martes, 31 de diciembre de 2013

Capítulo 187

Pasaron varios meses…

Paula estaba mejor, Lola también.

Yo estaba volviendo de un viaje, bajé en el aeropuerto y suspiré, amaba tanto volver. Sentí a Pau abrazarme por la espalda y sonreí, tomé sus manos y las besé.

- Hola mi amor… (Susurró)
- (Me di vuelta y la besé, aferrándola a mí por la cintura) Hola hermosa… (Volvimos a besarnos y nos abrazamos, ella por el cuello)
- Te extrañé demasiado. (Dijo en mi oído)
- Yo también mi amor. Odio tener que irme. (Nos separamos un poco y nos besamos)
- Odio que te vayas. (Reímos y nos besamos, otra vez) ¿Vamos? Le dije a Lola que íbamos juntos a buscarla…
- Voy a buscar mis cosas y vamos. ¿Sí?
- Voy con vos.
- Dale.

Hice todo lo que debía hacer y fuimos hasta casa en taxi, dejé mi valija en casa y fuimos caminando juntos, tomados de la mano hasta la puerta de la escuela y ni bien Lola me vio, corrió a mí y sonreí. La alcé y la hice dar vueltas, ella rio y la llené de besos.

- ¡Hola princesa!
- Hola papi. (Besó mi mejilla)
- ¿Cómo estás mi vida?
- Bien, te extrañaba. (Dijo volviendo a abrazarme)
- Yo también mi amor.
- ¿Podemos ir los tres al Mac? (Pau se acercó a nosotros)
- Sí Loli…
- ¡Sí!

Pau agarró su mochila y yo llevaba a cococho a Loli, así llegamos al Mac y almorzamos ahí.

Cuando volvimos a casa me tiré con Lola en la cama, necesitaba dormir.
Ella estaba sobre mí, y yo mimaba su espalda.

- No te vayas más pa.
- (Sonreí) Sabes que a veces tengo que irme princesa… No puedo no ir. (Besé su cabeza)
- ¿No podemos ir con vos?
- Esta vez no se podía, te prometo que la próxima nos fijamos si podemos ir juntos… Además, no podes faltar más vos a la escuela, este año faltaste mucho.
- Ya lo sé.
- Por eso, pero si el próximo viaje lo hago mientras estés de vacaciones vemos si podemos ir los tres.
- Bueno papi.
- ¿Ahora podemos dormir un ratito? Muero de sueño hija.
- (Se acomodó sobre mí) Sí pa, yo también tengo sueño.
- Dormí entonces mi princesa…

-

Fui al cuarto y los encontré a los dos dormidos, sonreí y me fui a ordenar y limpiar un poco el cuarto de Lola, busqué su ropa de verano para ordenarla en su placard y sentí que Pedro me abrazó por la espalda.

- ¿Te despertaste dormilón?
- (Rio) Bueno, perdón che.
- (Reí) No pasa nada tonto, bah, no pasa nada si ahora te puedo tener un rato solo para mí. Yo también te extrañé eh.
- ¿Celosa?
- (Reí) No, solo quiero mimos de mi marido. ¿Está mal?
- No, está perfecto. (Me dio vuelta y me besó) ¿Sillón? Lola duerme en la cama.
- Dale, pero esta noche salimos solos. Ya arreglé con Zai.
- Te amo tanto. (Me besó)
- (Sonreí) Te extraño bonito… (Lo besé) Te amo.

Pero el plan de pasar un rato solos fue interrumpido por Lola, suspiramos riendo cuando la vimos venir y Pedro la alzó.

- ¿Te despertaste princesa?
- ¡Sí papá! ¿No me ves? (Nosotros reímos)
- Bueno che. ¿Te despertaste de mal humor?
- Me duele acá.  (Dijo tocándose la cabeza)
- Mmm… Bueno, ahora merendamos y tomas un remedio así se te pasa… (Dije y ella puso cara de asco)
- No quiero remedio.
- Te va a seguir doliendo la cabeza entonces Loli.
- ¿No hay otra cosa?
- (Reí) No mi amor.

Merendamos, finalmente ella tomó el jarabe y la acompañé a bañar.

- Mami… ¿Nos podemos bañar las dos con la malla? Hace mucho que no jugamos en el agua.
- (Sonreí) Obvio que podemos hija…
- ¡Sí! (Dijo festejando y yo reí)

Estábamos las dos en la bañera, ya había lavado su pelo y ahora jugábamos con unos animalitos que ella tenía para meter en el agua, pero cuando ella se dio vuelta la agarré por la espalda y empecé a llenarla de cosquillas.

- ¡No mamá, no! (Dijo riendo y yo también rio)
- Amo tú risa hija.
- (Rio) Bueno, pero no me hagas cosquillas.
- (Reí) Bueno, bueno. Está bien. (La acomodé sobre mí) Pero quedate acá.
- Amo estar así con vos ma…
- Sos tan tierna mi vida… (Besé su frente y ella sonrío)

Nos mimamos un rato allí, en el agua, hasta que salimos, nos secamos, yo me puse la ropa interior con la bata puesta y luego la ayudé a cambiarse…

- Mami… (Dijo sentada sobre la mesada del baño)
- ¿Qué Loli?
- Quiero decirles algo, a vos y a papá.
- Mmm… ¿Nos cambiamos y vamos a hablar con él?
- Sí, dale.

Sequé su pelo, ella salió del baño, me vestí y fui a buscar a Pepe.

Cuando salí los encontré a los dos en el sillón, Lola sobre sus piernas, enfrentado a él, despeinándolo. Reí y me senté a su lado.

- Acá estamos princesa… (Dije) ¿Qué tenías para decirnos?
- Mmm… (Suspiró) ¿Ustedes me habían dicho que yo podía tener un hermanito sin que a mamá le pase nada, no?
- (Con Pepe nos miramos sonriendo y él respondió) Sí Loli. Hay muchos nenes que no tienen papás, y los papás que queremos tener hijos y no podemos naturalmente, los podemos adoptar.
- ¿Y no pueden adoptar a una nena para que juegue conmigo y sea mi hermanita?
- (Sonreí, emocionada) ¿Vos queres hija?
- ¡Sí! Me aburrí de estar sola.

Ninguno de los dos dijo más nada, tan solo la abrazamos y ambos estábamos llorando.

Sentí que mi corazón estalló de felicidad, como si quisiera salirse de mi pecho… Sonreía y lloraba como una nena mientras abrazaba a mi hija con todas mis fuerzas, no podía creerlo.
Sentí la mano de Pedro en mi mejilla y abrí mis ojos, él me sonrío y secó mis lágrimas, todo por detrás de Loli.

- Te amo… (Dije tan solo moviendo mis labios)
- Te amo… (Respondió del mismo modo)

Capítulo 186

- Mami…. (Dijo mientras caminábamos hacia nuestra casa, desde la escuela)
- ¿Qué princesa?
- ¿Por qué lloras?
- No estoy llorando Loli. (Dije intentando sonar convincente)
- Sí mamá…
- (Reí) No Lola. (Y seguí caminando)
- Mamá.
- Basta hija. (Lola suspiró y no me dijo más nada en todo el camino)

Ya en casa…

- ¿Comemos Loli?
- No.
- ¿No tenes hambre?
- No.
- (Suspiré y me acerqué a ella) ¿Qué pasa?
- Que me retas porque me preocupo por vos.
- (Volví a suspirar. ¡Era demasiado chiquita para salirme con estas cosas! Y la amaba tanto…) Es que… (Me senté a su lado) Son cosas de grandes princesa, y vos no tenes que contaminarte con esas cosas, porque sos una nena… Y perdón, no te quise retar.
- No me gusta que llores.
- Mmm… ¿Me das un abrazo? (Lola sonrío y me abrazó, yo también la abracé y besé su mejilla) Te amo hija, perdón.
- Te amo mamá. (Sonreí)
- Si me abrazas se me van las ganas de llorar. ¿Sabías? (Sentí que sus brazos me abrazaron con más fuerza y volví a sonreír)
- ¿Podemos comer e ir a la cama a ver una peli?
- ¿No tenes tarea? (Pregunté, separándome de ella)
- Poquita, la hago mientras comemos.
- Entonces obvio que podemos.
- Quiero mimarte, como vos me mimas cuando yo estoy mal.
- (Sonreí y besé sentidamente su frente) Te amo hija.

La alcé y así fuimos hasta la cocina…

- Tengo que llevar mi mochila mamá.
- (Reí) Tenes razón… (Volví, sin soltarla a su habitación, agarré su mochila y fuimos a la cocina)

Ella se sentó a hacer su tarea mientras yo terminaba de preparar la comida.

‘¿Estás un poco mejor mi amor?’

‘Mmm… Sí, un poquito. Gracias Pepe’

‘Ya te dije que no agradezcas mi amor, me alegra que estés un poco mejor… Deja que Lola te mime’

‘Almorzamos y nos vamos a ver una peli a la cama’

‘Así me gusta… Te amo, a la noche prometo que te lleno de mimos pachuchita’

‘Me da mucha ternura que me digas así, te amo’

‘Pachuchita hermosa’


Reí y dejé el celular cargando, ya que estaba a punto de apagarse.

- ¿Qué peli miramos princesa?
- No sé, tengo sueño.
- ¿Dormimos una siesta?
- Sí.

Abrí la cama, nos sacamos el calzado y nos metimos ambas allí, ella se acomodó sobre mi pecho y con su manito comenzó a jugar con su pelo, era pura ternura. Yo hice lo mismo y ella cerró sus ojitos.

- Descansa princesa.
- Vos también mami.

Loli se durmió y yo no podía parar la cabeza, sonó mi celular y me estiré a agarrarlo.

- Hola… (Dije bajito)
- Amor… ¿Te desperté?
- No, Lola duerme, yo no, pero por eso hablo bajito.
- ¿Y vos no dormís?
- No me puedo dormir, sabes mi facilidad de maquinar.
- Entonces levantate y ponete a hacer algo que te despeje.
- ¿Qué?
- Saca fotos…
- ¿A qué?
- A la ciudad, dale, levantate.
- Voy a llamar a la psicóloga.
- Al fin amor. (Reí) Pero no vuelvas a la cama.
- Bueno…
- En un rato te llamo.
- Te amo tanto.
- Te amo mi vida, y no estés mal.
- Intento no estarlo… (Dije levantándome)
- ¿Te estás levantando?
- Sí… (Acomodé las mantas y la tapé a Lola, besé su cabeza y noté que dormía profundamente)
- Me alegro entonces, en un ratito vuelvo a llamarte.
- Gracias mi amor.
- Sh, no agradezcas. Un beso.
- Un beso Pepe.

Llamé a la psicóloga y conseguí turno para la semana siguiente, busqué mi cámara y comencé a sacar fotos, aunque ya me aburría un poco siempre hacerlo hacia el mismo lugar intenté concentrarme en lo que hacía, y no en lo que me pasaba.
Entré a mi casa y comencé a hacer planos detalles de varias cosas, en fin, cualquier cosa con tal de no pensar.
Puse música, The Beatles. Nada mejor.

‘Cuando me veo en tiempo de problemas, la madre María viene hacia mí, hablándome sabiamente, déjalo ser. 
Y en mis horas de oscuridad ella se para justo en frente mío hablándome sabiamente, déjalo ser. 
Déjalo ser, déjalo ser, hablándome sabiamente, déjalo ser. 
Y cuando la gente de corazón roto que vive en este mundo, se pone de acuerdo, allí habrá una respuesta, déjalo ser. 
Aunque quizás ellos puedan estar separados igual hay una chance que ellos verán, habrá una respuesta, déjalo ser. 
Y cuando la noche está nublada todavía hay una luz que brilla sobre mí, brilla hasta la mañana, déjalo ser. 
Me despierto con el sonido de la música, la madre María viene hacia mí, hablándome sabiamente, déjalo ser.’


Let it be… Dejarlo ser.

Suspiré y me dejé caer en el sillón, momento en el que sentí el ruido de las llaves y sonreí levemente, ya no aguantaba más sola…

- Hola amor… (Dijo y se acercó a darme un beso)
- Hola Pepe…
- (Se sentó a mi lado) ¿Mejor?
- Un poco. La música y las fotos me tranquilizaron…
- (Corrió el pelo de mi cara) ¿Loli no se despertó?
- Está re dormida. (Reímos)
- La voy a despertar porque nos vamos los tres.
- ¿A dónde?
- A caminar, a cenar… No sé.
- Sos lo más. (Lo besé)

domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 185

Estaba en el trabajo, sin nada que hacer, lo cual era demasiado extraño, asique decidí investigar en la base de datos que teníamos sobre alguna posible adopción… Sé que Lola aún no lo quería, pero con investigar no perdía nada, y además, era todo tan lento, suspiré, pensativo. ¿Realmente estábamos dispuestos a pasar todo aquel proceso? O quizás no era esa la pregunta… ¿Realmente estábamos enteros para bancarnos todo aquello?

El sonido del celular me quitó de mis pensamientos, y sonreí al ver quien lo hacía sonar.

