Capítulo 48

Estábamos mirando una película, yo sobre su pecho, él me abrazaba y acariciaba mi brazo. Me sentía muy en paz estando así, y era cuando me daba cuenta de lo pelotuda que había sido al haberlo alejado de mí todos esos días, aunque me siento así de mal, es la verdad… Y capaz me haga bien que él lo sepa, o no sé.

- Necesito cuidar esto que tenemos. (Susurré inconscientemente)
- ¿Qué?
- No, nada… Pensaba en voz alta.
- (Besó mi cabeza) Te escuché igual, y me encanta lo que dijiste.
- ¿Y para que me preguntas sabiendo que me cuesta abrirme así?
- (Rio) Quería escucharte otra vez… (Hizo una pausa) ¿Estás dispuesta a hacerlo?
- Sos lo único que tengo en el mundo… (Suspiré) No sé si me arrepiento de lo que hice porque así me pude abrir con vos, pero me siento una tarada, y me muero si te pierdo.
- Sabes que no hace falta semejante pelea para que puedas hablar conmigo.
- Lo sé, pero no me sale de otro modo.
- Mmm… Bueno, ahora ya pasó, pero en serio te lo digo.
- Ya lo sé Pepe, perdón.
- No me pidas más perdón… Y volvamos al principio.
- ¿A qué?
- A que necesitabas cuidar lo que tenemos.
- Es solo eso…
- ¿Solo eso?
- Pepe, dale, no seas malo.
- ¿Malo?
- Me da vergüenza, solo lo estaba pensando… No sé por qué lo dije.
- Me encanta que lo hayas dicho igual…
- ¿Sí?
- Obvio hermosa… Y veni que te quiero dar un beso. (Yo me levanté y me acerqué a darle un beso)
- Cuidar esto y cuidarte.
- Cuidarnos. (Sonreímos y volvimos a besarnos)
- Estoy un poco cansada de estar acá encerrada.
- ¿Queres salir?
- Me da un poco de miedo, pero… No sé.
- Podemos ir a dar una vuelta, es temprano, de día…
- ¿Decís en serio?
- Sí Pau, debe ser horrible pasarte el día acá… Dale, yo te cuido.
- Mmm… Bueno.
- ¿Vamos a merendar a algún bar, te parece?

Caminábamos de la mano por una avenida muy importante de la ciudad y no podía sentirme mejor, acabábamos de salir de un bar en donde habíamos merendado y no sabía a donde nos dirigíamos, pero con él iba hasta el fin del mundo.

Quizás para mucha gente sea normal caminar por la calle, pero yo ya había perdido esa costumbre, y lo sentía especial, lo disfrutaba.

- ¿Queres que volvamos?
- No, por favor, no.
- (Besó mi mejilla) Veni entonces.

Comenzó a guiarme hasta que llegamos a una plaza, y me llevó hasta la zona de las hamacas.

- ¿Acá? ¿Y los nenes Pepe?
- Sí vienen nenes nos corremos. Dale. (Nos sentamos cada uno en una hamaca y casi inconscientemente comencé a hamacarme, me sentía libre, por primera vez en mucho tiempo, de repente noté que Pedro me estaba sacando fotos y reí)
- ¿Qué haces?
- Te saco fotos…
- Eso lo sé tarado… (Dije riendo y apoyando mi mejilla en la cadena, mirándolo)
- Es que me encanta verte así de contenta, y traje la cámara porque no tenemos fotos juntos…
- (Sonreí) Pero me estás sacando fotos a mí sola.
- (Rio) Veni…
- ¿A dónde?
- Acá Pau…
- ¿Y la hamaca? Nos vamos a ir a la mierda. (Dije riendo)
- No tonta, dale. ¡Veni! (Yo me paré y me senté sobre sus piernas, temerosa… Él me abrazó con uno de sus brazos) No nos vamos a caer Pau…
- ¿Vos decís?
- Sí, dale, ponete cómoda.
- Estoy cómoda igual… Te tengo cerca.
- (Besó mi mejilla) Sos tan linda, tan, tan.

Pepe comenzó a sacar fotos… ¡Y nos sacamos demasiadas!

Comenzaba a anochecer, asique decidimos volver…

- Gracias mi amor… (Dije abrazándolo por la espalda mientras entrabamos a casa)
- No tenes nada que agradecer, y no sabes lo lindo que es escucharte que me digas así.
- ¿Cómo? ¿Mi amor? (Susurré en su oído)
- (Tomó mis manos) Te amo mi amor.
- Y yo a vos… (Besé su mejilla y él dio media vuelta, para poder besarme, acorralándome contra la puerta)
- ¿Vamos a bañarnos?
- ¿Vamos?
- Y… Hay que ahorrar agua.
- (Reí) Sos un tarado.
- Ey, deja de bardearme.
- (Volví a reír) No pongas una excusa tan tonta entonces…
- ¿Y que queres que te diga?
- Que tenes ganas de estar conmigo…
- Mmm… (Corrió el pelo de mi oreja y susurró muy bajito en ella, aferrándome a él por mi cintura) Tengo ganas de hacer el amor con vos, debajo de la ducha.
- (Sonreí) Mmm… Me tienta mucho esa propuesta.
- ¿Sí?
- Sí, muchísimo. (Y comenzó a guiarme hasta el baño, mientras me besaba)

-

Pau preparaba la cena y yo revisaba cosas del trabajo, se suponía que iba a trabajar desde casa y no había hecho nada.

- Pepe… ¿Queres que te lleve la comida para allá?
- Dale, por favor.

A los pocos minutos Pau llegó con una bandeja a la que era su antigua habitación, en donde estaba el escritorio.

- ¿Te molesta si te hago compañía?
- Claro que no. (Ella sonrío y después de apoyar la bandeja en el escritorio se sentó a mi lado)

Cenamos y cuando Pau se fue a lavar los platos me llegó un informe de parte del juzgado que trataba todo el tema del Toro que casi me hace caerme de la silla.

- ¡Pau! (La llamé a los gritos)
- ¿Qué pasa Pepe?
- ¡Veni!
- Espera, ya termino.
- No hermosa, veni, veni ahora.
- Bancame Pepe, en serio, ya termino.
- Sos tremenda eh, apurate. De verdad.

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Chan, chan, chan! Feliz día a todos los niños, y a los niños que llevamos dentro ;)