Era de noche, estábamos en
el cuarto, bah, yo estaba allí, esperándolo a Pepe, sentada mirando la nada,
pensando. (O haciéndome la cabeza, depende desde que punto de vista se lo mire)
- Pepe, apurate que tengo frío. (Dije mientras él entraba al cuarto y él rio)
- ¿Segura que es frío?
- (Reí) Creo…
- Ay, ay. (Se acercó a mí y me dio un beso) Voy al baño y vengo, trata de saber
si es frío o no.
- Yo creo que es amor.
- ¿Amor?
- Sí, mucho. Necesito tenerte cerquita y que nos llenemos de mimos.
- (Ahora sonrío él) Coincidimos. (Nos besamos) Te prometo que me apuro.
- Por fas.
Pepe se fue y a los pocos minutos estaba a mi lado. Yo busqué su mano debajo de
mis mantas e hice que nuestros dedos se entrelacen. Me acerqué más a él y apoyé
mi cabeza en su hombro.
- ¿Miramos una peli? (Preguntó)
- Mmm… Bueno, dale.
- No te escucho muy convencida.
- No sé si la aguanto entera, pero miremos alguna…
- Sino dormimos.
- No Pepe, en serio. (Levanté mi cabeza) Me gusta mirar pelis con vos, sobre
todo si me puedo acostar encima tuyo.
- Ah… ¿Viene de pretensiones la cosa?
- Sí, muchas.
- Mmm… ¿Y qué peli miramos?
- Prendé la tele, son las once… Debe estar alguna empezando. (Pepe prendió la
tele y después de pasar algunos canales encontramos una comedia romántica,
recién empezando… Y después de un rato…)
- ¿Y la pretensión?
- (Reí) No sé, capaz te invado mucho. (Reímos)
- Veni para acá. (Dijo abrazándome y yo me acomodé sobre él, sentí sus manos
acomodando mi pelo y suspiré) Perdón que vuelva a lo mismo, pero ¿Segura que
estás bien?
- Sí mi amor.
- Cuando fui a la cocina no estabas bien, tenías los ojitos llorosos.
- Porque hablé mucho con tú mamá, y si bien lloré, me hizo muy bien.
- Está bien entonces, solo que no quiero que te angusties sola.
- Estoy bien Pepe, igual gracias por siempre preocuparte y cuidarme. (Besé su
cuello)
- No tenes nada que agradecerme amor. (Besó mi frente) Te amo, muchísimo.
- Yo también te amo mi amor. (Levanté un poco mi cabeza y nos dimos un beso) ¿Y
vos? ¿Cómo estás?
- Bien.
- ¿Seguro?
- Sí.
- Mmm… ¿Por qué sos tan cerrado?
- Porque, no sé. (Reímos)
- Genial, al menos admitiste que algo pasa.
- Ay no Paula, no vale.
- Lo que no vale es que te guardes todo.
- Pero…
- Pero nada. (Apagué la tele y me senté, frente a él y prendí el velador)
- Pau, por favor, no.
- ¿Por qué Pepe?
- Porque no.
- Pareces un chico, mira que yo tengo miles de actitudes inmaduras eh, pero lo
tuyo es un capricho amor. (Hice una pausa y tomé su mano) ¿Hablar no te hace
bien?
- Sobre todo si lo hago con vos.
- ¿Y entonces por qué no lo haces?
- Porque me da vergüenza.
- ¿Conmigo? ¿En serio? (Él asintió con su cabeza, sin mirarme. Yo me acerqué a
él, acostándome boca abajo y chocando mi frente con la suya) Amor, soy yo… Me
conoces completa, y creo que si yo no tengo vergüenza con vos, vos no deberías
tenerla conmigo. (Rosé mis labios con los suyos) Dale Pepe, abrite, te va a
hacer bien.
- Siento muchas cosas que no sé cómo poner en palabras.
- Intentalo al menos, yo voy a escucharte, siempre, y también puedo ayudar a
que decodifiques todos esos sentimientos y los traduzcas en palabras.
- (Me besó y sentí como comenzaba a quebrarse, de a poco) No puedo Pau.
- Sí que podes Pepe, dale. (Me separé un poco de él y lo miré fijamente a los
ojos)
- Mmm… No sé por dónde empezar.
- Por donde quieras, tenemos toda la noche. Es más, puedo ir en busca de café.
- Yo no quiero… Si vos queres, podes ir.
- Era para distender un poco. (Me senté) Dale, sentate, veni. (Pepe no hizo lo
que le dije, sino que se acostó apoyando su cabeza en mis piernas que estaban
cruzadas)
- Así está mejor.
- ¿Sí? (Pregunté acariciando su frente)
- Sí.
- Como quieras… (Él buscó mi mano y la tomó)
- No sé qué queres que te cuente.
