-
Nico… (Dije asomándome en su cuarto) ¿Puedo pasar?
- Sí Pau, pasa.
- Permiso. (Entré y después de cerrar la puerta, me senté en su cama, dónde él estaba mirando la tele) ¿Podemos hablar un ratito?
- Obvio. (Apagó la tele)
- Solo quiero saber si estás un poco mejor.
- Mmm… Cómo puedo Pau. (Hizo una pausa) Igual ese día con Pepe me hizo muy bien, gracias por convencerlo.
- No fue nada, a él también le hizo muy bien.
- ¿Sabes qué Pau?
- ¿Qué?
- Me hace bien saber que mi hermano está con una mujer cómo vos, que lo cuida, lo respeta y lo ama. (Yo sonreí) Sé que lo dejo en buenas manos.
- Hey, deja de pensar así.
- En algún momento va a pasar…
- (Tomé su mano) No lo pienses, no sabes cuánto falta.
- No importa cuánto falta… Sólo quería decírtelo.
- Gracias entonces.
- Pepe tuvo otras novias, pero te juro que jamás lo vi así de enamorado.
- (Sonreí, con vergüenza) Basta que me pongo colorada che.
- Es la verdad Pau, que no te dé vergüenza. Es muy lindo ver a mi hermano así de enamorado, verlos así de enamorados.
- Gracias Nico, estamos muy bien como pareja… Y me encanta saber que le hago bien.
- Muy bien Pau.
- Él también me hace muy bien. (Y en ese momento sentimos que tocaban la puerta)
- ¿Quién es?
- Soy yo Nico. ¿Puedo pasar?
- Sí Pepe.
- (Abrió la puerta y entró) Estaban acá…
- ¿Dónde querías que esté? No me puedo mover mucho. (Dijo Nico riendo y yo sonreí)
- No sé, pero estaban desaparecidos… ¿Qué hacen encerrados?
- ¿Celos Alfonso? (Pregunté riendo, tirando mi cabeza hacia atrás para poder mirarlo… Reímos y se sentó detrás de mí, abrazándome por el cuello)
- No…
- Mmm… Sí.
- No porque estás con mi hermano… Ahora, si estuvieses con otro tipo encerrada si me daría celos… Bah, más que celos es cuidar lo que es mío. (Besó mi mejilla y yo enganché mis manos en las suyas)
- Estoy yo acá eh. (Dijo Nico riendo)
- Bueno, perdón, perdón. Es que mi novia me puede.
- (Besé su mano) Venir acá lo pone muy tierno y meloso.
- Muy. (Volvió a besar mi mejilla y yo sonreí) Venía a invitarlos a dar una vuelta. ¿Se prenden?
- Obvio amor.
- ¿Vos Nico?
- Dale Pepe.
Estábamos saliendo del edificio, Nico iba un poco más adelante, manejando él mismo su silla y yo l abracé a Pepe por la espalda.
- (Susurré en su oído) Me encanta que esto haya salido de vos.
- (Tomó mis manos) Gracias amor.
- Te amo Pau. (Besó mi mano)
- Te amo Pepe. (Besé su nuca y nos tomamos de la mano, para alcanzarlo a Nico)
Paramos en un bar, dónde almorzamos y nos quedamos charlando un rato.
-
Estaba terminando de cerrar la valija, ya que mañana deberíamos volver, cuando la sentí a Paula subirse a cococho sobre mí, riendo.
- ¡Estás loca! (Dije riendo)
- Un poco… Y agarrame porque me caigo.
- Caete por loca.
- Sos malo eh.
- (La agarré e hice que caigamos en la cama) ¿Qué pasa amor?
- ¿Eh?
- No te hagas la tonta. (Me levanté a cerrar la puerta y ella se sentó) Te conozco.
- No me pasa nada Pepe.
- Pau… (Me senté a su lado) Esa euforia no es porque sí.
- Ay, no, no vale. Y no quiero hablar.
- ¿Qué no vale? (Pregunté riendo)
- Que me conozcas tanto. (Suspiró y abrazó sus rodillas para apoyar su mejilla allí, mirándome)
- (Corrí el pelo que cayó sobre su cara) ¿Me contas?
- No.
- ¿Por?
- Porque no quiero bajonarte con mis cosas, te veo bien y me gusta verte así.
- Sos muy tierna. (La abracé por el costado) Pero si vos estás mal yo no puedo estar bien.
- (Suspiró) Es solo que no quiero volver… Volver significa volver a todo.