‘No sabes lo bien que me hizo lo de anoche, te extrañaba y de verdad, me haces sentir viva, feliz, mujer… Sos capaz de hacerme olvidar de todo, te amo mi amor. Qué tengas un buen día’

‘Imposible no tenerlo, entre nuestro reencuentro y este mensaje, te amo muchísimo mi vida, y yo también te extrañaba demasiado’

‘Quizás es medio egoísta, pero extraño esas salidas solos…’

‘Yo también las extraño, muchísimo’

‘No veo la hora de que todo vuelva a ser como antes, antes de que yo me vuelva asquerosamente loca y cruel. Ya sé que no era feliz, pero al menos estaba mejor que ahora’

‘Mi amor… Te prometo que hoy intento salir temprano y hablamos. ¿Sí? Pero no llores sin que yo esté ahí para darte un abrazo, por favor’

‘Creo que ya es tarde para que me lo pidas’
Suspiré, guardé mi celular en el bolsillo y salí de mi oficina…

-

Me sentía vacía desde aquel día, desde aquel día que había visto a Pedro mirando con una sonrisa tan sincera a aquella familia en la puerta de la escuela, intentaba taparlo, porque sabía que Lola me necesitaba bien, pero aún no podía terminar de entender el porqué de semejante locura. No podía dejar de odiarme por eso.

Sabía lo que era vivir en un infierno, y sentía estar otra vez en él. Lo sé, no era lo mismo, pero ahora era responsabilidad mía estar así, y eso era lo que más me destruía.

Lloraba, demasiado angustiada, entrando a mi cuarto, me deslicé por la pared hasta quedar sentada en el suelo, abrazando mis rodillas, llorando.

Sentí el ruido de la puerta y suspiré.

- No tenías que volver del trabajo por mí, no era necesario. (Dije sin mirarlo)
- ¿Qué no era necesario? Mira cómo estás mi amor… (Hizo una pausa) Veni… (Dijo tendiéndome su mano, para que me levante)
- Anda Pepe.
- No me voy a ir, y si te tranquiliza saberlo, no estaba trabajando cuando hiciste sonar mi celular, no tenía nada para hacer, en serio. (Suspiré y uní mi mano a la suya, me levanté gracias al impulso que me dio él, y si bien creo que no tenía fuerzas ni para estar parada y quería tirarme en la cama, lo abracé) Sabes que jamás te dejaría cuando estás tan frágil.
- No estoy, soy.
- (Sentí que me abrazó más fuerte, pero sin dejar la ternura de lado) Sos fuerte, y lo sabes muy bien.
- No Pedro.
- Sí Paula… Sí.

Sin dejar de abrazarme, se sentó en la cama y yo me refugié en él. Él era el lugar más seguro. Él era mi lugar.

- Tranquila mi amor… (Susurró y yo escondí mi cara en su pecho)
- No puedo más, no puedo…
- ¿Me explicas que es lo que pasa? Porque no entiendo Pau…
- (Me separé un poco de él, sentándome frente a él) Es que… Desde esa vez que quise hacer una locura que me odio, y es horrible Pedro. Horrible. Intento taparlo, apaciguar el dolor, o no sé, pero te juro que no puedo. No puedo.
- (Secó suavemente mis lágrimas y besó sentidamente mi frente) No deberías odiarte, sos hermosa… (Negué con mi cabeza) Sí mi amor…
- No Pedro… (Me calló de un beso)
- Hermosa, y no me lo discutas… (Dijo, separándose de mí pero sin soltar mis mejillas)
- ¡Pedro! ¡Me quise matar!
- Pero eso ya pasó amor, ya pasó… (Acarició con su dedo pulgar mi mejilla)
- No, no pasó… Si no, no estaría así.
- ¿Seguís pensando en hacerlo?
- ¡No!
- Entonces la locura ya pasó, lo que sigue pasando son las consecuencias.
- No me enrosques…
- No te enrosco, es la verdad mi amor…
- ¿Cómo hago para dejar de odiarme? Es horrible Pedro.
- Ay mi amor… (Me abrazó)
 - Me detesto Pedro.
- Pau, sos una mujer hermosa, llena de amor para dar, a pesar de todo lo que te pasó, de lo que te pasa… Deberías estar orgullosa de vos misma.
- ¿Me estás jodiendo Pedro? (Me separé de él) ¿Orgullosa de qué? ¿De que hayan matado a mis viejos frente a mis ojos y no haya podido impedirlo? ¿De haber sido una puta durante años? ¿De no aprovechar la única posibilidad de felicidad que me dio la vida que son ustedes? ¿De haberme querido matar? ¿De haber querido dejar a mi hija sola? ¿A vos solo? ¿De eso tengo que estar orgullosa? Pf… Un orgullo bárbaro.
- ¿Por qué ves solo lo malo Pau?
- Porque es lo único que me pasó, cosas malas.
- No amor… No. (Me besó) Cada vez que sientas eso mirala a Lola… ¿Te parece que es algo mal?
- Es lo único bien que hice en esta vida, aunque no sé cuan bien… Mirala como está.
- ¡Paula! Deja de ver la mitad del vaso vacío.
- El vaso está completamente vacío.
- Sabes que no.
- Sé que sí.
- No seas tan dura con vos misma amor.
- No puedo ser de otro modo.
- Pau…
- ¿Qué?
- ¿Qué sentido tiene odiarte?
- No lo sé, pero me odio.
- (Me besó e hizo que quede refugiada en su pecho) Sos fuerte mi amor, y hermosa. Muy hermosa.
- Vos solo ves eso en mí.
- Lola también lo ve, Zai también, mis viejos… Los tuyos, aunque no estén más. ¿Y sabes quién te veía así también?
- ¿Quién?
- Nico… (Suspiró) Nunca me voy a olvidar del día que me dijo que vos eras la mujer para mí, que te cuide, que no te deje ir… No se equivocó, ni un poco.
- ¿Vos decís?
- Lo digo… (Besó mi frente) Te amo con todo mi alma Paula, y sos la mejor mujer que podría tener a mi lado.
- Eso lo dudo, pero te amo muchísimo, y no podría sin vos.
- Nunca vas a estar sin mí, asique siempre vas a poder… (Dijo haciéndose el superado y yo reí) Amo hacerte reír cuando estás así de pachuchita… (Acarició mi espalda y yo suspiré) Y no te odies, dale.
- ¿Vos en serio me pagarías otra vez las sesiones de terapia?
- Te lo dije millones de veces.
- Pero te lo estoy preguntando… ¿En serio lo harías?
- Sabes que sí, cualquier cosa para que estés mejor.
- Gracias…
- No tenes que agradecerlo.
- Sí mi amor… Agradecerte todo.
- Sabes que no. (Hizo que me levanté, al menos un poco, secó mis lágrimas y me besó)
- Te amo… (Dije en medio de sollozos)
- Te amo hermosa. (Nos besamos y volvimos a abrazarnos)
- Gracias…
- Sh.
- En serio mi amor.
- Deja de odiarte, con eso me lo agradeces.
- (Sonreí y lo abracé más fuerte) No me sueltes nunca, por favor.
- Jamás lo haría.

Capítulo 184

Lola finalmente se despertó, tal y como había dicho Paula, cenamos los tres juntos y Loli comenzó a abrir todos sus regalos, pero sus ojitos estaban cada vez más chinitos.

- ¿Estás muy cansada hija?
- Sí papi.
- ¿Y no queres ir a dormir?
- Me faltan algunos regalos…
- ¿Queres abrirlos hoy?
- Sí.
- Bueno, dale, abrilos y vamos a dormir. (Ella asintió con su cabeza)

En ese momento vino Paula, quien estaba en la cocina lavando todo lo de la cena, se sentó a mi lado y comenzó a ver todo lo que le habían regalado, por fin los regalos se terminaron y ella sin decir nada nos tomó de la mano para que la acompañemos a dormir, nos frenó en la puerta, la cerró y cuando terminó de cambiarse nos hizo entrar.

- ¿Estás bien Loli? (Preguntó Pau, y Lola no respondió nada, tan solo la abrazó y comenzó a llorar) Hey… Princesa… (La alzó y se sentó con ella a upa) ¿Qué pasa?
- Nada.
- Mmm… ¿Y lloras por nada hija? (Dije sentándome al lado de ellas)
- Quería que hoy estén los abuelos…
- (Pepe suspiró) No podían venir hija, el abuelo trabaja…
- Ya lo sé, pero no me gusta que vivan lejos, son mis únicos abuelos, mi única familia además de ustedes… ¿Por qué tenemos una familia tan chiquita? Siempre que voy a los cumpleaños de mis amigos está toda su familia, y en el mío estaban solo ustedes.
- (Acaricié su espalda y ella se aferró aún más a mí, la abracé lo más fuerte que pude) Es la familia que te tocó Loli, perdón si no es lo que vos quisieras… (Dije algo culpable)
- Intentamos que en medio de toda la angustia y lo feo tengas un lindo cumpleaños mi amor…
- Lo tuve, ya se los dije, pero es que solo me gustaría que seamos más que tres…
- A nosotros también nos gustaría eso princesa, pero… Es lo que hay. (Pedro nos abrazó)
- Tengo a los mejores papás del mundo, pero me gustaría tener más familia.
- ¿Seguís negándote a la idea de que mamá y yo adoptemos un hermanito? (Preguntó, separándose de nosotras)
- Mmm…
- Decinos la verdad princesa… (Dije mientras ella se sentaba erguida sobre mí, y yo secaba sus lágrimas)
- Sí me gustaría, pero me da miedo dejar de tenerlos solo para mí…
- Pero nosotros nos podemos repartir Loli… (Dijo Pepe)
- Y, además nunca vamos a dejar de estar para vos, pero… Si vos no queres, no vamos a hacer nada.
- No quiero ser mala, pero no sé… (Dijo con vergüenza y volvió a abrazarme)
- No sos mala, sos la nena más linda, buena y tierna del mundo… (Besé su frente)

Lola se quedó dormida y nosotros fuimos a acostarnos, Pedro estaba en el baño y yo en la cama, tapada hasta la nariz, a punto de llorar.

- Amor… (Dijo y se acostó a mi lado) Prohibido llorar eh.
- ¿Te dije que necesito paz, no?
- (Rio) Muchas veces… (Me destapó y besó mi frente) Te prometo que en cuanto Lola termine la escuela nos vamos los tres a la costa, como mínimo un mes… Todo Enero.
- Pero… Eso no nos va a sacar la angustia.
- Mmm… Yo creo que sí, imaginate, el mar, la arena, el viento… Nosotros tres caminando por la orilla.
- No sé… (Me acomodé sobre su pecho y él me abrazó)
- Vas a ver que sí mi amor…
- Ojala.
- Descansa.
- Vos también Pepe.
- Te amo… Mucho.
- Yo también te amo, muchísimo hermosa.

Pepe se durmió a los pocos minutos, pero yo no lograba conciliar el sueño, a pesar del enorme cansancio que me invadía.

Me levanté, con cuidado, y me fui a la cocina, allí me preparé un té y me lo tomé mientras observaba la ciudad de noche, cuando terminé mi té, deje la taza a un lado y apoyé mis ante brazos sobre el marco de la ventana.

Sentí las manos de Pedro posarse en mis hombros y sonreí, besó mi nuca, ya que yo llevaba un improvisado rodete y susurró en mi oído.

- No sé si sabías, pero pocas cosas me vuelven tan loco como despertarme de noche y encontrarte acá, de espaldas, con ese pijama que… (Besó mi cuello y yo reí)
- No, no lo sabía.
- Mmm… Bueno, ahora lo sabes. (Y besó detrás de mí oreja, cosa que sabe que me encanta)
- Sí, lo sé.
- ¿Me la vas a hacer muy difícil?
- No sé Alfonso, fíjate vos como podes convencerme.
- ¿Tengo que convencerte? (Preguntó riendo)
- No sé, te dije que te fijes.
- ¿En qué me tengo que fijar? ¿En el mujeron que sos?
- Sabes que no me gusta para nada que seas grosero.
- (Hizo que de media vuelta y me acorraló contra la pared, ya que se puso frente a mí y posó sus manos en la pared) Y a mí me vuelve loco que después de diez años me la sigas haciendo tan difícil.
- (Reí) Amo volverte loquito… (Lo despeiné)
- No me había dado cuenta… (Me acorraló, ahora apretando su cuerpo al mío)
- (Corrí mi cara, para que no pueda besarme y reí) Pienso seguir haciéndolo… Siempre. Amo hacerlo.
- (Se hundió en mi cuello, besándome y yo lo abracé por el cuello) Te amo, así de histérica.
- Ah, claro… ¿Y diciéndome histérica me queres llevar a la cama?
- (Largó una carcajada, separándose tan solo un poco de mí) Sé lo que tengo que hacer, en cinco segundos te tengo a mis pies.
- Demasiada fe me parece…
- Te conozco, simplemente.
- Demasiado…
- Justamente por eso. (Volvió a mi cuello, y con besos hizo que mi cara quede frente a la suya, yo enredé mis dedos en su pelo y él sonrío satisfecho) Te amo con locura Paula.
- (Sonreí y lo besé) Te amo, histéricamente. (Reímos y nos unimos en un beso que no se terminó hasta que caímos en la cama)

Estaba envuelta en las mantas y sobre su pecho, mientras él con sus dedos dibujaba figuras abstractas en mi hombro.

- Te extrañaba… (Susurré) Me voy a ir más seguido a la ventana me parece.
- (Rio) Por favor, yo también te extrañaba.
- ¿En serio necesitas esa excusa?
- Sabes que no, es solo que a veces me cuesta encontrar el momento…
- (Suspiré) Lo sé mi amor, y creeme que a mí también, por eso disfruto tanto cuando nos reencontramos.
- (Besó mi frente) Sos demasiado tierna…
- (Sonreí) No, es solo que amo demasiado a mi marido.
- (Dio media vuelta, para quedar sobre mí) Te amo tanto…
- Te amo mi amor. (Nos besamos y nos sonreímos) ¿Te enojas si me visto? Tengo frío.
- (Rio) Mmm… Sos demasiado sexy así, pero no quiero que te enfermes.
- (Reí y lo besé) Date vuelta.
- No podes seguir con la vergüenza a esta altura.
- Sí que puedo, date vuelta. Dale.

