martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 173

- Bueno… ¿Pedro y Paula, no?
- Así es.
- (Suspiró) Hay demasiado para hablar con ustedes… Lola es una nena, emm… especial.
- ¿En qué sentido? (Preguntó Pepe)
- Es demasiado sensible, si bien la gran mayoría de los nenes lo son, ella lo es y mucho más, quizás por todo lo que le pasó, que ni siquiera sé si es todo, porque bueno, no puedo obligar a hablar a nadie, menos a una nena. ¿No?
- ¿Y qué podemos hacer para cuidarla? No soporto más verla así, últimamente vive llorando y me dice que le duele el pecho, y además, algo que me olvidé de comentarte, hace algunos meses ella sufrió algunos ataques de pánico, pero como pasó solo algunas veces y aisladas su doctora nos dijo que no era necesario consultar con una psicóloga, pero bueno, creemos que ya no podemos solos y por eso estamos acá.
- A ella, cuando éramos más chicos le pasaba lo mismo, lo de los ataques de pánico.
- Emm… Sí.
- Ahora que me lo dicen entiendo cada vez un poco más, no quiero asustarlos, pero no está lejos de que vuelva a pasarle eso. (Pau suspiró y yo tomé su mano) Pero tranquilos, Lola no dejó de hablar maravillas de ustedes, de cuánto los ama y de cuánto la cuidan y se siente amada por ustedes. (Nosotros sonreímos) Y eso es lo más importante acá, sin la contención de ustedes ella nunca va a poder superar lo que le pasa.
- ¿Y qué es lo que le pasa?
- Angustia, tiene muchas cosas adentro para ser tan chiquita, le pasaron muchas cosas que las reprimió, y ahora el inconsciente le empezó a jugar en contra, por eso sus sueños y angustia. Y además, se siente muy sola… Me contó lo que le pasó en la escuela, en las dos, me contó lo que pasó en sus familias, lo que te pasó a vos y porque no podes volver a tener un hijo (Dijo mirándola a Pau, y yo tomé más fuerte su mano) Me contó que la secuestraron, el mismo hombre que te hizo eso a vos…
- (Pau suspiró) Es demasiado para ella, y me llena de culpa.
- No, no es su culpa… Ustedes no eligen lo que pasó.
- Pero deberíamos haberla cuidado más y no contárselo.
- A veces es peor esconderle las cosas, y que ahora se arrepientan no sirve de nada, solo tienen que estar con ella, escucharla cada vez que quiera hablarles y no presionarla para que lo haga.
- Está bien… (Respondió Pau)
- ¿Y con la escuela? ¿Volvemos a cambiarla?
- Mmm… No, lo peor fue en la anterior, en esta ella me contó que si tiene amiguitas, y me parece que otro cambio la desestabilizaría más.
- ¿Y entonces? (Preguntó Pau)
- Y entonces… Estén con ella, simplemente eso. Y, lo ideal, sería que tenga sesiones, en un principio, dos veces por semana… Pero bueno, no sé si quieren hacerlas conmigo…
- Sinceramente sí, es muy difícil que Lola se abra, es muy retraída con la gente que no conoce, y si lo hizo con vos, por algo debe ser.
- Entonces pueden pactar las citas en recepción, al menos durante el siguiente mes, y también deberíamos tener algunas charlas nosotros, pero eso lo iremos viendo. (Nosotros asentimos con la cabeza) Y sí tiene algún episodio de pánico… ¿Sabes cómo calmarla?
- No sé si lo hacemos bien, pero siempre pudimos calmarla.
- ¿Saben que tienen que ponerla de costado para que no se ahogue?
- Sí… (Respondí) La primera vez que pasó supe cómo reaccionar, como antes le pasaba a ella…
- ¿Puedo saber por qué te pasaba a vos?
- (Suspiró) Es una historia muy larga… (Hizo una pausa) Tiene que ver con ese hombre…
-  Es algo muy difícil…
- ¿Lola lo sabe?
- Solo una parte…
- ¿Puedo saber cuál?
- Que ese hombre mató a mis viejos, cuando yo tenía trece años, ante mis ojos… (Dijo con los ojos llenos de lágrimas y yo uní mi otra mano a la suya) Y ese hombre es el mismo que me dejó embarazada, y mató a su propio hijo… (Dijo ya quebrada) Es el mismo hombre que la secuestró, porque estaba empecinado en hacerme mal.
- Tranquila… ¿Queres un poco de agua?
- Por favor.
- Ya te traigo.
- Gracias…

Ella se levantó y yo le susurré a Pau.

