Era el momento de volver a casa, Paula viajaba en
el asiento trasero, yo manejaba… Sin temor a equivocarme puedo afirmar que no
cruzamos ni media palabra en todo el camino. (Y no lo hacíamos hacía dos días)
Buscó sus cosas y se las llevó a su antiguo cuarto, sin decirme nada, hasta la noche.
Después de comer algo, solo por comer e intentar distraerme con algo, sentí a Pau detrás de mí, suspiré.
- Pedro… ¿Podemos hablar?
- (Ella intentaba contener sus lágrimas y me moría de ganas de abrazarla, pero necesitaba mantener distancia, sentía que alejándola de mí la lastimaría menos que teniéndola cerca) ¿Hay algo qué hablar?
- ¿Vos me estás jodiendo? ¡Hace días que ni siquiera me miras a los ojos!
- Lo sé.
- ¿Y entonces?
- ¿Y entonces qué?
- Mira Pedro, no entiendo por qué estás haciendo esto, pero noto y sé que te molesta que esté cerca tuyo, asique por ahora me voy al otro cuarto, sabes que estoy buscando trabajo, asique en cuanto me consiga algo me voy… Y me duele muchísimo que esto sea así, pero creo que es lo que vos elegís, y aunque me destruya, lo respeto.
- Perdón. (Dije sin poder mirarla a la cara)
- No entiendo que te pasa, te juro que no lo entiendo.
- Yo tampoco.
- ¿Y entonces?
- No sé, prefiero que te vayas.
- ¿Vamos a terminar todo lo nuestro así? ¿Te das cuenta que te estás quedando solo por qué vos queres y no por qué la vida quiere que así sea? (Asentí tímidamente con mi cabeza) Bueno, al menos lo sabes…
- Yo te sigo amando, pero… Ahora necesito que nos separemos.
- ¿Para qué?
- No sé, pero necesito que así sea.
- No te entiendo Pedro.
- Yo tampoco me entiendo.
- ¿Por qué lo haces? ¿Te das cuenta que te estás haciendo mal o peor? No te hace bien estar solo, y yo lo único que quiero, o quería, era simplemente poder acompañarte, así como vos lo hiciste conmigo cuando yo perdí a mi hijo.
- ¿Querías?
- (Suspiró) Ahora, sinceramente, estoy enojada, y no sé si está bien o mal, porque quizás debería entenderte… Pero lo que pasó y el modo en el que me trataste o el modo en el que no me trataste, me dolió y me duele. Soy tu novia… Y si lo deje de ser no me enteré.
- No, no lo dejaste de ser.
- ¿Y entonces qué estamos haciendo?
- No sé… No sé Pau. (Suspiré y sequé mis lágrimas) Pero necesito que ahora esto sea así.
- Está bien, lo acepto… Pero necesito entender qué es lo que pasa.
- Que me duele el alma, eso pasa…
- ¿Y no te dolería un poquito menos si alguien te acompañara?
- No sé…
- ¿Y no te interesaría saberlo? ¿Te das cuenta que estás haciendo una boludes, no? ¿Te das cuenta que sería todo al menos un poquito menos doloroso si me dejaras que te diera un abrazo?
Yo no pude responderlo, aunque lo intenté, y ella me abrazó, por primera vez en muchos días me dejé, y me largué a llorar, aún más, casi sin tener estabilidad, me abalancé sobre ella, no soportaba tanto dolor.
- No puedo Pau, no lo soporto…
- Sh… (Sentí que me abrazó más fuerte) Ya va a pasar mi amor, te lo prometo. (Me besó la cabeza)
- No, no va a pasar. (Me separé de ella, con bronca)
- Ahora seguro te sentís en el medio de la nada, pero… De a poquito se te va a pasar.
- Estoy seguro de que no.
- Sí, vas a ver que sí… (Secó suavemente mis lágrimas)
- ¿Cuándo?
- No sé, pero date tiempo… Es todo muy reciente.
- Y ya no lo soporto.
