Capítulo 72

Al día siguiente me desperté y ella descansaba a mí lado, con su cabeza sobre mi hombro, la abracé por la cintura y besé su frente.
Afuera llovía y hacía frío, acomodé las mantas para taparla, ya que estaba enroscada y tenía la piel fría.

Después de un rato, la sentí moverse y la abracé.

- Buen día… (Susurré)
- Hola. (Dijo y se acomodó)
- (Corrí el pelo de su cara) ¿Cómo dormiste?
- Bien, creo.
- ¿Crees?
- Sí, no sé, estoy muy dormida. ¿Qué hora es?
- Las doce y media.
- ¿Vos hoy no trabajas?
- No, vuelvo mañana al estudio.
- ¿Eso significa que te tengo todo el día para mí?
- Sí así lo queres.
- Por favor.
- ¿Podemos empezar con un beso, no?
- (Rio y se levantó lo suficiente para poder darme un beso) Buen día.
- Buen día. (Volvimos a besarnos)
- ¿Hay que salir de la cama?
- Mmm… Cómo prefieras.
- No. (Reímos y ella se corrió, quedando a mi lado) Hace frío.
- ¿Y por qué te corres entonces?
- Porque quiero comida, y sé que tenes en la mesita de luz.
- (Reí) ¿No preferís que desayunemos?
- Hay que levantarse para eso.
- Voy yo.
- (Sonrío) ¿Por qué sos tan tierno? Explicame.
- La lluvia me pone así. (Reímos y después de que le di un beso me fui a la cocina)

-

Prendí mi celular y un mensaje de Zai me sorprendió.

‘Gorda. ¿Ya volvieron? Necesito hablar con ustedes, pasó algo muy feo… Tengo miedo.’

‘Volvimos ayer Zai. ¿Qué pasó?’

‘¿Es mucha molestia que me vengan a buscar a casa o que vengan para acá?’

‘Obvio que no, pero me asustas. ¿Estás bien?’

‘Más o menos Pau, no puedo contarte por acá’

‘Está bien Zai, ahora Pepe va para allá… Yo me acabo de despertar’

‘Gracias, en serio’

- Amor… (Dije llamándolo)
- ¿Qué Pau?
- Veni.
- ¿Qué pasa? (Dijo asomándose por el umbral de la puerta)
- Acabo de hablar con Zai, no me quiere decir que pasó, pero algo pasó y me pidió que vayamos a su casa, o que le vayamos a buscar… No la leí bien, me preocupa. ¿Vos podes ir?
- Sí Pau… (Dijo suspirando)
- Perdón, quería pasar el día con vos, pero…
- (Se acercó a darme un beso) Tenemos muchos días para pasar juntos, no creo que te lo haya pedido porque sí.

Pepe se fue después de que desayunáramos rápidamente.
Hice la cama y me fui a bañar.

Cuando llegaron Zai corrió a abrazarme ahogada en lágrimas.

- Zai… ¿Qué pasó? (Ella intentaba hablar pero no podía) Tranquila. (Dije abrazándola más fuerte)
- ¿Queres un poco de agua?
- Por favor.

Estábamos los tres en el living, Zai no podía dejar de llorar.

- Zai, dale… Contanos que te pasa, así podemos ayudarte.
- (Suspiró) Es que… (Secó sus lágrimas) Me abusó, en la calle, me lastimó, me hizo mierda. Anoche.
- (No soporté y la abracé) Tranquila, ya pasó amiga.
- Pero fue horrible.
- Lo sé Zai, lo sé. Pero ya está.
- No puedo sacar ese momento de mi cabeza, ni puedo dejar de sentir el asco que siento.
- (Me separé un poco de ella) Date un tiempo, de a poquito va a empezar a pasar. Te lo aseguro.
- Necesito que se pudra en la cárcel, no puedo imaginar que vos y otras chicas hayan pasado por eso años…
- Zai, te aseguro que eso va a ser así. Y el Toro también. (Dijo mirándome a mí, que me estaba quebrando) Arriba, las dos. Tienen que estar fuertes.
- No puedo Pedro. (Respondió Zai)
- Y sabes que yo tampoco. (Agregué ya llorando)
- Sí que pueden, estoy seguro. Dale, arriba. (Besó mi mejilla y posó su mano en el hombro de Zai, yo apoyé mi cabeza en su hombro y suspiré) Son muy fuertes las dos, lo sé.
- No Pedro, al menos yo no. Enterarme de todo lo que me enteré de quién era mi marido me hizo de dudar de todo, incluso de mi fortaleza que hoy es nula.
- Les prometo que los dos se van a pudrir ahí adentro, y que las dos van a estar bien.

Zai se quedaría en casa hasta mañana, y se había ido a dormir al cuarto que estaba vacío.

Yo estaba mirando por la ventana en mi cuarto, llorando.

- (Sentí que me abrazó por la espalda, besó mi hombro, posó su mentón en mi hombro y susurró en mi oído) No woman, no cry, no woman no cry, little darling, don't shed no tears, no woman, no cry.
- (Suspiré) No puedo más, te juro que no puedo.
- Sh, sí que podes.
- ¿Cómo? ¿Cómo mierda hago? ¡No puedo Pedro!
- Empezando por tranquilizarte.
- No puedo amor, no puedo. Nunca se termina, nunca.
- Sh, algún día se va a terminar… Te lo aseguro.
- ¿Cuándo Pedro? ¿Cuándo? No lo soporto más.
- Sabes que no te puedo responder eso, ojala dependiera de mí… Sabes que estoy haciendo todo lo que puedo.
- Perdón, no te estoy echando la culpa a vos.
- No lo sentí así.
- Sé que sí, y no fue esa la intención, sé que estás haciendo todo lo que está a tu alcance y sin que te pague nada.
- Pau, no empieces con eso.
- Es que…
- Es que nada, sabes que lo hago porque quiero.
- ¿Qué es lo que queres?
- A vos te quiero, quiero que estés bien.
- ¿Así me queres Pepe?
- Cómo sea te quiero, bah, no te quiero. Te amo.
- Yo también te amo… Pero hay cosas que no entiendo.
- ¿Cómo cuáles?
- Que te hayas enamorado de mí, así.
- Sos una persona hermosa.
- Pero con una vida de mierda.
- Mmm… Pero yo estoy intentando que deje de ser así. ¿No me está saliendo?
- Sí amor, pero los bajones existen y no son tú responsabilidad… Y no entiendo cómo me bancas.
- Porque te amo, el amor todo lo puede.
- Te amo tanto Pepe, gracias.