Pedro rio y se dio vuelta, aunque lo conocía demasiado y no dudaba ni medio segundo en que me había espiado.

- Ya son las seis… (Le dije)
- Olvidate de que llegue temprano a trabajar.
- (Reí) ¿Cansado?
- (Me revoleó un almohadón y reímos) ¿Dormimos?
- No respondiste.
- Vos tampoco. (Volvimos a reír)
- Digamos que tener una mujer tan hermosa, cansa.
- (Reí a carcajadas) Sos un tarado, pero te amo. (Lo besé y me acomodé sobre él, dispuesta a dormir)
- Te amo loquita…

Capítulo 183

Pasaron los días, las semanas y hasta incluso, un par de meses… Estábamos un poco mejor, todos, y hoy era el cumple de Lola.

Le preparamos el desayuno, con muffins, lo acomodamos en una bandeja, agarramos los regalos y entramos en su cuarto, dejamos todo sobre el escritorio y nos arrodillamos a sus costados, para comenzar a cantarle el Feliz cumpleaños en sus oídos.

- Feliz cumple princesa… (Besé su mejilla)
- Feliz cumple hija…

Y nos miramos cómplices con Pau, para hacerle cosquillas.

- ¡No, no! (Dijo riendo, tratando de sacarnos de encima de ella)
- No, el día de tú cumple tener que empezarlo con muchas risas…
- Mamá tiene razón. (Dijo Pedro y nos sentamos los dos)
- Prefiero regalos… (Dijo riendo)
- ¡Interesada! (Dijo Pedro y volvió a atacarla con cosquillas, pero a los pocos segundos paró, ella se paró en la cama y nos abrazó a los dos por el cuello)
- Feliz cumple mi amor… (Susurré en su oído)
- Gracias mami… (Pedro se separó de nosotras y Lola se sentó en mis piernas)
- Tenemos muchos regalos para vos… (Dijo Pepe buscando uno de los regalos)
- ¿En serio? (Preguntó con una sonrisa y yo reí)
- Mmm… Solo los que una hija tan hermosa como vos se merece. (Besé su cabeza y Pedro le dio el primer regalo)
- Es de parte de los dos eh…
- Gracias… (Y se corrió de encima de mí para comenzar a abrirlo)

Una muñeca que quería hace tiempo, un cd de música que nos había pedido, rollers, lápices de colores nuevos con nuevos libros para pintar y una cámara de fotos que si bien sacaba fotos, era de juguete.

- ¿Vamos a sacar fotos juntas?
- Obvio princesa.
- (Me abrazó) Gracias… (Hizo que Pepe se una al abrazo) Son los mejores papás del mundo.
- De nada hija…

Sí, capaz nos habíamos pasado de regalos, pero no estaba del todo bien y necesitábamos mimarla… O buen, malcriarla.

Desayunamos y ella se fue a bañar…

- (Pedro me abrazó por la espalda y besó mi nuca) Amo verla sonreír…
- (Uní mis manos a las suyas, las cuales estaban en mi panza) No hay nada más lindo.

Era la tarde, estábamos en el salón en donde festejaríamos el cumpleaños, Lola estaba feliz, y la veía tan integrada al grupo de su escuela que los fotografiaba sonriendo.

Era el momento de soplar las velitas, Pepe y yo estábamos junto a ella y después de la canción la abrazamos y la llenamos de besos.

La fiesta terminó, y estábamos llegando a casa…

- ¿La pasaste bien princesa?
- Sí papi, gracias.
- ¿Por qué?
- Por regalarme la fiesta. (Sonreí y me acerqué a ellos)
- Es un placer hija, creeme. (Besó su mejilla y casi al unísono yo besé su otra mejilla y me uní a la conversación)
- Te amamos hija, muchísimo…
- Muchísimo, muchísimo… (La abrazamos)
- Los amo.

Pedro la sentó en sus hombros y así corrió hasta el cuarto, la dejó caer en la cama y la llenó de cosquillas, agarré la cámara y comencé a sacarles fotos)

- ¡Mamá, veni! (Dejé la cámara y me tiré encima de ella, para llenarla de besos)

Lola terminó riendo y se sentó, frente a nosotros que estábamos acostados…

- ¿Podemos mirar una peli?
- Mmm… ¿No queres ver las fotos? (Pregunté)
- ¡Sí! Y después una peli…
- Con helado que hay en el frezeer… (Dijo Pepe y Loli sonrío)

Yo enchufé la cámara al televisor y comenzamos a ver las fotos… Lola terminó sobre el pecho de Pepe y yo después de desconectar todo, me acomodé con ellos, apoyando mi cabeza en el hombro de mi marido… Mi mano se acomodó sobre la espalda de Lola y ella sonrío.

- ¿Estás cansada?
- Sí, y muy feliz.
- (Sonreí) Es hermoso verte así mi amor…
- Muy hermoso… (Pepe besó su cabeza)
- Porque tengo a los mejores papas del mundo.
- (Sonreímos y la abrazamos) Y nosotros a la hija más hermosa, más tierna…
- Estamos orgullosísimos de vos princesa… (Agregué y besé su mejilla)

Loli se estaba quedando dormida, y ni siquiera habíamos visto la peli, Pedro la dejó en su cama, yo la tapé y salimos…

- (Me abrazó por la espalda) Necesito un ratito de novios con mi mujer… ¿Puede ser?
- Estoy muy cansada, te acepto algo donde pueda estar sentada.
- (Rio) ¿Te pegó al edad amor?
- No seas tarado. (Me solté de él y me hice la ofendida)
- Ay, ay… Ella se enoja.
- Basta Pedro. (Me crucé de brazos y él me arrebató, descruzando mis brazos y abrazándome por la cintura)
- Amo hacerte enojar… Sos hermosa enojada. (Me besó, pero yo no le respondí) Y lo que más amo es que te hagas rogar y yo te tenga que aflojar y… (Se hundió en mi cuello, besándome)
- Odio que me conozcas así… (Reí y lo abracé por el cuello) No duro ni dos segundos…
- La próxima te hago durar más, lo prometo. (Reímos y nos separamos, para darnos un beso) ¿Vamos a la cama a ver la peli que nos debemos? Y que sea para mayores de al menos, quince… (Reímos) O… No sé.
- ¿Al balcón?
- Mmm… Dale.

Buscamos una manta y estábamos envueltos en ella, en el balcón, yo sobre sus piernas, acomodada sobre él…

- ¿Estás bien Pau?
- (Suspiré) ¿Sabes que esto no vale, no?
- (Rio) ¿Qué pasa?
- Nada, son días que me gustaría que estén mis viejos… (Me acomodé en él) Pero no me hagas hablar, no quiero llorar. Por favor.
- (Besó mi frente) Bueno… Está bien mi amor. Pero, igual, ellos están.

Suspiré y él me abrazó aún más fuerte.

- Te amo Pepe.
- Te amo mi amor… (Sentí que recorrió mi espalda con sus dedos y yo sonreí) ¿Tenes sueño en serio?
- Mucho.
- Dormí amor…
- ¿Acá?
- No, si queres vamos a la cama.
- Pero Lola no va a dormir hasta mañana, y no quiero dormir en su cumple.
- Sos tan tierna.
- ¿No te pasa de que darías todo por ella? La veo tan feliz que quiero cuidarla, no quiero que vuelva a pincharse.
- Nos pasa lo mismo amor, pero estamos con ella. Eso no va a pasar.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Capítulo 182

Lola estaba acomodaba sobre mí y Pau a nuestro lado.

- Descansa Loli, te va hacer bien… (Dijo acomodándole el pelo detrás de su oreja)
- No se me pasa con dormir.
- Ya lo sé princesa, pero si te va a tranquilizar… (Besó su mejilla)
- Nosotros nos quedamos con vos mi amor… (Dije y besé su cabeza, Pau unió su mano a la de Lola y la mimamos hasta que, después de un largo rato, se quedó dormida)
- Vos también dormí mi amor… (Besé su frente y ella suspiró)
- No puedo…
- Mmm… Yo tampoco.  (Reímos)
- No quiero ser mala, pero…
- Vos también queres mimos.
- No, necesito que charlemos.
- ¿No queres mimos?
- Mmm… También.
- (Reí y la acostó a Loli a su costado, con cuidado de no despertarla) Veni…
- No, nos vayamos.
- No, no… Pero vamos a un costado.

Me levanté de la cama y la tomé de la mano, para que me siga, nos sentamos en unos puff que estaban en la otra punta de la habitación y prendimos un velador que había allí.

- Parezco un loro repitiendo, pero necesito paz.
- (Reí y acaricié su mejilla) Te puedo abrazar un ratito, y mimarte… Aunque sea un ratito de paz. (Ella sonrío y se acomodó sobre mí)
- ¿Puedo mimarte yo también?
- Por favor mi amor…

Mi mano peinaba su pelo, pasaba por su nuca y su espalda, mientras que la suya jugaba con mi barba y con el pelo de mi nuca…

- El único refugio seguro ante el miedo es el amor…
- Ah bue… (Dijo riendo) ¿Desde cuándo sos tan poeta?
- ¡Hey! No seas mala, no te rías.
- Perdón, pero jamás creí que me ibas a salir con algo así… (Dijo sin dejar de reírse, yo también reí y me tiré sobre ella) No Pedro, no. Lola duerme…
- No pensaba hacer nada que ella no pueda ver eh.
- Lo sé tarado, pero sé lo que queres hacer…
- Mmm… (Y comencé a hacerle cosquillas en la panza, ella rio y yo la besé, para que no la despertemos) Basta, y explicame de donde sacaste esa frase.
- La leí, hace muchos, muchos años… Y cuando te conocí le encontré el sentido, cuando la tuvimos a Loli volví a encontrárselo.
- (Sonrío y besó mi nariz) No podes ser tan tierno mi amor…
- Vos me pones así.
- Te estoy hablando en serio… (Hizo una pausa) Dejame terminar… (Me besó) Me causó gracia, sí, pero porque sos súper romántico, pero nunca creí que tanto… (Reímos) Pero esa frase tiene mucha razón, nunca la había escuchado, ni la había pensado, pero la escuché y se me vino a la mente el momento en el que nos conocimos, cuando me diste la mano y me ayudaste a levantarme del suelo… Me salvaste, tú amor me salvó, tú amor y todo lo que eso trajo a mi vida, sobre todo a la enana… Me enseñaste a amar, me enseñaste lo que es el amor, me enseñaste que es lo más lindo del mundo y que es el único refugio seguro. (Lo besé) Y sí, ahora estamos los tres malísimamente mal, pero siento que nunca voy a poder estar peor de lo que ya estuve, y siento que sí pude salir de ahí, voy a poder salir de esto también… Porque estamos juntos, como la otra vez. Te amo con todo mi alma mi amor.
- (Sonreí y la llené de besos) Te juro que este amor y toda esta paz que me das, que me dan, es lo único que me mantiene de pie… Vos también me salvaste a mí hermosa, y lo sabes muy bien… (Acaricié su nariz con la mía) Sos mi refugio, te juro que no hay mejor lugar que tus brazos. (La besé) Te amo Paula, con mi vida… (La besé y la abracé, sabía que la estaba aplastando, pero amaba estar así con ella… Después de un rato dije) Cuando no puedas respirar más avísame. (Rio e hizo que demos una vuelta, quedando ella sobre mí) Gracias…
- ¿Por qué?
- Por llenarme de paz.
- Es mutuo mi amor… (Besó mi mano y en ese momento Lola se despertó, y comenzó a llorar)
- ¡Mamá! ¡Mamá!
- (Pau corrió a ella) Tranquila mi vida, estoy acá, estamos acá. (Se sentó a su lado y Loli apoyó su cabeza en el pecho de su mamá) Tranquila Loli.
- (Me senté frente a ellas) ¿Soñaste algo feo?
- No, me asusté porque no estaban.
- Estábamos ahí, hablando con mamá… Te dijimos que no nos íbamos a ir…
- Perdón.
- No pasa nada princesa… Bah, no pasa nada si dejas de llorar. (Ella escondió su carita aún más en mi pecho y yo la abracé)
- ¿Es muy tarde para que veamos una peli?
- Mmm… Sí, pero no importa. (Respondí)
- ¿Y podes ir a buscar comida?
- Mmm… Sí, puedo.
- Y vos y yo nos vamos al baño así te lavas la carita…
- Bueno…

-

Fui con Lola a upa hasta el baño y la senté en la mesada del lavatorio.

