- Hola amor…
- Pau…
- (Suspiró) Me duele mucho verla así.
- ¿Me contas bien que pasó?
- La fui a despertar, y ella estaba llorando, me quise acostar con ella y no me dejo, se enojó y se dio vuelta, dándome la espalda y se tapó hasta la cabeza, entonces, yo sin decirle nada me acosté atrás de ella y la abracé hasta que se tranquilizó, y ahí me contó que se había hecho pis, muy asustada porque creyó que la iba a retar, se cambió, saqué todo de la cama y desde ese entonces que estamos las dos en nuestra cama, me dijo que le duele mucho el pecho, está demasiado angustiada… (Hizo una pausa, angustiándose ella también) Me dijo que sueña que la separan de nosotros, o que nosotros la abandonamos y que la quieren llevar, o con mis viejos o con tú hermano, que no entiende cómo, pero que le hacen eso…
- Ay, mi amor… (Suspiré) Es horrible sentir eso en el pecho, es muy chiquita…
- Lo sé Pedro, lo sé. (Hizo una pausa) Necesito hacer algo para que esté mejor, y ya no sé qué…
- Contenerla, vos y yo.
- No soporto saber que todo lo horrible que nos pasa, repercuta en ella.
- No amor, no pienses así.
- Es la realidad, capaz no deberíamos haberle contado tanto, es muy chiquita todavía.
- Pero, Pau, ya no podemos volver el tiempo atrás, lo sabe… ¿Qué podemos hacer?
-No sé, pero me estoy odiando por eso.
- ¡Paula! No te sirve de nada odiarte, lo único que tenemos y que vamos a hacer es contenerla, estar con ella, hacerle saber y sentir que eso no va a pasar.
- No alcanza Pedro, yo no alcanzo.
- Por favor Pau, por favor… ¡Deja de tirarte para abajo!
- Pero…
- Pero nada Paula, te lo pido por favor.
- No te enojes.
- (Suspiré) No, no me enojo… Pero odio que te tires para abajo, vales muchísimo. ¿Lo entendes?
- Eso creo.
- Creelo y convéncete, por favor. (Hice una pausa) ¿Lola duerme?
- Sí. (Suspiró)
- ¿Por qué no intentas tranquilizarte? Así cuando se despierta pueden hacer algo que la distraiga.
- ¿A qué hora venís?
- No sé amor, en cuanto pueda…
- No puedo sola.
- Amor, sí que podes…
- Se está despertando.
- Anda con ella, y cualquier cosa llamame. En cuanto pueda voy para allá, hoy no tengo ninguna audiencia, solo tengo que terminar un informe y creo que ya me libero.
- Intenta apurarte por favor.
- Te lo prometo Pau, y anda con Lola, dale.
- Gracias, te amo.
- Te amo mi amor, y abraza a la enana por mí.
-
Corté con Pepe y entré al cuarto.
- Mami…
- Acá estoy princesa. (Dije y me acomodé a su lado)
- ¿Dónde estabas?
- Hablando con papá, en la puerta, es que no quería despertarte… (Besé su frente) ¿Cómo te sentís? ¿Mejor?
- No, me sigue doliendo.
- (Suspiré) ¿Queres que hagamos algo así te distraes?
- No.
- Pero… Te vas a sentir mejor hija.
- No quiero mami.
- Bueno, está bien… ¿Nos quedamos las dos acá? (Ella asintió con su cabeza y se acercó a mí, acostándose sobre mí)
- Sí.
- Bueno mi vida… (La abracé, lo más fuerte que pude y nos quedamos otro rato más allí)
-
Cuando volví a casa, las encontré a las dos en la cama…
- Hola… (Dije entrando al cuarto)
- Pedro, anda a buscar el auto. ¡Ya!
- ¿Qué pasa?
- Le cuesta mucho respirar… Anda, que la abrigo y vamos.
- Está bien…
Cuando ya estábamos en la clínica…
- Puede quedarse solo uno.
- Mamá… (Dijo Lola)
-
Estaba detrás de ella, que estaba en una camilla, y la estaban revisando…
- Tengo miedo mamá.
- Va a estar todo bien hija, te lo prometo. (Susurré en su oído y ella apretó aún más mi mano, que estaba unida a la suya)
-
- Su hija se va a quedar internada, al menos unos días…
- ¿Qué tiene? (Pregunté preocupado)
- No podemos descubrirlo…
- Ella estaba muy angustiada, y creímos que por eso le dolía el pecho.
