Ya estábamos con mi
familia, el reencuentro (O lo que haya sido) había sido de los más emocionantes
que recordaba.
Pau estaba hablando con mamá en el living, papá ya dormía y Nico y yo estábamos
en el cuarto que compartiríamos con Pau.
- ¿Ya son novios con Pau, no?
- (Reí) Ya te lo había contado.
- (Sonrío) Está mucho mejor que la otra vez.
- Sí, está mucho mejor. (Sonreí)
- Y vos también.
- ¿Sí?
- Sí Pepe, se hacen bien.
- Muy. (Volví a sonreír y suspiré) Pero hablemos de vos. ¿Cómo estás?
- Bien, acá… No sé.
- ¿Qué no sabes?
- Cómo estoy.
- ¿Cómo te sentís?
- Cómo siempre.
- ¿Entonces te sentís bien?
- Sí, creo.
- (Hice una pausa y me acerqué aún más a él) ¿Es mi impresión o me estás
escondiendo algo?
- No Pepe.
- Te conozco Nico.
- (Suspiró) No quiero hablar.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
- Tengo miedo.
- (Tomé su mano) ¿De qué?
- De que todo se termine. (Dijo con lágrimas en sus ojos y yo hice un esfuerzo
enorme para no quebrarme ante él, esa
frase pronunciada por su voz llorosa me había partido al medio)
- Nada se va a terminar.
- Lo sabemos muy bien, los dos.
- Mira Nico, si hay algo que me enseñó Pau, y que me enseña todos los días, es
que lo único que tenemos es el presente, el ahora, el hoy. (Hice una pausa) El
pasado ya fue y el futuro no lo sabemos, hoy y ahora estamos los dos acá, bien,
contentos de estar juntos otra vez, no pensemos en otra cosa.
- Pero aunque no esté ahora, el futuro va a llegar.
- Pero no sabes cómo va a ser.
- Sí lo sé.
- Nada está escrito, nada.
- El mío sí Pepe, desde el minuto uno.
- El de nadie, todos somos dueños de nuestro futuro.
- ¿Vos decís?
- Estoy seguro. Y no llores. (Lo abracé)
Después de distender la charla con Nico y que lo acompañara a dormir,
inevitablemente algunas lágrimas se escaparon de mis ojos, la necesitaba a Pau,
pero la encontré durmiendo hecha un bollito en el sillón.
- (Me arrodillé frente a ella y besé su cuello) Amor… (Susurré en su oído)
- ¿Qué? ¿Hay que levantarse? (Preguntó súper dormida y yo reí)
- No Pau, perdón que invadimos la pieza, te quedaste dormida en el sillón.
- Ah… (Se dio vuelta y volvió a acomodarse para dormir, y volví a reír) ¿Vamos
a la cama amor?
- No quiero levantarme, tengo frío.
- Con más razón Pau, nos metemos en la cama. Dale.
- Ayudame.
Yo me levanté y le di la mano, la ayudé a levantarse y la abracé, así caminamos
hasta el cuarto y ella luego de cambiarse (muy torpemente, estaba demasiado
dormida) se metió en la cama…
- Veni conmigo Pepe. (Susurró, sin abrir sus ojos)
- Ya voy amor. (Respondí seco, pero sin querer)
- ¿Qué pasa?
- ¿Con qué?
- A vos, estoy dormida pero me doy cuenta de que estás raro.
- (Suspiré) No pasa nada Pau.
- No suspirarías.
- En serio Paula, basta.
- Está bien, como quieras. (Respondió enojada y se acomodó para dormir)
Yo salí del cuarto algo enojado, o más bien alterado, y me fui al baño, en
donde después de cambiarme, lavé mi cara.
Me senté en la cama y posé mi mano en la espalda de Pau.
- Ya sé que no dormís. (Hice una pausa) Perdón si te traté mal, es algo que
hablé con Nico y vos no tenes nada que ver, y perdón también por dejarte allá
sola, encima te quedaste dormida. Perdón.
- Vení, abrazame que te perdono. (Yo reí y la abracé por la espalda) ¿Se puede
saber que hablaste con Nico?
- Ahora no, quiero dormir.
- ¿Seguro?
- Sí Pau.
- Bueno, como prefieras. (Se acomodó sobre mi pecho y yo la abracé) Qué
descanses.
- Vos también Pau, y perdón.
- Ya pasó Pepe.
- Te amo. (Besé su frente)
- Te amo… (Acarició mi mejilla y nos quedamos dormidos después de un rato)
Al día siguiente, cuando me desperté Pau seguía durmiendo a mi lado, y estábamos solos.
Acomodé mi brazo alrededor de Pau, abrazándola por la espalda y allí me quedé,
hasta que un rato después noté que se despertó y besé su nuca.
- Buen día mi amor.
- ¿Ahora sí hay que levantarse? (Reímos) Buen día.
- No necesariamente, estamos solos hasta tarde hoy, asique nos podemos quedar
acá si queres.
- Por fas, ni ganas de levantarme.
- ¿Y de darme un beso? (Ella rio, se dio vuelta y me besó, pero después se
acomodó sobre mi pecho y cerró sus ojos) ¿Queres seguir durmiendo?
- No, quiero mimos.
- ¿Pasa algo?
- Me desperté mimosa. ¿Está mal?
- (La tapé y comencé a jugar con su pelo) Desconfío un poco.
- Odio que me conozcas tanto. (Dijo por lo bajo)
- ¿Me contas qué pasa?
- Soñé con mi bebé. (Suspiró y se acurrucó aún más en mí) Pero no tengo ganas
de ponerme peor, no me preguntes nada, por favor. Solo abrazame.
- (Besé su frente y la abracé lo más fuerte que pude) Perdón por traerte acá…
- No es tú culpa Pepe, y por favor no digas nada.
Ella llorisqueaba en silencio y yo la abrazaba.
- ¿Segura que no queres hablar? Capaz descargarte te haga bien. (Ella asintió
con su cabeza) ¿Sí qué? ¿Qué estás segura o qué queres hablar?
- (Rio) No quiero hablar.
- ¿Segura?
- Sí.
- Bueno… (Acaricié su espalda) No llores más entonces.
- Es una herida que nunca pude terminar de cerrar, me duele, mucho… (Hizo una
pausa) Y estar acá otra vez me hace removerlo todo.
- No tendríamos que haber venido…
- (Me interrumpió) No Pepe, soy yo, tengo que poder superarlo.
- Pero…
- No te sientas culpable, por favor.
- Pero vos no llores. (Ella suspiró y escondió su cara en mi pecho)
- Necesito hacerlo. (La abracé aún más fuerte y ella suspiró)
No hay comentarios:
Publicar un comentario