Estábamos en el estudio, Pepe, Zai y yo. Café, el
escritorio lleno de papeles y la computadora con mil archivos abiertos. ¿Yo? A
punto de salir corriendo para otro lado.
- (Tomó mi mano) Amor. ¿Te sentís bien?
- Sinceramente no, pero dale, sigamos. Quiero que terminemos con todo esto. (Suspiré)
- Estamos acá hace horas, podemos seguir otro día.
- No...
- ¿Segura?
- Sí Pepe.
- ¿Vos Zai?
- También, sigamos…
Habían pasado varias horas más, Zai se había vuelto a su casa luego de que su papá la viniera a buscar, yo estaba sola en el estudio de Pepe, con mis brazos apoyados en el escritorio y mi cabeza sobre ellos.
Sentí la puerta abrirse, pero sabía que él. Se sentó detrás de mí (Ya que yo estaba sentada en la punta de la silla) y me abrazó por la cintura, posando su mentón en mi hombro)
- ¿Vamos a comer afuera?
- Me duele mucho la cabeza Pepe. (Dije casi sin voz) Perdón, pero no tengo ganas.
- ¿Y que queres que hagamos?
- Que vayamos a casa, necesito despejarme un poco, relajarme y descansar, mañana tengo que ir a la agencia.
- ¿Vamos a comprar comida y cenamos en la cama?
- ¿Con una peli?
- Con una peli. (Besó mi mejilla) ¿Te levantas?
- ¿Tenes un ibuprofeno? (Pregunté levantando mi torso) Se me parte la cabeza.
- Tengo, pero estoy seguro que mis mimitos van a ser más efectivos.
- Mmm… Seguro, es todo psicológico, pero al menos para llegar a casa.
- Ahora te traigo.
- Gracias.
Pepe buscó un ibuprofeno en su cajón y sacó un agua de la maquinita… Tomé la pastilla, esperé a que él ordene un poco y nos fuimos.
- Anda a la cama que yo ahora llevo todo.
- Deja de malcriarme porque me voy a mal acostumbrar…
- (Rio y me besó) Toda la vida. (Sonreí, lo besé y me fui al cuarto, me cambié y me metí en la cama a esperarlo, él volvió con la comida y cenamos)
La película ya había empezado hacía un rato y mi dolor de cabeza no cesaba, sin pedirle permiso me acomodé sobre él y susurré…
- Necesito que me mimes.
- Te juro que no entiendo como aguantaste tanto tiempo lejos… (Dijo riendo)
- Hey, no te rías. (Respondí riendo también) Sos adictivo, y además, se me parte la cabeza.
- Bueno, perdón susceptible. (Dijo poniendo en pausa la película)
- (Reí) En serio… No estoy de humor.
- Deberías de estarlo, mañana tenes una gran oportunidad.
- (Suspiré) Pero fue un día muy feo.
- Me da culpa, pero te juro que es necesario.
- No es tú culpa Pepe.
- (Una de sus manos comenzó a jugar con mi pelo y acariciar mi cabeza, yo suspiré y me acurruqué en él) Perdón, en serio.
- Vos no tenes por qué pedirme perdón.
- Es que…
- Amor, no es tú culpa, basta. Mimame y ponele play a la peli.
- Está bien señorita, a sus órdenes.
- (Reí) Te amo mi amor.
- Arreglala ahora, dale.
- ¡Hey! No me pelees, en serio, no quiero responderte mal.
- Bueno, mejor no digo nada entonces… (Besó mi cabeza) Yo también te amo.
Estaba nerviosa, muy nerviosa. ¡Extremadamente nerviosa!
Ya había dado vuelta todo el placard y seguía envuelta en el toallón. ¿Qué me ponía?
- Amor. ¿Te podes tranquilizar?
- No Pepe. (Dije riéndome de mí misma)
- Sos hermosa, te pongas lo que te pongas.
- Con todo me siento muy desubicada.
- Pau, no…
- Es que tengo esa sensación de mí. ¡Y es horrible! (Confesé al borde de las lágrimas)
- Amor… (Dijo acercándose a mí) Primero, por favor no llores.
- Soy muy maricona, lo sabes.
- Y odio verte llorar. (Dijo secando una lágrima que no pude controlar) Y segundo, mi amor, por favor, confía en vos.
- No puedo, me miro al espejo y no encuentro un reflejo que me guste… (Suspiré) No puedo sentirme segura de mí misma, no sé cómo hacerlo.
- Mmm… (Quitó la toalla de mi pelo) ¿Puedo hacer que estés conforme con tú reflejo?
- No te gastes, no va a tener sentido.
- Sh, vas a ver que sí.
- Mmm…
- ¿Confías en mí?
- Más que en nadie.
- Entonces dejame, y no llores.
