Despertamos a ambas nenas,
desayunamos y fuimos todos juntos a la escuela, Lola a clases y con Alma a hablar para saber sí era posible
que arranque allí. Pactamos una charla con la psicopedagoga y un examen para
saber en qué nivel se encontraba, para la semana siguiente, ya que era viernes.
Pero ese día nos propusieron que se quede un rato, para ver cómo es todo, y se
quedó con Lola, ya que tendrían que ir al mismo grado. ¿Nosotros? Nos pidieron
que nos vayamos.
- Amor… ¿Vamos al centro?
- ¿No tenes que ir al estudio?
- Más tarde, a una audiencia que ya está lista… (Tomé su mano) Quiero un ratito a solas con mi mujer. ¿Se podrá?
- Obvio que sí. (Besó mi mejilla)
- ¿Vamos a la costanera?
- Ay, sí… Pero después alcánzame hasta por acá…
- Vaguita.
- Dale, no seas malo.
- (Reí) Dale amor.
Nos dirigimos al auto y de allí a la costanera.
- ¿Un submarino? (Pregunté abrazándola por el costado, ya que ella estaba con los brazos cruzados por el frío) ¿Café? ¿Té?
- Mmm… Un submarino.
- (Besé su cabeza) Me parece que la idea de tirarnos a mirar el río queda censurada. ¿No?
- (Rio) Tengo mucho frío.
- Veni, entremos en ese bar.
Estábamos sentados en una mesa de allí, y ella estaba muy callada, tomé su mano y pregunté.
- ¿Qué pasa amor?
- ¿Estará bien Almi?
- Sí amor, está con Loli.
- Ya lo sé, pero me da cosa, demasiados cambios de golpe.
- Pero son todos cambios para bien.
- Lo sé, pero es chiquita, y me da un poquito de miedo.
- (Besé su mano) Va a estar todo bien, sí, tenemos que estar muy pendientes de ella, pero los cambios va a tener que atravesarlos, tanto ella como nosotros, y todos van a ser positivos.
- Siempre sabes que decir para tranquilizarme, gracias.
- Suelo ser un buen psicólogo, lo sé.
- (Rio) Mientras lo seas solo conmigo.
- Solo con vos.
- (Sonrío) Mejor.
- Celosa y posesiva.
- Solo cuido lo mío.
- ¿Y yo soy tuyo?
- Todo mío.
- ¿Y vos? ¿Sos toda mía?
- Siempre.
Nos sonreímos y nos dimos un beso por arriba de la mesa.
- Te amo… (Me besó)
- Te amo hermosa. (La besé y volvimos a sonreírnos)
Después de pagar la cuenta salimos del bar y volvimos a la escuela, la retiramos a Almi e íbamos los tres en el auto.
- ¿Cómo te fue Almi?
- ¡Re bien!
- ¿Sí?
- Sí, me encantó. Quiero ir con Lola a la escuela.
- Me alegro, pero tenemos que esperar a la semana que viene para saber.
- ¿Por qué?
- Porque tenes que hablar con una psicopedagoga primero.
- ¿Y eso qué es?
- ¿Te acordas de Carolina, la psicóloga?
- Sí.
- Bueno, es casi lo mismo. Vas a charlar un rato con ella.
- Ah…
-
Esa tarde, estábamos con Almi mirando la tele, yo sentada en el sillón de dos cuerpos y ella estaba acostada, con su cabeza sobre mis piernas, hasta que en un momento la veo a Lola asomarse, noté sus ojitos llenos de lágrimas y cuando la vi ella salió corriendo. Suspiré y le dije a Alma.
- Almi. ¿Te quedas un ratito mirando la tele? Yo ya vengo.
- Sí Pau.
Me levanté y fui al cuarto de Lola, abrí la puerta y entré sin decirle nada. Ella estaba de espaldas y me senté detrás de ella.
- Princesa… (Susurré en su oído)
- Andate mamá.
- Mmm… No, sabes que no me voy a ir.
- Sí, andate con Alma. (Me contestó de mala manera)
- Hey, no me hables así Lola. (Suspiré)
- Andate con ella, no me importa.