- ¿Volver al Toro?
- Exactamente. (Hizo una pausa) Y no quiero.
- Pero vos pensa que mientras más rápido enfrentes todo más rápido se termina.
- ¿Se va a terminar algún día?
- Te prometo que sí.
- (Suspiró y se tiró suavemente sobre mí, yo la abracé contra mi pecho y besé su frente) Perdón.
- No tengo nada que perdonarte.
- Me siento un poco pesada con estos bajones que me agarran.
- No sos molestia mi amor, lo sabes.
- Gracias. (Besó mi cuello)
- Sh.
Mi mano acariciaba su espalda y ella estaba sobre mí, respirando tranquila, con sus ojos cerrados.
- ¿Un poquito mejor? (Susurré)
- Mucho. (Se levantó y me dio un beso)
- Me alegra. (Sonrío y la besé) ¿Terminamos con esto?
- Dale, pero primero voy al baño.
- ¿A llorar?
- Te prometo que no. (Me besó)
- Creo en tú palabra eh.
- Siempre.
Cuando Pau volvió, terminamos de armar la valija y fuimos a cenar.
- Anda a dormir Pepe que mañana tenes que manejar.
- Ya voy ma, dejame quedarme un ratito con ustedes…
- ¿Desde cuándo sos así de tierno?
- Desde que tengo al lado una mujer que me hace inspeccionarme y conocerme. (Pau sonrío, con vergüenza mirando al suelo y yo tomé su mano)
- Pau es lo más. (Dijo Nico)
- Lo es.
- Hey, basta. ¡Me da vergüenza! (Todos reímos y yo la abracé y susurré en su oído) Te amo.
- Te amo. (Respondió también susurrando y nos sentamos uno al lado del otro en el sillón, su pierna estaba sobre la mía y nuestras manos unidas. La cabeza de Pau cayó sobre mi hombro)
- ¿Quieren postre? (Preguntó mamá)
- ¿Preguntas en serio ma? Creo que no hace falta la respuesta. (Reímos y mamá se levantó a buscar el postre)
- ¿Te ayudo Ali? (Preguntó Pau)
- No Pau, no te hagas problema.
- ¿Segura?
- Sí, sí. Quedate.
- Sí Pau, pasa.
- Permiso. (Entré y después de cerrar la puerta, me senté en su cama, dónde él estaba mirando la tele) ¿Podemos hablar un ratito?
- Obvio. (Apagó la tele)
- Solo quiero saber si estás un poco mejor.
- Mmm… Cómo puedo Pau. (Hizo una pausa) Igual ese día con Pepe me hizo muy bien, gracias por convencerlo.
- No fue nada, a él también le hizo muy bien.
- ¿Sabes qué Pau?
- ¿Qué?
- Me hace bien saber que mi hermano está con una mujer cómo vos, que lo cuida, lo respeta y lo ama. (Yo sonreí) Sé que lo dejo en buenas manos.
- Hey, deja de pensar así.
- En algún momento va a pasar…
- (Tomé su mano) No lo pienses, no sabes cuánto falta.
- No importa cuánto falta… Sólo quería decírtelo.
- Gracias entonces.
- Pepe tuvo otras novias, pero te juro que jamás lo vi así de enamorado.
- (Sonreí, con vergüenza) Basta que me pongo colorada che.
- Es la verdad Pau, que no te dé vergüenza. Es muy lindo ver a mi hermano así de enamorado, verlos así de enamorados.
- Gracias Nico, estamos muy bien como pareja… Y me encanta saber que le hago bien.
- Muy bien Pau.
- Él también me hace muy bien. (Y en ese momento sentimos que tocaban la puerta)
- ¿Quién es?
- Soy yo Nico. ¿Puedo pasar?
- Sí Pepe.
- (Abrió la puerta y entró) Estaban acá…
- ¿Dónde querías que esté? No me puedo mover mucho. (Dijo Nico riendo y yo sonreí)
- No sé, pero estaban desaparecidos… ¿Qué hacen encerrados?
- ¿Celos Alfonso? (Pregunté riendo, tirando mi cabeza hacia atrás para poder mirarlo… Reímos y se sentó detrás de mí, abrazándome por el cuello)
- No…
- Mmm… Sí.
- No porque estás con mi hermano… Ahora, si estuvieses con otro tipo encerrada si me daría celos… Bah, más que celos es cuidar lo que es mío. (Besó mi mejilla y yo enganché mis manos en las suyas)
- Estoy yo acá eh. (Dijo Nico riendo)
- Bueno, perdón, perdón. Es que mi novia me puede.
