martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 171

A la mañana siguiente, sentí que Pau besó mi cuello y yo sonreí.

- Buen día mi amor… (Susurró)
- Buen día amor. ¿Qué pasó? ¿Te caíste de la cama? (Pregunté riendo)
- No, así no vale, vengo a despertate con besos y vos me descansas.
- Ay, bueno, perdón, perdón. Sabes que me encanta que me despiertes así.
- No me lo demostras.
- (Reí e hice que demos una vuelta, quedando sobre ella) ¿Qué queres que te demuestre? (Dije y la besé)
- (Rio) Nada, porque Lola debe estar por terminar de bañarse.
- ¡Ufa!
- (Rio) ¡Pedro! No es momento. ¿No te parece?
- Puede que no sea momento, pero yo no dejo de ser hombre, ni vos dejas de ser la mujer más hermosa del mundo, ni dejo de amarte.
- (Me besó) Te prometo que cuando Loli esté mejor hacemos una salida solos, hace mucho que no salimos. ¿Te parece?
- Por favor. (Sonreímos y nos besamos, yo salí de encima de ella y me levanté, ella también lo hizo) ¿Desayunaste?
- Solo tome mate mientras Lola desayunaba.
- ¿Tomas conmigo? Y comes algo…
- Tengo el estómago cerrado.
- Lo sé, pero tenes que comer igual.
- Pero…
- Pero nada. (La callé de un beso) Dale, vamos. (Ella suspiró y fuimos a la cocina, cuando estábamos allí, Lola se acercó y se sentó sobre las piernas de Pau)
- ¿No pensas saludar a papá?
- Sí, cuando venga.
- (Me acerqué a ella, ya que estaba buscando algo en la alacena y me agaché a su altura) Hola hermosa… (Besé su mano) ¿Estás mejor? (Ella negó con su cabeza y yo acaricié su mejilla)
- Me da miedo la psicóloga.
- No hija, no tenes que tenerle miedo, ella no te va a hacer nada, solo va a hablar con vos. (Dijo Pau)
- En serio Loli, no tenes que tener miedo… Ella es buena.
- Pero quiero que ustedes se queden conmigo.
- Vamos a hablarlo con la psicóloga, capaz nos podamos quedar un rato y después te quedes vos sola… (Dije)
- Mmm…
- Mmm… ¿Qué? (Pregunté y pasé mi dedo índice por su cuello, haciéndole cosquillas, ella sonrío y yo la alcé, parándome, se aferró a mí y yo la abracé) No me vas a llorar eh. (Ella rio y yo la abracé más fuerte, Pau se acercó a nosotros y posó su mano en la espalda de Lola)
- ¿No queres que vayamos un ratito a la plaza?
- No, me duele el pecho otra vez. (Pau y yo suspiramos, Pau se unió al abrazo y Lola lloraba)

Sin decir nada, la llevamos a la cama, a su cama, y nos arrodillamos cada uno a un costado, ella estaba boca abajo, llorando, y escondía la cara en su almohada.

- Loli, si te tapas así la cara no podes respirar bien y te va a doler más el pecho. (Dijo Pau, haciendo que se dé vuelta)
- Quiero esconderme mamá.
- ¿De qué?
- De todos.
- (Suspiró) Pero… ¿Por qué princesa?
- Porque sí.
- (Corrió el pelo de su cara) No es lindo que hagas eso… ¿A vos te gusta estar sola?
- No, pero en la escuela no me quieren y acá vos lloras por mi culpa, y eso no me gusta mamá. (A Pau se le llenaron los ojos de lágrimas, y se sentó en la cama, la sentó a Lola sobre sus piernas, y la abrazó)
- No pienses así princesa, por favor… (Dijo estallando en llanto) No te aísles, y menos de mí, por favor Lola.
- (Me acerqué a ellas) Loli… ¿Me escuchas? (Ella asintió con su cabeza) Sos muy chiquita para pensar así hija, lo que piensen los de la escuela creo que ya lo hablamos, no tenes que escucharlos, no tiene que importarte lo que te dicen…. Y, no tenes que aislarte de nadie Lola, de nadie, menos de nosotros.
- Por favor Loli, lo único que queremos es ayudarte, poder estar con vos. Me pasaría el día abrazándote si es necesario princesa, porque lo único que me importa en el mundo es que vos estés bien y seas feliz. (Besó su cabeza y yo las abracé)

Lola volvió a quedarse dormida, y yo me quedé a solas con ella…

-

Después de que Lola se durmiera, fui al baño, intenté volver, pero me sentía demasiado mal, me dolía la panza, estaba mareada, con nauseas… Y llorando.