- (Volvió a abrazarme) Todo dolor se puede soportar, nadie recibe un dolor que no sea capaz de soportar.
- Excepto yo.
- No Pepe, no. Ya sé que ves todo oscuro, lo sé, porque lo sentí, pero te aseguro que cuando menos lo esperes un rayito de luz va a aparecer.
- ¿Qué rayito de luz Paula? ¡Eso no existe en mi vida!
- En mi caso… Fuiste vos.
- (Sonreí, tan solo un poco) ¿Y vos quisieras ser el mío?
- Me encantaría, pero tenes que dejarme…
- (Me separé, un poco de ella) No sé qué hacer, ni cómo reaccionar, no tengo fuerzas para nada.
- Dejate cuidar, mimar… Contener.
- ¿Venís conmigo un ratito a la cama?
- No me lo tendrías ni que preguntar, pero antes… (Rosó su nariz con la mía, muy suavemente y luego me besó) Te extrañaba.
- Yo también mi amor. (La besé) Perdón.
- Sh, no pidas perdón… Cada uno reacciona como puede, y entiendo que esta sea tú forma, pero necesito que entiendas que no es la mejor… (Secó mis lágrimas) ¿No te hace bien que te dé un abrazo? (Preguntó con la voz quebrada y yo la abracé)
- Soy un tarado, en vez de abrazarte te alejo.
- No te preocupes por eso, te juro que está todo bien… Y sé que estás enojado con la vida, lleno de bronca y de dolor, y que por eso quizás digas o hagas cosas que no sentís realmente.
- (Me separé un poco de ella) Siento que teniéndote cerca te hago peor de lo que te haría si te alejo de mí, por eso todo lo que hago o digo.
- (Negó con su cabeza) Nada es tan doloroso como estar lejos tuyos mi amor. (Me besó) Y jamás me harías mal, jamás. (Volvió a besarme) Jamás. ¿Escuchaste?
- Sí. (La besé)
- Veni, vamos a la cama…
Sin dejar de abrazarme, me dirigió hasta el cuarto y en la cama me dejé caer.
Nos acostamos, y nos metimos dentro de la cama… Mi cabeza estaba apoyada en su hombro y ella en silencio, jugaba con mis dedos sobre su panza.
Apagó la luz y suspiré.
- ¿Por qué no intentas descansar un ratito? Sé que hace noches que no dormís.
- Porque cierro los ojos y no puedo dejar de imaginarlo.
- Cerra los ojos e intenta pensar en otra cosa… (Dijo entrelazando mis dedos con los suyos, aún sobre su panza) Te va a hacer bien mi amor.
- Gracias...
- ¿Por qué?
- Por seguir acá conmigo, a pesar de todo...
- No termino de entender lo que hiciste, pero si entiendo que cada persona tiene un modo distinto de transitar el dolor, y supongo que esa será la tuya... Aunque espero que no vuelvan a agarrarte esos ataques de soledad.
- Perdón amor...
- Ya está.
Pero te trate muy mal, no te lo merecías.
- Ya pasó Pepe, en serio... Dejame cuidarte ahora y listo.
- Te amo... (Besé su mano)
- Te amo mi amor. (Besó mi cabeza y ahora me abrazó) Intenta tranquilizarte un poco y descansar...
- Necesito que me pare un poco la cabeza, y la angustia... Tengo un nudo en el pecho que no me deja respirar. (Sentí su mano comenzando a jugar con el pelo de mi nuca y poco a poco, comencé a tranquilizarme) Lo extraño Pau...
- Él está con vos mi amor, sentilo porque está con vos.
- No... No está.
- Sí que está, si vos así lo queres, él está.
- Tengo miedo de olvidarme de su voz...
- No mi amor, hay cosas que jamás se olvidan, vas a ver que de a poco vas a poder recordarlo y sentirlo con una sonrisa, cómo él vivió siempre.
- No voy a poder.
- Vas a ver que sí... (Hizo una pausa y besó mi frente) Dale, intenta descansar, yo mientras te cuido y te hago mimitos.
- Sos tan linda...
- Sh...
