miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 51

Hacía una semana que Pau se pasaba día y noche estudiando, y yo le hacía el aguante, generalmente cebándole mate o ayudándola con lo que podía, aunque ella quería hacer todo sola, y sinceramente, la admiraba.

- Pepe… (Dijo asomándose por la cocina, en donde preparaba unos sandwichs para cenar)
- ¿Qué? (Me acerqué a ella y la besé)
- ¿Te puedo pedir algo?
- Decime… (Corrí el pelo de su cara)
- ¿Me podes tomar lo de Derecho? Estoy muerta de nervios.
- Cenamos y te lo tomo todo. ¿Queres?
- Por fas.
- No hay problema, y no estés nerviosa.
- Bueno, es la primera que rindo, me da miedo.
- Pero lo sabes hermosa, tranqui. De verdad. (Volví a besarla) ¿No queres ir a darte una ducha así te desestresas un poco? Yo mientras termino con esto, comemos en la cama, te tomo todo y después descansas.
- Gracias por todo el aguante, en serio.
- No tenes nada que agradecerme, me encanta verte así.
- ¿Así cómo?
- Tranquila, aunque estés corriendo con todo esto, tenes la cara relajada, vos estás relajada, estás empezando a hacer cosas por vos y…
- Gracias a vos Pepe.
- Sh. (La besé) Anda, dale. (Ella sonrío y se fue)

Después de cenar, pasamos casi tres horas más repasando y a ambos ya nos lloraban los ojos del sueño.
Yo estaba acostado, y ella volvía del baño, se metió en la cama y me abrazó.

- Gracias Pepe, te amo. (Besó mi mejilla y yo también la abracé)
- Sh… Y yo también te amo. (Besé su cabeza) Descansa así mañana tenes las neuronas bien despiertas.
- (Rio) Vos también descansa, te hice quedar hasta tarde.
- Me gusta poder ayudarte.
- No podes ser más lindo.
- Vos sos linda. (La abracé más fuerte y ella bostezó) Descansa.
- Vos también.

-

A pesar del sueño extremo que tenía, me costó mucho dormirme, estaba demasiado nerviosa.

Al día siguiente, cuando desperté tenía un nudo en la panza que no me dejaba respirar, estaba demasiado nerviosa. ¡Demasiado!

Me levanté, me bañe y desayuné, bah, solo tomé un té de tilo, para intentar tranquilizarme.

Rendía a las dos, y Pedro me había prometido acompañarme, al menos hoy, por ser la primera.

- Suerte Pau, y tranqui.
- Siento que me voy a morir.
- Lo sabes hermosa, tranquila.
- ¿Y sí me bloqueo?
- ¿Y sí pensas en positivo?
- No puedo.
- Dale tonta. (Me besó) Estás súper preparada para rendir, tranquila, vas a salir aprobada. Estoy seguro.
- Ojala.
- Sh.
- Gracias.
- Basta de agradecer. (Volvió a besarme) Entra, dale.
- Te amo.
- Yo también te amo hermosa… (Lo besé) Suerte, éxitos, mierda.

Le sonreí y entré, muerta de nervios.

- Buenas tardes. (Dije tímida)
- Buenas tardes. (Respondieron un profesor y una profesora) ¿Su nombre?
- Paula Chaves.
- ¿Está anotada?
- Sí…
- Pase y siéntese, ahora les entregamos los exámenes.

Pasé y me senté al lado de una chica que estaba sola…

- Permiso. ¿Puedo? (Pregunté acercándome a ella)
- Sí, sí. Sentate.
- Gracias. (Me senté a su lado y saqué un par de hojas de cuaderno y una birome)
- ¿Tú nombre?
- Paula… ¿El tuyo?
- Zaira.
- Un gusto. (Respondí)

El examen pasó, y también el oral… Salí de aquella aula y me senté en el suelo.

- ¿Cómo te fue?
- No sé, supongo que bien. Pero… ¿Qué se yo?
- Confía en vos.
- Eso intento. (Sonreí) Pepe… ¿Me vas a comprar un agua? Por favor, tengo la garganta seca.
- Ya te la traigo.
- Gracias por el aguante, de verdad.

Él sonrío y se fue, momento en el cual, Zaira salió del aula… Frente a mí se encontraban otros dos chicos.

- ¿Cómo te fue? (Le pregunté)
- Supongo que bien, pasa que debo mil y no sé… (Se sentó a mi lado)
- Yo también debo un montón. (Dije algo triste)
- ¿Por qué?
- Perdón, pero es algo muy personal y doloroso.
- No, todo bien….
- ¿Vos?
- También, algo así.

Me llamaron para darme el resultado, y sinceramente no lo podía creer…

Salí con el papel en la mano y lo abracé a Pedro.

- ¿Y?
- ¡Aprobé!
- (Me abrazó más fuerte) Te felicito hermosa.
- Gracias Pepe. (Me separé un poco de él y lo besé) Por todo, en serio. (Lo besé otra vez y en ese momento salió Zaira) ¿Cómo te fue?
- Aprobé.
- Te felicito.
- Y yo a vos. (Reímos)
- Él es Pedro, mi novio.
- Un gusto. (Pepe la saludó)
- Lo mismo digo, Zaira.

Después de intercambiar los números de celulares con Zaira para juntarnos a estudiar, volvimos con Pedro a casa… Y antes compramos medio kilo de helado, para festejar.

- Sos lo más, de verdad. Gracias.
- Basta de agradecerme, en serio.
- No puedo, necesito decírtelo… Agradecerte. (Lo besé)
- Te amo princesa.
- (Reí) Te amo. (Nos besamos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario