viernes, 30 de agosto de 2013

Capítulo 61

Ya estábamos con mi familia, el reencuentro (O lo que haya sido) había sido de los más emocionantes que recordaba.

Pau estaba hablando con mamá en el living, papá ya dormía y Nico y yo estábamos en el cuarto que compartiríamos con Pau.

- ¿Ya son novios con Pau, no?
- (Reí) Ya te lo había contado.
- (Sonrío) Está mucho mejor que la otra vez.
- Sí, está mucho mejor. (Sonreí)
- Y vos también.
- ¿Sí?
- Sí Pepe, se hacen bien.
- Muy. (Volví a sonreír y suspiré) Pero hablemos de vos. ¿Cómo estás?
- Bien, acá… No sé.
- ¿Qué no sabes?
- Cómo estoy.
- ¿Cómo te sentís?
- Cómo siempre.
- ¿Entonces te sentís bien?
- Sí, creo.
- (Hice una pausa y me acerqué aún más a él) ¿Es mi impresión o me estás escondiendo algo?
- No Pepe.
- Te conozco Nico.
- (Suspiró) No quiero hablar.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
- Tengo miedo.
- (Tomé su mano) ¿De qué?
- De que todo se termine. (Dijo con lágrimas en sus ojos y yo hice un esfuerzo enorme para no quebrarme  ante él, esa frase pronunciada por su voz llorosa me había partido al medio)
- Nada se va a terminar.
- Lo sabemos muy bien, los dos.
- Mira Nico, si hay algo que me enseñó Pau, y que me enseña todos los días, es que lo único que tenemos es el presente, el ahora, el hoy. (Hice una pausa) El pasado ya fue y el futuro no lo sabemos, hoy y ahora estamos los dos acá, bien, contentos de estar juntos otra vez, no pensemos en otra cosa.
- Pero aunque no esté ahora, el futuro va a llegar.
- Pero no sabes cómo va a ser.
- Sí lo sé.
- Nada está escrito, nada.
- El mío sí Pepe, desde el minuto uno.
- El de nadie, todos somos dueños de nuestro futuro.
- ¿Vos decís?
- Estoy seguro. Y no llores. (Lo abracé)

Después de distender la charla con Nico y que lo acompañara a dormir, inevitablemente algunas lágrimas se escaparon de mis ojos, la necesitaba a Pau, pero la encontré durmiendo hecha un bollito en el sillón.

- (Me arrodillé frente a ella y besé su cuello) Amor… (Susurré en su oído)
- ¿Qué? ¿Hay que levantarse? (Preguntó súper dormida y yo reí)
- No Pau, perdón que invadimos la pieza, te quedaste dormida en el sillón.
- Ah… (Se dio vuelta y volvió a acomodarse para dormir, y volví a reír) ¿Vamos a la cama amor?
- No quiero levantarme, tengo frío.
- Con más razón Pau, nos metemos en la cama. Dale.
- Ayudame.

Yo me levanté y le di la mano, la ayudé a levantarse y la abracé, así caminamos hasta el cuarto y ella luego de cambiarse (muy torpemente, estaba demasiado dormida) se metió en la cama…

- Veni conmigo Pepe. (Susurró, sin abrir sus ojos)
- Ya voy amor. (Respondí seco, pero sin querer)
- ¿Qué pasa?
- ¿Con qué?
- A vos, estoy dormida pero me doy cuenta de que estás raro.
- (Suspiré) No pasa nada Pau.
- No suspirarías.
- En serio Paula, basta.
- Está bien, como quieras. (Respondió enojada y se acomodó para dormir)

Yo salí del cuarto algo enojado, o más bien alterado, y me fui al baño, en donde después de cambiarme, lavé mi cara.

Me senté en la cama y posé mi mano en la espalda de Pau.

- Ya sé que no dormís. (Hice una pausa) Perdón si te traté mal, es algo que hablé con Nico y vos no tenes nada que ver, y perdón también por dejarte allá sola, encima te quedaste dormida. Perdón.
- Vení, abrazame que te perdono. (Yo reí y la abracé por la espalda) ¿Se puede saber que hablaste con Nico?
- Ahora no, quiero dormir.
- ¿Seguro?
- Sí Pau.
- Bueno, como prefieras. (Se acomodó sobre mi pecho y yo la abracé) Qué descanses.
- Vos también Pau, y perdón.
- Ya pasó Pepe.
- Te amo. (Besé su frente)
- Te amo… (Acarició mi mejilla y nos quedamos dormidos después de un rato)

Al día siguiente, cuando me desperté Pau seguía durmiendo a mi lado,  y estábamos solos.
Acomodé mi brazo alrededor de Pau, abrazándola por la espalda y allí me quedé, hasta que un rato después noté que se despertó y besé su nuca.

- Buen día mi amor.
- ¿Ahora sí hay que levantarse? (Reímos) Buen día.
- No necesariamente, estamos solos hasta tarde hoy, asique nos podemos quedar acá si queres.
- Por fas, ni ganas de levantarme.
- ¿Y de darme un beso? (Ella rio, se dio vuelta y me besó, pero después se acomodó sobre mi pecho y cerró sus ojos) ¿Queres seguir durmiendo?
- No, quiero mimos.
- ¿Pasa algo?
- Me desperté mimosa. ¿Está mal?
- (La tapé y comencé a jugar con su pelo) Desconfío un poco.
- Odio que me conozcas tanto. (Dijo por lo bajo)
- ¿Me contas qué pasa?
- Soñé con mi bebé. (Suspiró y se acurrucó aún más en mí) Pero no tengo ganas de ponerme peor, no me preguntes nada, por favor. Solo abrazame.
- (Besé su frente y la abracé lo más fuerte que pude) Perdón por traerte acá…
- No es tú culpa Pepe, y por favor no digas nada.

Ella llorisqueaba en silencio y yo la abrazaba.

- ¿Segura que no queres hablar? Capaz descargarte te haga bien. (Ella asintió con su cabeza) ¿Sí qué? ¿Qué estás segura o qué queres hablar?
- (Rio) No quiero hablar.
- ¿Segura?
- Sí.
- Bueno… (Acaricié su espalda) No llores más entonces.
- Es una herida que nunca pude terminar de cerrar, me duele, mucho… (Hizo una pausa) Y estar acá otra vez me hace removerlo todo.
- No tendríamos que haber venido…
- (Me interrumpió) No Pepe, soy yo, tengo que poder superarlo.
- Pero…
- No te sientas culpable, por favor.
- Pero vos no llores. (Ella suspiró y escondió su cara en mi pecho)
- Necesito hacerlo. (La abracé aún más fuerte y ella suspiró)

No hay comentarios:

Publicar un comentario