- No llores más princesa… (Le dije mientras le alcanzaba la toalla para que se seque la cara)
- Quiero dejar de llorar, y no sé cómo.
- Hablando mucho de lo que te pasa, y dejando que te mimemos mucho.
- Entonces dame un abrazo mami.
- (Sonreí y la abracé) Muchos te voy a dar, y muchos besos. (Besé su mejilla reiteradas veces)
- ¿Puedo ver la peli en el medio de los dos?
- Obvio que podes mi princesa…

Eran las cinco de la mañana, y yo seguía despierta. Me envolví en una manta y salí del cuarto, me preparé un té y me senté en la mesa a tomarlo…
Sé que pasó mucho tiempo, en el cual no supe muy bien que hice…

- ¿Madrugadora vos? ¿Te sentís bien mi amor?
- (Reí) ¡Sos un tarado nene! Nunca me dormí.
- Mmm… (Se sentó a mi lado) ¿Estás bien?
- Sí, solo estoy desvelada.
- ¿Segura?
- Sí, te juro que no lloré ni una sola lágrima.
- (Rio y besó mi mejilla) ¿Y no queres ir a dormir un ratito?
- Mmm… No sé si me poder a dormir.
- Tengo unas manos mágicas que hacen dormir a cualquiera.
- (Reí) Vamos solo porque no quiero que la enana se quede sola.
- Dale, vamos.

Lavé la taza y fuimos a la cama… Me acosté y él se arrodilló frente a mí.

- Acostate vos también mi amor.
- Me voy a poner a trabajar.
- ¿A esta hora Pepe?
- Sí, así después en el día puedo estar con ustedes, y además, no tengo sueño.
- ¿Seguro?
- Seguro…
- Mmm… Bueno.

Cerré mis ojos y sentí sus dedos entre mi pelo.

- Gracias mi amor…
- Sh… No agradezcas, no estamos como para no dormir.
- Lo estás diciendo vos.
- (Rio) Está bien, me acuesto un rato.
- Sí, atrás mío, abrazándome.
- ¿Viene de pretensiones la cosa?
- Sh. (Reímos)

Capítulo 181

- ¿Por qué no salen un rato con Lola? Así se te pasa la culpa… (Dije en su oído)
- Mmm…
- Dale.
- ¿Y vos?
- Me quedo con tú mamá.

Lo convencí y ni bien cruzaron la puerta dejé caer mi cabeza sobre mis brazos en la mesa, comenzando a llorar.

- Ay, ay, ay… (Dijo Ali sentándose a mí lado, abrazándome por el costado)
- No puedo más.
- Tranquila chiquita, tranquila.
- ¿Cómo queres que me tranquilice teniendo a mi hija así? No puedo, no puedo… Encima Pedro y yo nos caemos a pedazos, no tenemos fuerzas para sostenernos nosotros y pretendemos sostener a Lola. Somos un desastre.
- Decís lo mismo que Pedro, y yo no creo que sea así… Como padres son hermosos, y siempre están para ella.
- No, no. Recién me pidió por favor que no nos vayamos más porque cuando nos vamos le duele el pecho… Y nosotros nos fuimos.
- Pero… Era algo que Pedro tenía que hacer.
- Lo sé, y no podía dejarlo solo, pero tampoco puedo dejar sola a mi hija… Y entre que intento repartirme, me dejo sola a mí, que bastante mal estoy. No sé para donde disparar, ni que hacer, ni cómo reaccionar. Es desesperante.
- No es por menospreciar a los hombres, pero las mujeres siempre somos capaces de repartirnos para estar para todos y para nosotras mismas.
- Yo no puedo Ali.
- Sí que podes Paulita…
- ¿Cómo? Decime cómo y te juro que lo hago.
- Primero deja de tirarte tan abajo, vales y podes mucho más de lo que vos crees. Y lo sabes. (Suspiré y escondí mi cara en mis brazos) Dale, arriba. Vos podes, todos pueden salir adelante.
- No soporto que Lola esté así.
- Ya se le va a pasar, creeme que sé que no hay sentimiento más horrible que ver a tú hijo sufriendo, pero todo pasa, y más si la contienen y la miman como lo están haciendo.
- Todos me dicen lo mismo, pero te juro que ya no sé.
- Vas a ver que sí, Lola es una nena llena de vida, de fortaleza, y si ustedes la ayudan, ya todo se va a pasar.
- (Suspiré) ¿Te enojas si quiero estar sola?
- ¿Cómo me voy a enojar? Solo sabe que si necesitas hablar, podes contar conmigo.
- Gracias Ali, de verdad.
- Nada que agradecer.

Sonreí a medias y me levanté, para dirigirme a la hamaca en la que había estado esa mañana, cuando sonó mi celular.

‘Te amo más de lo que te puedo explicar, y no sé, necesitaba decírtelo’

‘Soy tan afortunada de tener al lado mío un hombre como vos, te amo con la vida mi amor’

Suspiré, inhalando aire fresco, intentando que éste llegara a cada parte de mí, con el afán de encontrar, al menos, un poco de paz.

Estaba con mis ojos cerrados, pero la sentí a Lola corriendo hacia mí.

- ¿Qué haces ahí mamá? Las hamacas son para los nenes. (Dijo riendo, y yo también reí)
- ¿Queres que te hamaque?
- ¡Sí!

Me levanté, la deje sentarse a ella y la comencé a hamacar, Pepe nos miraba sonriendo, y yo le devolví la sonrisa.
Volví mi vista a Lola y de repente lo sentí detrás de mí, posando sus manos en mi cintura. Sonreí y besó mi cuello.

- Estuviste llorando… (Reí) Sos tremenda eh.
- Dejame, necesito hacerlo. (Me abrazó)
- Te amo… ¿Sabes?
- Fue muy lindo tú mensaje, me hizo sonreír en medio de las lágrimas… Yo también te amo mi amor. (Nos besamos y seguimos hamacándola a Loli, hasta que ella nos pidió de parar y se acercó a nosotros, parándose frente a nosotros)
- ¿Podemos ir a ver una peli los tres juntos?
- Mmm… No sé si llegamos antes de cenar Loli, después miramos una si queres.
- ¿Y ahora? ¿Qué hacemos?
- ¿No queres dibujar un ratito?
- Pero si ustedes vienen conmigo.
- Vamos con vos y ponemos música. ¿Te parece?
- ¡Sí!
- Dale princesa, y además entremos que hace frío, y vos estás congelada.

La abracé por el cuello y así caminamos hasta adentro, Loli se quedó con sus abuelos y nosotros le dijimos que la esperábamos en el cuarto.

- Amor… No te hagas la tonta.
- No me hago la tonta, sí, lloré, muchísimo. ¿Qué queres que le haga?
- Que hables conmigo.
- Es lo mismo que te pasa a vos, lo que me pasa a mí… Ya está, necesitaba llorar un poco.
- ¿Segura?
- Sí mi amor. (Lo besé)
- Confío en vos.
- Sí los dos nos ponemos a llorar juntos terminamos por el piso. (Lo besé y me refugié en su pecho, al menos por el ratito que podía, él me abrazó y besó mi cabeza)
- Vos vas a volver a la psicóloga.
- Vos también deberías ir amor…
- Somos una familia demasiado complicada.
- Pero llena de amor. (Sonrío y nos besamos)

Lola dibujaba y nosotros la observábamos, mientras escuchábamos un poco de música.

- Loli… (Dije tratando de que deje de mirar su hoja, pero ella no lo hacía)
- Tranqui. (Susurró Pepe en mi oído y yo no entendía nada, pasaron algunos minutos, ella dejo sus cosas y se dirigió al baño)
- ¿Qué le pasa?
- No sé, esperemos a que vuelva amor. Respetala, dejala con sus tiempos.
- (Reí) ¿Estoy muy encima, no?
- No Pau, pero dejala un poco, no vas a poder hacer que no sufra, aunque duela, es así.
- Lo sé, y es lo que más me duele.
- Tranquila. (Besó mi mejilla y en ese momento entró Lola, sin decirnos nada se acostó en la cama, boca abajo, yo me quise acercar pero Pedro me paró)
- Hija… (Susurró y paró la música) Loli… ¿Queres que nos quedemos o que nos vayamos? (Lola buscó su mano y la tomó) ¿Nos quedamos? (Lola asintió con su cabeza) ¿Los dos? (Loli repitió la acción) ¿Y queres que nos acostemos con vos? (Lola volvió a hacer lo mismo, y nosotros nos acomodamos a sus costados)

Pasó un largo rato, en el que ella, de a poco, comenzaba a llorar.

- Mi amor… ¿Nos queres contar qué pasa? (Susurré)
- No sé mami.
- ¿Te duele el pecho?
- Mucho.
- Tranquila Loli, mamá y papá estamos acá con vos. (Besó su mejilla y yo suspiré)

Lola terminó sobre mi pecho, boca arriba, yo masajeaba su pecho y Pepe sus piernas y sus pies. Era increíble lo franelera que era.

- ¿Un poquito mejor mi vida? (Preguntó Pepe)
- Un poquitito.
- ¿Y queres cenar?
- Mmm…
- La abuela hizo tú comida favorita.
- ¿En serio?
- Sí.
- Entonces sí, pero llévame papi.

Reímos, Pepe la alzó y así fueron juntos hasta el comedor, yo detrás de ellos.

martes, 24 de diciembre de 2013

Capítulo 180

Fuimos caminando, ya que quedaba relativamente cerca, y porque tenía miedo de llegar, pero, aunque quisiera dilatarlo, ya estábamos allí.

- Amor… (Apoyó su mentón en mi hombro) ¿Queres entrar solo?
- Sí Pau… ¿No te enojas?
- Obvio que no mi amor… (Me besó) Te espero acá.
- Gracias… (Me besó y yo entré)

Caminaba lento, tembloroso, y ya llorando.

Me arrodillé frente a él y escondí mi cara en mis manos, lo extrañaba tanto, lo necesitaba tanto. Quería darle un abrazo, charlar un rato con él, reírme. Lo necesitaba acá, conmigo. Y ahora.
No soportaba pensar y saber que él no estaba más acá, a pesar de que ya habían pasado casi diez años, no podía soportarlo, no quería entenderlo, ni aceptarlo.
Pero sabía que Paula tenía razón, y aunque me doliera, tenía que dejarlo ir.

Pasé mucho tiempo allí, no sé cuánto, pero no podía despegarme de él.

No venía acá hacía demasiado tiempo, años.

Cuando salí me sentía un poco más aliviado, como si la pesada mochila que llevaba en mi espalda se fuese vaciando con cada paso que daba, aunque este recorrido fue más rápido que el de entrada, necesitaba abrazar a mi mujer.
Me ahogaba en lágrimas, necesitaba refugiarme en sus brazos, necesitaba que ella me sostenga, porque me sentía caer.

Ni bien estuve frente a ella, ninguno de los dos dijo nada, ella me abrazó, y yo también a ella.

- Sh… (Dijo y me abrazó más fuerte)
- Siento que me caigo.
- Sabes que nunca te dejaría caer. (Besó mi mejilla y nos quedamos en silencio, durante varios minutos, hasta que ella se separó de mí y secó mis lágrimas con sus dedos) Tranquilo…
- ¿Podemos irnos de acá? Por favor.
- ¿A tú casa?
- No, pero a otro lado.

Ella me abrazó por el costado y así caminamos, hasta la plaza en dónde habíamos estado esa mañana.
Nos sentamos enfrentados, ambos con las piernas cruzadas, y yo comencé a arrancar el pasto…

- Amor… Podes descargarte si lo necesitas.
- Es que no sé qué decir.
- ¿Te hizo bien ir? O sea, ya sé que no estás bien, pero al menos… ¿Te alivió un poco?
- Sí, me siento menos pesado, no sé, es raro…
- Capaz sea que lo estás dejando ir, y aunque te duela en el alma, es lo que tenes que hacer mi amor, porque va a sonar horriblemente cruel, pero él no va a volver, y mientras más tiempo tardes en aceptarlo, más te va a doler.
- Lo sé Pau…
- (Acarició mi mejilla) Tomate el tiempo que necesites, pero empeza a hacerlo, te vas a sentir mejor.
- Es lo que estoy intentando… (Dejé el pasto de lado, y tomé su mano, la cual seguía en mi mejilla, para besarla) Gracias mi amor. (Ella no respondió nada, tan solo se acercó a mí, me abrazó por el cuello y me besó, haciendo que caigamos ambos, ella sobre mí)
- Te amo Pepe… Con mi vida entera, y aunque estemos los tres tan angustiados, y aunque la vida sea demasiado difícil para mí, te juro que este amor me salva. Siempre me salvó, y aunque ahora también se sume el amor que le tengo a Loli, vos sos el que no me deja caer, y yo tampoco quiero dejarte caer a vos.
- (La besé) Te amo Paula, con todo lo que soy, y lo sabes… (Volví a besarla) Y te juro que me pasa exactamente lo mismo, los tres juntos siempre, a pesar de todo, te prometo que ya va a llegar el momento en el que podamos ser felices, te lo prometo… Y… (Tomé su mano) Siempre unidos, ninguno de los dos va a caer, porque ahí siempre va a estar la mano del otro.
- Siempre, nunca te lo olvides… Confía en mí, te lo ruego.
- Te lo prometo mi amor. (La besé y nos quedamos así, abrazados)  ¿Volvemos? Lola está sola y…
- Sí, volvamos. Es solo que me da mucha paz estar acá con vos.
- A mí también mi amor.

Pau se levantó, y yo también lo hice. Unidos de la mano volvimos, y ni bien cruzamos la puerta Lola corrió a nosotros, y Pau la alzó y Loli no dijo nada, tan solo la abrazó.

- ¿Estás bien princesa?
- No, los extrañé mucho. Veni papá. (Yo la abracé por la espalda)
- Perdón hija, pero necesitábamos ir a un lugar, te prometo que no te dejamos más solita.

- Ma… ¿Estuvo muy mal? (Le pregunté, entrando a su cuarto)
- No, pero igual la noto muy angustiada.
- Lo está, y ya no sé cómo ayudarla.
- Estando con ella, simplemente… 

Y en ese momento entró Lola corriendo.