- Hija… (Hice que se dé vuelta y me miré) Lola… ¿Qué pasa?
- Que estás con ella y yo no puedo ir.
- ¿Quién te dijo que no podes venir? (Ella no respondió y comenzó a llorar, suspiré y la abracé contra mi pecho) No llores mi amor.
- Quiero estar con vos mamá.
- Y podes venir, y podemos estar las tres. ¿No queres?
- (Se separó de mí) Perdón mamá.
- No tenes que pedirme perdón, solo que no me gusta que me hables mal… (Sequé sus lágrimas) Ni que llores… (Volví a abrazarla) Tranquila hija.
- (Me abrazó por el cuello y yo besé su mejilla) ¿Podemos ir?
- ¿No queres lavarte la carita primero?
- Sí…
- Y escúchame una cosa Loli… (La separé tan solo un poco de mí, lo suficiente como para poder mirarla a los ojos) Siempre podes venir con mamá, siempre, siempre. ¿Sí? (Ella sonrío y volvió a abrazarme) Te amo chiquitita.
- Te amo mamá.
Sonreí y la acompañé al baño, en donde se lavó la cara y fuimos al living, la buscamos a Alma y nos fuimos la tres a mi cuarto. A mirar la tele, hasta que se fueron a jugar.
Sonó mi celular…
- Hola Zai.
- Amiga. ¿Cómo andas?
- Acá andamos… ¿Vos?
- ¡Hey! ¿Qué es esa expresión? Deberías estar feliz.
- Lo sé, y lo estoy, pero es un poco complicado, hay que adaptarse, y más Loli.
- Mmm… Me imagino a la pequeña. ¿Celos?
- Sí. (Reí)
- Ay, me la morfo.
- ¿Queres venir? La malcrías un poco a tu ahijada y la conoces a Alma…
- ¿A la hora de cenar? Estoy en un descanso de una producción.
- Dale, sí… Así también está Pepe.
- Llevo helado de postre.
- Okei, te tomaste en serio lo de malcriar.
- Y sí, más si anda celosa.
- (Reí) Sos tremenda.
- Es mi ahijada che. (Reímos)
- Te espero esta noche Zai.
- Dale Pau, nos vemos.
- Un beso.
- Un beso.
- Amor… ¿Vamos al centro?
- ¿No tenes que ir al estudio?
- Más tarde, a una audiencia que ya está lista… (Tomé su mano) Quiero un ratito a solas con mi mujer. ¿Se podrá?
- Obvio que sí. (Besó mi mejilla)
- ¿Vamos a la costanera?
- Ay, sí… Pero después alcánzame hasta por acá…
- Vaguita.
- Dale, no seas malo.
- (Reí) Dale amor.
Nos dirigimos al auto y de allí a la costanera.
- ¿Un submarino? (Pregunté abrazándola por el costado, ya que ella estaba con los brazos cruzados por el frío) ¿Café? ¿Té?
- Mmm… Un submarino.
- (Besé su cabeza) Me parece que la idea de tirarnos a mirar el río queda censurada. ¿No?
- (Rio) Tengo mucho frío.
- Veni, entremos en ese bar.
Estábamos sentados en una mesa de allí, y ella estaba muy callada, tomé su mano y pregunté.
- ¿Qué pasa amor?
- ¿Estará bien Almi?
- Sí amor, está con Loli.
- Ya lo sé, pero me da cosa, demasiados cambios de golpe.
- Pero son todos cambios para bien.
- Lo sé, pero es chiquita, y me da un poquito de miedo.
- (Besé su mano) Va a estar todo bien, sí, tenemos que estar muy pendientes de ella, pero los cambios va a tener que atravesarlos, tanto ella como nosotros, y todos van a ser positivos.
- Siempre sabes que decir para tranquilizarme, gracias.
- Suelo ser un buen psicólogo, lo sé.
- (Rio) Mientras lo seas solo conmigo.
- Solo con vos.
- (Sonrío) Mejor.
- Celosa y posesiva.
- Solo cuido lo mío.
- ¿Y yo soy tuyo?
