lunes, 2 de septiembre de 2013

Capítulo 65

Pau, Nico y yo… Mates y medialunas.

- ¿Y cuándo se casan?
- ¿Eh? (Pregunté totalmente desencajado) Recién estamos de novios, con tranquilidad.
- Pero sería lindo que se casen y formen una familia.
- (Pau sonrío y tomó mi mano, apoyando su cabeza en mi hombro) Sería muy lindo. (Dije y besé su frente) Pero no es el momento, los dos estamos con otras cosas en la cabeza y además, hace poco que estamos juntos, dejanos disfrutar un poco del noviazgo.
- Pero yo quiero verlos casados.
- (Aferré mi mano a la de Pau) Es como si lo estuviéramos, convivimos, pasamos todo el día juntos.
- Pero yo quiero verlos casándose, y no sé si voy a poder.
- Sí que vas a poder Nico. (Respondió Pau, levantando su cabeza)
- No sé Pau, a veces me da miedo perderme de cosas importantes por mi enfermedad.
- Tranquilo hermano, vas a vivir todo lo que queres vivir.
- Pero a mí no sé cuánto tiempo me queda y si ustedes no se van a casar.
- Nico… (Dijo Pau acercándose a él) No pienses así, pensa en positivo… Pensa que te queda muchísimo por hacer acá, y que vas a poder hacer todo, porque nada está escrito, nada. Solo tenemos el hoy el ahora, y hay que disfrutarlo, sin pensar demasiado en el futuro, porque el futuro no está escrito para absolutamente nadie.
- Para mí sí Pau, y lo sabemos todos.
- No Nico, no estés tan seguro. Nadie sabe que va a pasar mañana. (Tomó su mano y vi como los ojos de Nico se cristalizaron, a la par de los míos) No pienses en negativo.
- No puedo pensar de otro modo, ya no.
- Mmm… (Suspiró) Dale Nico, si vos sos fuerte nada va a poder detenerte.
- ¿Y de dónde saco fuerzas?
- De adentro tuyo, mira, ayer tú mamá me dijo algo y tiene mucha razón, Dios le da las peores batallas….
- A sus mejor guerreros, ya lo sé, me la dice todo el tiempo.
- Entonces escuchala.

Me acerqué a ellos, haciendo fuerzas para no llorar.

- Siempre fuiste fuerte Nico, y sé que podes seguir siéndolo.
- Ya no sé cómo. (Dijo dejando caer su primer lágrima y sentí la mano libre de Pau sobre mi pierna)
- Sacando la fortaleza que estoy seguro que tenes adentro.
- Ya se acabó.
- Nico, dale. (Dijo Pau, dejándome respirar) Vos podes, vos tenes la fuerza para esto. Vos podes.

Y nadie dijo más nada, tan solo lo abrazamos entre los dos, dejándolo desahogarse.

Mamá se había ido con Nico a dar una vuelta, Pau y yo estábamos en el balcón, mirando el atardecer.

- ¿Cómo queres que esté bien si él está así? (Pregunté al borde de las lágrimas) No lo soporto.
- Mientras más fuerte seas vos más fortaleza podes darle a él.
- A mí tampoco me quedan fuerzas.
- ¿A vos Pepe? Estoy segurísima de que sí.
- ¿Dónde?
- (Pau posó su mano sobre mi pecho, del lado izquierdo) Ahí mi amor.
- (Posé mi mano sobre la de ella y la acaricié) Ayudame a encontrarla.
- Mmm… (Rosó su nariz con la mía) Puedo estar con vos mientras lo hagas, cuando necesites que esté con vos y cuando no también, pero tenes que encontrarla vos Pepe. (Con su mano libre secó mis lágrimas, yo la abracé, necesitaba hacerlo)
- ¿Sabes que sos lo más lindo que tengo, no?
- (Pau besó mi mejilla y la sentí sonreír) Me encanta serlo, y me encanta que vos seas lo más lindo para mí. (Me separé un poco de ella y la besé sentidamente en sus labios)
- Te amo mi amor. (Susurré)
- Yo también te amo. (Nos besamos y volvimos a abrazarnos)
- Gracias.
- Es un gracias mutuo, lo sabes.
- (Volví a separarme de ella, solo lo necesario para poder mirarla a los ojos) Siempre juntos.
- Siempre mi amor. (Nos unimos en un beso que interrumpió la llegada de mi familia, nos levantamos y luego de intentar disimular mis lágrimas nos aceramos a ellos, papá nos invitó a cenar afuera)