- Puede ser, pero tenemos que hacerle algunos estudios para verificar que no sea nada físico.
- Está bien… ¿Puedo pasar?
- Sí…
Yo entré y la abracé a Pau, ya que Lola dormía.
- Tranquila, te prometo que va a estar bien.
- Es todo mi culpa.
- No Pau, no.
- Sí Pedro.
- No, te juro que no. (La abracé más fuerte, ya que noté como su voz poco a poco se quebraba)
- Tengo mucho miedo y mucha culpa.
- (Me separé un poco de ella, solo lo suficiente para poder mirarla a los ojos) Eso no sirve de nada ahora Pau… (Hice una pausa) La culpa es inútil, y el miedo también. Tenemos que estar fuertes para ella. Dale amor… (La besé y ella me abrazó, apoyando su mejilla en mi pecho, yo también la abracé) No llores Pau…
- Eso intento.
- (Suspiré) ¿Queres ir a comprarte un agua o salir un ratito? Así te tranquilizas.
- No, me quiero quedar con ella.
- Pero quedarte así no sirve de nada.
- (Suspiró) ¿Te quedas vos?
- Sí hermosa. (Besé su cabeza y ella se separó de mí)
- Mandame un whap si se despierta que vengo…
- Dale. (La besé) Anda…
Ella se acercó a darle un beso a Lola en la frente y luego salió.
Me costaba demasiado hacerme la fuerte frente a ella, pero no podía ni quería quebrarme, sentía que si yo caía, los dos nos íbamos a pique.
Me senté en una silla, al lado de Lola y tomé su manito.
- Va a estar todo bien princesa, te lo prometo. (Besé su frente y ella abrió sus ojitos) Perdón hermosa, seguí durmiendo… (Susurré)
- ¿Y mamá?
- Se fue a comprar algo, ya viene.
- No se vayan.
- Te prometo que no, nos quedamos los dos con vos, acá. (Besé su manito) Seguí durmiendo princesa…
Jugué con su pelo unos minutos, hasta que volvió a dormirse.
- Pau…
- (Suspiró) Me duele mucho verla así.
- ¿Me contas bien que pasó?
- La fui a despertar, y ella estaba llorando, me quise acostar con ella y no me dejo, se enojó y se dio vuelta, dándome la espalda y se tapó hasta la cabeza, entonces, yo sin decirle nada me acosté atrás de ella y la abracé hasta que se tranquilizó, y ahí me contó que se había hecho pis, muy asustada porque creyó que la iba a retar, se cambió, saqué todo de la cama y desde ese entonces que estamos las dos en nuestra cama, me dijo que le duele mucho el pecho, está demasiado angustiada… (Hizo una pausa, angustiándose ella también) Me dijo que sueña que la separan de nosotros, o que nosotros la abandonamos y que la quieren llevar, o con mis viejos o con tú hermano, que no entiende cómo, pero que le hacen eso…
- Ay, mi amor… (Suspiré) Es horrible sentir eso en el pecho, es muy chiquita…
- Lo sé Pedro, lo sé. (Hizo una pausa) Necesito hacer algo para que esté mejor, y ya no sé qué…
- Contenerla, vos y yo.
- No soporto saber que todo lo horrible que nos pasa, repercuta en ella.
- No amor, no pienses así.
- Es la realidad, capaz no deberíamos haberle contado tanto, es muy chiquita todavía.
- Pero, Pau, ya no podemos volver el tiempo atrás, lo sabe… ¿Qué podemos hacer?
-No sé, pero me estoy odiando por eso.
- ¡Paula! No te sirve de nada odiarte, lo único que tenemos y que vamos a hacer es contenerla, estar con ella, hacerle saber y sentir que eso no va a pasar.
- No alcanza Pedro, yo no alcanzo.
- Por favor Pau, por favor… ¡Deja de tirarte para abajo!
- Pero…
- Pero nada Paula, te lo pido por favor.
- No te enojes.
- (Suspiré) No, no me enojo… Pero odio que te tires para abajo, vales muchísimo. ¿Lo entendes?
- Eso creo.
- Creelo y convéncete, por favor. (Hice una pausa) ¿Lola duerme?
- Sí. (Suspiró)
- ¿Por qué no intentas tranquilizarte? Así cuando se despierta pueden hacer algo que la distraiga.
