martes, 6 de agosto de 2013

Capítulo 36

Me desperté cuando la alarma sonó, la apagué rápidamente para que no despierte a Pau y sonreí al verla dormir tan tranquila, desnuda, sobre mí.

Acaricié suavemente su pelo y ella abrió sus ojos.

- Ay, perdón. Seguí durmiendo…
- ¿Qué hora es?
- Las seis y media, me tengo que levantar… Pero no me pude resistir.
- (Sonrió) Qué tengas un buen día.
- Vos también Pau… (Besé su frente)
- Con lo que pasó anoche es imposible no tenerlo… (Dijo sonriendo)
- Ay, mejor no digas más nada porque me quedo acá con vos.
- (Rio) Tenes que ir a trabajar novio.
- (Reí) Y vos te quedas acá calentita, no vale así novia.
- Te dije que quiero trabajar y vos no me dejas. (Respondió molesta)
- No lo dije con esa intención tonta… Lo dije porque quisiera poder quedarme con vos, nada más.
- ¿Seguro? ¿No me estás recriminando nada? Yo puedo trabajar.
- Seguro estoy, de que me matas de amor. (Ella sonrió y yo la besé) No te estoy recriminando nada, solo fue expresión de deseo de quedarme y llenarte de besos.
- No vale que ahora me endulces los oídos.
- Sí vale, porque es la verdad… (Volví a besarla) Seguí durmiendo, hoy vuelvo temprano… O eso creo.
- Te espero entonces…

Bañarme, cambiarme, desayunar y salir a trabajar… Sin dejar de pensar en ella.

-

Me desperté mucho más tarde, impregnada de su perfume. Sonreí y abracé su almohada, me sentía una idiota, pero más de una vez había escuchado que el amor te idiotiza, asique supongo que será normal.

Busqué mi celular… (Sí, porque terminé adueñándome de ese celular que me había dado en el hospital) Y le envíe un mensajito.

‘Buenos días novio… ¿Cómo va su día? ¡Yo me acabo de despertar, y lo extraño!’

‘Ay. ¿Por qué sos tan linda? Todo bien, por suerte tranqui… ¡Feliz, porque sos mi novia! ¡Yo también te extraño!’

‘¡Vos sos lindo! ¿Te espero con una merienda? ¿O llegas más tarde?’

‘Con café,  algo rico y muchos besos. ¡Por fas!’

‘Pedido tomado señor,  Jaja’

Escuché la puerta y sonreí, corrí a saludarlo cual nena de cinco años y me abalancé sobre él, abrazándolo por el cuello.

- Cuánta efusividad.
- Te dije que te extrañaba. (Dije en modo quejoso, riéndome)
- (Me besó, abrazándome por la cintura) Yo también te extrañé… (Volvió a besarme) Me estás volviendo loco, y eso no sé cuán bueno es. (Reímos)
- Mmm… ¿Puedo ser tú locura también? (Volvimos a reír y a besarnos)

Después de merendar, estábamos en el living… ¿Haciendo? Nada.

- Pepe…
- ¿Qué?
- ¿Te acordas que un día yo te dije que quería encontrar a mi tía?
- Sí… ¿Queres que te ayude con eso?
- Por favor.
- ¿Sabes algo de ella?
- Creo… Qué… (Suspiré) El Toro la mató, pero no sé… No estoy segura, sinceramente, no sé.
- ¿Vos me estás hablando en serio?
- Sí. (Dije angustiada)
- A ver… Esperame.

Pedro se fue, y volvió a los minutos con la computadora…

- ¿Qué vas a hacer?
- Buscar en el registro de gente fallecida.
- ¿Vos te crees que si la mató no tapó todo?
- No sé Pau, hay que empezar por lo más fácil…
- Mmm…
- Veni… (Yo me senté a su lado y él comenzó a tipear algunas cosas) ¿Su nombre?
- Liliana Chaves.

Pedro tipeó su nombre y yo me sentía temblar… Su brazo me abrazó por la cintura y apoyé mi cabeza en su hombro. Mientras la página cargaba besó mi frente, y yo suspiré.

Liliana Chaves, fallecida. 1967-2002.

- ¿Por qué es tan mierda? (Pregunté llorando) Me sacó todo… ¡Todo! Solo le faltas vos.
- (Dejó la compu a un lado y me abrazó, contra su pecho) Nadie nos va a separar, te lo prometo.
- Es capaz de lo que se proponga.
- Menos de separarnos.
- Me muero de miedo. Me roba a todas las personas que quiero para que nadie me cuide, y quede sola, indefensa… Y vuelva a hacer conmigo lo que él quiere.
- Yo nunca voy a dejar de cuidarte. (Besó mi cabeza y me abrazó más fuerte)
- Pero…
- Pero nada, yo siempre voy a estar. (Acarició mi espalda) Tranquila…
- Me da mucha culpa, a todos los mata por mi culpa.
- No digas cualquiera Pau.
- No digo cualquiera.
- Sí Pau… Vos no hiciste que mate a nadie, es él que es un cínico.
- ¿A vos no te da miedo estar conmigo?
- No… ¿Por qué?
- ¿No te da miedo que te mate?
- No… Porque vos me haces fuerte, y si me toca enfrentarlo, sé que no va a poder conmigo.
- (Suspiré) Gracias, gracias por estar conmigo.
- A vos, por dejarme estar con vos.

Sus manos desenredando mi pelo y su respiración tan tranquila me ayudaban a tranquilizarme, o al menos un poco.

- Ya no sé de donde saco lágrimas para seguir llorando.
- Mmm… No sé, solo sé que odio que llores tanto.
- No puedo no llorar, te juro que no puedo. ¿Vos te das cuenta de lo lacra que es?
- Sí Pau… (Suspiró) Pero estando así le das el gusto a él, entiendo que ahora estés así, pero… ¿Vos te diste cuenta que estabas mejor, no?
- Sí.
- Y ahora otra vez te derrumba.
- Lo sé… Pero no sé cómo mantenerme de pie.


‘Llora el cielo y en mis manos veo sus lágrimas caer, ya el silencio me hace daño, se acabó nuestro querer. La tristeza me castiga, se apropia de mí ser.
Puedes llevarte mi ilusión, romperme todo el corazón, como un cristal que se cae al suelo.
Pero te juro que al final sola me voy a levantar, como un rascacielos, como un rascacielos.
Poco a poco con el tiempo voy a olvidarme de ti, no te vas a dar cuenta que estoy sangrando aquí, mis ventanas se han quebrado, más no me voy a rendir…’


- Voy al baño…
- Te espero en el cuarto con algo para comer. ¿Queres?
- Mmm… Bueno, dale.

Me levanté y me dirigí al baño, lavé mi cara, cientos de veces, pero… Las lágrimas seguían allí.


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Graaaaaacias por todos los comentarios de ayer, en serio, me costó mucho ese capítulo y me alegra que les haya gustado ;)

3 comentarios:

  1. Aunque te hayas enojado y no me menciones más más en tus novelas, sigo siendo fiel a tus creaciones. Sos una genia escribiendo Cami

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