Me sentía verdaderamente
mal, había vomitado más de una vez, y a pesar de que sabía que eso era bueno,
me hacía sentir peor.
-
Pepe había sufrido una descompensación, y me sacaron a la fuerza de la
habitación.
‘Vayase señorita, tenemos que salvarlo’ ¿Salvarlo?
¡Salvarlo!
‘Por favor mi amor aguanta, aguanta. Yo
sé que vos sos fuerte, que vos podes… Por favor, no puedo sin vos, no podría,
no soy nada sin vos. Te necesito acá, conmigo Pedro’
Y no sé por qué, se lo envíe a su celular… Como si él fuese a leerlo.
No tenía más lágrimas para llorar, pero aun así, seguía haciéndolo. Nadie me
decía nada, y yo tenía el corazón en la boca, no podía parar de temblar ni de
imaginar millones de cosas horribles.
Los médicos comenzaron a salir de la habitación, pero nadie me respondía, hasta
que una enfermera se dirigió a mí.
- Señorita…
- Sí… (Dije levantándome, acercándome a la enfermera) Digame cómo está mi novio,
por favor. (Supliqué con mi voz temblorosa)
- Tranquila, ya está bien… Dormido, sedado… Pero está bien, fuera de peligro.
(Posó su mano en mi hombro) No dejó de llamarte nunca. ¿Sabes?
- ¿Me está hablando en serio? No me mienta, por favor.
- Nunca mentiría… Es la verdad. Y en realidad debería estar solo, pero pase… La
necesita.
- Gracias. (Dije secando mis lágrimas)
- No me agradezca, y tranquilícese. Déjelo descansar, cuídelo.
- (Sonreí) Siempre.
Entré a la habitación en donde Pedro se encontraba y me quebré aún más al verlo
allí, tan indefenso y ahora conectado al suero… Estaba deshidratado.
- Espere…
- (Me di vuelta, para dirigir mi mirada a la enfermera) ¿Qué? (Pregunté
susurrando)
- ¿Usted puede donarle sangre?
- Sí.
- ¿Podría hacerlo ahora? Porque tiene las defensas muy bajas, por todo lo que
le hicimos, y perdió sangre vomitando, y lo haría recuperarse más rápido.
- Cualquier cosa por ayudarlo, pero no como desde anoche… (Hice una pausa)
- Bueno, baja al bar, comprate algo y volves…
- Pero…
- Yo me quedo con él, no te preocupes.
- Gracias.
- Algo salado, así no te baja la presión.
Cuando volví lo hice con un paquete de papas fritas y una gaseosa…
La enfermera me conectó a él, con una de esas cosas que no sé cómo se llaman y
se fue.
Yo ya había terminado de comer y tan solo estaba sentada a su lado, con mi mano
unida a la suya… Llorando.
- Pau… (Dijo casi sin voz y apretó mi mano)
- Sh… (Dije y acaricié su pelo) No hables, no te esfuerces.
- No te vayas.
- No Pepe, te prometo que me quedo acá. Descansa… (Besé su frente y él movió su
brazo) No, no te muevas… (Susurré)
- ¿Por qué?
- Porque… (Suspiré) Por nada, dale.
- Pau…
- ¿Qué?
- Decime. (Dijo y abrió sus ojos, y luego de mirarme a mí vio su brazo) ¿Me
estás donando sangre?
- Sí…
- (Sonrío) No te das una idea de cuánto te amo.
- (Sonreí y lo besé) No creo que tanto como yo a vos… (Volví a besarlo)
- Gracias.
- Sabes que no tenes nada que agradecer, solo tenes que descansar. En serio,
estás muy débil…
- Vos me das fuerzas.
- (Sonreí) No me pienso mover de al lado tuyo, además, por ahora, no puedo.
- No lo hagas nunca, por favor.
- Jamás lo haría, lo sabes muy bien.
- Yo tampoco lo haría de vos. (Sonreímos y volví a besarlo)
- Si no descansas no me van a dejar que me quede con vos cuando me saquen esto…
- ¿No podes estar acá?