- ¿A qué hora venís?
- No sé amor, en cuanto pueda…
- No puedo sola.
- Amor, sí que podes…
- Se está despertando.
- Anda con ella, y cualquier cosa llamame. En cuanto pueda voy para allá, hoy no tengo ninguna audiencia, solo tengo que terminar un informe y creo que ya me libero.
- Intenta apurarte por favor.
- Te lo prometo Pau, y anda con Lola, dale.
- Gracias, te amo.
- Te amo mi amor, y abraza a la enana por mí.
-
Corté con Pepe y entré al cuarto.
- Mami…
- Acá estoy princesa. (Dije y me acomodé a su lado)
- ¿Dónde estabas?
- Hablando con papá, en la puerta, es que no quería despertarte… (Besé su frente) ¿Cómo te sentís? ¿Mejor?
- No, me sigue doliendo.
- (Suspiré) ¿Queres que hagamos algo así te distraes?
- No.
- Pero… Te vas a sentir mejor hija.
- No quiero mami.
- Bueno, está bien… ¿Nos quedamos las dos acá? (Ella asintió con su cabeza y se acercó a mí, acostándose sobre mí)
- Sí.
- Bueno mi vida… (La abracé, lo más fuerte que pude y nos quedamos otro rato más allí)
-
Cuando volví a casa, las encontré a las dos en la cama…
- Hola… (Dije entrando al cuarto)
- Pedro, anda a buscar el auto. ¡Ya!
- ¿Qué pasa?
- Le cuesta mucho respirar… Anda, que la abrigo y vamos.
- Está bien…
Cuando ya estábamos en la clínica…
- Puede quedarse solo uno.
- Mamá… (Dijo Lola)
-
Estaba detrás de ella, que estaba en una camilla, y la estaban revisando…
- Tengo miedo mamá.
- Va a estar todo bien hija, te lo prometo. (Susurré en su oído y ella apretó aún más mi mano, que estaba unida a la suya)
-
- Su hija se va a quedar internada, al menos unos días…
- ¿Qué tiene? (Pregunté preocupado)
- No podemos descubrirlo…
- Ella estaba muy angustiada, y creímos que por eso le dolía el pecho.
- Puede ser, pero tenemos que hacerle algunos estudios para verificar que no sea nada físico.
- Está bien… ¿Puedo pasar?
- Sí…
Yo entré y la abracé a Pau, ya que Lola dormía.
- Tranquila, te prometo que va a estar bien.
- Es todo mi culpa.
- No Pau, no.
- Sí Pedro.
- No, te juro que no. (La abracé más fuerte, ya que noté como su voz poco a poco se quebraba)
- Tengo mucho miedo y mucha culpa.
- (Me separé un poco de ella, solo lo suficiente para poder mirarla a los ojos) Eso no sirve de nada ahora Pau… (Hice una pausa) La culpa es inútil, y el miedo también. Tenemos que estar fuertes para ella. Dale amor… (La besé y ella me abrazó, apoyando su mejilla en mi pecho, yo también la abracé) No llores Pau…
- Eso intento.
- (Suspiré) ¿Queres ir a comprarte un agua o salir un ratito? Así te tranquilizas.
- No, me quiero quedar con ella.
- Pero quedarte así no sirve de nada.
- (Suspiró) ¿Te quedas vos?
- Sí hermosa. (Besé su cabeza y ella se separó de mí)
- Mandame un whap si se despierta que vengo…
- Dale. (La besé) Anda…
Ella se acercó a darle un beso a Lola en la frente y luego salió.
Me costaba demasiado hacerme la fuerte frente a ella, pero no podía ni quería quebrarme, sentía que si yo caía, los dos nos íbamos a pique.
Me senté en una silla, al lado de Lola y tomé su manito.
- Va a estar todo bien princesa, te lo prometo. (Besé su frente y ella abrió sus ojitos) Perdón hermosa, seguí durmiendo… (Susurré)
- ¿Y mamá?
- Se fue a comprar algo, ya viene.
- No se vayan.
- Te prometo que no, nos quedamos los dos con vos, acá. (Besé su manito) Seguí durmiendo princesa…
Jugué con su pelo unos minutos, hasta que volvió a dormirse.
y ahora ? ya no entiendo en que sentido va la nove, me gusta pero no la entiendo , nose , besos
ResponderEliminarmuy bueno,ojala todo empiece a mejorar...
ResponderEliminar