posibilidad de felicidad que me dio la vida que son ustedes? ¿De haberme querido matar? ¿De haber querido dejar a mi hija sola? ¿A vos solo? ¿De eso tengo que estar orgullosa? Pf… Un orgullo bárbaro.
- ¿Por qué ves solo lo malo Pau?
- Porque es lo único que me pasó, cosas malas.
- No amor… No. (Me besó) Cada vez que sientas eso mirala a Lola… ¿Te parece que es algo mal?
- Es lo único bien que hice en esta vida, aunque no sé cuan bien… Mirala como está.
- ¡Paula! Deja de ver la mitad del vaso vacío.
- El vaso está completamente vacío.
- Sabes que no.
- Sé que sí.
- No seas tan dura con vos misma amor.
- No puedo ser de otro modo.
- Pau…
- ¿Qué?
- ¿Qué sentido tiene odiarte?
- No lo sé, pero me odio.
- (Me besó e hizo que quede refugiada en su pecho) Sos fuerte mi amor, y hermosa. Muy hermosa.
- Vos solo ves eso en mí.
- Lola también lo ve, Zai también, mis viejos… Los tuyos, aunque no estén más. ¿Y sabes quién te veía así también?
- ¿Quién?
- Nico… (Suspiró) Nunca me voy a olvidar del día que me dijo que vos eras la mujer para mí, que te cuide, que no te deje ir… No se equivocó, ni un poco.
- ¿Vos decís?
- Lo digo… (Besó mi frente) Te amo con todo mi alma Paula, y sos la mejor mujer que podría tener a mi lado.
- Eso lo dudo, pero te amo muchísimo, y no podría sin vos.
- Nunca vas a estar sin mí, asique siempre vas a poder… (Dijo haciéndose el superado y yo reí) Amo hacerte reír cuando estás así de pachuchita… (Acarició mi espalda y yo suspiré) Y no te odies, dale.
- ¿Vos en serio me pagarías otra vez las sesiones de terapia?
- Te lo dije millones de veces.
- Pero te lo estoy preguntando… ¿En serio lo harías?
- Sabes que sí, cualquier cosa para que estés mejor.
- Gracias…
- No tenes que agradecerlo.
- Sí mi amor… Agradecerte todo.
- Sabes que no. (Hizo que me levanté, al menos un poco, secó mis lágrimas y me besó)
- Te amo… (Dije en medio de sollozos)
- Te amo hermosa. (Nos besamos y volvimos a abrazarnos)
- Gracias…
- Sh.
- En serio mi amor.
- Deja de odiarte, con eso me lo agradeces.
- (Sonreí y lo abracé más fuerte) No me sueltes nunca, por favor.
- Jamás lo haría.

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