- ¿Cuánto le falta a la torta abu?
- Le debe de faltar poco Loli… ¿Nos vamos a fijar?
- Sí, dale.

Ellas salieron y yo suspiré, me dirigí al cuarto, busqué algo de ropa y me fui a bañar…

-

- ¿Y papá?
- Se fue a bañar Loli… (Dije) Ya viene.
- Ah… Quiero que pruebe la torta.
- Después la prueba, igual, antes de comer, tenemos que ir a curar la manito eh.
- Ufa.
- Mmm… ¿No nos vamos a pelear otra vez, no?
- No, no, no. (Dijo y me abrazó, yo sonreí y besé su mejilla)
- Sos hermosa… Muy. (La alcé y fuimos hasta el cuarto, allí le curé su manito y ella se acomodó sobre mí) ¿Estás mimosita?
- Sí, si te vas me empieza a doler el pecho.
- (La abracé contra mí) Entonces me quedo todo el día al lado tuyo princesa.
- Por favor mami.
- Te lo prometo hija.

En ese momento sentí la puerta abrirse, y levanté mi vista.

- Papi… (Dijo sin moverse de encima de mí)
- Princesa… (Se agachó) ¿Qué pasa?
- Que no quiero que se vayan más…
- (Acarició su mejilla) No nos vamos más Loli…
- O que al menos se quede uno conmigo, me duele el pecho cuando se van.

Podía notar la culpa en la mirada de Pedro y suspiré, Pepe la abrazó y ella quedó en medio nuestro.

- ¿Podemos ir a comer la torta?
- Obvio que podemos…
- Le voy a decir a la abuela que la corte… (Y salió corriendo, yo acaricié la mejilla de Pedro y él me miró)
- Ya pasó. ¿Sí? No te sientas culpable, necesitabas hacerlo.
- Podría haber ido solo.
- Nunca te hubiese dejado ir solo. (Lo besé) ¿Vamos con ella?
- Vamos.

Nos levantamos y nos dirigimos a la cocina, donde estaba Ali cortando la torta y Lola acomodándola en un plato, cuando éste se llenó lo dejo sobre la mesa y se sentó con Pepe allí, Ali preparaba el mate y yo una chocolatada para Lola… Revolvía el cacao con bronca, y con los ojos llenos de lágrimas. No podía más.

¿Por qué era todo tan difícil?



-------------

Qué pasen una linda noche buena y navidad :)

lunes, 23 de diciembre de 2013

Capítulo 179

- Quiero que estemos los tres felices.
- (Sonreí) Papá y yo también Loli… Y te prometo que prontito eso va a pasar. (La abracé y me tiré sobre ella, en la cama, llenándola de besos)

Sentí a Pedro detrás nuestro y se tiró sobre mí.

- Me aplastan… (Dijo Lola)
- (Reímos) Perdón… (Dijo Pepe, haciendo que nos corramos)
- Así está mejor. (Volvimos a reír, Pepe y yo nos sentamos, y él agarró de los pies a Lola, para acercarla a él)
- Papá… (Dijo riendo)
- ¿Qué?
- ¿Podemos salir los tres?
- (La alzó y la posó sobre sus hombros) Nos vamos ya.
- (Lola lo agarró por la cabeza) No me tires.
- (Rio) ¿Cómo te voy a tirar hija? (Sonreí y agarré la cámara, para sacarles fotos)
- Cuidado con la mano Loli…
- Ya sé ma.
- Bueno che.
- ¿Vamos?
- Vamos.

Caminamos así, con Lola sobre los hombros de Pedro, hasta una plaza y nos tiramos los tres al suelo, sobre el pasto. Debajo del sol.

- No quiero que estemos tristes… (Dijo Loli y yo suspiré, Pepe corrió el pelo de su carita)
- Ya vamos a estar bien hija… (Susurró en su oído) Te lo prometo.
- ¿Cuándo?
- Pronto princesa, pronto.

Nos quedamos un largo rato allí, en silencio, ambos mimábamos a Lola, hasta que decidimos volver.

Loli ayudaba a su abuela con el almuerzo, y yo lo busqué a Pepe.

- Amor, veni…
- ¿Qué pasa?
- Veni, tengo que contarte algo. (Lo tomé de la mano y lo llevé al cuarto)
- ¿Qué pasa amor?
- (Suspiré) Te lo debería haber dicho antes, pero no encontré el momento.
- Me asustas.
- No, nada… Es que hablé con Lola, y me dijo que ahora no quiere tener un hermanito, me dijo que no quería ser una nena mala, pero que ahora nos necesitaba para ella, y… (Suspiré) La entiendo, y quiero respetarla.
- (Tomó mi mano) Vamos a respetarla amor…
- Necesitaba que lo sepas.
- Está bien Pau… (Acarició mi mejilla)
- (Lo besé) ¿Vos estás mejor?
- Un poquito… Hoy quiero ir al cementerio. ¿Vos me acompañarías? Mamá se queda con Lola, ya le prometió que iban a hacer una torta.
- No me lo deberías ni que preguntar amor. (Apreté fuerte su mano)
- Gracias.
- Sh. (Volví a besarlo)
- Te amo Pau… Y perdón si lo de hoy te hizo sentir mal, te juro que es lo que menos quiero.
- Yo también te amo mi amor… (Lo besé) Y ya pasó, solo quiero que confíes en mí… Me duele saber que no puedo estar para vos cuando vos siempre estás para mí…Es eso.
- Perdón, quiero cuidarte y me sale todo al revés.
- Me mata de amor que me quieras cuidar, pero… A Lola sí, a mí no Pepe, por favor.
- Lo sé Pau, lo sé…
- Ya te lo dije, pero te lo repito, las parejas son de a dos, y quiero estar, así como vos lo estás.
- Perdoname mi amor.
- Ya está, solo acordate de cumplir la promesa. (Él asintió con su cabeza y me abrazó)
- Me hace peor saber que estoy mal cuando Lola me necesita bien.
- (Suspiré) Uno no maneja cuando estar bien y cuando no.
- Lo sé, pero me gustaría poder evadirlo.
- No amor, no… Evadirlo es peor.
- Me parte el alma lo que nos dice, no lo soporto. Quisiera poder meterla en una cajita de cristal, para aislarla de todo el dolor.
- (Me separé un poco de él) Es muy chiquita para sufrir tanto, pero es peor si hiciéramos eso, tenemos que prepararla para la vida, y nadie sabe tanto como nosotros dos, que la angustia existe, y es horrible.
- (Suspiró) Quiero ir al cementerio, e intentar cerrar esto, no lo soporto más.
- Ir te va a ayudar, pero no va a ser instantáneo.
- Lo sé, pero necesito estar fuerte para Lola.
- Creeme que yo también, y no sé cómo.
- (Suspiramos) Qué difícil es amar… ¿No?
- A vos te tocaron personas complicadas amor.
- Las más hermosas del mundo me tocaron. (Dijo abrazándome, contra su pecho)
- Vos ya tenes un lugar ganadísimo en el cielo.
- Creeme que vos también amor. (Suspiré y besé su cuello)
- Te amo… (Susurré)
- Te amo mi amor… (Besó mi frente y suspiramos, momento en el que Lola entró al cuarto, y nosotros nos separamos)
- Loli… ¿Qué pasa?
- Quiero venir con ustedes. ¿Puedo?
- Obvio que sí princesa, veni… (Lola se subió a la cama y se acomodó en medio nuestro)
- ¿Estás bien Loli?
- Sí mami.
- ¿Segura?
- Sí papá.
- Mmm… (Acomodé su pelo) No venís a buscarnos porque sí…
- Te conocemos princesa.
- (Suspiró y escondió su carita) Me duele el pecho, y tengo ganas de llorar.
- (Suspiramos y la abrazamos) Llora si lo necesitas hija… (Susurré en su oído)
- Nosotros estamos acá con vos mi amor… Tranquila. ¿Sí?

Estaba acostada a su lado, abrazándola y con los ojos cerrados, cuando siento la mano de Pepe, en mi nuca…  Suspiré.

-

Almorzamos y la busqué a Lola…

- Princesa…
- ¿Qué?
- ¿Estás mejor?
- Sí papá.
- Te pregunto en serio hija, porque con mamá necesitamos salir un rato, pero si vos no estás bien podemos dejarlo para otro día.
- No papi, vayan, yo me quedo con la abuela, y después con el abuelo.
- ¿Segura mi amor?
- Sí papi.
- Está bien Loli… (Besé su frente)

Fui a buscar a Pau y la encontré en el cuarto, mirando por la ventana, me acerqué a ella, la abracé por la espalda y besé su hombro.

- ¿Queres ir? (Preguntó)
- Por favor mi amor.
- (Tomó mi mano y entrelazó mis dedos con los suyos) ¿Seguro, no?
- Sí, no me hagas dudar.
- (Rio y se dio vuelta) ¿Hablaste con Lola?
- Sí, me dijo que está mejor, y me dijo que se quedaba con sus abuelos, igualmente mamá sabe que cualquier cosa nos tiene que llamar, pero si no queres dejarla sola, voy solo…
- No amor, voy a ir con vos. (Me besó) Solo quería saber si le habías dicho…
- ¿Segura?
- Sí Pepe. (Comenzó a caminar, sin soltar mi mano, haciendo que camine yo también)
- Gracias Pau.
- (Se dio vuelta, parando de caminar) Sos tremendo eh, no tenes que agradecer. (Me besó y salimos)

domingo, 22 de diciembre de 2013

Capítulo 178

Me desperté y suspiré, con cuidado de no despertarlas, me dirigí al cuarto de mi hermano, en casa todos dormían. Me encerré allí e inevitablemente me largué a llorar, como un nene, me acosté en su cama y suspiré, aún sentía su olor, o al menos mi imaginación lo hacía…
Levanté mi vista y allí vi, una foto de nosotros dos juntos, sonreí, a pesar del inmenso dolor y la acaricié con mi dedo. ¿Por qué la vida fue así de cruel con él? ¿Por qué?

Escuché que la puerta se abrió, y rogué que no sea Lola… Por suerte, no lo era.

- Hijo… (Dijo mamá, acercándose a mí)
- Perdón ma, sé que no te gusta que haya gente acá, pero necesitaba venir.
- (Se sentó a mi lado) No pidas perdón hijo, es tú hermano, y lo entiendo.
- No quiero sonar cruel, pero nadie me entiende vieja.
- Pepe…
- Te juro que no, me siento un pelotudo… Sé que tengo que dejarlo ir, y no puedo. No puedo, lo quiero acá, conmigo, aferrado a mí.
- Pero, aunque duela en el alma, tenes que aceptar que él ya no está más…
- Lo sé, pero la ilusión de un día despertarme y que solo haya sido una pesadilla te juro que existe, y es horrible… Encima Lola, que está tan mal, Pau que tampoco está bien… Y yo… Ma. ¿Qué hice tan mal? Te juro que ya no soporto más, si yo estoy mal bueno, pero no me banco que Pau no lo esté, y mucho menos Lola, me da culpa que todo lo que nos pase a nosotros la haga mierda a ella, es muy chiquita y sabe demasiado, le contamos demasiado, y no sabes cómo me arrepiento.
- Lo hecho, hecho está, y a veces es pero esconderle las cosas a los nenes.
- Mamá, es horrible verla así, con ataques de pánico, llorando todo el día, quejándose de que le duele el pecho de lo angustiada que está… ¡Y yo no sé qué hacer para ayudarla! ¡Es horrible! Me siento una mierda… Pau y yo nos vamos a pique, pero ella no tiene la culpa de nada.
- Para un poco Pepe… Nadie te enseña a ser padre, nadie, y uno hace lo que puede, y creeme que ustedes por Lola hacen demasiado, demasiado. Y ni vos ni Paula se van a ir a pique, porque tienen una razón para seguir, y esa razón es esa nena, que los necesita, hoy más que nunca.
- ¿Para qué nos necesita? ¿Para angustiarme más? ¿Para eso?
- No Pedro, no.
- Sé que es así mamá.
- No hijo… ¡No! El amor de un padre a un hijo es el más grande que existe, y ustedes la aman a Lola, desmesuradamente, y eso va a hacer que la puedan ayudar.
- ¿Cómo? ¿De qué sirve?
- Te estás castigando demasiado…

Y en ese momento escuché un ruido en la puerta, levanté la vista y estaba Paula llorando, ni bien la vi se alejó y suspiré.

- ¿Te podes hacer cargo de Lola si se despierta? Por favor, y avisanos como está…
- No te preocupes hijo.
- Gracias ma.

La seguí a Pau y la encontré en una hamaca que había en el fondo de mi casa, llorando…

Suspiré y me arrodillé frente a ella.