- Lo que te pasa.
- (Suspiró y me miró a los ojos) Que siento que la vida me sobrepasa.
- ¿Por qué?
- Por todo.
- ¿Podes explayarte un poco más o voy a tener que hacerte una entrevista?
(Pregunté riendo y él también rio)
- Me cuesta mucho estar haciendo esto.
- Lo sé, pero yo no te voy a juzgar por nada, creo que eso lo sabes… Podes
abrirte conmigo, te va a hacer bien.
- Es que… (Suspiró) Hoy en un momento me quedé solo y fue cómo que se me pasó
toda mi vida en segundo, me acordé de la vez que mamá me explicó todo lo que le
pasaba a Nico, y cómo a partir de ese día mi vida fue derrumbándose un poco más
cada día, como si fuese una estantería llena de libros que se mantiene por el
peso de ellos, como si todos los días alguien sacará alguno de esos libros…
Hace mucho que siento que ya esos libros se acaban, hasta que apareciste vos, y
me ayudaste a equilibrarme, un poco… Me ayudaste a acomodar algunos libros. (Yo
sonreí, solo un poco y acaricié su mejilla con mi dedo índice) Pero hoy siento
que queda solo un libro, y que en menos de un segundo esa estantería puede
derrumbarse. Ver como la vida pasa, como está mi hermano, ver que no llegué a
ningún lado, que solo soy un simple abogado que está solo, porque lo estoy.
- Hey… ¿Y yo? ¿Tú familia? No estás solo mi amor.
- Mi familia porque es mi familia… (Suspiró y sus ojos se llenaron de lágrimas)
Y vos, no sé, porque sos un ángel, sos la primera persona, fuera de mi familia,
con la que logro generar un vínculo de verdad, nunca pude hacerlo, nunca pude
comprometerme con alguien porque siempre tuve miedo de perderlo… Y vivo con ese
miedo, me pasa todos los días con mi hermano, y con todos los que me rodean.
(Suspiró) Y hasta creo que por eso me fui lejos y me aísle de todo. Estoy
muerto de miedo, y creo que es por eso que siempre te cuido tanto, porque tengo
pánico de perderte. (Tomó aún más fuerte mi mano e hizo una pausa) Igual no sé,
es algo que me pasa todos los días, pero hay veces en las que me atormenta,
como en estos últimos días.
- Primero, antes que nada… Nunca me vas a perder, nunca. Nunca. (Me acerqué a
él para poder besar su frente y él cerró sus ojos) Y… ¿Todo esto es por Nico,
no?
- Sí.
- ¿Y qué haces llorando si lo tenes en el cuarto de al lado? ¿Por qué no
disfrutas de él? ¿Y por qué no dejas de aislarte? No te hace bien eso mi amor…
Te lo dice alguien que vivió aislada del mundo durante años porque otra no le
quedaba, pero vos que podes decidir por vos, no te aísles, ni de tú familia ni
de mí. (Con mi mano libre comencé a jugar con su pelo) Sabes que yo siempre voy
a estar, que siempre voy a poder escucharte, darte un abrazo o un mimo.
- Pero me cuesta muchísimo.
- Pero lo estás haciendo Pepe. ¿No te sentís un poquito mejor ahora?
- Sí.
- ¿Y entonces? No seas terco. (Él se acostó, con su cabeza sobre la almohada y
me insinuó a que haga lo mismo. Me acosté lo más cerca que pude de él, pasando
mis piernas por encima de las suyas y con nuestras caras a escasos milímetros)
No estás solo Pepe, yo estoy con vos, siempre, siempre. (Lo besé) Y sé que tú
familia también, aunque te aísles de ellos…
- Me cuesta no hacerlo.
- Intentalo al menos. (Acaricié su mejilla) Y te prometo que juntos vamos a
poder reacomodar esa estantería, así como vos me ayudas todos los días a
ordenar la mía.
- Te amo con mi vida Pau.
- (Sonreí) Te amo mi amor. (Nos besamos y nos abrazamos)
Se me cayeron algunas lagrimitas de la emoción de este cap!!! Escribís de una forma extraordinaria
ResponderEliminarhayyyyyy me encanto son muy tiernosss!!
ResponderEliminarHermoso el cap. suubii mas :) ♡
ResponderEliminarqué lindo que Pau pueda contenerlo también a él!!! está sobrepasado pobre!!! me encantó Cami!
ResponderEliminarAiiiiiiiiiiii, que HERMOSO :') son MUY dsfizfhgjkgjfchnkjxgdfkjdfg mejor no podes escribir, te felicito ♥
ResponderEliminarSos inmensa Cami! Tan chiquita y tan llena de ternura infinita.
ResponderEliminarGracias!