domingo, 22 de diciembre de 2013

Capítulo 178

Me desperté y suspiré, con cuidado de no despertarlas, me dirigí al cuarto de mi hermano, en casa todos dormían. Me encerré allí e inevitablemente me largué a llorar, como un nene, me acosté en su cama y suspiré, aún sentía su olor, o al menos mi imaginación lo hacía…
Levanté mi vista y allí vi, una foto de nosotros dos juntos, sonreí, a pesar del inmenso dolor y la acaricié con mi dedo. ¿Por qué la vida fue así de cruel con él? ¿Por qué?

Escuché que la puerta se abrió, y rogué que no sea Lola… Por suerte, no lo era.

- Hijo… (Dijo mamá, acercándose a mí)
- Perdón ma, sé que no te gusta que haya gente acá, pero necesitaba venir.
- (Se sentó a mi lado) No pidas perdón hijo, es tú hermano, y lo entiendo.
- No quiero sonar cruel, pero nadie me entiende vieja.
- Pepe…
- Te juro que no, me siento un pelotudo… Sé que tengo que dejarlo ir, y no puedo. No puedo, lo quiero acá, conmigo, aferrado a mí.
- Pero, aunque duela en el alma, tenes que aceptar que él ya no está más…
- Lo sé, pero la ilusión de un día despertarme y que solo haya sido una pesadilla te juro que existe, y es horrible… Encima Lola, que está tan mal, Pau que tampoco está bien… Y yo… Ma. ¿Qué hice tan mal? Te juro que ya no soporto más, si yo estoy mal bueno, pero no me banco que Pau no lo esté, y mucho menos Lola, me da culpa que todo lo que nos pase a nosotros la haga mierda a ella, es muy chiquita y sabe demasiado, le contamos demasiado, y no sabes cómo me arrepiento.
- Lo hecho, hecho está, y a veces es pero esconderle las cosas a los nenes.
- Mamá, es horrible verla así, con ataques de pánico, llorando todo el día, quejándose de que le duele el pecho de lo angustiada que está… ¡Y yo no sé qué hacer para ayudarla! ¡Es horrible! Me siento una mierda… Pau y yo nos vamos a pique, pero ella no tiene la culpa de nada.
- Para un poco Pepe… Nadie te enseña a ser padre, nadie, y uno hace lo que puede, y creeme que ustedes por Lola hacen demasiado, demasiado. Y ni vos ni Paula se van a ir a pique, porque tienen una razón para seguir, y esa razón es esa nena, que los necesita, hoy más que nunca.
- ¿Para qué nos necesita? ¿Para angustiarme más? ¿Para eso?
- No Pedro, no.
- Sé que es así mamá.
- No hijo… ¡No! El amor de un padre a un hijo es el más grande que existe, y ustedes la aman a Lola, desmesuradamente, y eso va a hacer que la puedan ayudar.
- ¿Cómo? ¿De qué sirve?
- Te estás castigando demasiado…

Y en ese momento escuché un ruido en la puerta, levanté la vista y estaba Paula llorando, ni bien la vi se alejó y suspiré.

- ¿Te podes hacer cargo de Lola si se despierta? Por favor, y avisanos como está…
- No te preocupes hijo.
- Gracias ma.

La seguí a Pau y la encontré en una hamaca que había en el fondo de mi casa, llorando…

Suspiré y me arrodillé frente a ella.

