Capítulo 39

Después de abrigarnos cual cebollas… (Y nunca fui tan literal en mi vida) Nos dirigimos al centro, comenzamos a caminar en medio de la nieve que ya iba desapareciendo del suelo, y después de caminar unas cuantas cuadras llegamos a un lago, del cual me enamoré.

- Es demasiado hermoso este lugar… (Dije mirando hacia todos lados)
- Te dije que veníamos a sacar fotos, y este lugar es uno de los más lindos que conozco acá.
- Es muy, muy lindo…
- No tanto como vos. (Dijo y me besó) Me encanta verte tan contenta.
- Es gracias a vos. (Volví a besarla y la abracé por la cintura, ella lo hizo por mi cuello y rosamos nuestras heladas narices) Te amo Pepe.
- Te amo Pau… (Sonreímos y nos besamos… Terminamos abrazados, yo acurrucada en su pecho)
- Creo que voy a morir congelada. (Dije riendo)
- No, que recién llegamos… Quiero que me muestres tus fotos.
- Mmm… Igualmente, si no me soltas no voy a poder sacar ninguna foto.
- Como si no te gustara que te abrace.
- (Reí) Me encanta, lo sabes.

Comencé a sacar fotos, a cada detalle, a cada paisaje…

Era inmensamente feliz estando ahí, con Pedro. Sentí que me abrazó por la espalda y besó mi mejilla… Y fue en ese momento en el que di vuelta la cámara, para sacarnos una foto, él besando mi mejilla y yo sonriendo.

Fotos, muchas… Muchísimas, y nosotros ya en el hotel. Pepe se bañaba y yo secaba mi pelo, ya que acababa de bañarme.

El sonido del secador me aislaba, y como no tenía espejo, Pedro me asustó, abrazándome por la espalda.

- ¡La puta madre! ¡Me asustaste! (Dije apagando el secador, y lo dejé a un lado, ya estaba bastante oreado)
- (Rio) Bueno, perdón, perdón… (Besó mi cuello) Es que estás muy tentadora así, en bata.
- Me tendría que haber cambiado antes entonces…
- ¿Por qué? No seas mala.
- (Reí) ¿Yo, mala? Me costó, pero sabes que ya soy toda tuya.
- ¿Toda, toda?
- Mmm… Sí. (Dije dándome vuelta y lo besé) Pero primero tendríamos que bajar a cenar…
- No, no vale así.
- (Reí) Cenamos, y después podemos mirar una peli… (Lo besé) Y después no sé, lo que vos quieras… (Él sonrío pícaro y yo reí) Pero disfrutemos todo… Digo, no da que siendo las nueve de la noche ya terminemos en la cama. ¿O sí?
- Tenes razón, igual, ganas no me faltan. (Dijo abrazándome por la cintura)
- Sos tremendo eh.
- Con mujeres tan hermosas como vos no se puede no serlo.
- ¿Lo sos solo conmigo?
- Solo con vos… (Sonreí y me besó) ¿Sos celosita?
- Mmm… Si no me das motivos, no creo. (Lo besé) ¿Me dejas ir a cambiarme?
- Mmm… No.
- (Reí y lo besé) Dale…
- Pero, tú boca me puede.
- (Sonreí) Mientras más tiempo antes me dejes ir, más rápido vuelvo. (Él rio, me besó y me fui a cambiar)

Después de cenar, estábamos en el cuarto, en la cama, tapados hasta la nariz, buscando algo para ver en la tele.

-

Pau se estaba quedando dormida, acomodé las mantas, tapándola mejor y apagué la tele.

- Descansa hermosa… (Besé su mejilla)
- Perdón, pero tengo mucho sueño. (Dijo sin abrir sus ojos)
- ¿Perdón por qué?
- Por lo que te dije hoy… Te deje sin nada. (Dijo riendo y yo también reí)
- Sh, no pasa nada…
- Sos tan lindo… (Hizo una pausa) Y serías más lindo si me abrazaras así nos dormimos así, tengo frío.
- Veni para acá… (La abracé, haciendo cucharita y las mantas nos cubrían casi por completo) ¿Mejor?
- Mucho. Hasta mañana Pepe, qué descanses.
- Descansa Pau… (Besé otra vez su mejilla y así nos quedamos dormidos)

Al día siguiente, me desperté muy temprano, completamente desvelado… Ella dormía sobre mi pecho y yo jugaba con su pelo, amaba tanto verla dormir, sentirla sobre mí, respirando tan tranquila.

Besé su frente y ella sonrío…

- ¿Dormís? Y no me mientas, ya sé que estás despierta hace un rato.
- (Rio) Amo que me mimes, me quedaría acá todo el día… Y buen día.
- Buen día… Tenemos un ratito, asique puedo seguir mimándote…
- Por favor.
- (Sonreí) Sos muy linda. ¿Sabías?
- Vos sos lindo, te juro que no puedo creer que un hombre me trate y me cuide así, gracias Pepe.
- Me encanta hacerlo…
- Me haces sentir muy bien.
- Y vos a mí Pau… (Besé sentidamente su cabeza)

Almorzamos, porque nos terminamos levantando bastante tarde y fuimos a la excursión de esquí…
Creo que no recordaba haber reído tanto en un día… Nunca…

- Estoy toda contracturada. (Dijo en tono quejoso)
- ¿Qué? ¿Por todos los golpes que te diste? (Pregunté riendo)
- No es gracioso eh.
- Vos porque no te viste.
- ¿Estás en gracioso hoy? Me voy a dormir ahora y te dejo solo eh.
- Puede ser… Y no, no te voy a dejar.
- (Bufó) Me voy a bañar mejor.
- Si te dejo.
- ¡Pedro!
- ¿Qué?
- Dejame. (Dijo riendo y se fue a bañar…)

Yo esperé algunos minutos, hasta que escuché que abrió la ducha y sigilosamente entré en el baño, me quité la ropa y entré en la bañera, sin pedirle permiso alguno.

- ¿Qué haces acá? (Gritó) Me vas a matar de un bobaso nene.
- Buen, qué romántico lo tuyo eh. (Dije arrinconándola contra una esquina)
- Podrías avisar vos también.
- Te dije que no te iba a dejar bañar, y además, así no tendría gracia… (Dije y corrí el pelo empapado de su cara)
- ¿Esto tiene que dar gracia? Creo que hay algo que no entiendo. (Reímos)
- Mmm… Tenes razón… (La besé y la aferré a mi cuerpo, llevándola debajo de la ducha, dejando que el agua casi hirviendo nos empape a los dos)
- Estás muy loco. ¿Sabías?
- Sí, por vos… (Ella sonrió y yo la besé) Y teniéndote así, creo que más que nunca… (Me hundí en su cuello, llenándola de besos. Ella despeinaba mi pelo empapado y susurré en su oído) Te amo Paula.
- Te amo Pedro… (Respondió y buscó mi boca, para que nuestros labios vuelvan a unirse, y que ese beso sea el inicio de todo el resto)