Capítulo 75

- Dijeron que me llaman… O no sé. (Dije algo decepcionada de mí misma en comunicación telefónica con mi novio, o en realidad, usando aquella decepción como excusa para no demostrarle mi estado real)
- Tranquila amor, siempre es así.
- Pero… No sé, dije cualquier cosa y no les gustaron mis fotos.
- ¿Te lo dijeron?
- No.
- ¿Y entonces? ¿Cómo sabes?
- La cara de ellos…
- (Rio) No seas tan perseguida mi amor.
- (Suspiré) Es que…
- ¿Dónde estás?
- A un par de cuadras de la agencia.
- ¿En la esquina del bar?
- Mmm… A media cuadra.
- ¿Me esperas ahí y merendamos juntamos?
- ¿Estás muy lejos?
- Por salir del estudio, si queres pasa y esperame…
- Apurate que te extraño.
- Sos tan linda… Ya estoy saliendo.
- Bueno, no me cortes hasta llegar.
- ¿Pasa algo?
- Quiero verte…
- Pero ahora me estás escuchando.
- No importa, dale.
- Estoy caminando para allá… Pero me vas a tener que contar qué pasa eh.
- No pasa nada Pedro. (Dije rezongando)
- Te conozco Pau, y es más, voy a pasar por ahí y nos vamos a ir a casa, así te puedo hacer hablar.
- Amor, en serio.
- Sh, no digas más nada porque no me va a convencer.

Y por algunos segundos (en los cuales no encontraba que decir) se generó un silencio, hasta que sentí a alguien detrás de mí.

- Ya podes cortarme… (Yo reí y corté el celular) Hola… (Dijo abrazándome por la espalda)
- Hola. (Respondí)
- (Besó mi mejilla) ¿Vamos?
- ¿A merendar?
- A casa.
- No, no vale.
- Sí que vale.
- Pepe….
- Sh. (Me soltó y me dio la mano, haciendo que camine a su lado)

Por varias cuadras no dije nada, es que no sabía que decir… ¡Solo odiaba que me conozca tanto!
Y, además… ¿Qué le iba a decir? ¡No podía decirle lo que me pasaba! Ni aunque quisiera, ni aunque me doliera, ni aunque eso me estuviese matando por dentro hacía algunas horas.

- ¿Te comieron la lengua los ratones? (Yo reí) No me diste ni un beso, mira que no muerdo eh.
- (Reí, otra vez) Sos un tarado.
- (Soltó mi mano y me abrazó por el costado) Un tarado que te conoce.
- Y demasiado para mí gusto. (Le respondí desganada, reprimiendo aquel llanto que comenzaba a aparecer)
- Bien, bien… Ya admitiste que algo te pasa, el primer paso está dado. (Volví a reír y apoyé mi cabeza en su hombro, suspirando) ¿Empiezo con el interrogatorio ahora?
- En casa, por favor.
- Bueno, está bien…

Caminamos las cuadras restantes y después de entrar en casa él se fue al baño, yo me senté en el sillón, con mis piernas flexionadas, abrazándomelas… No tenía sentido dilatar aquel horrible interrogatorio, y en realidad, mientras antes se dé, mejor, necesitaba sufrirlo todo de una e irme… No quería ni podía hablar, y eso me dolía.

Se sentó a mi lado y yo no dije nada, tan solo esperé a que él rompa el hielo.

- ¿Me contas qué pasa o tengo que empezar a investigar?
- (Suspiré) No quiero hablar Pepe.
- Pau, dale. No seas terca.
- No soy terca, es que no quiero. Punto.
- ¿Por qué no queres?
- No es que no quiero, no puedo.
- No entiendo…
- No importa.
- Sí que importa.
- No Pepe, en serio. No me molestes.
- ¿Te molesto? (Preguntó algo enojado)
- No, perdón… (Suspiré) No quise decir eso, es que no puedo de verdad.
- Lo dijiste.
- No… (Suspiré) Basta, por favor.
- ¿Qué carajo pasa Paula?
- Nada, no importa. Deja.
- ¿Pasa nada, pero ese nada no importa?
- No me enrosques, por favor. (Me levanté)
- ¿A dónde vas?
- A bañarme.
- Te bañaste hoy a la mañana.
- Entonces me voy a dormir. (Se paró e intento seguirme) Dejame sola, por favor.
- No te entiendo Paula.
- Y no tenes por qué entenderme. (Le respondí al borde de las lágrimas)
- ¿Qué carajo te pasa nena?
- ¡Nada Pedro! (Y ya estaba llorando, bajé la mirada y quise ir en dirección al cuarto pero él me tomó del brazo, sin dejarme ir) Me estás lastimando. (Respondí sin mirarlo)
- Y vos me estás lastimando o confundiendo a mí sin decirme lo que te pasa.
- No insistas por qué no te lo voy a decir.
- ¿Y nos vamos a pelear por esto?
- Si vos queres que nos peleemos…
- Vos lo queres Paula.
- Te juro que yo no lo quiero, pero no me queda otra. (Me solté y corrí en dirección a mi antiguo cuarto)

Me dejé caer en la cama, llorando y demasiado.

Tenía miedo, otra vez.

-

¿Y a esta qué bicho le picó? ¡Si hasta esta mañana estaba todo bien! No entendía, ni lo que le pasaba ni su reacción.

Intenté acercarme a hablar con ella, pero es que ni siquiera sabía que decirle, y además, esta vez creía que era ella la que tenía que dar explicaciones, pero es que las necesitaba.

Estaba seguro. (Muy seguro) De que estaba llorando sola en el cuarto, y no lo soportaba, toqué la puerta y sin dejar que me responda, entré.

- ¿Podemos hablar?
- No. (Respondió sin siquiera mirarme)
- ¿Qué te pasa?
- No te importa.
- ¡Sí que me importa Paula!
- No me jodas.
- ¿Desde cuándo te jodo?
- Dejame en paz, por favor. (Respondió casi sin voz por el llanto y yo me acerqué a ella. ¡Odiaba que me pudiera tanto!) Pau, dale… Contame.
- No te lo puedo contar.
- ¿Por qué?
- Porque no puedo.
- Porque sos una terca.
- ¡No nene! ¡Te estoy diciendo que no puedo!
- Creí que confiabas en mí.
- Y yo creí que vos en mí.
- ¡Vos sos la que no me está diciendo lo que te pasa Paula!
- Te estoy diciendo que no puedo contártelo. ¡Entendelo! ¡Confía en que de verdad no puedo!
- ¿Por qué sos así?
- ¿Así cómo?
- ¡Así Paula! Sabes que te hace bien hablar.
- ¿Podes entender qué no puedo?
- ¿No podes o no queres?
- (Se levantó, enojada) ¡No puedo! (Le grité y salí corriendo del cuarto)
- ¿A dónde vas? (Pregunté siguiéndola)
- A lo de Zaira. (Respondió buscando sus llaves)

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Pregunto seriamente, alguien sigue leyendo la novela? Noto que ya nadie comenta, y siendo sincera no me gusta demasiado lo que estoy haciendo, y además, ya la estoy terminando.. asique si la lee poca gente apuro un poco el final y listo ;)