- ¿Por qué no hablas conmigo mi amor? (Preguntó, con mucha angustia)
- (Suspiré) Perdón amor, es que… No quiero ponerte peor.
- Me pone peor saber que no confías en mí.
- Sí que confío en vos, más que en nadie, lo sabes. (Acaricié su mejilla)
- Las parejas son de a dos Pedro, y te juro que me odio porque vos estás siempre para mí, siempre, a pesar de todo, a pesar de todas las cagadas que me mandé… Y yo no puedo estar para vos, y eso me hace sentir horrible.
- (Tomé su mano y suspiré) No es así amor…
- Sí que es así Pedro.
- Quiero cuidarte.
- Te juro que así no me cuidas…
- Perdón… Lo que menos quiero ahora es seguir sumando angustias.
- ¿Podes prometerme que vas a confiar en mí?
- Confío en vos… Lo sabes.
- (Suspiró) Prometeme que me vas a contar lo que te pasa, a pesar de lo que pase…
- Mmm…
- Por favor Pedro.
- Está bien mi amor, te lo prometo. (Me arrodillé para poder besarla) Pero no llores más, por favor.
- Vos tampoco entonces… (Sequé sus lágrimas) Y anda a hablar con tú mamá, no quería interrumpirlos.
- Jamás interrumpís, y ahora me quiero quedar con vos, al menos hasta que se despierte Loli.
- (Suspiró y yo apoyé mi cabeza en sus piernas, sentándome en el piso, sentí sus dedos jugando con mi pelo y justamente eso era lo que necesitaba) Me siento igual que vos, un asco cómo madre, no saber qué hacer para ayudarla me parte al medio.
- Es horrible.
- Detestable.

Suspiramos y nos quedamos allí, por un ratito, hasta que entramos, no queríamos que Lola pasara demasiado tiempo sin saber dónde estábamos, aunque no la vimos muy preocupada… Desayunaba con su abuela.

Me acerqué a ella y besé su frente, Pau hizo lo mismo.

- Buen día princesa.
- Hola… (Y continuó la charla con su abuela, sonreí, al menos hablaba con alguien que no seamos nosotros dos, preparé un café para Pau y otro para mí, para unirnos a la mesa)

Lola se sentó sobre mis piernas y Pau, quién estaba a mi lado dijo…

- Tenemos que hacerle la curación a esa manito Loli.
- Pero eso duele mamá.
- Ya lo sé princesa, pero no podemos no hacerlo… Te prometo que voy a hacer todo lo que pueda para que no te duela.
- Ufa…

Pau suspiró y fue en busca de un botiquín que habíamos traído, y bajo muchas quejas de Loli, terminó de curarle su manito.

- ¿Vamos a bañarnos?
- No mamá. (Respondió de mala manera)
- No me respondas mal hija… No te hice nada para que te enojes.

Y Lola no respondió, Pau suspiró, desganada y se fue…

- Loli… (Hice una pausa) ¿Por qué reaccionas así con mamá?
- Porque hace cosas que yo no quiero.
- Pero la mano hay que curarla, porque si no los bichitos que andan por el aire se te va a meter ahí y te va a doler muchísimo más… Anda a darle un abrazo a mamá, y anda a bañarte con ella…
- Sí le pedís perdón a mamá y te portas bien a la tarde preparamos una torta... ¿Queres?
- Sí abu…

-

Estaba en la habitación, cuando siento pasitos detrás de mí. Lola me abrazó por la cintura…

- Perdón mamá.
- (Sonreí y la alcé, para sentarme y sentarla sobre mis piernas) No pasa nada mi amor, pero no me gusta que respondas así, ni a mí ni a nadie.
- Ya sé, pero es que no me gusta que me curen, pero papá me explicó que si no los bichitos se meten ahí y me va a doler más… (Me abrazó por el cuello) Perdón ma, y gracias por cuidarme.
- (La abracé lo más fuerte que pude y besé su mejilla) No pasa nada Loli.
- Te amo mami.
- Te amo mucho más mi vida.
- ¿Me acompañas a bañarme?
- Obvio que sí princesa…

La ayudé a bañarse, ya que con su manito lastimada se le complicaba, y luego a cambiarse.

- Mami…
- ¿Qué mi amor?
- ¿Podemos salir con papá a algún lado?
- Obvio Loli.
- Papá está triste, y vos también… No quiero que estén así.
- (Besé su frente) No tenes que preocuparte vos por esas cosas princesa…
- Pero…
- Pero nada Loli, solo tenes que preocuparte por estar mejor vos… (Me abrazó) En serio mi vida.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo 177

Si algo le faltaba a Lola para estar extremadamente mimosa era tener cuatro puntos en su mano.

- Mami…
- ¿Qué mi amor?
- ¿Me ayudas a buscar mis juguetes, así los guardo?
- Obvio que sí, y preparamos tú ropa también.

Busqué su mochila y ella me pidió que guardara su cuaderno, su cartuchera y su libro para colorear, ya que por suerte se lastimó la mano izquierda, y ella escribía con la otra.

- ¿Nada más Loli?
- No ma.
- ¿Segura? Tenes un montón de juguetes, y nos vamos varios días.
- Es que no tengo ganas de jugar mamá.
- (Suspiré y me senté a su lado) Pero… ¿Por las dudas?
- Mmm… Me llevo a Baloo.
- ¿Y no queres llevarle sus juguetes?
- Si queres guardalos.
- (Sonreí y guardé algunos de los juguetes que usaba con su osito) ¿Y algún cuentito?
- Mmm…
- Dale, a vos te gusta mucho leer… Los guardo por las dudas. ¿Queres?
- Bueno… Y guarda mi mp3, con el cargador y los auriculares.
- (Sonreí) Dale princesa.

Guardé su ropa y ella me pidió la merienda, asique se la preparé y le dije…

- ¿Venís a tomarla a mi cuarto mientras yo preparo mi ropa?
- ¿Y papá?
- Se fue a buscar unas cosas al trabajo, así puede trabajar desde allá.
- Ah… Bueno, meriendo allá.

Llevé la taza con sus vainillas a mi cuarto y mientras ella merendaba, yo guardaba mi ropa en el bolso.

- Hija… (Me senté a su lado) ¿Estás un poquito mejor?
- Un poquito.
- (La abracé por el costado) ¿Sabes que podes hablar conmigo, no?
- No quiero tener un hermanito. (Suspiré y la abracé) Los necesito a los dos para mí.
- No va a pasar nada que vos no quieras mi amor, lo sabes. (Besé su cabeza)
- Cuando no esté más triste sí, pero ahora no.
- Entonces más adelante lo volvemos a hablar mi amor. No te preocupes por eso.

Viajábamos rumbo a lo de Ali y Ramiro, Lola estaba sentada sobre mí, y con su carita apoyada en mi pecho.

- ¿Quieren que paremos a cenar?
- En un Mac.
- Mmm… Vamos a ver si encontramos alguno Loli.
- (La abracé y ella se acomodó sobre mí) No te duermas si queres ir a comer al Mac.
- No, no me duermo ma.
- ¿Te duele la mano princesa?
- Sí, un poco…
- ¿Y el pecho?
- Ahora no.

Después de cenar, yo la llevaba a Loli a upa porque le dolía otra vez el pecho y Pepe buscó en el baúl una manta, Lola volvió a acomodarse sobre mí y yo la tapé, apoyó su carita en mi pecho y yo la abracé.

- No llores mi vida… (Susurré) Acá está mamá, y siempre te va a cuidar. ¿Sabes?
- Y yo también princesa, siempre.
- No quiero estar así.
- Ya se va a pasar mi vida… Te lo prometo. (Besé su cabeza, ella me abrazó y yo la abracé más fuerte) Intenta dormir mi reina, te va a hacer bien.
- ¿Reina? (Preguntó riendo)
- Sí… Sos mi reina, mi princesa, mi hija, mi amor, mi vida, mi bebé. (Ella volvió a reír) Te amo Loli…
- Te amo mamá, y a vos también papá.
- (Pepe me sonrío por el espejo retrovisor) Te amo hija…

Después de un largo rato en el que la mimé, se quedó dormida…

- Amor…
- ¿Qué Pau?
- ¿Falta mucho?
- Una hora, más o menos.
- (Suspiré) Sacame un tema de charla que necesito distraerme…
-   Mmm… No puedo sacar la cabeza de lo que pasa.
- Yo tampoco…
- ¿Y sí pongo música y cantamos como cuando éramos novios?
- (Reí) Sos muy tierno.
- Aunque tengo miedo de despertarla…
- Está re, re dormida.
- Mmm… Bueno.

No me siento mal, no tengo energía. ¿Cómo llegué hasta acá? No presiento más, no tengo armonía, no percibo si no estás.
No comprendo qué me falta todavía, no sé si pueda esperar, sólo me queda una triste melodía
y no la quiero cantar.
No hay dolor que duela más que el dolor del alma, no se aleja así nomás, cosas lo hacen aliviar,
pero no lo calman. ¿A quién queres engañar?
Y así son las cosas, así es esta vida, no me quiero conformar, vos tendrás tu forma, yo tengo la mía…’

- Pedro, por favor cambia esto.
- (Rio) El mundo nos odia amor…
- Un poco… (Volvimos a reír)
- Mejor reír que llorar…
- Te juro que siento que ya no queda otra.
- Mamá…
- Sh… (Susurré en su oído) Dormí mi amor…

Me estaba quedando dormida junto a ella, cuando entramos al pueblo…

- Amor, ya llegamos eh. No te duermas.
- No puedo más Pepe.
- Seguro que mi vieja ya nos preparó la habitación, asique llegamos y dormimos.
- Por favor…
- Ya llegamos amor.

-

Llegamos y me sentía muy raro, demasiado, pero bueno, después de dejar a Lola durmiendo en su cama, saludé a mis viejos y nos fuimos todos a dormir, estábamos muy cansados… Aunque a pesar del cansancio, dormir era imposible.

- Amor… (Acarició mi barba) Dormí, te va a hacer bien.
- No puedo, no me para la cabeza.
- (Se acercó a mí y besó mi frente) ¿Queres dormir o queres que hablemos?
- Que me abraces.
- Entonces veni conmigo… (Me abrazó contra su pecho y suspiré) Tranquilo. ¿Sí? Y no te cierres, por favor.
- Te amo mi amor.
- Te amo Pepe…

viernes, 20 de diciembre de 2013

Capítulo 176

- Es decisión tuya Pepe, pero a mí me parece que deberías volver y cerrar lo que pasa.
- Es imposible cerrarlo, es imposible cerrar la herida.
- (Suspiró) Pero, amor… ¿Vos te acordas de esa vez que hablamos y…?
- Recuerdo esa charla todos los días Pau, todos los días. Y te juro que no sé cómo hacer. (Dije en medio de lágrimas)
- Volver te va a hacer bien, volver a su lugar te va a dar la respuesta…
- No sé Pau, no sé.
- Estoy segura de que sí amor…. Igualmente es decisión tuya.
- Si voy con vos y con Lola, sí.
- ¿Te pensas que no te vamos a acompañar?
- No sé…
- ¿Sos tonto vos? (Se acercó a mí y besó mi nariz) Siempre los tres juntos. ¿O te olvidas?
- Te amo mi amor… (Susurré)
- Te amo bonito. (Besó mi frente y yo cerré mis ojos) Tranquilo…
- Quiero tus masajitos, en mi nuca. (Ella se sentó erguida y comenzó a masajear mi nuca, sonreí y la dejé, necesitaba sus mimos, relajarme al menos un poco)

Después de un rato…

- Veni, que vos también necesitas mimitos.
- (Sonrío y se acomodó a mi lado, abrazándome y posando su cabeza en mi pecho, su mano jugaba con el pelo de mi brazo y yo acariciaba su brazo, estábamos en silencio, hasta que Lola llegó corriendo)
- ¿Qué pasa Lola? (Pregunté)
- Nada, perdón. (Dijo molesta y se quiso ir, pero se lo impedí, ya que me levanté y la tomé de su mano)
- Loli… (Hice una pausa) No te enojes. (Pero ella no me respondía)
- Hija… (Dijo Pau y se acercó a nosotros) ¿Qué pasa?
- Me dejaron afuera.
- (Reí, muriendo de amor y la abracé por la espalda, para poder llenarla de besos) Estabas jugando mi amor, pero siempre podes venir a la ronda de mimos. (La alcé y la acosté en medio nuestro, Pau posó su mano en el pecho de Loli)
- Siempre podes venir hermosa… (Besó su frente) ¿Te duele? (Preguntó)
- Sí mamá, mucho.
- ¿Y si te hacemos mimitos se te pasará? (Pregunté)
- No sé…
- ¿Probamos? (Besé su frente)
- Sí…

Pau y yo nos quedamos con ella, haciéndole mimitos, hasta que se quedó dormida.

A los pocos minutos, Pau también se quedó dormida y yo me levanté, necesitaba un poco de aire fresco.

-

Me desperté por Lola, que se movía desesperadamente para todos lados y suspiré, la acomodé de costado, intentando mantenerme tranquila y comencé a acariciar su pelo, susurrándole que se tranquilice.

Agarré mi celular y se lo hice sonar a Pedro, a los pocos segundos estaba a nuestro lado, haciendo lo mismo que yo.

- Mi amor… (Susurré) Loli… Tranquila mi vida, tranquila.

Intentaba mantener la calma, pero verla así me desesperaba. Comencé a llorar cuando ella abrió sus ojos y suspiré, intentando mantener la poca calma que me quedaba.
Acaricié la mejilla de Lola y ella me abrazó.

- Tranquila mi vida, ya pasó. (Dije susurrando, abrazándola lo más fuerte que podía)
-  Tranquila hija, tranquila… (Se acomodó a nuestro lado y comenzó a acariciar su pelo)

Pasó un largo rato, en el que ella de a poco se tranquilizaba, y creo que yo también.

Ninguno decía nada, tan solo se escuchaba la respiración agitada de Lola y su llanto.

- Loli… (Susurró Pepe y corrió el pelo de su cara) ¿Queres un poquito de agua?
- No, quiero que no me suelten nunca.
- Nunca te vamos a soltar princesa…
- Nunca, nunca. (Dije y besé su cabeza) Tranquila mi amor, tranquila.
- ¿Puedo dormir acá?
- Obvio Loli… (Dijo Pepe y besó su mejilla) Cerra los ojitos y descansa.