- ¿Por qué no hablas conmigo mi amor? (Preguntó, con mucha angustia)
- (Suspiré) Perdón amor, es que… No quiero ponerte peor.
- Me pone peor saber que no confías en mí.
- Sí que confío en vos, más que en nadie, lo sabes. (Acaricié su mejilla)
- Las parejas son de a dos Pedro, y te juro que me odio porque vos estás siempre para mí, siempre, a pesar de todo, a pesar de todas las cagadas que me mandé… Y yo no puedo estar para vos, y eso me hace sentir horrible.
- (Tomé su mano y suspiré) No es así amor…
- Sí que es así Pedro.
- Quiero cuidarte.
- Te juro que así no me cuidas…
- Perdón… Lo que menos quiero ahora es seguir sumando angustias.
- ¿Podes prometerme que vas a confiar en mí?
- Confío en vos… Lo sabes.
- (Suspiró) Prometeme que me vas a contar lo que te pasa, a pesar de lo que pase…
- Mmm…
- Por favor Pedro.
- Está bien mi amor, te lo prometo. (Me arrodillé para poder besarla) Pero no llores más, por favor.
- Vos tampoco entonces… (Sequé sus lágrimas) Y anda a hablar con tú mamá, no quería interrumpirlos.
- Jamás interrumpís, y ahora me quiero quedar con vos, al menos hasta que se despierte Loli.
- (Suspiró y yo apoyé mi cabeza en sus piernas, sentándome en el piso, sentí sus dedos jugando con mi pelo y justamente eso era lo que necesitaba) Me siento igual que vos, un asco cómo madre, no saber qué hacer para ayudarla me parte al medio.
- Es horrible.
- Detestable.

Suspiramos y nos quedamos allí, por un ratito, hasta que entramos, no queríamos que Lola pasara demasiado tiempo sin saber dónde estábamos, aunque no la vimos muy preocupada… Desayunaba con su abuela.

Me acerqué a ella y besé su frente, Pau hizo lo mismo.

- Buen día princesa.
- Hola… (Y continuó la charla con su abuela, sonreí, al menos hablaba con alguien que no seamos nosotros dos, preparé un café para Pau y otro para mí, para unirnos a la mesa)

Lola se sentó sobre mis piernas y Pau, quién estaba a mi lado dijo…

- Tenemos que hacerle la curación a esa manito Loli.
- Pero eso duele mamá.
- Ya lo sé princesa, pero no podemos no hacerlo… Te prometo que voy a hacer todo lo que pueda para que no te duela.
- Ufa…

Pau suspiró y fue en busca de un botiquín que habíamos traído, y bajo muchas quejas de Loli, terminó de curarle su manito.

- ¿Vamos a bañarnos?
- No mamá. (Respondió de mala manera)
- No me respondas mal hija… No te hice nada para que te enojes.

Y Lola no respondió, Pau suspiró, desganada y se fue…

- Loli… (Hice una pausa) ¿Por qué reaccionas así con mamá?
- Porque hace cosas que yo no quiero.
- Pero la mano hay que curarla, porque si no los bichitos que andan por el aire se te va a meter ahí y te va a doler muchísimo más… Anda a darle un abrazo a mamá, y anda a bañarte con ella…
- Sí le pedís perdón a mamá y te portas bien a la tarde preparamos una torta... ¿Queres?
- Sí abu…

-

Estaba en la habitación, cuando siento pasitos detrás de mí. Lola me abrazó por la cintura…

- Perdón mamá.
- (Sonreí y la alcé, para sentarme y sentarla sobre mis piernas) No pasa nada mi amor, pero no me gusta que respondas así, ni a mí ni a nadie.
- Ya sé, pero es que no me gusta que me curen, pero papá me explicó que si no los bichitos se meten ahí y me va a doler más… (Me abrazó por el cuello) Perdón ma, y gracias por cuidarme.
- (La abracé lo más fuerte que pude y besé su mejilla) No pasa nada Loli.
- Te amo mami.
- Te amo mucho más mi vida.
- ¿Me acompañas a bañarme?
- Obvio que sí princesa…

La ayudé a bañarse, ya que con su manito lastimada se le complicaba, y luego a cambiarse.

- Mami…
- ¿Qué mi amor?
- ¿Podemos salir con papá a algún lado?
- Obvio Loli.
- Papá está triste, y vos también… No quiero que estén así.
- (Besé su frente) No tenes que preocuparte vos por esas cosas princesa…
- Pero…
- Pero nada Loli, solo tenes que preocuparte por estar mejor vos… (Me abrazó) En serio mi vida.

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