- No, la enfermera me dejó porque me dijo que vos no parabas de llamarme, me
dijo que me dejaba quedarme porque me necesitabas, y porque sabía que te iba a
cuidar. (Lo besé) Y cuando ya estaba acá me preguntó si estaba dispuesta a
donarte sangre…
- ¿En serio?
- Eso me dijo ella.
- (Sonrío) Necesito abrazarte, te diría que te acuestes conmigo.
- No podemos Pepe… (Rosé mi nariz con la suya) Te prometo que cuando volvamos a
casa te vas a cansar de mí, mis mimos y de que te pida que me abraces en la
cama.
- Nunca me cansaría de vos.
- ¿Seguro?
- Muy. (Sonreí y lo besé)
- Me encanta saberlo… (Reímos) Y ahora usted cierra los ojitos y se duerme.
¿Estamos?
- Sí mami.
- (Reí) En serio Pepe…
- ¿Mis viejos lo saben?
- No… ¿Queres que les avise?
- No, no quiero que se preocupen.
- ¿Seguro?
- Sí Pau.
-
Pasó ese día, y la mitad del siguiente. ¡Por fin estaba en mi casa, en mi cama!
- Veni… No te vayas. (Le dije después de que me acosté y ella pretendía salir
de la habitación)
- ¿Me dejas ir a hacer pis o tengo que pedirte permiso? (Preguntó riendo y yo
también reí)
- Apurate.
- Prometo.
Sonrío y se fue, momento en el cual prendí mi celular y encontré un mensaje de
ella que nunca había leído, claro… Lo había escrito cuando yo estaba en el hospital,
mis ojos se llenaron de lágrimas y cuando la escuché venir dejé el celular a un
lado, tan solo quería llenarla de besos.
Ella se acostó sin decirme nada, yo la arrebaté, quedando sobre ella… La besé,
sin decirle nada… Tan solo la besé, como hacía días que no lo hacía.
- ¿Por qué tanta efusividad? (Preguntó riendo)
- Porque te amo…
- Mmm… Yo también te amo, pero… ¿Qué onda? ¿El hospital te pegó mal?
- Vos me pegaste, y demasiado fuerte… (Su carita de incomprensión me causó
gracia y opté por explicarle) Leí el mensaje que tenía en mi celular, tuyo…
- (Sonrío y sus mejillas se tornaron aún más rosaditas) Tuve mucho miedo, en
serio… (Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo la abracé más fuerte)
- Pero ya estoy acá hermosa… No llores.
- Pero… ¿Te das cuenta que no va a parar hasta dejarme sola y que vuelva con
él? Me muero de miedo, por vos Pepe. (Las lágrimas comenzaron a rodar por sus
mejillas)
- Sh, no pienses así… Y tampoco llores… (Y ella no respondió más nada, tan solo
se acurrucó en mi pecho, llorando cada vez más) Tranquila hermosa… (Besé su
cabeza) Además, me faltó decirte algo.
- ¿Qué?
- Mirame… (Ella se ‘levantó’ y me miró) Que vos también sos mi amor… (Sonrío y
la besé) Te amo bonita.
- Y yo te amo a vos Pepe, muchísimo. (Volvimos a besarnos)
Nos habíamos quedado dormidos, él boca abajo y yo con la mitad de mi cuerpo
sobre él…
Cuando me desperté besé sentidamente su nuca y suspiré, seguía muerta de miedo,
sabía que no iba a parar.
Me levanté al baño, a bañarme, no lo hacía hace casi dos días… No iba a moverme
de su lado.
Mis lágrimas se mezclaban con las gotas de agua que caían de la ducha, mi
corazón no lograba reponerse, mi estado anímico tampoco. Quería ser libre,
sentirme libre, sin sombras ni miedos. Sin amenazas.
Salí de la ducha e hice como si nada hubiese pasado, no quería seguir llorando,
y menos delante de Pedro.
me encanto el cap!! son muy tiernos, subi mass!!
ResponderEliminarTe dije q sos grosa? AMO AMOOOO COMO ESCRIBIS Besotes
ResponderEliminar