La mimamos, hasta que se quedó dormida y yo apoyé mi cabeza en el hombro de Pepe, él besó mi frente e inevitablemente me quebré.

- No puedo más Pepe, no puedo. (Dije acariciando la espalda de Lola)
- (Me abrazó, por el costado) Arriba mi amor.
- No te hagas el fuerte, te juro que me pone peor.
- (Suspiró) Entonces prefiero decir nada.
- No hace falta, tan solo quedate con nosotras.
- Toda la vida Pau…

No me podía dormir, Lola descansaba, ya respirando normalmente sobre mí y Pedro a mí lado.
Acomodé mi cabeza en su pecho y se movió, me abrazó.

- Seguí durmiendo Pepe. (Susurré)
- Vos también dormí amor.
- No puedo, no me para la cabeza.
- (Sentí que comenzó a masajear mi nuca) Relajate, tranquilizate.
- (Suspiré) Te amo Pepe.
- Te amo hermosa.

-

Al día siguiente, me desperté y con cuidado me levanté, para no despertarlas.
Hablé con mi mamá, con el trabajo y fui a despertarlas.

- Buen día… (Susurré y besé la frente de ambas) Abran los ojitos que tengo que decirles algo.
- No quiero papá.
- Mmm… ¿No queres que nos vayamos unos días a lo de los abuelos?
- No me quiero mover de encima de mamá, ni que vos te vayas de acá.
- Pero nos vamos a ir todos princesa, dale, a los abuelos les va hacer bien verte, y a vos te va hacer bien verlos a ellos…
- Y si queres viajamos las dos juntas atrás así, abrazaditas.
- Bueno… Pero ahora no me quiero levantar.
- (Pau suspiró) No quedamos un ratito acá.
- ¿Preparo el desayuno?
- Sí…
- Ya vengo entonces.

Lo que más me dolía de todo esto era ver a Lola así, tan triste, angustiada, apagada.
Las cosas que la ilusionaban, que la hacían feliz ya no quería hacerlas, y me sentía culpable.
Culpable por darle una familia tan llena de angustias, y de cosas tan horribles que, aunque no queramos repercutan en ella. Porque sí, pienso igual que Pau.

Me daba miedo volver, pero sentía que necesitaba hacerlo.

Preparé todo en la bandeja y me dirigí al cuarto, desayunamos y me fui a bañar, cuando la escuché gritar a Lola, me vestí a las apuradas y salí del baño.

- ¿Qué pasa?
- Se lastimó la mano, con un vaso de vidrio.
- Me duele papá. (Dijo llorando)
- A ver… (Tomé su manito y tenía una herida muy profunda) Vamos a ir al médico princesa.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Capítulo 175

- ¿Qué no queres?
- No, nada. (Dijo llorando y salió corriendo, yo suspiré y mis ojos se llenaron de lágrimas, intenté seguirla pero Pepe me paró)
- Para amor.
- No quiero que sienta que no la queremos, y si le hace mal a ella, prefiero ser solo mamá de ella.
- Hey, para, no seas todo tan blanco o negro, es chiquita y no se enteró de la mejor manera… (Suspiró) Vamos a hablar con ella, pero tranquilos.
- Pero, es que… No podemos sumarle más angustia Pedro, somos de lo peor.
- Amor, para, para de castigarte. ¡Por favor!  (Me besó y me tomó la mano) Vamos…

Fuimos a buscarla a Lola y la encontramos en el balcón, mirando la ciudad, llorando.

- Mi amor… ¿Podemos hablar con vos? (Pregunté, arrodillándome detrás de ella)
- No, porque ustedes no me quieren más.
- (Suspiró y se puso en mi misma posición, del otro lado) Eso jamás podría pasar princesa.
- Sos a quien más amamos en este mundo.
- Loli… No vamos a hacer nada que vos no quieras. ¿Sabes?
- Y además no queríamos que lo sepas ahora, porque sabemos que estás muy triste y no queríamos ponerte peor… Perdón.
- Yo se lo dije a mamá, pero para más adelante, y obvio que si vos queres.
- No sé si quiero.
- Bueno mi amor, no te vamos a obligar… (Dije y posé mi mano en su hombro) ¿Nos das un abrazo? (Lola se dio vuelta y nos abrazó a los dos por el cuello)
- Te amamos hija.
- Muchísimo. (Besé su mejilla y ella lloraba cada vez más)
- No llores princesa.
- (La abracé más fuerte) Perdón hija.
- No quiero parecer una nena mala, pero ahora los necesito yo. (Dijo casi sin voz por el llanto y me partió el alma)
- Sos la nena más buena del mundo Lola, y papá y yo estamos muy orgullosos de vos. ¿Sabes? (Besé su mejilla) Y acá nos tenes princesa.
- Y siempre nos vas a tener, siempre, siempre.

Nos quedamos un rato allí, abrazados, hasta que ella se separó y yo sequé sus lágrimas.

- ¿Podemos ir a la plaza?
- Obvio que podemos, y después tomamos un helado. ¿Queres? (Preguntó Pepe)
- ¡Sí!
- Y yo llevo la cámara y te saco muchas, muchas fotos.
- Pero estoy fea.
- No mi amor, sos hermosa, la más hermosa de todas. (La abracé y la llené de besos) Anda a lavarte la carita que vamos… (Ella salió corriendo y yo suspiré)
- Te amo mi amor… (Dijo y me besó)
- Sabes que yo también te amo, pero… ¿A qué se debe?
- A que me mata verte con Loli.
- (Sonreí) Hago lo que puedo.
- Jamás podría haberle dado una mejor mamá a mi hija, jamás.
- (Lo besé) Y yo jamás un papá mejor. (Nos sonreímos y nos besamos, momento en el que Lola volvió)
- ¿Vamos?
- Vamos princesa. (Dijo Pepe y la alzó a cococho, Lola rio, yo fui en busca de la cámara y salimos)

Pepe la hamacaba a Lola y yo los fotografiaba, eran tan lindos juntos, Pedro se sentó en la hamaca y Lola se sentó sobre él, se rían, charlaban y… No había imagen más linda que esa, mis dos amores juntos. Las fotos más lindas de todas.

- Veni mami.
- No, me gusta sacarles fotos.
- (Pepe se paró) Ahora les saco yo…
- ¿Sí?
- Sí… ¿Qué? ¿No me confías la cámara?
- (Reí) Sos un tarado. (Me descolgué la cámara y se la di)
- Te amo tarada. (Dijo y me besó)
- (Reí) ¡Basta! (Lo besé) Te amo. (Volví a besarla y me acerqué a Lola)

Estábamos los tres acostados en el pasto, con Lola en medio nuestro.

- ¿Estás mejor Loli? (Preguntó Pepe)
- Sí…
- ¿Y te duele el pecho?
- No mami.
- Me alegro entonces…
- Pero tengo frío.
- ¿Queres que volvamos?
- Sí pa…
- ¿Y el helado?
- En casa.
- (Pepe rio) Bueno, está bien. (Se levantó y nos dio la mano a las dos, para que nos levantemos)
- ¿Queres mi saquito Loli? (Pregunté)
- No, pero haceme upa.
- (Reí y la alcé) Es increíble cómo te malcrío enana.
- No quiero dejar de ser tu bebé, nunca. (Dijo abrazándome por el cuello y yo la abracé)
- Jamás vas a dejar de serlo mi amor.
- Te amo mamá.
- Y yo te amo mucho más hija.

El helado ya se había terminado y ella se fue a jugar, me dejé caer en mi cama y suspiré.

Paz, un día de corrido, tan solo 24 horas. ¿Era mucho pedir?

- Amor… (Dijo Pepe, asomándose por la puerta) Voy a cargarle nafta al auto…
- Bueno amor.
- ¿Estás bien?
- Sí, solo que necesito un ratito de paz.
- ¿Me estás echando?
- (Reí) No tonto.
- ¿Queres que te traiga algo?
- Sí conseguís paz, por favor.
- (Se acercó a mí y me besó) Te amo… ¿Sabes?
- Te amo lindo. (Lo besé) Pero… ¿Estás bien?
- Sí Pau.
- Mmm… Estás raro.
- Estoy bien amor.
- Mmm… Ponele que te creo.
- (Rio) Ya vengo.
- Ya te lo voy a sacar Pedro.
- Basta. (Dijo comenzando a irse)
- ¡Pedro! (Lo abracé por la espalda) No seas tonto.
- Amor… (Tomó mis manos) Necesito salir un poco.
- No te lo voy a impedir, pero… ¿No me podes decir que te pasa? ¿Es por la reacción de Lola?
- No Pau… (Suspiró y besó mi mano) Por favor… ¿Me dejas ir?
- Me preocupas amor.
- (Se dio vuelta y me besó) Te amo… (Dijo casi llorando)
- Amor… ¿Qué pasa? (Choqué mi frente con la suya, y él me abrazó) Amor…
- ¿Qué?
- Decime que pasa, por favor.
- Te juro que si lo supiera, te lo diría.
- (Lo abracé más fuerte) Sonaste muy yo. (Reímos y me separé un poco de él) ¿Estás seguro que queres irte? ¿No queres que nos metamos en la cama?
- Vos querías paz…
- Vos sos más importante. (Lo besé e hice que entremos al cuarto, cerré la puerta y él se sentó en la cama, yo no le dije nada e hice que apoyé su cabeza en mis piernas, jugué con su pelo por un largo rato y pregunté) ¿Es Nico, no?
- ¿Me lo ves en la mirada, no?
- Te conozco mucho amor, es solo eso.
- Más que nadie Pau. (Acaricié su frente) Necesito ir…
- ¿A dónde?
- Al cementerio.
- Podemos ir cuando quieras Pepe…
- ¿Y Lola?
- Y a Lola le va a hacer muy bien ver a sus abuelos, más mimos para ella.
- ¿Sí?
- Obvio que sí Pepe… ¿Cuándo podes tomarte unos días en el trabajo?
- Esta semana no tenemos nada importante, me puedo llevar la compu y…
- Nos podemos ir ya entonces.
- Para loca.
- Es solo que odio verte mal.
- No sé cuan bien me va a hacer ir.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Capítulo 174

Estábamos los tres en la cama, Lola encima de mí, la película se había terminado y el helado también.

- Mami…
- ¿Qué princesa?
- ¿Por qué saliste llorando de hablar con Clara?
- Porque le conté algo… Pero no pasó nada.
- ¿No?
- No Loli…
- A vos… ¿Te gustó hablar con ella? (Preguntó Pepe)
- Sí…
- ¿Te hizo bien? (Pregunté)
- Sí mami, pero me hace mejor estar acá con ustedes.
- (Sonreí y besé su cabeza) Entonces podes quedarte acá.

-

Había pasado un rato y Lola se quiso ir a jugar, asique Pau y yo nos habíamos quedado solos.

- Amor… (Dije temeroso) No sé si es el momento, no creo que lo sea, pero necesito que hablemos…
- ¿De qué? (Preguntó extrañada)
- (Suspiré) Tengo miedo de que me revolees algo por la cabeza.
- Me asustas Pedro.
- (Tomé su mano) Mmm… ¿A vos te gustaría volver a ser mamá, o no?
- ¿Me estás jodiendo? ¡Es obvio que sí Pedro!
- ¡Dejame terminar ansiosa! (Ella rio) Hay un modo de hacerlo… ¿No te gustaría intentarlo?
- ¿Cómo? Te juro que no quiero sufrir más, no lo soportaría.
- Es muy largo el proceso, pero digamos que siendo abogado puedo agilizar varias cosas…
- Explicate mejor amor, por favor.
- ¿Te gustaría que adoptemos?
- ¿Vos me estás hablando en serio? (Preguntó sonriendo y al borde de las lágrimas)
- Obvio que sí amor. (Ella no dijo nada y tan solo me abrazó por el cuello, yo lo hice por su cintura y besé su hombro)
- Te juro que no lo puedo creer.
- No llores, por favor. (Rio)
- Nunca pensé que me lo ibas a proponer, me sorprendiste, demasiado.
- (Me separé un poco de ella) ¿O sea que vos lo habías pensado?
- Muchas veces… ¿Vos, no?
- Muchas, pero no sé, nunca siento que sea el momento, siempre pasa algo, pero si seguimos esperando va a ser imposible… No sé… ¿En serio te gustaría?
- Me encantaría Pedro, además Loli no estaría tan sola, y… (Me besó) Te amo con todo mi alma, me sorprendiste demasiado, me sorprendes todos los días. Gracias. (Volvió a besarme)
- Yo también te amo mi amor… (La besé) Pero… ¿Tanto te sorprendí?
- Sí, es aceptar la realidad, y sé que para mí es difícil hacerlo, pero para vos también.
- (Suspiré) Muy difícil, pero es lo que nos toca. (Suspiró y bajó su vista, yo la tomé del mentón y la besé) ¿Lo intentamos?
- Pero prometeme que el intento va a valer la pena, te juro que no soportaría sufrir otra vez…
- (Acomodé el pelo detrás de su oreja) Es un proceso muy largo, muy, y si bien soy abogado y al, claramente, no hacerlo como trabajo, puedo hacer muchas cosas más rápido, son las cosas que dependen de mí, no de la justicia… ¿Sabes? (Ella asintió con su cabeza) Estamos juntos, y lo vamos a lograr. Te lo prometo. (Ella no dijo nada, tan solo se acurrucó en mí y yo la abracé)
- Te juro que no sé qué haría sin vos mi amor.
- Ni yo sin vos. (Besé su cabeza y nos quedamos así, por un largo rato)

Pau se había ido a bañar y yo fui en busca de Lola, la encontré llorando en su cama y suspiré.