Buscó sus cosas y se las llevó a su antiguo cuarto, sin decirme nada, hasta la noche.
Después de comer algo, solo por comer e intentar distraerme con algo, sentí a Pau detrás de mí, suspiré.
- Pedro… ¿Podemos hablar?
- (Ella intentaba contener sus lágrimas y me moría de ganas de abrazarla, pero necesitaba mantener distancia, sentía que alejándola de mí la lastimaría menos que teniéndola cerca) ¿Hay algo qué hablar?
- ¿Vos me estás jodiendo? ¡Hace días que ni siquiera me miras a los ojos!
- Lo sé.
- ¿Y entonces?
- ¿Y entonces qué?
- Mira Pedro, no entiendo por qué estás haciendo esto, pero noto y sé que te molesta que esté cerca tuyo, asique por ahora me voy al otro cuarto, sabes que estoy buscando trabajo, asique en cuanto me consiga algo me voy… Y me duele muchísimo que esto sea así, pero creo que es lo que vos elegís, y aunque me destruya, lo respeto.
- Perdón. (Dije sin poder mirarla a la cara)
- No entiendo que te pasa, te juro que no lo entiendo.
- Yo tampoco.
- ¿Y entonces?
- No sé, prefiero que te vayas.
- ¿Vamos a terminar todo lo nuestro así? ¿Te das cuenta que te estás quedando solo por qué vos queres y no por qué la vida quiere que así sea? (Asentí tímidamente con mi cabeza) Bueno, al menos lo sabes…
- Yo te sigo amando, pero… Ahora necesito que nos separemos.
- ¿Para qué?
- No sé, pero necesito que así sea.
- No te entiendo Pedro.
- Yo tampoco me entiendo.
- ¿Por qué lo haces? ¿Te das cuenta que te estás haciendo mal o peor? No te hace bien estar solo, y yo lo único que quiero, o quería, era simplemente poder acompañarte, así como vos lo hiciste conmigo cuando yo perdí a mi hijo.
- ¿Querías?
- (Suspiró) Ahora, sinceramente, estoy enojada, y no sé si está bien o mal, porque quizás debería entenderte… Pero lo que pasó y el modo en el que me trataste o el modo en el que no me trataste, me dolió y me duele. Soy tu novia… Y si lo deje de ser no me enteré.
- No, no lo dejaste de ser.
- ¿Y entonces qué estamos haciendo?
- No sé… No sé Pau. (Suspiré y sequé mis lágrimas) Pero necesito que ahora esto sea así.
- Está bien, lo acepto… Pero necesito entender qué es lo que pasa.
- Que me duele el alma, eso pasa…
- ¿Y no te dolería un poquito menos si alguien te acompañara?
- No sé…
- ¿Y no te interesaría saberlo? ¿Te das cuenta que estás haciendo una boludes, no? ¿Te das cuenta que sería todo al menos un poquito menos doloroso si me dejaras que te diera un abrazo?
Yo no pude responderlo, aunque lo intenté, y ella me abrazó, por primera vez en muchos días me dejé, y me largué a llorar, aún más, casi sin tener estabilidad, me abalancé sobre ella, no soportaba tanto dolor.
- No puedo Pau, no lo soporto…
- Sh… (Sentí que me abrazó más fuerte) Ya va a pasar mi amor, te lo prometo. (Me besó la cabeza)
- No, no va a pasar. (Me separé de ella, con bronca)
- Ahora seguro te sentís en el medio de la nada, pero… De a poquito se te va a pasar.
- Estoy seguro de que no.
- Sí, vas a ver que sí… (Secó suavemente mis lágrimas)
- ¿Cuándo?
- No sé, pero date tiempo… Es todo muy reciente.
- Y ya no lo soporto.
- (Volvió a abrazarme) Todo dolor se puede soportar, nadie recibe un dolor que no sea capaz de soportar.
- Excepto yo.
- No Pepe, no. Ya sé que ves todo oscuro, lo sé, porque lo sentí, pero te aseguro que cuando menos lo esperes un rayito de luz va a aparecer.