- Todo mío.
- ¿Y vos? ¿Sos toda mía?
- Siempre.
Nos sonreímos y nos dimos un beso por arriba de la mesa.
- Te amo… (Me besó)
- Te amo hermosa. (La besé y volvimos a sonreírnos)
Después de pagar la cuenta salimos del bar y volvimos a la escuela, la retiramos a Almi e íbamos los tres en el auto.
- ¿Cómo te fue Almi?
- ¡Re bien!
- ¿Sí?
- Sí, me encantó. Quiero ir con Lola a la escuela.
- Me alegro, pero tenemos que esperar a la semana que viene para saber.
- ¿Por qué?
- Porque tenes que hablar con una psicopedagoga primero.
- ¿Y eso qué es?
- ¿Te acordas de Carolina, la psicóloga?
- Sí.
- Bueno, es casi lo mismo. Vas a charlar un rato con ella.
- Ah…
-
Esa tarde, estábamos con Almi mirando la tele, yo sentada en el sillón de dos cuerpos y ella estaba acostada, con su cabeza sobre mis piernas, hasta que en un momento la veo a Lola asomarse, noté sus ojitos llenos de lágrimas y cuando la vi ella salió corriendo. Suspiré y le dije a Alma.
- Almi. ¿Te quedas un ratito mirando la tele? Yo ya vengo.
- Sí Pau.
Me levanté y fui al cuarto de Lola, abrí la puerta y entré sin decirle nada. Ella estaba de espaldas y me senté detrás de ella.
- Princesa… (Susurré en su oído)
- Andate mamá.
- Mmm… No, sabes que no me voy a ir.
- Sí, andate con Alma. (Me contestó de mala manera)
- Hey, no me hables así Lola. (Suspiré)
- Andate con ella, no me importa.
- Hija… (Hice que se dé vuelta y me miré) Lola… ¿Qué pasa?
- Que estás con ella y yo no puedo ir.
- ¿Quién te dijo que no podes venir? (Ella no respondió y comenzó a llorar, suspiré y la abracé contra mi pecho) No llores mi amor.
- Quiero estar con vos mamá.
- Y podes venir, y podemos estar las tres. ¿No queres?
- (Se separó de mí) Perdón mamá.
- No tenes que pedirme perdón, solo que no me gusta que me hables mal… (Sequé sus lágrimas) Ni que llores… (Volví a abrazarla) Tranquila hija.
- (Me abrazó por el cuello y yo besé su mejilla) ¿Podemos ir?
- ¿No queres lavarte la carita primero?
- Sí…
- Y escúchame una cosa Loli… (La separé tan solo un poco de mí, lo suficiente como para poder mirarla a los ojos) Siempre podes venir con mamá, siempre, siempre. ¿Sí? (Ella sonrío y volvió a abrazarme) Te amo chiquitita.
- Te amo mamá.
Sonreí y la acompañé al baño, en donde se lavó la cara y fuimos al living, la buscamos a Alma y nos fuimos la tres a mi cuarto. A mirar la tele, hasta que se fueron a jugar.
Sonó mi celular…
- Hola Zai.
- Amiga. ¿Cómo andas?
- Acá andamos… ¿Vos?
- ¡Hey! ¿Qué es esa expresión? Deberías estar feliz.
- Lo sé, y lo estoy, pero es un poco complicado, hay que adaptarse, y más Loli.
- Mmm… Me imagino a la pequeña. ¿Celos?
- Sí. (Reí)
- Ay, me la morfo.
- ¿Queres venir? La malcrías un poco a tu ahijada y la conoces a Alma…
- ¿A la hora de cenar? Estoy en un descanso de una producción.
- Dale, sí… Así también está Pepe.
- Llevo helado de postre.
- Okei, te tomaste en serio lo de malcriar.
- Y sí, más si anda celosa.
- (Reí) Sos tremenda.
- Es mi ahijada che. (Reímos)
- Te espero esta noche Zai.
- Dale Pau, nos vemos.
- Un beso.
- Un beso.
que lindo cap me encanto bess
ResponderEliminarbuenísimo,seguí subiendo.
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