Ya
habíamos llegado y yo me sentía muy mal. Me fui directo a la cama y cuando Pepe
volvió de guardar el auto con los bolsos yo ya estaba dormida.
Me desperté un par de horas después y me daba vueltas todo, Pepe estaba a mí lado, con su computadora, supongo que trabajando. Me di vuelta, para dejar de darle la espalda y apoyé mi cabeza en su brazo, cerrando mis ojos otra vez.
- Buenas noches. (Dijo riendo, y yo también reí)
- Perdón, es que me siento mal. Me quedé re dormida.
- ¿Qué te pasa?
- Me duele la cabeza y me siento muy mareada.
- (Dejó la compu) A ver… Veni.
- ¿A dónde?
- Acá. (Dijo abrazándome, haciendo que mí parte superior del cuerpo quedé sobre su pecho, y besó mi frente) Tenes fiebre.
- ¿Me traes un ibuprofeno? Por favor.
- ¿Y un té?
- Y volvé… Te necesito cerquita.
- Mmm…
- ¿Qué?
- ¿Qué pasa?
- Me siento mal Pedro.
- ¿Solo físicamente?
- No, basta. ¡Hey!
- (Rio) Sos muy predecible amor.
- Siento que estoy somatizando todo.
- (Besó mi frente y me abrazó aún más fuerte) Te voy a buscar el té y el ibuprofeno, vuelvo y haces catarsis. ¿Sí?
- (Reí) Te amo tanto. (Me levanté como para poder besarlo, y eso hice)
- Yo también te amo bonita. (Me besó él) Ya vengo.
Cuando volvió yo estaba sentada, tapada y pensativa… Tenía miedo, otra vez.
Pepe dejó el té y el ibuprofeno en mi mesita de luz y se acostó a mi lado, posando su mano en mi brazo. Yo jamás lo miré, estaba cómo ida.
- Pau… (Susurró en mi oído) ¿Qué pasa?
- No sé. (Suspiré y me tomé el ibuprofeno y después de algunos sorbos de té me deslicé en el colchón, hasta quedar acostada, mirando el techo) Tengo miedo.
- (Su mano pasó por encima de mi cintura, abrazándome) No tenes por qué tener miedo, yo te cuido.
- (Posé mi mano sobre la suya y suspiré) No tengo fuerzas para pasar todo esto.
- Sabes que sos más fuerte de lo que crees.
- No Pepe, ya no. Ya no puedo más, quiero dormirme y despertarme cuando haya pasado todo.
- (Besó mi mejilla y susurró en mi oído) Yo sé que vos podes, pero te prometo que voy a hacer todo lo que pueda sin pedirte ayuda, pero te necesito, sos la única que me puede ayudar con esto, la única Pau. Vos sos la que sabe todo sobre ellos, y mientras más información me des o más me ayudes, más rápido va a pasar todo.
- (Suspiré) Gracias… Y espero poder.
- Vas a poder, estoy seguro. (Giré un poco, para quedar sobre él, y cerré mis ojos) Amor, necesito mimos. (Dijo abrazándome, con la voz más finita, cómo imitándome y yo reí)
- Ya lo dijiste vos.
- Me das mucha ternura.
- (Lo abracé por la cintura y me acomodé) Gracias mi amor.
- Sh… No agradezcas.
-
Ella se quedó dormida, y yo estaba a punto de dormirme también, cuando sonó mi celular, lo agarré rápido para que Pau no se despierte, y lo logré.
Era del laburo, asique estuve un rato en el whatsapp y jamás volví a dormirme.
La sentí a Pau moverse y la abracé, dejando el celular a un lado.
- Perdón, no quise despertarte.
- (Se acomodó y tomó mi mano) Dormí conmigo.
- En eso estaba, pero me llegaron cosas del trabajo.
- ¿Seguís con eso?
- No, y si no, lo puedo apagar.
- Dale, apágalo y dormí conmigo.
- ¿Duermo o te mimo?
- Las dos cosas. (Reímos y apagué el celular) Apaga la luz amor. (Yo apagué la luz, ella dio media vuelta, quedando sobre la cama y comenzó a meterse entre las mantas) ¿Pensas despertarte antes de mañana?
- Mmm… No.
- (Reí y quité mis zapatillas, para poder meterme entre las mantas también) ¿Te sentís un poquito mejor?
- Un poquito. (Yo acaricié su frente con mi dedo pulgar y ella sonrío, luego volvió a acomodarse sobre mí)
- Sos tan sutilmente directa. (Reímos)
- Estoy pachucha, necesito mimos.
- Siempre, más sabiendo todo lo que pasa por adentro. (Besé su cabeza y la abracé, ella suspiró)
- (Me abrazó por la cintura) Te amo Pepe, gracias.
