Capítulo 47

- Sabes que no me molestas.
- Es que… (Suspiró) Ya sé que me zarpé con todo lo que te dije el primer día, pero… ¿Era necesario que vuelva? No pretendo que me tengas en una cajita de cristal, pero sabes como soy, que no estoy conforme con lo que soy, que soy desconfiada de mi misma. ¿No imaginaste que si volvía a mí me iba a hacer mal? Y, otra vez, no me avisaste… Me hubieses mandando un mensajito, algo… Ponele que una noche más me la bancaba, pero ya casi está instalada acá Pedro.
- Dijimos que no la íbamos a meter en la conversación.
- Te estoy hablando de lo que me pasa a mí, no de ella.
- (Hizo una pausa) No pensé en eso, te soy sincero.
- ¿Y no te diste cuenta después tampoco?
- No sé…
- Mínimo respétame si soy tú novia.
- Pero vos no salgas con esos ataques de histeria, te juro que me sacan de las casillas.
- Perdón, sinceramente no sabía que podía reaccionar así por celos. (Dije riendo)
- Ah… ¿O sea que estás celosa?
- Sí, creo, bah, no sé… (Reímos) No son celos por desconfiar de vos, son celos por desconfiar de mí. ¿Entendes?
- Mmm… Creo, tenes una cabeza muy complicada.
- Una cabeza, y una vida. (Suspiré) Perdón si fui muy pendeja, en serio… Es que, no pude reaccionar de otro modo, y hoy tampoco, perdón por haberte hecho pasar otra vez una situación de mierda conmigo. (Dije cerrando profundamente mis ojos y dejando que una lágrima saliera de uno de ellos, la cual Pepe secó con su dedo antes de que cayera sobre el acolchado de la cama)
- No me importa lo que pasó, porque ya pasó… Sí me enojó, y me sigue enojando un poco, pero digamos que más me importa que dejes de sentirte así, y que podamos hablar como dos personas adultas y arreglar algo…
- ¿No lo estamos haciendo?
- Eso creo. (Volvimos a reír) Hoy no vuelve.
- ¿En serio?
- Sí, se arregló con el novio, o no sé.
- (No pude evitar sonreír) ¿En serio te gusto más yo que ella?
- ¿Me lo estás preguntando en serio?
- Sí…
- No tengo ojos para otra mujer que no seas vos.
- ¿Mujer? No sé…
- Sos una mujer, mi mujer.
- Te juro que no puedo sentirme así.
- ¿Por qué?
- No sé, pero no puedo… Me gustaría tener un poquito de seguridad sobre mí, pero no puedo. Me siento una adolescente, o una nena, que no sabe quién es.
- (Tomó mi mano) Yo puedo ayudarte a que descubras quien sos.
- ¿No te cansas de ayudarme?
- No…
- Pero… ¿Y vos?
- Acá.
- En serio…
- Sí Pau, en serio. Yo quiero estar con vos, siempre supe que vos no estabas bien anímicamente, pero me enamoré de vos así, no puedo ni quiero desenamorarme de vos.
- ¿Por qué sos así?
- ¿Así cómo?
- Así de lindo.
- Y… No sé. (Reímos) ¿Me escuchas? Por favor…
- Sí.
- Me molestó demasiado tu manera de reaccionar, fue muy infantil, y no te lo digo para que te enojes, te lo digo para que te des cuenta. (Asentí con mi cabeza) Te lo dije millones de veces, pero te lo repito, yo estoy, para lo que necesites. Jamás serías una molestia para mí, y jamás podría mirar a otra mujer que no seas vos.
- ¿Cómo hago para confiar en mí?
- Hablando conmigo antes de reaccionar así.
- (Suspiré) Soy muy impulsiva…
- Tenes que aprender a manejar tus impulsos.
- ¿Cómo?
- No sé, eso hablalo con tu psicóloga. (Reímos)
- Tenes razón, con vos prefiero hablar otras cosas.
- ¿Cómo cuáles?
- Mmm… Como, por ejemplo, preguntarte si puedo darte un beso.
- (Sonrió y se abalanzó sobre mí, haciéndome caer en la cama, quedando sobre mí) ¿Tengo que responderte?
- (Rodee su cuello con mis brazos) Por favor. Pero antes respóndeme otra cosa…
- ¿Qué cosa? (Rosó mi nariz con la suya y yo quise besarlo, pero él corrió su cara, riendo)
- No seas malo.
- Decime que tengo que responderte antes…
- ¿Me perdonas?
- Te amo Paula.
- (Sonreí) Te amo Pepe… (Chocó su frente con la mía) Pero respondeme.
- Ya pasó, perdonada.
- (Sonreí) Entonces dame un beso…
- Querías que te responda. (Reímos y volvimos a besarnos después de tanto tiempo, para mí, una eternidad) Te extrañaba tanto… (Me dijo entre besos)
- Yo también, no te das una idea de cuánto… (Nos separamos tan solo un poco, para sonreírnos y volvernos a besarnos) Te amo.
- Te amo.

-

Ella descansaba sobre mi pecho y yo jugaba con su pelo.

- La próxima vez que me tratas así no te suelto hasta que aflojes, te extrañé demasiado.
- (Rio) Sos tan lindo... Perdón, en serio.
- Ya está, ya pasó. Los dos hicimos algo que no estuvo bien.
- Mmm... Es verdad. (Suspiró) Te extrañé mucho. (Dijo acariciando mi mejilla, yo tomé su mano y la besé)
- Yo también Pau... (La abracé más fuerte) Y te juro que tenía ganas de matarte.
- (Rio) Ay, perdón... Es que...
- Ya pasó...
- No, no pasó. (Apoyó su mentón en mi pecho, con sus manos de por medio, para poder mirarme)
- Sí Pau...
- (Suspiró) Dejame hablar, por favor. (Hizo una pausa) Te juro que me siento una tarada, al menos enojate conmigo, o no sé. (Reímos) En serio, es que... No me siento bien conmigo misma, y tengo miedo de perderte, y no porque vos mires a otra mujer, sino porque tengo miedo de ser todo lo que vos te mereces, bah, estoy segura de que no lo soy... Y si yo te pierdo me muero, sos lo único que tengo, lo sabes.
- Primero, ya me enojé y creo que te lo hice saber…
- Mmm… Lo mío fue peor.
- No importa eso, tenemos caracteres distintos. (Corrí el pelo de su cara) Y vos sos todo lo que yo necesito.
- Mmm…
- Mmm… Nada, lo sos. (Ella sonrío) En serio.
- Te amo Pepe.
- Te amo princesa. (Reímos y ella se acercó a mí para poder unir nuestros labios en un beso, yo la abracé por la cintura y quedé sobre ella) Prometeme que no vas a pensar más así.
- (Sonrío) Prometo intentarlo.
- Mmm… Bueno, está bien. (La besé) ¿Qué te parece si nos levantamos y vamos a comer?
- (Rio) ¿Tenes hambre?
- Ni siquiera desayuné.
- Yo tampoco.
- ¿Y qué queres? ¿Nos levantamos o acá?
- Como quieras, mientras sea con vos… (Me abrazó más fuerte)
- Voy a buscar algo y vuelvo, nos cambiamos y nos quedamos todo el día acá.
- Ay, sos muy lindo.
- (Sonreí) Tengo muchos besos acumulados para darte.
- Yo también… (Me besó)
- Entonces ya vengo…
- ¿Te ayudo?
- No Pau, quedate acá…
- ¿Seguro?
- Sí…

-------------

Nuevo diseño, el otro ya me había cansado, jaja