Pepe secó y peinó mi pelo (Nunca creí que iba a tener tanta cancha para hacerlo) y me eligió un conjunto de ropa, yo me cambié y me maquillé (Tan solo un poco, y lo hice en un diminuto espejo, Pedro no me dejaba verme)
- Para, para.
- ¿Qué pasa? (Pregunté)
- Antes de que te veas necesito decirte algunas cosas.
- ¿Qué cosas?
- Que sos hermosa. (Me besó) Una mujer hermosa… (Yo sonreí y volvió a besarme) Y que tenes que confiar en vos mi amor, porque sos tan mujer como cualquier otra.
- Nadie inventó las palabras necesarias para que pueda dimensionar en ellas lo muchísimo que te amo.
- (Me abrazó por la cintura, mientras me besaba) Te amo con la vida hermosa. (Volvió a besarme) Veni… (Me tomó de la mano y me abrazó por la espalda, llevándome al espejo de la entrada) Estás hermosa. (Dijo sin soltarme y yo sonreí)
- ¿Sí?
- Muy, muy.
- ¿No parezco otra cosa?
- Una mujer, que sos.
- ¿Seguro?
- Sí mi amor.
- (Giré un poco para poder besarlo) Gracias, te juro que no sé de dónde sacas tanta paciencia.
- Te amo… (Dijo susurrando y rosando mi nariz con la suya)
- Te amo mi amor. (Nos besamos y me abrazó)
Estaba cada vez más nerviosa, iba caminando, con un book lleno de fotos mías en la mano y mi celular en el bolsillo, el cuál vibró.
Atendí.
- Ya sé que estás nerviosa, y te llamo para que te tranquilices.
- (Reí) Me conoces tanto amor.
- Confía en vos Pau.
- Te juro que eso es lo que intento. Tengo miedo de trabarme hablando…
- ¿Vos? ¿Trabarte hablando? ¡Sos una máquina de hablar amor!
- Ah, bueno… Tirame un palito cuando quieras eh. (Dije riendo)
- Te amo así, lo sabes. (Yo sonreí) Tranquila, en serio. Confía en vos, sos hermosa y todos te ven cómo yo, estoy seguro… Además de que sacas unas fotos increíbles.
- Gracias mi amor, por todo, en serio. Gracias. (Hice una pausa) Yo también te amo.
- No tenes nada que agradecer, llamame cuando salgas.
- Te llamo.
- ¡Éxitos!
- Gracias lindo.
- (Tomó mi mano) Amor. ¿Te sentís bien?
- Sinceramente no, pero dale, sigamos. Quiero que terminemos con todo esto. (Suspiré)
- Estamos acá hace horas, podemos seguir otro día.
- No...
- ¿Segura?
- Sí Pepe.
- ¿Vos Zai?
- También, sigamos…
Habían pasado varias horas más, Zai se había vuelto a su casa luego de que su papá la viniera a buscar, yo estaba sola en el estudio de Pepe, con mis brazos apoyados en el escritorio y mi cabeza sobre ellos.
Sentí la puerta abrirse, pero sabía que él. Se sentó detrás de mí (Ya que yo estaba sentada en la punta de la silla) y me abrazó por la cintura, posando su mentón en mi hombro)
- ¿Vamos a comer afuera?
- Me duele mucho la cabeza Pepe. (Dije casi sin voz) Perdón, pero no tengo ganas.
- ¿Y que queres que hagamos?
- Que vayamos a casa, necesito despejarme un poco, relajarme y descansar, mañana tengo que ir a la agencia.
- ¿Vamos a comprar comida y cenamos en la cama?
- ¿Con una peli?
- Con una peli. (Besó mi mejilla) ¿Te levantas?
- ¿Tenes un ibuprofeno? (Pregunté levantando mi torso) Se me parte la cabeza.
- Tengo, pero estoy seguro que mis mimitos van a ser más efectivos.
- Mmm… Seguro, es todo psicológico, pero al menos para llegar a casa.
- Ahora te traigo.
- Gracias.
Pepe buscó un ibuprofeno en su cajón y sacó un agua de la maquinita… Tomé la pastilla, esperé a que él ordene un poco y nos fuimos.
- Anda a la cama que yo ahora llevo todo.
- Deja de malcriarme porque me voy a mal acostumbrar…
- (Rio y me besó) Toda la vida. (Sonreí, lo besé y me fui al cuarto, me cambié y me metí en la cama a esperarlo, él volvió con la comida y cenamos)
La película ya había empezado hacía un rato y mi dolor de cabeza no cesaba, sin pedirle permiso me acomodé sobre él y susurré…
- Necesito que me mimes.
- Te juro que no entiendo como aguantaste tanto tiempo lejos… (Dijo riendo)
- Hey, no te rías. (Respondí riendo también) Sos adictivo, y además, se me parte la cabeza.
