domingo, 1 de diciembre de 2013

Capítulo 156

Intenté distraerme con trabajo, pero era casi imposible.

Me dolía que piense así de mí, no sé qué hacer para ayudarla ni cómo mierda hacer para entenderla.

Y, como para coronar todo… Debía viajar en dos días.

Si cuando volvía a casa no me echaba iba a ser un verdadero milagro.

Entré, sigilosamente y me extrañó no escuchar ruidos, hasta que las vi a las dos durmiendo y sonreí.
¿Cómo hacer para protegerlas de todo el mal? ¿Cómo encerrarlas en una burbuja de cristal? ¿Cómo hacerlas sonreír?

Me dolía que Paula piense así, porque no hay nada que necesite más en el mundo que vivir a su lado, de su mano. Porque la amaba y la necesitaba como a nadie.

Me acomodé en el sillón y agarré mi celular, busqué algún jueguito, con el propósito de distraerme, lo cual fue imposible.

Pau salió de nuestro cuarto y, yendo a la cocina, pasó por el living…

- Ah, hola… No te escuché llegar. (Dijo y continuó su caminata)
- ¿Podemos hablar? (Pregunté, lo más tranquilo que pude)
- Voy a tomar algo que me duele mucho la cabeza, y vengo.
- Te espero.

Odiaba estas situaciones, odiaba sentirme tan incómodo con ella, tener que medir cada palabra y reacción, cuando siempre era tan sincero y espontaneo.

Ella volvió, y se sentó frente a mí, subió sus piernas al sillón y las abrazó. Apoyó su mentón en sus rodillas y dijo…

- Te escucho.
- (Suspiré) No sé por dónde empezar.
- Vos eras el que quería hablar.
- ¿No te parece que tenemos que hablar?
- No, porque no quiero que me sigas haciendo sentir mal.
- ¿Yo te hago sentir mal? Siempre creí que era al revés.
- Sé que me equivoqué, y es algo que todavía no me puedo perdonar, que me llena de culpa… (Hizo una pausa) Pero no creí que me pensabas tan mierda como para creer que me había querido matar otra vez.
- No Pau… (Suspiré) Es que me cegué, pero no… No te creo así, lo sabes. Sé, perfectamente, qué harías cualquier cosa por Lola, que ya entendiste que era cualquiera todo lo que pensaste, ya lo sé Pau…
- No coincide lo que me decís con lo que me haces sentir.
- Perdón, pero no quería generar esto… Solo quiero cuidarte, me duele verte triste y no saber cómo ayudarte.
- No es necesario que lo hagas si es una molestia.
- ¡Paula! Sabes que no es una molestia… Haría lo que sea por vos y por Lola, son lo único que me importa en este maldito mundo, lo único lindo que la vida me dio.
- No me quieras endulzar los oídos.
- Sabes que es la verdad.
- (Negó con su cabeza) A esta altura no sé nada.
- ¿Qué estas queriendo decir?
- Nada, deja.
- No, ahora me decís.
- Es que ni siquiera sé yo lo que siento, ni lo que pienso.
- (Suspiré) No tiene sentido esto.
- ¿Qué cosa?
- Esta charla.
- Entonces cortemosla acá. (Dijo levantándose)
- Para, tengo que decirte algo antes…
- ¿Qué? (Preguntó ya parada, y se dio vuelta, para mirarme)
- Me tengo que ir, de viaje, en dos días.
- Okei…

Y se fue.

-

Pasaron los dos días siguientes, y yo no le hablé, él tampoco me habló a mí.

Él se iba a la mañana, asique la llevó a Lola a su segundo día en la nueva escuela y luego al aeropuerto.

‘Me duele muchísimo tener que irme así, siempre me duele tener que alejarme de ustedes, pero estando en esta situación muchísimo más, espero que cuando vuelva ambos estemos más tranquilos y podamos hablar, y no te olvides de algo… Te amo, con todo mi alma’

‘¿Por qué me haces esto?’

‘Solo te digo lo que siento… Creo que siempre fuimos sinceros entre nosotros’

‘A mí también me duele mucho esta situación, y me duele mucho más ser yo la responsable de todo esto, me duele que por mí culpa no podamos estar bien, espero que en este viaje puedas pensar y replantearte en serio todo… Yo también te amo con todo mi alma, creo que lo sabes’

‘No hay nada que tenga que pensar, ni replantearme… Me quiero morir a tú lado, y eso nunca va a cambiar’

‘¿Estás seguro?’

‘Es la única certeza que tengo en esta vida’

‘Pensalo igual, por favor’

‘¡No tengo nada que pensar! Y prefiero que no sigamos hablando, no quiero enojarme ni seguir peleando’

‘Buen viaje…’


Me levanté de la cama, y después de bañarme volví allí, estar así con él me hacía mal, me dolía, me lastimaba.

Las horas pasaron, y en media hora tenía que ir a buscar a Lola, asique me levanté (porque otra no me quedaba) Desayuné, sin ganas y fui a buscarla.

- ¡Mami! (Corrió hacía mí)
- Hola hermosa. (Dije y besé su mejilla) ¿Cómo te fue hoy?
- ¡Re bien!
- ¿Sí?
- Sí.
- (Sonreí) ¿Vamos a comer a casa y me contas mejor?
- Bueno…

Lola me hablaba y yo no podía prestarle atención, tenía la cabeza en otro lado y por más que quisiera, no podía volver a la conversación.

- ¿Tenes tarea?
- Sí…
- ¿Y necesitas ayuda?
- No, creo que no…
- Entonces anda a hacerla mientras yo ordeno la cocina…

Lola se fue, sin decirme nada y yo suspiré, levanté todo y después de lavar los platos me fui al balcón, en donde me puse los auriculares, intentando distraerme. Fue en vano.

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