domingo, 12 de enero de 2014

Capítulo 194

Entré al cuarto, después de ir al baño, Pedro me agarró de la mano y me abrazó, yo también lo abracé. Nos unimos en un abrazo interminable, ambos emocionados.
Me arrinconó contra al placard, se separó un poco de mí y con su dedo pulgar de la mano derecha acarició mi mejilla, mientras yo sonreía.

- ¿Viste que se podía mi amor?
- Gracias a vos mi amor… (Lo besé) Gracias, esta felicidad es toda responsabilidad tuya.
- No, vos también pusiste mucho de tú parte.
- Pero si fuese por vos ya me hubiese caído.
- (Rosó su nariz con la mía) ¿Cumplí mi promesa?
- A la perfección mi amor, gracias, en serio… Nada sería posible sin vos.
- Yo no podría vivir sin vos, asique estamos a mano. (Nos besamos y nos abrazamos) Y no llores…
- Vos tampoco entonces. (Reímos)
- Te juro que no lo puedo creer.
- Yo tampoco mi amor, pero hay que creerlo. Es nuestra realidad, una vez nos tocó a nosotros…
- Era hora… (Reímos)
- (Se separó un poco de mí) Disfrutalo.
- Ayudame a caer.
- ¿A dónde? (E hizo que caiga en la cama, con él encima de mí. Yo reí)
- Sos un tarado.
- Un tarado que te ama.
- Un tarado que me cambió la vida, que me hizo creer que todo es posible, que la felicidad puede existir, que el amor existe, y que es lo más lindo del mundo. Te amo con todo mi alma Pepe.
- Te amo mi amor, con la vida… (Besó mi nariz) Fue un placer y es un placer generar todo eso en vos, sobre todo porque vos generas lo mismo en mí.
- La vida jamás me podría haber cruzado con alguien mejor.
- Creeme que a mí tampoco. (Nos sonreímos y nos besamos, pero en ese momento escuchamos que tocaron la puerta, nos sentamos) Pasa…

Entró Alma, algo asustada y llorando.

- Almi… ¿Qué pasa? (Pregunté y ella se quedó parada, mirándome) Veni hermosa… (Dije estirando mi mano, ella se acercó a mí y tomó mi mano) ¿Venís acá? (Dije golpeando mi pierna, ella asintió con su cabeza y se sentó sobre mis piernas)
- ¿Nos queres contar que pasa?
- Me da miedo estar ahí sola… Me desperté asustada.
- Tranquila, no pasa nada… ¿Queres un poquito de agua?
- Sí.
- Te voy a buscar. (Dijo Pepe y se fue a la cocina)
- Tranquila Almi, no pasa nada.
- ¿Me das un abrazo?
- Obvio hermosa. (Y la abracé contra mi pecho) Yo no te abrazo porque sé que no te gusta mucho, pero te puedo abrazar todas las veces que quieras… Y tranquila, en serio.
- Ya sé que no pasa nada, pero me dio miedo.
- ¿Y ahora se te pasó?
- Sí…

Llegó Pepe con el agua, Alma se separó de mí y agarró el vaso, tomó un poco y Pepe se sentó a nuestro lado.

- ¿Queres dormir acá hoy?
- No…
- ¿Y si te traemos el colchón acá?
- Mmm… Bueno.
- Entonces ahora te traigo el colchón.
- ¿No queres en la cama? (Pregunté)
- No… Me da… (Y no supo que decir)
- Traemos el colchón Almi, no hay problema. (Y Pepe volvió a irse)
- ¿Queres ir a lavarte la carita al baño?
- Sí…
- ¿Te acompaño?
- Sí…

Bajamos las dos de la cama y fuimos al baño, ella se lavó la cara y volvimos a la cama, Pedro acomodó su colchón y ella se acostó ahí.

Mi mano, sin darme cuenta, estaba como caída hacia su lado y ella la tomó, sin decirme nada y cerró sus ojos. Sonreí y le hice señas a Pepe de que miré, también sonrío.  La habíamos conocido tan arisca que estas cosas eran muy lindas.

Cuando nos aseguramos de que estaba dormida, Pepe me abrazó, por la espalda, y besó mi nuca.

- Qué descanses mi amor.
- Vos también Pepe. Te amo…
- Te amo mi vida.

Nos quedamos dormidos, después de un largo día con demasiadas emociones.

-

Me desperté a la mañana siguiente y al verla a Almi allí mis ojos se llenaron de lágrimas. Todo era real, al fin.

Tanto esperar, tantas luchas, meses, informes, declaraciones, asistentes sociales, psicólogas, visitas… ¡Tanto todo y al fin era realidad! Alma estaba acá, con nosotros.

Me preparé para ir a trabajar y la desperté a Lola para llevarla a la escuela…

- Amor… (Susurré en el oído de Pau) Lola y yo nos vamos, cualquier cosa me llamas. ¿Sí? Qué tengan un lindo día.
- Vos también Pepe. (Respondió súper dormida y yo reí)

-

Me desperté y preparé el desayuno, lo dejé en la cama y acaricié la mejilla de Almi con mi mano…

- Buen día hermosa. (Susurré) Es hora de despertarse.
- Pau… (Dijo sonriendo)
- Hola Almi…
- Era verdad entonces.
- ¿Qué cosa?
- Que ya estaba acá.
- (Sonreí) Es verdad, muy verdad… (Acaricié su mejilla) ¿Queres venir a desayunar acá conmigo?
- Sí… (Se sentó a mi lado y yo besé su frente)
- ¿Te gusta la chocolatada y las galletitas?
- ¡Sí!
- Buenísimo, porque es lo que traje. (Reímos y comenzamos a desayunar)
- Pau… Me da miedo empezar la escuela. (Dijo dudosa)
- No pasa nada Almi, en serio… Vas  a conocer un montón de nenes, aprender cosas nuevas.
- Pero yo solo sé leer, sumar y restar.
- En la escuela te van a enseñar más cosas, y si no alcanza con la escuela, buscamos una maestra fuera de la escuela para que te ayude un poquito más, o te ayude Pepe, o yo… O Loli. No te preocupes por eso hermosa.
- Mmm…
- En serio… ¿No queres ir a bañarte y salimos un rato?
- ¿A dónde?
- A comprarte ropa, o algo para la habitación, o a la plaza… O a donde quieras. ¿Queres?
- Sí…
- Entonces vamos a elegir que te pones.

Alma eligió un jean con una remera clarita, junto con un buzo y mientras ella se bañaba yo ordené todas las piezas, me cambié y salimos juntas.

‘Pasó a buscar a Lola por la escuela y almorzamos todos juntos’

‘Estoy con Almi en el centro, nos encotramos todos en la escuela’


‘Y vamos al Mac…’

‘Dale amor’

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