- No tenes que agradecer nada… Es todo reciproco, lo sabes mi amor, lo sabes. (La abracé más fuerte) Y te juro que todo lo que hiciste por mí en estos días, lo que me abriste la cabeza, lo que me hiciste reflexionar, hacer y darme cuenta… (Hice una pausa) Es impagable.
- No hice nada, solo intento que te sientas mejor, porque te lo mereces por ser tan lindo y puro conmigo.
- Hiciste mucho, todos los días haces mucho por mí.
- Cómo vos por mí. (Besó mi cuello y yo sonreí)
- Me olvidé de responderte algo.
- ¿Qué cosa?
- Yo también te amo mi amor. (Sentí su mano acariciar mi mejilla y yo la tomé, para poder darle un beso) ¿Segura que estás mejor?
- El ibuprofeno hace su efecto.
- Sabes que no te lo pregunto por eso.
- Ojala existiera un ibuprofeno para lo que me pasa.
- No existen ibuprofenos, pero sí las palabras que uno puede usar para exteriorizar todo.
- Y también se puede dormir para que me pare un poco la cabeza. ¿No?
- También, pero hablar sirve más.
- Ahora no, por favor. Ya te dije lo que me pasaba, no hay más para agregar y tampoco quiero que me investigues mucho.
- ¿Segura?
- Sí, por favor. Quiero dormir.
- ¿No te vas a despertar en medio de la noche a llorar, no?
- Espero que no, no tengo ganas de llorar. (Suspiró) Quiero dormir Pepe.
- Pero yo no quiero que te duermas angustiada.
- Y yo no quiero hablar.
- Bueno, está bien. (Besé su cabeza y me dediqué a jugar con su pelo por un rato)
La sentía llorar en silencio, intentando que yo no notara que lo estaba haciendo. La abracé lo más fuerte que pude y ella se acurrucó aún más en mí.
- Tranquila… (Susurré)
- No puedo más Pepe.
- Amor, no pienses así.
- ¿Y cómo queres que piense? Me quiero ir lejos, y no volver más acá. Fue volver y volver a la angustia, necesito que todo se termine.
- No aflojes ahora Pau.
- ¿Y cómo hago para no aflojar?
- Dejando que yo te abracé fuerte, fuerte, así no caes.
- (Suspiró) ¿No te molesto?
- ¡Paula! ¿Cómo me vas a molestar?
- No sé.
- Nunca mi amor, nunca, nunca. (La abracé más fuerte)
- Te amo.
- Te amo hermosa.
Me desperté un par de horas después y me daba vueltas todo, Pepe estaba a mí lado, con su computadora, supongo que trabajando. Me di vuelta, para dejar de darle la espalda y apoyé mi cabeza en su brazo, cerrando mis ojos otra vez.
- Buenas noches. (Dijo riendo, y yo también reí)
- Perdón, es que me siento mal. Me quedé re dormida.
- ¿Qué te pasa?
- Me duele la cabeza y me siento muy mareada.
- (Dejó la compu) A ver… Veni.
- ¿A dónde?
- Acá. (Dijo abrazándome, haciendo que mí parte superior del cuerpo quedé sobre su pecho, y besó mi frente) Tenes fiebre.
- ¿Me traes un ibuprofeno? Por favor.
- ¿Y un té?
- Y volvé… Te necesito cerquita.
- Mmm…
- ¿Qué?
- ¿Qué pasa?
- Me siento mal Pedro.
- ¿Solo físicamente?
- No, basta. ¡Hey!
- (Rio) Sos muy predecible amor.
- Siento que estoy somatizando todo.
- (Besó mi frente y me abrazó aún más fuerte) Te voy a buscar el té y el ibuprofeno, vuelvo y haces catarsis. ¿Sí?
- (Reí) Te amo tanto. (Me levanté como para poder besarlo, y eso hice)
- Yo también te amo bonita. (Me besó él) Ya vengo.
Cuando volvió yo estaba sentada, tapada y pensativa… Tenía miedo, otra vez.
Pepe dejó el té y el ibuprofeno en mi mesita de luz y se acostó a mi lado, posando su mano en mi brazo. Yo jamás lo miré, estaba cómo ida.
- Pau… (Susurró en mi oído) ¿Qué pasa?
- No sé. (Suspiré y me tomé el ibuprofeno y después de algunos sorbos de té me deslicé en el colchón, hasta quedar acostada, mirando el techo) Tengo miedo.
- (Su mano pasó por encima de mi cintura, abrazándome) No tenes por qué tener miedo, yo te cuido.
- (Posé mi mano sobre la suya y suspiré) No tengo fuerzas para pasar todo esto.
- Sabes que sos más fuerte de lo que crees.
- No Pepe, ya no. Ya no puedo más, quiero dormirme y despertarme cuando haya pasado todo.