- ¿Qué rayito de luz Paula? ¡Eso no existe en mi vida!
- En mi caso… Fuiste vos.
- (Sonreí, tan solo un poco) ¿Y vos quisieras ser el mío?
- Me encantaría, pero tenes que dejarme…
- (Me separé, un poco de ella) No sé qué hacer, ni cómo reaccionar, no tengo fuerzas para nada.
- Dejate cuidar, mimar… Contener.
- ¿Venís conmigo un ratito a la cama?
- No me lo tendrías ni que preguntar, pero antes… (Rosó su nariz con la mía, muy suavemente y luego me besó) Te extrañaba.
- Yo también mi amor. (La besé) Perdón.
- Sh, no pidas perdón… Cada uno reacciona como puede, y entiendo que esta sea tú forma, pero necesito que entiendas que no es la mejor… (Secó mis lágrimas) ¿No te hace bien que te dé un abrazo? (Preguntó con la voz quebrada y yo la abracé)
- Soy un tarado, en vez de abrazarte te alejo.
- No te preocupes por eso, te juro que está todo bien… Y sé que estás enojado con la vida, lleno de bronca y de dolor, y que por eso quizás digas o hagas cosas que no sentís realmente.
- (Me separé un poco de ella) Siento que teniéndote cerca te hago peor de lo que te haría si te alejo de mí, por eso todo lo que hago o digo.
- (Negó con su cabeza) Nada es tan doloroso como estar lejos tuyos mi amor. (Me besó) Y jamás me harías mal, jamás. (Volvió a besarme) Jamás. ¿Escuchaste?
- Sí. (La besé)
- Veni, vamos a la cama…
Sin dejar de abrazarme, me dirigió hasta el cuarto y en la cama me dejé caer.
Nos acostamos, y nos metimos dentro de la cama… Mi cabeza estaba apoyada en su hombro y ella en silencio, jugaba con mis dedos sobre su panza.
Apagó la luz y suspiré.
- ¿Por qué no intentas descansar un ratito? Sé que hace noches que no dormís.
- Porque cierro los ojos y no puedo dejar de imaginarlo.
- Cerra los ojos e intenta pensar en otra cosa… (Dijo entrelazando mis dedos con los suyos, aún sobre su panza) Te va a hacer bien mi amor.
- Gracias...
- ¿Por qué?
- Por seguir acá conmigo, a pesar de todo...
- No termino de entender lo que hiciste, pero si entiendo que cada persona tiene un modo distinto de transitar el dolor, y supongo que esa será la tuya... Aunque espero que no vuelvan a agarrarte esos ataques de soledad.
- Perdón amor...
- Ya está.
Pero te trate muy mal, no te lo merecías.
- Ya pasó Pepe, en serio... Dejame cuidarte ahora y listo.
- Te amo... (Besé su mano)
- Te amo mi amor. (Besó mi cabeza y ahora me abrazó) Intenta tranquilizarte un poco y descansar...
- Necesito que me pare un poco la cabeza, y la angustia... Tengo un nudo en el pecho que no me deja respirar. (Sentí su mano comenzando a jugar con el pelo de mi nuca y poco a poco, comencé a tranquilizarme) Lo extraño Pau...
- Él está con vos mi amor, sentilo porque está con vos.
- No... No está.
- Sí que está, si vos así lo queres, él está.
- Tengo miedo de olvidarme de su voz...
- No mi amor, hay cosas que jamás se olvidan, vas a ver que de a poco vas a poder recordarlo y sentirlo con una sonrisa, cómo él vivió siempre.
- No voy a poder.
- Vas a ver que sí... (Hizo una pausa y besó mi frente) Dale, intenta descansar, yo mientras te cuido y te hago mimitos.
- Sos tan linda...
- Sh...
Me encantó este cap y qué bueno que Pepe aflojó un poco. Sos una genia escribiendo nena
ResponderEliminarMe encanto Cami ♥
ResponderEliminarTiernos! Me encanto el cap! Mucho love ♥
ResponderEliminar