- (Besé su mano) Venir acá lo pone muy tierno y meloso.
- Muy. (Volvió a besar mi mejilla y yo sonreí) Venía a invitarlos a dar una vuelta. ¿Se prenden?
- Obvio amor.
- ¿Vos Nico?
- Dale Pepe.
Estábamos saliendo del edificio, Nico iba un poco más adelante, manejando él mismo su silla y yo l abracé a Pepe por la espalda.
- (Susurré en su oído) Me encanta que esto haya salido de vos.
- (Tomó mis manos) Gracias amor.
- Te amo Pau. (Besó mi mano)
- Te amo Pepe. (Besé su nuca y nos tomamos de la mano, para alcanzarlo a Nico)
Paramos en un bar, dónde almorzamos y nos quedamos charlando un rato.
-
Estaba terminando de cerrar la valija, ya que mañana deberíamos volver, cuando la sentí a Paula subirse a cococho sobre mí, riendo.
- ¡Estás loca! (Dije riendo)
- Un poco… Y agarrame porque me caigo.
- Caete por loca.
- Sos malo eh.
- (La agarré e hice que caigamos en la cama) ¿Qué pasa amor?
- ¿Eh?
- No te hagas la tonta. (Me levanté a cerrar la puerta y ella se sentó) Te conozco.
- No me pasa nada Pepe.
- Pau… (Me senté a su lado) Esa euforia no es porque sí.
- Ay, no, no vale. Y no quiero hablar.
- ¿Qué no vale? (Pregunté riendo)
- Que me conozcas tanto. (Suspiró y abrazó sus rodillas para apoyar su mejilla allí, mirándome)
- (Corrí el pelo que cayó sobre su cara) ¿Me contas?
- No.
- ¿Por?
- Porque no quiero bajonarte con mis cosas, te veo bien y me gusta verte así.
- Sos muy tierna. (La abracé por el costado) Pero si vos estás mal yo no puedo estar bien.
- (Suspiró) Es solo que no quiero volver… Volver significa volver a todo.
- ¿Volver al Toro?
- Exactamente. (Hizo una pausa) Y no quiero.
- Pero vos pensa que mientras más rápido enfrentes todo más rápido se termina.
- ¿Se va a terminar algún día?
- Te prometo que sí.
- (Suspiró y se tiró suavemente sobre mí, yo la abracé contra mi pecho y besé su frente) Perdón.
- No tengo nada que perdonarte.
- Me siento un poco pesada con estos bajones que me agarran.
- No sos molestia mi amor, lo sabes.
- Gracias. (Besó mi cuello)
- Sh.
Mi mano acariciaba su espalda y ella estaba sobre mí, respirando tranquila, con sus ojos cerrados.
- ¿Un poquito mejor? (Susurré)
- Mucho. (Se levantó y me dio un beso)
- Me alegra. (Sonrío y la besé) ¿Terminamos con esto?
- Dale, pero primero voy al baño.
- ¿A llorar?
- Te prometo que no. (Me besó)
- Creo en tú palabra eh.
- Siempre.
Cuando Pau volvió, terminamos de armar la valija y fuimos a cenar.
- Anda a dormir Pepe que mañana tenes que manejar.
- Ya voy ma, dejame quedarme un ratito con ustedes…
- ¿Desde cuándo sos así de tierno?
- Desde que tengo al lado una mujer que me hace inspeccionarme y conocerme. (Pau sonrío, con vergüenza mirando al suelo y yo tomé su mano)
- Pau es lo más. (Dijo Nico)
- Lo es.
- Hey, basta. ¡Me da vergüenza! (Todos reímos y yo la abracé y susurré en su oído) Te amo.
- Te amo. (Respondió también susurrando y nos sentamos uno al lado del otro en el sillón, su pierna estaba sobre la mía y nuestras manos unidas. La cabeza de Pau cayó sobre mi hombro)
- ¿Quieren postre? (Preguntó mamá)
- ¿Preguntas en serio ma? Creo que no hace falta la respuesta. (Reímos y mamá se levantó a buscar el postre)
- ¿Te ayudo Ali? (Preguntó Pau)
- No Pau, no te hagas problema.
- ¿Segura?
- Sí, sí. Quedate.
que tiernossss, me encanto el cap!!
ResponderEliminar