- (Besó mi mejilla y susurró en mi oído) Yo sé que vos podes, pero te prometo que voy a hacer todo lo que pueda sin pedirte ayuda, pero te necesito, sos la única que me puede ayudar con esto, la única Pau. Vos sos la que sabe todo sobre ellos, y mientras más información me des o más me ayudes, más rápido va a pasar todo.
- (Suspiré) Gracias… Y espero poder.
- Vas a poder, estoy seguro. (Giré un poco, para quedar sobre él, y cerré mis ojos) Amor, necesito mimos. (Dijo abrazándome, con la voz más finita, cómo imitándome y yo reí)
- Ya lo dijiste vos.
- Me das mucha ternura.
- (Lo abracé por la cintura y me acomodé) Gracias mi amor.
- Sh… No agradezcas.
-
Ella se quedó dormida, y yo estaba a punto de dormirme también, cuando sonó mi celular, lo agarré rápido para que Pau no se despierte, y lo logré.
Era del laburo, asique estuve un rato en el whatsapp y jamás volví a dormirme.
La sentí a Pau moverse y la abracé, dejando el celular a un lado.
- Perdón, no quise despertarte.
- (Se acomodó y tomó mi mano) Dormí conmigo.
- En eso estaba, pero me llegaron cosas del trabajo.
- ¿Seguís con eso?
- No, y si no, lo puedo apagar.
- Dale, apágalo y dormí conmigo.
- ¿Duermo o te mimo?
- Las dos cosas. (Reímos y apagué el celular) Apaga la luz amor. (Yo apagué la luz, ella dio media vuelta, quedando sobre la cama y comenzó a meterse entre las mantas) ¿Pensas despertarte antes de mañana?
- Mmm… No.
- (Reí y quité mis zapatillas, para poder meterme entre las mantas también) ¿Te sentís un poquito mejor?
- Un poquito. (Yo acaricié su frente con mi dedo pulgar y ella sonrío, luego volvió a acomodarse sobre mí)
- Sos tan sutilmente directa. (Reímos)
- Estoy pachucha, necesito mimos.
- Siempre, más sabiendo todo lo que pasa por adentro. (Besé su cabeza y la abracé, ella suspiró)
- (Me abrazó por la cintura) Te amo Pepe, gracias.
- No tenes que agradecer nada… Es todo reciproco, lo sabes mi amor, lo sabes. (La abracé más fuerte) Y te juro que todo lo que hiciste por mí en estos días, lo que me abriste la cabeza, lo que me hiciste reflexionar, hacer y darme cuenta… (Hice una pausa) Es impagable.
- No hice nada, solo intento que te sientas mejor, porque te lo mereces por ser tan lindo y puro conmigo.
- Hiciste mucho, todos los días haces mucho por mí.
- Cómo vos por mí. (Besó mi cuello y yo sonreí)
- Me olvidé de responderte algo.
- ¿Qué cosa?
- Yo también te amo mi amor. (Sentí su mano acariciar mi mejilla y yo la tomé, para poder darle un beso) ¿Segura que estás mejor?
- El ibuprofeno hace su efecto.
- Sabes que no te lo pregunto por eso.
- Ojala existiera un ibuprofeno para lo que me pasa.
- No existen ibuprofenos, pero sí las palabras que uno puede usar para exteriorizar todo.
- Y también se puede dormir para que me pare un poco la cabeza. ¿No?
- También, pero hablar sirve más.
- Ahora no, por favor. Ya te dije lo que me pasaba, no hay más para agregar y tampoco quiero que me investigues mucho.
- ¿Segura?
- Sí, por favor. Quiero dormir.
- ¿No te vas a despertar en medio de la noche a llorar, no?
- Espero que no, no tengo ganas de llorar. (Suspiró) Quiero dormir Pepe.
- Pero yo no quiero que te duermas angustiada.
- Y yo no quiero hablar.
- Bueno, está bien. (Besé su cabeza y me dediqué a jugar con su pelo por un rato)
La sentía llorar en silencio, intentando que yo no notara que lo estaba haciendo. La abracé lo más fuerte que pude y ella se acurrucó aún más en mí.
- Tranquila… (Susurré)
- No puedo más Pepe.
- Amor, no pienses así.
- ¿Y cómo queres que piense? Me quiero ir lejos, y no volver más acá. Fue volver y volver a la angustia, necesito que todo se termine.
- No aflojes ahora Pau.
- ¿Y cómo hago para no aflojar?
- Dejando que yo te abracé fuerte, fuerte, así no caes.
- (Suspiró) ¿No te molesto?
- ¡Paula! ¿Cómo me vas a molestar?
- No sé.
- Nunca mi amor, nunca, nunca. (La abracé más fuerte)
- Te amo.
- Te amo hermosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario