Estaba
preparando hamburguesas a la parrilla, mientras Lola y Alma andaban en patines
en el patiecito que había atrás de la cabaña, en donde estaba la parrilla.
- Despacito que se van a matar chicas.
- ¡Pero sí sabemos patinar!
- Ya lo sé, pero este piso tiene montañitas, tengan cuidado.
- Ufa.
- (Reí) Mañana vamos a un lugar en donde puedan patinar bien. ¿Sí?
Las dos festejaron y yo volví a reír, en ese momento llegó Pau, que venía con
los vasos y las cosas para poner en la mesa, ya que comeríamos allí.
- No me maten que traigo vasos chicas… (Lola y Alma rieron, Pau dejó todo en la
mesa y se acercó a mí) ¿Cómo va eso?
- Ya casi están.
- Buenísimo, traigo lo que falta entonces… (Y comenzó a irse)
- No, no. Para.
- ¿Qué pasa? (Preguntó dándose vuelta)
- ¿No hay un beso para el asador?
- (Rio y me besó) Muchos para después, te lo prometo.
- ¿Después?
- Después. (Me besó) En el medio del humo no me copa mucho.
- Claro. ¿Y yo qué estoy acá?
- Sos el hombre.
- ¿Y eso qué tiene que ver?
- No sé. (Dijo riendo y me besó) Pero te amo.
- Te amo hermosa. (Nos besamos y ella se fue a buscar lo que faltaba)
Cenamos y después de lavar y acomodar todo, salimos a caminar por el centro.
- ¿Podemos ir a los jueguitos? (Me preguntó Loli)
- Sí hija, pero dentro de un rato.
- No, ahora. ¡Quiero jugar al pacman!
- (Reí) Cuando pegamos la vuelta vamos.
- ¿Me lo prometes?
- Sí hija…
- ¡Almi! (Gritó Lola) Cuando volvamos vamos a los jueguitos.
Reí y Lola corrió a Alma, que iba de la mano de Pau. Yo me acerqué a ellas y
caminamos juntos un tramo más, hasta que comenzamos a volver y tal como se lo
había prometido a Lola, fuimos a los juegos.
Compramos unos alfajores artesanales para comer en la cabaña, y volvimos.
-
Lola se fue a dormir con Pepe y yo con Almi, nos turnábamos, un día y un día.
Si bien se dormían solas, nos pedían de ir con ellas. (Sí, las malcriábamos)
- Qué descanses Almi… (Dije y apagué el velador)
- Gracias mamá… (Sonreí y mis ojos se llenaron de lágrimas, era la primera vez
que me decía así…)
- Te quiero mucho hermosa. (Dije y besé su mejilla)
- Yo también.
Me quedé con ella hasta que se quedó dormida y salí del cuarto, aún bastante
emocionada. Me colgué mirando el mar, hasta que en un momento sentí que Pedro
me abrazó por la espalda.
- ¿Estás llorando? (Besó mi cuello)
- Sí, pero no me retes.
- ¿Qué pasa?
- Alma me dijo mamá.
- (Hizo que me dé vuelta y nos sonreímos) Somos una familia.
- Una familia hermosa. (Me abrazó y yo también lo hice) Gracias mi amor.
- A vos Pau. (Besó mi mejilla y sentí que me abrazó más fuerte) ¿Queres un café
y nos sentamos en el ventanal a mirar el mar?
- Sí, por favor.
- Me prometiste muchos besos.
- La promesa sigue en pie.
- (Se separó un poco de mí y me besó) Menos mal eh. (Reímos, nos dimos un beso
y él se fue a preparar los cafés)
Me senté en el ventanal, en el marco, apoyando mi espalda, cuando
Pepe llegó me dio un café y se sentó frente a mí.
- Estás muy pensativa.
- Lo sé…
- ¿Y se puede saber en qué pensas?
- Mmm… No sé, en la vida. Las vueltas de la vida.
- ¿Nostálgica?
- No. ¿Nostalgia de que voy a tener Pepe? (Dije riendo)
- Tenes razón, pero me gusta que te rías.
- Es hora de dejarlo atrás. ¿No?
- (Tomó mi mano) El pasado es tan solo pasado, historia pisada.
- Solo quiero pisar lo feo, hay algunas cosas que no me gustaría olvidar.
- No lo olvides entonces.
- Nunca. (Tomé más fuerte su mano) Jamás podría olvidar la primera vez que
tomaste mi mano.
- (Acarició mi mano y sonrío) Creeme que yo tampoco. (Nos sonreímos) Veni amor…
- Estoy acá. (Reímos)
- Más cerca.
- No entramos.
- Me prometiste besos.
- (Reí y me levanté) Veni… (Le di la mano y nos sentamos en el sillón. Me senté
sobre sus piernas y lo abracé por el cuello, él lo hizo por mi cintura) ¿Vos
estás bien?
- Sí amor.
- ¿Seguro? Me estás reclamando mucho los besos… (Dije riendo)
- Porque quiero tus besos.
- Mmm… (Lo besé) Estás raro, no sé. (Bajó su mirada y yo lo tomé por el mentón,
impidiéndoselo) Contame amor, confía en mí.
- Es que… Alquilé esta casa, porque es a la que vine con mi familia, la única
vez que nos pudimos ir de vacaciones, con Nico… Y, me invadió de recuerdos, no
sé. Es solo eso.
- (Lo besé) ¿Son recuerdos lindos?
- Fueron mis únicas vacaciones de chico, por eso disfruto tanto de traer a las
nenas.
- (Sonreí) Sos muy tierno mi amor… (Acaricié su mejilla) Y si son recuerdos
lindos no los olvides. ¿Qué estábamos hablando recién?
- Tenes razón, es solo que lo siento a Nico en todos lados. No sé si hice bien
en alquilar este lugar.
- Sí lo hiciste fue por algo, capaz que para sentirlo un poquito más cerca.
- Puede ser… (Lo besé) Pero prefiero tus besos.
- ¿Sí? (Volví a besarlo)
- Sí.
- Te amo Pepe, con todo mi alma.
- (Me abrazó más fuerte) Te amo mi vida…
Nos sonreímos y nos besamos, por un largo rato, hasta que sin desunir nuestros
labios, nos dirigimos al cuarto, en donde nos amamos.
Yo estaba acostada boca abajo y él hacía rato que tan solo besaba toda mi
espalda.
- La que te tenía que dar besos era yo.
- (Rio) Es que me podes mi amor.
- Y vos a mí… Y tus besos ni te cuento. (Cerré profundamente mis ojos)
- Te amo mi amor… (Me dijo entre besos)
- Yo también te amo mi amor.
Subió con besos hasta mi nuca y yo sonreí. Al rato, nos quedamos dormidos,
escuchando el sonido de la marea de fondo. Paz absoluta.
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