- Princesa… ¿Qué pasa?
- ¡Andate papá! (Me gritó, llorando y enojada)
- Hey… ¿Por qué?
- Porque sos malo.
- (Me agaché a su lado) ¿Por qué decís eso?
- Porque sí.
- Mmm… (Intenté abrazarla, pero ella me golpeaba el pecho y se resistía) Hija. ¿Qué pasa?
- ¡Qué sos malo!
- ¿Qué hice? (Pregunté extrañado)
- ¡Vos dijiste que ibas a cuidar a mi mamá! (Me gritó y salió corriendo, yo suspiré y la seguí)
- Loli, Loli… ¡Para! (Dije y la tomé de su mano, cuando habíamos llegado a la cocina) Para princesa, por favor.
- ¡No! ¡Soltame! (Dijo y se soltó de mí)
- Bueno… No te agarro, pero… ¿Podemos hablar?
- ¡No!
- Por favor hija, escúchame… (Dije y me arrodillé frente a ella) ¿Vos escuchaste lo que hablé con mamá, no?
- Sí, y sos muy malo. ¡Me dijiste que la ibas a cuidar!
- Mmm… Me parece que no escuchaste todo.
- Sí que escuché, le dijiste si querían intentar tener un hermanito.
- Pero no como vos pensas Loli.
- ¿Y cómo?
- Hay muchos nenes que no tienen papas y viven en casas muy grandes con muchos otros nenes, y esperan a que alguna familia los quiera cuidar, y adoptar como un hijo… Queríamos hacer eso… Yo te prometí que la iba a cuidar a mamá, y nunca, nunca voy a dejar de hacerlo. (Sequé sus lágrimas) ¿A vos te gustaría que lo hagamos?
- Sí, pero no quiero que le pase nada a mamá.
- Te prometo que no le va a pasar nada princesa. (Hice una pausa) ¿Me das un abrazo? (Ella asintió con su cabeza y me abrazó, yo también la abracé y me paré, para alzarla) Te amo Lola, y jamás faltaría a una promesa que te hice.
- Perdón papi, yo también te amo.
- Ya pasó Loli, deja de llorar. (Besé su mejilla y en ese momento Pau se acercó a nosotros)
- Mmm… ¿Qué pasa acá?
- Charlas de padre e hija. ¿No Loli?
- Sí.
- Pero… ¿Por qué lloras hija?
- Porque me pelee con papá, pero ya me explicó todo. (Se bajó de mí) Me voy a jugar… (Y salió corriendo)
- ¿Qué paso amor?
- Nos escuchó hablando, pero escuchó solo una parte y creyó que yo te propuse que quedes embarazada, y como yo le prometí a ella que te iba a cuidar y que no te iba a pasar nada se enojó conmigo, pero ya se lo expliqué.
- Quería que se lo contemos los dos.
- Perdón amor.
- (Suspiró) No pasa nada, voy a buscarla.
- Hey, no te enojes. (La tomé de la mano, para que no se vaya)
- No me enojo.
- Paula, te conozco.
- (Suspiró y me besó) No me enojo, es solo que me hubiese gustado que se lo contemos juntos.
- Perdón, yo también.
- Ya está… (Lo besé) Voy a hablar con ella… (Lo besé y me fui)

-

Cuando entré en su cuarto ella estaba dibujando y yo me senté a su lado.

- Mamá…
- ¿Qué Loli?
- (Dejó el lápiz y me miró) ¿Vos no me  vas a dejar de querer a mí si viene un nene a casa, no?
- (Sonreí y acaricié su nariz) Jamás, pero jamás en la vida podría dejar de quererte mi vida. Veni… (La tomé de su manito e hice que se siente sobre mis piernas) Vos siempre vas a ser mi bebé, y mamá siempre va a estar para vos, y siempre te va a amar.
- ¿Y papá?
- ¿Queres que se lo preguntemos a él?
- Sí…
- A ver… Veni. (Me paré con ella a upa y lo fuimos a buscar a Pepe) Amor… ¿Podemos hablar un rato los tres?
- Obvio que sí.

Nos dirigimos a nuestro cuarto y nos sentamos en nuestra cama, Pepe y yo frente a ella.
Lola arrodillada, nos miraba expectantes.

- ¿No querías preguntarle algo a papá?
- Sí…
- ¿Qué hija? (Lola escondió su carita en mi pecho y yo reí)
- No tengas vergüenza Loli. (Ella rio y yo besé su cabeza)
- Es que… (Se separó de mí) Yo quiero tener un hermanito, pero no quiero que me dejen de querer.
- Hermosa… (Pepe tomó su mano) Eso nunca va a pasar, nunca, nunca. (Lola sonrío) ¿Cómo te vamos a dejar de querer princesa? Eso es imposible.
- Pero… Si viene un nene nuevo…
- Mmm… (Dije) ¿A vos te gustaría que eso pase?
- Sí mami, pero es raro. ¿Va a ser grande como yo?
- No lo sabemos eso Loli.
- Pero… (Dijo ella confundida) No quiero.

martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 173

- Bueno… ¿Pedro y Paula, no?
- Así es.
- (Suspiró) Hay demasiado para hablar con ustedes… Lola es una nena, emm… especial.
- ¿En qué sentido? (Preguntó Pepe)
- Es demasiado sensible, si bien la gran mayoría de los nenes lo son, ella lo es y mucho más, quizás por todo lo que le pasó, que ni siquiera sé si es todo, porque bueno, no puedo obligar a hablar a nadie, menos a una nena. ¿No?
- ¿Y qué podemos hacer para cuidarla? No soporto más verla así, últimamente vive llorando y me dice que le duele el pecho, y además, algo que me olvidé de comentarte, hace algunos meses ella sufrió algunos ataques de pánico, pero como pasó solo algunas veces y aisladas su doctora nos dijo que no era necesario consultar con una psicóloga, pero bueno, creemos que ya no podemos solos y por eso estamos acá.
- A ella, cuando éramos más chicos le pasaba lo mismo, lo de los ataques de pánico.
- Emm… Sí.
- Ahora que me lo dicen entiendo cada vez un poco más, no quiero asustarlos, pero no está lejos de que vuelva a pasarle eso. (Pau suspiró y yo tomé su mano) Pero tranquilos, Lola no dejó de hablar maravillas de ustedes, de cuánto los ama y de cuánto la cuidan y se siente amada por ustedes. (Nosotros sonreímos) Y eso es lo más importante acá, sin la contención de ustedes ella nunca va a poder superar lo que le pasa.
- ¿Y qué es lo que le pasa?
- Angustia, tiene muchas cosas adentro para ser tan chiquita, le pasaron muchas cosas que las reprimió, y ahora el inconsciente le empezó a jugar en contra, por eso sus sueños y angustia. Y además, se siente muy sola… Me contó lo que le pasó en la escuela, en las dos, me contó lo que pasó en sus familias, lo que te pasó a vos y porque no podes volver a tener un hijo (Dijo mirándola a Pau, y yo tomé más fuerte su mano) Me contó que la secuestraron, el mismo hombre que te hizo eso a vos…
- (Pau suspiró) Es demasiado para ella, y me llena de culpa.
- No, no es su culpa… Ustedes no eligen lo que pasó.
- Pero deberíamos haberla cuidado más y no contárselo.
- A veces es peor esconderle las cosas, y que ahora se arrepientan no sirve de nada, solo tienen que estar con ella, escucharla cada vez que quiera hablarles y no presionarla para que lo haga.
- Está bien… (Respondió Pau)
- ¿Y con la escuela? ¿Volvemos a cambiarla?
- Mmm… No, lo peor fue en la anterior, en esta ella me contó que si tiene amiguitas, y me parece que otro cambio la desestabilizaría más.
- ¿Y entonces? (Preguntó Pau)
- Y entonces… Estén con ella, simplemente eso. Y, lo ideal, sería que tenga sesiones, en un principio, dos veces por semana… Pero bueno, no sé si quieren hacerlas conmigo…
- Sinceramente sí, es muy difícil que Lola se abra, es muy retraída con la gente que no conoce, y si lo hizo con vos, por algo debe ser.
- Entonces pueden pactar las citas en recepción, al menos durante el siguiente mes, y también deberíamos tener algunas charlas nosotros, pero eso lo iremos viendo. (Nosotros asentimos con la cabeza) Y sí tiene algún episodio de pánico… ¿Sabes cómo calmarla?
- No sé si lo hacemos bien, pero siempre pudimos calmarla.
- ¿Saben que tienen que ponerla de costado para que no se ahogue?
- Sí… (Respondí) La primera vez que pasó supe cómo reaccionar, como antes le pasaba a ella…
- ¿Puedo saber por qué te pasaba a vos?
- (Suspiró) Es una historia muy larga… (Hizo una pausa) Tiene que ver con ese hombre…
-  Es algo muy difícil…
- ¿Lola lo sabe?
- Solo una parte…
- ¿Puedo saber cuál?
- Que ese hombre mató a mis viejos, cuando yo tenía trece años, ante mis ojos… (Dijo con los ojos llenos de lágrimas y yo uní mi otra mano a la suya) Y ese hombre es el mismo que me dejó embarazada, y mató a su propio hijo… (Dijo ya quebrada) Es el mismo hombre que la secuestró, porque estaba empecinado en hacerme mal.
- Tranquila… ¿Queres un poco de agua?
- Por favor.
- Ya te traigo.
- Gracias…

Ella se levantó y yo le susurré a Pau.

- Contáselo.
- No puedo.
- Sí que podes, te va a hacer bien… Y además, capaz podes venir vos también, sabes que te haría muy bien.

Y en ese momento, la doctora volvió…

- Gracias. (Dijo agarrando el vaso de agua y tomó un poco, lo dejo en el escritorio y Clara volvió a sentarse frente a nosotros)
- ¿Se puede saber qué es lo que ella no sabe?
- (Pau suspiró y cerró sus ojos) Ese hombre, abusó de mi mamá… Y después lo hizo conmigo, durante muchísimos años, me tuvo cautiva, desde el momento en el que mató a mis viejos… (Dijo rompiendo en llanto) Y siento que eso, aunque yo no quiera, repercute en ella, porque no puedo tener un estado anímico normal, no suelo estar alegre… Intento estarlo para ella, pero no sé, hay veces que no puedo, y siento que en vez de hacerle bien hago todo al revés, y es horrible. (Hizo una pausa y abrió sus ojos) Y encima ella quiere un hermanito, y yo no se lo puedo dar… Si quedó embarazada puedo llegar a morirme. (Suspiró)
- ¿Lola sabe lo que puede pasarte?
- Sí… (Dije, tratando de dejarla respirar a Pau)
- Acaba de cerrarme todo… Ella tiene miedo de quedarse sola. Tanta gente se fue de su vida… Y sabe que puede llegar a pasarle algo a su mamá.
- Pero nosotros lo hablamos con ella, y como pudimos, le explicamos que ella no va a quedar embarazada, porque es algo que se decide.
- Hagánselo sentir.
- Es lo que intentamos… (Dijo Pau llorando)
- Y lo hacen, porque los ama. (Pau sonrío) Y respecto a lo que me contaste vos… ¿Puedo decirte algo? (Dijo, refiriéndose a ella)
- Sí.
- Sinceramente en esta profesión se escucha de todo, pero es el día de hoy que escucho estas cosas y no dejo de angustiarme… (Hizo una pausa) ¿Hiciste algún tratamiento psicológico?
- Sí, pero nada funciona.
- Volve a hacerlo, te va a hacer bien… Te noto muy triste, y no sé, me gustaría poder ayudarte.
- Sos un amor Clara.
- Solo amo lo que hago, amo ayudar a la gente.
- Yo la voy a convencer de que vuelva a hacer algo, y posiblemente con vos. (Pau rio) Es un poco terca.
- Es solo que me cuesta ocuparme de mí.
- Es hora de que lo hagas quizás, y además, así la vas a estar ayudando a tú hija.
- Tiene razón amor… (Dije)
- Puede ser, prometo que lo voy a pensar.
- Pensalo tranquila, y ahora los dejo que Lola los debe estar esperando.
- ¿Puedo pasar al baño antes?
- Sí, obvio. Salgan tranquilos que yo tengo que bajar a buscar unas cosas. (Dijo parándose, y nosotros también nos paramos) Un gusto chicos.
- Lo mismo decimos, gracias.

Nos saludamos y ella se fue, Pau me abrazó y yo también lo hice.

- Me muero de vergüenza.
- Sh, tranquila. (Besé su cabeza) Dale, anda al baño y lávate la cara que Loli seguro te va a dar un súper abrazo que va a hacer que todo se pase.
- (Suspiró) ¿Me esperas?
- Toda la vida. (Pau sonrío y me besó, para luego irse)

A los pocos minutos estaba otra vez a mi lado y salimos, Lola ni bien nos vio corrió a nosotros y Pau la alzó.

- ¡Al fin! (Dijo abrazándola)
- (Sonrío) ¿Vamos a casa princesa?
- Sí…
- Zai… ¿Venís o te alcanzo a tu casa? (Pregunté)
- Si no molesto…
- ¡Zaira! (La reté) ¿Cómo vas a molestar?
- Bueno, no sé.
- Venís a casa, y no se discute.