- Bueno, perdón susceptible. (Dijo poniendo en pausa la película)
- (Reí) En serio… No estoy de humor.
- Deberías de estarlo, mañana tenes una gran oportunidad.
- (Suspiré) Pero fue un día muy feo.
- Me da culpa, pero te juro que es necesario.
- No es tú culpa Pepe.
- (Una de sus manos comenzó a jugar con mi pelo y acariciar mi cabeza, yo suspiré y me acurruqué en él) Perdón, en serio.
- Vos no tenes por qué pedirme perdón.
- Es que…
- Amor, no es tú culpa, basta. Mimame y ponele play a la peli.
- Está bien señorita, a sus órdenes.
- (Reí) Te amo mi amor.
- Arreglala ahora, dale.
- ¡Hey! No me pelees, en serio, no quiero responderte mal.
- Bueno, mejor no digo nada entonces… (Besó mi cabeza) Yo también te amo.
Estaba nerviosa, muy nerviosa. ¡Extremadamente nerviosa!
Ya había dado vuelta todo el placard y seguía envuelta en el toallón. ¿Qué me ponía?
- Amor. ¿Te podes tranquilizar?
- No Pepe. (Dije riéndome de mí misma)
- Sos hermosa, te pongas lo que te pongas.
- Con todo me siento muy desubicada.
- Pau, no…
- Es que tengo esa sensación de mí. ¡Y es horrible! (Confesé al borde de las lágrimas)
- Amor… (Dijo acercándose a mí) Primero, por favor no llores.
- Soy muy maricona, lo sabes.
- Y odio verte llorar. (Dijo secando una lágrima que no pude controlar) Y segundo, mi amor, por favor, confía en vos.
- No puedo, me miro al espejo y no encuentro un reflejo que me guste… (Suspiré) No puedo sentirme segura de mí misma, no sé cómo hacerlo.
- Mmm… (Quitó la toalla de mi pelo) ¿Puedo hacer que estés conforme con tú reflejo?
- No te gastes, no va a tener sentido.
- Sh, vas a ver que sí.
- Mmm…
- ¿Confías en mí?
- Más que en nadie.
- Entonces dejame, y no llores.
Pepe secó y peinó mi pelo (Nunca creí que iba a tener tanta cancha para hacerlo) y me eligió un conjunto de ropa, yo me cambié y me maquillé (Tan solo un poco, y lo hice en un diminuto espejo, Pedro no me dejaba verme)
- Para, para.
- ¿Qué pasa? (Pregunté)
- Antes de que te veas necesito decirte algunas cosas.
- ¿Qué cosas?
- Que sos hermosa. (Me besó) Una mujer hermosa… (Yo sonreí y volvió a besarme) Y que tenes que confiar en vos mi amor, porque sos tan mujer como cualquier otra.
- Nadie inventó las palabras necesarias para que pueda dimensionar en ellas lo muchísimo que te amo.
- (Me abrazó por la cintura, mientras me besaba) Te amo con la vida hermosa. (Volvió a besarme) Veni… (Me tomó de la mano y me abrazó por la espalda, llevándome al espejo de la entrada) Estás hermosa. (Dijo sin soltarme y yo sonreí)
- ¿Sí?
- Muy, muy.
- ¿No parezco otra cosa?
- Una mujer, que sos.
- ¿Seguro?
- Sí mi amor.
- (Giré un poco para poder besarlo) Gracias, te juro que no sé de dónde sacas tanta paciencia.
- Te amo… (Dijo susurrando y rosando mi nariz con la suya)
- Te amo mi amor. (Nos besamos y me abrazó)
Estaba cada vez más nerviosa, iba caminando, con un book lleno de fotos mías en la mano y mi celular en el bolsillo, el cuál vibró.
Atendí.
- Ya sé que estás nerviosa, y te llamo para que te tranquilices.
- (Reí) Me conoces tanto amor.
- Confía en vos Pau.
- Te juro que eso es lo que intento. Tengo miedo de trabarme hablando…
- ¿Vos? ¿Trabarte hablando? ¡Sos una máquina de hablar amor!
- Ah, bueno… Tirame un palito cuando quieras eh. (Dije riendo)
- Te amo así, lo sabes. (Yo sonreí) Tranquila, en serio. Confía en vos, sos hermosa y todos te ven cómo yo, estoy seguro… Además de que sacas unas fotos increíbles.
- Gracias mi amor, por todo, en serio. Gracias. (Hice una pausa) Yo también te amo.
- No tenes nada que agradecer, llamame cuando salgas.
- Te llamo.
- ¡Éxitos!
- Gracias lindo.
me encanto el ca!! ojala que le valla bien a pau!!
ResponderEliminarDivino el capitulo Cami!
ResponderEliminar