- Amor… (Dijo Pepe)
- ¿Qué? (Pregunté)
- (Se acercó a mí) ¿Te sentís bien? Estás muy pálida.
- No, me siento muy mal, me duele la cabeza, la panza… Estoy mareada.
- (Se sentó a mi lado, y yo acomodé mi cabeza sobre sus piernas) Tranquila, que si te me caes vos también me caigo yo y nos vamos a pique… (Dijo acariciando mi cabeza y posó su mano en mi panza) Por favor hermosa, tranquila.
- No soporto verla así, lo que me dijo me partió al medio.
- Pero si vos te caes ella va a tocar fondo, y no es lo que queremos… Sabes que Lola sin vos no es nada.
- Te estás tirando abajo vos ahora…
- (Rio) No amor, te juro que no… Pero Lola tiene algo muy especial con vos.
- Con vos también.
- Lo sé, lo sé y lo siento… Pero vos sos la que pasa todo el día con ella, y necesitas estar fuerte para poder contenerla.
- Nunca fui fuerte, no puedo serlo.
- Paula, sí que sos fuerte, y lo sabes.
- (Suspiré y me levanté) Me voy a bañar.
- ¿Te sentís mejor?
- No, pero necesito despejarme.
- Pero no te vayas a bañar estando mareada.
- Dejame, por favor… Quiero estar mejor cuando Lola se despierte.
- Cualquier cosa llamame.
- Te prometo que sí. (Lo besé) Gracias… (Volví a besarlo) Te amo. (Rosé mi nariz con la suya y él me tomó por las mejillas, secando mis lágrimas)
- Te amo mi amor. (Volvimos a besarnos y me fui)
Después de bañarme, se fue a bañar Pedro y yo estaba en el balcón, sacando fotos… Hacía mucho que no lo hacía, y eso lograba sacarme de la realidad, al menos por un ratito.

Sentí a Lola abrazándome y sonreí.

- Hola hermosa… (Dije y también la abracé)
- Mami… (Me tiro de la mano e hizo que me agaché)
- ¿Qué Loli?
- (Corrió el pelo de mi hombro y yo sonreí) No me quiero alejar de vos, perdón.
- (Acaricié su mejilla) Nunca dejaría que lo hagas princesa, pero me alivia saber que tampoco lo harías. (La abracé y besé su mejilla) Te amo con la vida hija. (Volví a besar su mejilla)
- Te amo ma. (Sonreí y me separé un poco de ella, besé su nariz y ella rio)
- ¿Estás un poquito mejor princesa?
- Un poquito.
- Mejor hermosa… ¿Y te duele el pecho?
- No…
- (Sonreí) ¿Me prometes algo?
- ¿Qué cosa?
- ¿Me vas a contar todo lo que te pasa?
- Pero… (Miró para abajo y dejo de hablar)
- ¿Pero qué Loli?
- Me da vergüenza mami.
- (Hice que me mire) No tengas vergüenza de mí hija, por favor… Lo único que quiero es poder ayudarte, y jamás me reiría de vos, o te juzgaría, lo sabes Lola. (Volví a abrazarla)
- Igual ya sabes todo.
- ¿Sí?
- Sí mami, es que no sé porque me dan ganas de llorar o me duele el pecho, en serio que no sé.
- Para eso vamos a ir a la psicóloga Loli. (Me separé un poquito de ella, otra vez)
- ¿Ella lo va a saber?
- Mmm… No, pero seguro va a hacer que te des cuenta de que es lo que te pasa.
- Ah…

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