Mamá y papá ya dormían, Pau y Nico estaban en el cuarto del último y yo estaba escuchando la conversación que tenían.
La mano de mi novia estaba unida a la de mi hermano, él acostado en su cama y ella arrodillada en el suelo.

- ¿Estás un poquito mejor Nico?
- No sé Pau, no puedo escapar de la realidad ya.
- No tenes que escapar, tenes que disfrutarla. La realidad es el hoy, el ahora.
- Pero… ¿Y el futuro?
- Es una incertidumbre, lo es para todos. Nadie sabe lo que nos va a pasar mañana, nadie sabe lo que va a pasar en el próximo minuto ni siquiera.
- Puede ser…
- Dale Nico, disfruta de que estás acá, disfruta de tú hermano… Sé que se aman, disfruten de que están juntos.
- Pero a él algo le pasa…
- Mmm… Si, está un poco angustiado por otras cosas, pero viste que él es muy cerrado y casi no habla.
- Muy cerrado.
- (Pau rio) Muy, me cuesta mucho hablar con él, pero conmigo a veces lo hace, y sé algo de lo que le pasa, pero no tenes por qué preocuparte. Él está feliz de estar acá con vos.
- ¿Sí?
- Obvio Nico. Dale, mañana salen los dos juntos y pasan un día de hermanos.
- ¿Y vos?
- Me quedo acá con tú mamá. ¿Queres?
- Sí…

Cuando Pau salió del cuarto yo estaba del otro lado, donde no me veía y cuando estuvo algunos pasos alejados del cuarto de mi hermano yo la abracé por atrás, por el cuello y besé su mejilla.

- Te amo tanto.
- ¿Escuchaste todo, no?
- Sí. ¿No se podía?
- Podrías haberte unido a la charla, pero sí, se podía. (Reímos y yo hice que se dé vuelta para poder besarla) Yo también te amo. (Volvimos a besarnos)

Estábamos en el cuarto, ella sacaba fotos a la ciudad de noche desde la ventana y yo solo le hacía compañía, en silencio.

- Me encanta verte tan compenetrada con la cámara.
- (Sonrío) Me encanta sacar fotos, es como guardar una partecita del presente para siempre.
- (La abracé por la espalda, posando mis manos en su vientre) Sos hermosa. ¿Sabías?
- Tengo un novio muy lindo que me lo dice todos los días.
- ¿Novio?
- Sí…
- ¿Quién?
- Uno medio celosito. (Reímos)
- Y muy lindo, inteligente…
- El mejor de todos. (Giró su cabeza y besó mi mejilla) Quiero una foto juntos.
- Ponela para que saque sola.

Pusimos la cámara sobre el escritorio y comenzamos a sacarnos varias fotos hasta que la cámara se quedó sin batería, ella la puso a cargar y nos acostamos…

- (Pau tomó mi mano y yo le sonreí, girando mi cabeza para poder mirarla) ¿Estás un poco mejor que anoche Pepe?
- Un poco… Gracias a vos.
- (Sonrío) Me hace bien saber que puedo devolverte un poco de lo que me das todos los días.
- (Me acerqué para poder besarla)  A mí me encanta que seas parte de mi vida, que seas mi mujer, mi amor.
- Te amo con la vida mi amor, y sos lo mejor que me pasó en la vida, lo sabes… Pero por las dudas te lo recuerdo.
- Te amo princesa. (Reímos y nos besamos)
- Deja de decirme así.
- ¿Por qué?
- Es un poco bizarro. (Reímos)

1 comentario: