Capítulo 40

Estaba nevando, y decidimos salir… A pesar del frío. Estábamos otra vez en aquel lago, al que habíamos ido el primer día.

Yo tiritaba, y él me abrazaba.

- Esto parece un sueño… (Le dije) Gracias Pepe.
- Estar acá y con vos sí lo es… (Besó mi mejilla) Aunque nos estemos congelando. (Reímos) ¿Queres que vayamos a aquel bar a tomar algo calentito?
- Dale.

Después de tomar dos cafés casi hirviendo teníamos que volver al hotel, mañana volvíamos… Y no me iba a ir de acá sin hacer guerra de nieve.

Terminamos los dos tirados en el suelo, muertos de risa…

- Pepe…
- ¿Qué?
- Te amo. (Sonreí y él me besó)
- Yo también te amo hermosa… (Volvimos a besarnos, por un largo rato… O todo el rato que el frío no los permitió, estábamos acostados sobre la nieve)

Los dos ya nos habíamos bañado, y estábamos envueltos en mantas, sentados en la cama… Tomando otro café.

- Creo que en breve me convierto en cúbito.
- (Rio) ¿Para tanto?
- Sí… Igualmente vale la pena, no me iba a ir de acá sin hacerte guerra de nieve. (Reímos)
- Yo pensaba darte un abrazo para que se te pase el frío, ahora no…
- No seas malo.
- Mala vos que querías la guerra de nieve.
- Vos la seguiste.
- Pero vos la empezaste.
- Y vos la seguiste… (Dije acercándome a él, desafiante)
- Y ahora la voy a empezar… (Dijo desafiándome también y comenzó a hacerme cosquillas)
- ¡No, no, no! (Rogué riendo, y él cayó sobre mí)
- Me encanta que te rías… (Dijo y me besó)
- (Sonreí) Y a mí me encantas vos, pero fuera de joda que me estoy muriendo de frío.
- Si queres voy abajo a buscar algo para comer y nos metemos en la cama, ya es medio tarde, asique no salimos hasta mañana.
- Por favor.

-

Estábamos los dos metidos en la cama, después de haber cenado en la habitación…

- Estás congelada Pau.
- Te dije que tenía frío.
- Pero no creí que para tanto. (Dijo riendo)
- Soy muy sensible al frío… Pase mucho frío cuando estaba con la lacra esa…
- Pero ahora te puedo abrazar fuerte, fuerte para que se te pase el frío.
- Por favor… (Dijo acercándose a mí, yo la abracé haciendo que quede la mitad superior de su cuerpo sobre la mía, acomodé las mantas y besé su frente) Gracias Pepe…
- No es nada, me encanta tenerte tan cerquita.
- (Rio) No, no lo decía por esto.
- ¿Y por qué lo decís?
- Por esto, por estos días acá, juntos… (Besó mi pecho) La pasé muy bien, me hizo muy bien… Vos me haces muy bien.
- (La abracé más fuerte) Sabes que vos también me haces bien a mí, muy bien… (Acaricié su espalda) Y fue un placer compartir esta escapadita romántica con vos.
- (Se acomodó sobre mí y cerró sus ojos) Me salvaste la vida… (Suspiró) Y sabes que es literal. (Buscó mi mano y entrelazó mis dedos con los suyos) Gracias es lo único que puedo decirte, aunque no alcance. Te amo novio.
- Te amo novia… (Sonrío) Estar conmigo es lo mejor que podes hacer para agradecerme. (Y corrí el pelo de su cara) Descansa hermosa…
- Mmm… ¿Descansar? Es nuestra última noche acá…
- ¿Y qué queres hacer?
- Y… No sé, deducilo vos.
- (Hice que las mantas nos taparán, por completo, di media vuelta y quedé sobre ella) ¿Estoy deduciendo bien?
- Mmm… No sé… Seguí a ver.
- ¿Sigo?
- Por favor. (Sonreí y me hundí en su cuello, besándola)
- ¿Cómo voy? (Susurré en su oído)
- Mejor imposible.

Ella dormía a mi lado, boca abajo… No pude resistirme a su espalda desnuda y comencé a besarla.

- Mmm… Pepe. ¿Qué hora es?
- Las cuatro y media, perdón, no quería despertarte… Es que no me resistí.
- (Rio) No pidas perdón, me encanta.
- ¿Sí?
- Sí… Mucho.
- (Besé desde su cintura, hasta su nuca… Subiendo por su columna) Sos la novia más linda de todas.
- Vos sos el novio más lindo, del universo. (Besé su mejilla) Dale, veni así dormimos un ratito más.
- ¿No querías que te llene de besos?
- Mmm… Me encanta eso, pero es temprano, y si no me dejas sola en el avión y no quiero, me da pánico.
- (Reí) Está bien… Solo para que el avión no se caiga.
- ¡Pedro! ¡Callate!
- (Reí y me acosté a su lado) Descansa Pau… Y perdón por despertarte.
- Valió la pena. (Sonreí y la besé) Descansa.

A la mañana siguiente desayunamos en el hotel y partimos hacia el aeropuerto.

- Prometeme que vamos a tener más viajes así. (Susurré en su oído, abrazándola por la espalda)
- Sería un placer… (Sonreí y besé su mejilla)

Luego de hacer los tediosos trámites, estábamos arriba del avión.

Su mano estaba aferrada a la mía, con nuestros dedos entrelazados, lo hacía con fuerza.
Miraba por la ventanilla…

- Me gustaría que esto dure para siempre… (Dije y ella giró su cabeza, sonriendo) ¿A vos?
- No hay nada que quiera más en el mundo… (Nos sonreímos y nos besamos)

El avión despegó, y yo no dejé de hacerle chistes… Su carita de pánico me mataba y me hacía reír… (A la vez)

La pasaba tan bien con ella… Me sentía bien a su lado, me sentía yo… Pedro.

Cuando llegamos, después de retirar nuestras valijas, nos dirigimos en taxi a casa… Porque ya era nuestra casa.

Pau comenzó a abrir todas las ventanas, y yo reí.

- ¡Para un poco loquita!
- No, no me gusta la oscuridad… Me siento encerrada.
- Pero al menos deja la valija antes.
- No Pedro. (Respondió molesta, sin mirarme. Yo me acerqué a ella, sin entender demasiado lo que le ocurría… Aunque al caminar la corta distancia que nos separaba, comprendí su enojo)
- Fue un chiste nada más… (Dije posando mis manos en sus brazos) Perdón si te molestó.
- (Suspiró) No es tú culpa Pepe… Soy yo que no puedo olvidar mi horrible pasado. (Dijo con bronca, intentando no quebrarse. Yo la abracé, lo más fuerte que pude, y besé su nuca)
- Tranquila…
- No puedo tranquilizarme… (Hizo que la suelte, moviéndose bruscamente y salió corriendo a la habitación)