- Contáselo.
- No puedo.
- Sí que podes, te va a hacer bien… Y además, capaz podes venir vos también, sabes que te haría muy bien.

Y en ese momento, la doctora volvió…

- Gracias. (Dijo agarrando el vaso de agua y tomó un poco, lo dejo en el escritorio y Clara volvió a sentarse frente a nosotros)
- ¿Se puede saber qué es lo que ella no sabe?
- (Pau suspiró y cerró sus ojos) Ese hombre, abusó de mi mamá… Y después lo hizo conmigo, durante muchísimos años, me tuvo cautiva, desde el momento en el que mató a mis viejos… (Dijo rompiendo en llanto) Y siento que eso, aunque yo no quiera, repercute en ella, porque no puedo tener un estado anímico normal, no suelo estar alegre… Intento estarlo para ella, pero no sé, hay veces que no puedo, y siento que en vez de hacerle bien hago todo al revés, y es horrible. (Hizo una pausa y abrió sus ojos) Y encima ella quiere un hermanito, y yo no se lo puedo dar… Si quedó embarazada puedo llegar a morirme. (Suspiró)
- ¿Lola sabe lo que puede pasarte?
- Sí… (Dije, tratando de dejarla respirar a Pau)
- Acaba de cerrarme todo… Ella tiene miedo de quedarse sola. Tanta gente se fue de su vida… Y sabe que puede llegar a pasarle algo a su mamá.
- Pero nosotros lo hablamos con ella, y como pudimos, le explicamos que ella no va a quedar embarazada, porque es algo que se decide.
- Hagánselo sentir.
- Es lo que intentamos… (Dijo Pau llorando)
- Y lo hacen, porque los ama. (Pau sonrío) Y respecto a lo que me contaste vos… ¿Puedo decirte algo? (Dijo, refiriéndose a ella)
- Sí.
- Sinceramente en esta profesión se escucha de todo, pero es el día de hoy que escucho estas cosas y no dejo de angustiarme… (Hizo una pausa) ¿Hiciste algún tratamiento psicológico?
- Sí, pero nada funciona.
- Volve a hacerlo, te va a hacer bien… Te noto muy triste, y no sé, me gustaría poder ayudarte.
- Sos un amor Clara.
- Solo amo lo que hago, amo ayudar a la gente.
- Yo la voy a convencer de que vuelva a hacer algo, y posiblemente con vos. (Pau rio) Es un poco terca.
- Es solo que me cuesta ocuparme de mí.
- Es hora de que lo hagas quizás, y además, así la vas a estar ayudando a tú hija.
- Tiene razón amor… (Dije)
- Puede ser, prometo que lo voy a pensar.
- Pensalo tranquila, y ahora los dejo que Lola los debe estar esperando.
- ¿Puedo pasar al baño antes?
- Sí, obvio. Salgan tranquilos que yo tengo que bajar a buscar unas cosas. (Dijo parándose, y nosotros también nos paramos) Un gusto chicos.
- Lo mismo decimos, gracias.

Nos saludamos y ella se fue, Pau me abrazó y yo también lo hice.

- Me muero de vergüenza.
- Sh, tranquila. (Besé su cabeza) Dale, anda al baño y lávate la cara que Loli seguro te va a dar un súper abrazo que va a hacer que todo se pase.
- (Suspiró) ¿Me esperas?
- Toda la vida. (Pau sonrío y me besó, para luego irse)

A los pocos minutos estaba otra vez a mi lado y salimos, Lola ni bien nos vio corrió a nosotros y Pau la alzó.

- ¡Al fin! (Dijo abrazándola)
- (Sonrío) ¿Vamos a casa princesa?
- Sí…
- Zai… ¿Venís o te alcanzo a tu casa? (Pregunté)
- Si no molesto…
- ¡Zaira! (La reté) ¿Cómo vas a molestar?
- Bueno, no sé.
- Venís a casa, y no se discute.

4 comentarios:

  1. que bueno ahora estoy entendiendo un poco mas, pero hay pequeñas cosas de la historia que no me cierran, como los mareos y las nausias de pau

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    1. son por las hemorragias que tuvo, igualmente, esas cosas no siempre tienen una razón, puede ser simplemente presión baja.

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  2. muy buenos los capítulos,ojala todo empiece a mejorar....

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