-
¿Puedo dormir otra vez acá mami? Por favor.
- Obvio que podes princesa. (Besé su cabeza) ¿Queres dormir ahora o lo
esperamos a papá?
- Tengo mucho sueño.
- Entonces dormí hermosa… (Apagué la luz y me quedé con ella, jugando con su
pelo, hasta que se quedó dormida. Besé su cabeza y salí, en busca de Pedro, lo
encontré sentado sobre la mesa, yo, sin decir nada, me senté en una silla y
apoyé mi cabeza en sus piernas, sentí sus dedos en mi nuca y suspiré)
- ¿Lola duerme?
- Sí…
Y se hizo un largo silencio, estábamos a oscuras, yo abrazaba sus piernas, con
mi cabeza apoyada sobre ellas y él jugaba con mi pelo.
- Amor…
- ¿Qué?
- No llores.
- (Reí) Es mejor que sigamos en silencio.
- (Corrió el pelo de mi cara y acarició mi mejilla) En serio…
- Es que, no hay nada que decir, solo que todo esto me hace mal y me hace
explotar, pero estar así con vos me hace bien. Muy bien. (Tomé su mano y la
besé)
- (Suspiró) A mí también me hace bien estar así con vos…
- Necesito hacer algo por ella.
- Yo también, pero no sé qué… (Suspiramos, a la par)
- Yo tampoco, y se siente horrible.
- Lo sé hermosa, pero mañana seguro la psicóloga nos ayude, al menos un poco.
- Eso espero.
- Seguro que sí.
Se hizo otro silencio, bastante largo y él acarició mii mejilla.
- ¿Estás cómoda?
- No sé… Tengo frío, pero no quiero ir al cuarto, la voy a despertar. (Me senté
bien)
- ¿Mantas y al balcón? Tengo chocolates, y muchas ganas de llenarte de besos.
- No te das una idea de lo mucho que te amo Pedro. (Me tomó por la cara y me
besó)
- Te amo hermosa. (Volvimos a besarnos)
- ¿Seguro que queres? Tuviste un día muy largo, te juro que si queres ir a
dormir no me enojo.
- No amor, te juro que no… Estoy sobrepasado de cosas, y necesito
tranquilizarme un poco, y con vos eso va a pasar… (Sonreí) Además, mañana pedí
el día libre, asique nos podemos despertar tarde…
- Entonces vamos. (Lo besé, ya que él nunca me había soltado y nos levantamos,
sin dejar de besarnos)
Pepe fue a buscar las cosas y yo preparé café.
Estábamos en el balcón, enroscados en una manta y los chocolates y los cafés ya
se habían terminado.
- No te vas a quedar dormida acá eh.
- (Reí) No Pepe… Es solo que si cierro los ojos me tranquilizo un poco más.
- Sos tan tierna… (Sentí que besó mi frente y yo suspiré)
- Pepe…
- ¿Qué?
- Necesito que me prometas que va a estar todo bien, por favor.
- No te lo prometo, te lo juro mi amor. (Me separé un poco de él, ya que estaba
sobre su pecho y lo besé) A veces pienso que estaría bueno que cambiemos de
aire, pero no quiero alejar a Lola de su madrina, y junto con sus abuelos son la única familia
que tiene, y creo que va a ser peor.
- (Suspiré) No sé, pero necesito que Lola sea feliz… No soporto saber que no lo
es, y no podría soportar que crezca infeliz como lo hice yo.
- Hey, para… Estás exagerando, lo tuyo fue mil veces más espantoso.
- No importa, no quiero verla triste, necesito que crezca feliz… (Dije al borde
del llanto) Necesito saber que hice algo bien en la vida, y quiero que eso bien
sea poder criar a mi hija bien, que sea capaz de darle lo que necesita para que
sea feliz, porque ella junto con vos son lo único que me importa en este mundo,
y las únicas razones por las cuales hoy sigo de pie. (Dije ya llorando)
- Te prometo que vas a estar orgullosa de tú hija y de vos como mamá, porque
sos la mejor de todas.
