viernes, 20 de diciembre de 2013

Capítulo 176

- Es decisión tuya Pepe, pero a mí me parece que deberías volver y cerrar lo que pasa.
- Es imposible cerrarlo, es imposible cerrar la herida.
- (Suspiró) Pero, amor… ¿Vos te acordas de esa vez que hablamos y…?
- Recuerdo esa charla todos los días Pau, todos los días. Y te juro que no sé cómo hacer. (Dije en medio de lágrimas)
- Volver te va a hacer bien, volver a su lugar te va a dar la respuesta…
- No sé Pau, no sé.
- Estoy segura de que sí amor…. Igualmente es decisión tuya.
- Si voy con vos y con Lola, sí.
- ¿Te pensas que no te vamos a acompañar?
- No sé…
- ¿Sos tonto vos? (Se acercó a mí y besó mi nariz) Siempre los tres juntos. ¿O te olvidas?
- Te amo mi amor… (Susurré)
- Te amo bonito. (Besó mi frente y yo cerré mis ojos) Tranquilo…
- Quiero tus masajitos, en mi nuca. (Ella se sentó erguida y comenzó a masajear mi nuca, sonreí y la dejé, necesitaba sus mimos, relajarme al menos un poco)

Después de un rato…

- Veni, que vos también necesitas mimitos.
- (Sonrío y se acomodó a mi lado, abrazándome y posando su cabeza en mi pecho, su mano jugaba con el pelo de mi brazo y yo acariciaba su brazo, estábamos en silencio, hasta que Lola llegó corriendo)
- ¿Qué pasa Lola? (Pregunté)
- Nada, perdón. (Dijo molesta y se quiso ir, pero se lo impedí, ya que me levanté y la tomé de su mano)
- Loli… (Hice una pausa) No te enojes. (Pero ella no me respondía)
- Hija… (Dijo Pau y se acercó a nosotros) ¿Qué pasa?
- Me dejaron afuera.
- (Reí, muriendo de amor y la abracé por la espalda, para poder llenarla de besos) Estabas jugando mi amor, pero siempre podes venir a la ronda de mimos. (La alcé y la acosté en medio nuestro, Pau posó su mano en el pecho de Loli)
- Siempre podes venir hermosa… (Besó su frente) ¿Te duele? (Preguntó)
- Sí mamá, mucho.
- ¿Y si te hacemos mimitos se te pasará? (Pregunté)
- No sé…
- ¿Probamos? (Besé su frente)
- Sí…

Pau y yo nos quedamos con ella, haciéndole mimitos, hasta que se quedó dormida.

A los pocos minutos, Pau también se quedó dormida y yo me levanté, necesitaba un poco de aire fresco.

-

Me desperté por Lola, que se movía desesperadamente para todos lados y suspiré, la acomodé de costado, intentando mantenerme tranquila y comencé a acariciar su pelo, susurrándole que se tranquilice.

Agarré mi celular y se lo hice sonar a Pedro, a los pocos segundos estaba a nuestro lado, haciendo lo mismo que yo.

- Mi amor… (Susurré) Loli… Tranquila mi vida, tranquila.

Intentaba mantener la calma, pero verla así me desesperaba. Comencé a llorar cuando ella abrió sus ojos y suspiré, intentando mantener la poca calma que me quedaba.
Acaricié la mejilla de Lola y ella me abrazó.

- Tranquila mi vida, ya pasó. (Dije susurrando, abrazándola lo más fuerte que podía)
-  Tranquila hija, tranquila… (Se acomodó a nuestro lado y comenzó a acariciar su pelo)

Pasó un largo rato, en el que ella de a poco se tranquilizaba, y creo que yo también.

Ninguno decía nada, tan solo se escuchaba la respiración agitada de Lola y su llanto.

- Loli… (Susurró Pepe y corrió el pelo de su cara) ¿Queres un poquito de agua?
- No, quiero que no me suelten nunca.
- Nunca te vamos a soltar princesa…
- Nunca, nunca. (Dije y besé su cabeza) Tranquila mi amor, tranquila.
- ¿Puedo dormir acá?
- Obvio Loli… (Dijo Pepe y besó su mejilla) Cerra los ojitos y descansa.

La mimamos, hasta que se quedó dormida y yo apoyé mi cabeza en el hombro de Pepe, él besó mi frente e inevitablemente me quebré.

- No puedo más Pepe, no puedo. (Dije acariciando la espalda de Lola)
- (Me abrazó, por el costado) Arriba mi amor.
- No te hagas el fuerte, te juro que me pone peor.
- (Suspiró) Entonces prefiero decir nada.
- No hace falta, tan solo quedate con nosotras.
- Toda la vida Pau…

No me podía dormir, Lola descansaba, ya respirando normalmente sobre mí y Pedro a mí lado.
Acomodé mi cabeza en su pecho y se movió, me abrazó.

- Seguí durmiendo Pepe. (Susurré)
- Vos también dormí amor.
- No puedo, no me para la cabeza.
- (Sentí que comenzó a masajear mi nuca) Relajate, tranquilizate.
- (Suspiré) Te amo Pepe.
- Te amo hermosa.

-

Al día siguiente, me desperté y con cuidado me levanté, para no despertarlas.
Hablé con mi mamá, con el trabajo y fui a despertarlas.

- Buen día… (Susurré y besé la frente de ambas) Abran los ojitos que tengo que decirles algo.
- No quiero papá.
- Mmm… ¿No queres que nos vayamos unos días a lo de los abuelos?
- No me quiero mover de encima de mamá, ni que vos te vayas de acá.
- Pero nos vamos a ir todos princesa, dale, a los abuelos les va hacer bien verte, y a vos te va hacer bien verlos a ellos…
- Y si queres viajamos las dos juntas atrás así, abrazaditas.
- Bueno… Pero ahora no me quiero levantar.
- (Pau suspiró) No quedamos un ratito acá.
- ¿Preparo el desayuno?
- Sí…
- Ya vengo entonces.

Lo que más me dolía de todo esto era ver a Lola así, tan triste, angustiada, apagada.
Las cosas que la ilusionaban, que la hacían feliz ya no quería hacerlas, y me sentía culpable.
Culpable por darle una familia tan llena de angustias, y de cosas tan horribles que, aunque no queramos repercutan en ella. Porque sí, pienso igual que Pau.

Me daba miedo volver, pero sentía que necesitaba hacerlo.

Preparé todo en la bandeja y me dirigí al cuarto, desayunamos y me fui a bañar, cuando la escuché gritar a Lola, me vestí a las apuradas y salí del baño.

- ¿Qué pasa?
- Se lastimó la mano, con un vaso de vidrio.
- Me duele papá. (Dijo llorando)
- A ver… (Tomé su manito y tenía una herida muy profunda) Vamos a ir al médico princesa.

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