- No Pepe, sé que no es así.
- Pau… No te eches la culpa de todo, por favor.
- No puedo no hacerlo.
- Amor… Lola es la nena hermosa, tierna y buena que es gracias a vos…
- Y a vos.
- Bueno, sí, a los dos… A lo que le enseñamos. (Hizo una pausa) Y todos pasamos
por momentos de angustia en la vida, que muchas veces no son culpa de nadie.
- Pero esto sí, siento que muchas veces toda mi angustia y todo lo que me pasó
a mí repercute en ella, y es horrible.
- Bueno, ponele que sea así… ¿Vos sos responsable de tú pasado?
- De no poder escapar, y de sentir que no puedo superarlo.
- (Negó con su cabeza) Pau, no te sirve de nada enroscarte con todo esto,
cuando nos queramos acordamos esto ya pasó, y Lola va a estar con esa sonrisa
tan linda que tiene.
- (Suspiré y me acomodé otra vez sobre su pecho) Eso espero amor, eso espero.
- Vas a ver que sí. (Suspiramos)
- ¿Vamos a dormir?
- ¿Queres dormir o llorar?
- No, esto ya no vale. (Reímos)
- En serio amor, no quiero que nos vayamos a dormir y me despierte en el medio
de la madrugada y encontrarte llorando.
- Necesito dormir, pero dudo poder dormirme.
- Yo te mimo hasta que te duermas.
- ¿No te cansas de ser tan tierno?
- Jamás mi amor. (Sonreí y lo besé)
Estábamos en el cuarto, la acomodamos a Loli a un costado, yo me acosté a su
lado y Pepe abrazándome, por la espalda.
Sentí que besó en medio de mi nuca, y así fue hasta mi hombro, mi cuello, mi
nuca, mi mejilla, mi cara…. Yo tan solo cerraba los ojos e intentaba encontrar
un poco de paz en cada uno de esos besos. En él.
- Te amo Pepe. (Susurré) Gracias.
- Te amo mi amor… (Besó mi sien y se acostó detrás de mí, y así nos quedamos
dormidos)
En medio de la noche la sentía a Lola moverse, demasiado y bruscamente…
llorando.
- Loli… (Susurré en su oído) Loli, Lola… (Suspiré) Hija, despertate, estás
soñando. (Lo sentí a Pepe sentarse detrás de mí) ¡Lola! (Dijo elevando un poco
la voz y ella abrió los ojos, demasiado asustada y sin dejar de llorar, yo me
senté, delante de Pepe y esperé a que reaccioné) Era un sueño princesa, ya
pasó.
- ¿Y ahora no estoy soñando?
- No Loli. (Dijo Pepe)
Y en ese momento Lola se paró en la cama y nos abrazó a los dos, por el cuello.
- Es horrible soñar que me separan de ustedes. (Dijo llorando)
- Lo sabemos princesa, pero eso no va a pasar nunca. Nunca.
- Jamás mi amor. (Dije abrazándola más fuerte)
- Tengo miedo.
- No tenes qué tener miedo, de nada hija… (Dijo Pepe e hizo que nos separemos
un poco) Mamá y papá siempre van a estar con vos, y jamás dejaríamos que algo
nos separe hija.
- Loli… (Dije) Los tres juntos siempre, es una promesa. Y las promesas…
- Se cumplen. (Respondió y yo sonreí)
- Te amamos hermosa. (Dijo Pepe y nos abrazó, haciendo que Lola quede en medio)
- Muchísimo. (Agregué y le dimos un beso sandwichito) No llores más princesa.
Nos quedamos así, unidos por un rato, hasta que se tranquilizó.
- ¿Te duele el pecho hija? (Pregunté)
- Casi que no…
- ¿Queres seguir durmiendo?
- No, no quiero volver a soñar algo feo.
- Mamá y yo te cuidamos los sueños. ¿Queres?
- Mmm… Bueno.
- Dale princesa. (Besé su frente y ella volvió a meterse en la cama)
No hay comentarios:
Publicar un comentario