sábado, 3 de agosto de 2013

Capítulo 33

Pau se acostó y yo después de cerrar toda la casa e ir al baño fui al cuarto, donde ella estaba.
Me acosté a su lado y aunque ella intentara disimularlo, era demasiado claro que había estado llorando.
Sin decirle nada pase mi mano por su espalda y ella apoyó su cabeza en mi hombro, acomodé las mantas haciendo que éstas nos tapen y besé su cabeza.

- Prohibido llorar. (Ella suspiró y se acomodó)
- A veces no puedo controlarlo.
- Lo sé… Pero es que no me gusta verte llorar.
- A mí tampoco me gusta hacerlo. (Suspiró) Pero si me abrazas capaz se me pasa. (Se acomodó sobre mí y yo la abracé)
- ¿Mejor?
- Sí, gracias. (Besó mi pecho y yo sonreí)
- Descansa hermosa…
- Vos también Pepe.

-

Al día siguiente me desperté y estaba sola en la cama… Suspiré, al recordar lo que había pasado el día anterior… Me acurruqué, abrazando la almohada y tapándome mejor, volví a cerrar mis ojos, intentando borrar toda la mierda que tenía adentro, desearía que mi cabeza sea como una computadora, con la opción de borrar todo lo que uno no desea almacenar. Deseaba borrar todos esos recuerdos de mi mente, enviarlos a una maldita papelera de reciclaje y que allí se pudran.

 Inevitablemente mis ojos se llenaron de lágrimas, otra vez…

La almohada ya estaba húmeda a raíz de mis incontrolables lágrimas, mis mejillas empapadísimas y yo hecha pedazos… Pedazos esparcidos por todos lados, incapaces de volver a unirse y ser uno… Incapaces de poder volver a encastrarse y volver a ser yo.

Creí que estaba sola, hasta que escuché ruidos en la cocina, y quise que la tierra me tragara. Necesitaba estar sola, llorar en paz… Y no molestar a Pepe. (Y era claro que estaba preparando algo para comer  y venir a despertarme)

Él entró en el cuarto y mi intento de hacerme la dormida fue sumamente inútil, sobre todo por mi cara hinchadísima de tanto llorar.
Se arrodilló frente a mí y después de correr el pelo de mi cara con sus dedos, susurró…

- Abrí los ojos hermosa, no sirve de nada que te hagas la dormida.
- (Reí) No quiero molestarte Pepe, en serio. Dejame sola.
- No me molestas Pau… ¿Hace cuánto que estás despierta y llorando?
- Horas…
- Ay… ¿Por qué? (Acarició mi mejilla)
- Me siento una molestia cuando estoy así, y no quiero abrumarte con todo lo que me pasa.
- Sabes que no lo sos… Y aunque odie verte llorar, y verte así, sé que es necesario que lo hagas… Tenes muchas cosas acumuladas adentro, y de algún modo tenes que sacarlas. (Hizo una pausa) Y es mejor que las saques llorando, pero conmigo… Dale, dejame cuidarte y contenerte.
- (Suspiré) Me hace sentir peor ver como perdes tu tiempo acá, conmigo…
- No pierdo el tiempo, me gusta estar con vos… Lo sabes. (Suspiró) No seas tonta.
- Soy re pesada Pepe, lo sé… (Dije escondiendo mi cara en la almohada) Vos venís, con algo para comer, a pasar un lindo rato ¿Y qué pasa? Yo la cago con mis llantos y cosas.
- No cagas nada Pau, además, prefiero encontrarte así a que me la caretees y hagas que estás bien y pasemos un lindo momento falso… (Corrió la almohada de mi cara, para mirarme) Es lógico que estés así, estás intentando superar miles de cosas, date tiempo… Anda de a poco, despacio.
- ¿Y vos?
- ¿Yo qué?
- ¿Vas a bancarte todo eso conmigo?
- Yo no tengo ningún apuro… Y además, quiero que estés bien, y ahí sí podamos empezar algo serio, no es que esto no lo sea… Pero me encanta la idea de no saber que somos y de repente llenarnos de besos.
- (Sonreí) A mí también me encanta. (Él besó mi nariz y yo lo tomé de sus manos, insinuándole que se acueste a mi lado, y así lo hizo. Me acurruque en él, y él me abrazó) Siento que soy un rompecabezas todo desarmado, y que nadie puede armar…
- ¿Puedo ayudarte?
- Si queres… Creo que va a ser en vano igual.
- Si le pones esa onda Pau.
- Es que… No puedo, no puedo borrar todo lo que pasó, ya lo intenté millones de veces y no puedo, está toda esa mierda acumulada en mí, mierda que me hace estallar y desarmarme, todo el tiempo. No puedo más, no soporto más.
- (Sentí que me abrazó más fuerte, y yo me acurruqué aún más en él) Borrarlo no sé si vas a poder, pero si superarlo… Pero date tiempo Pau, hace menos de dos meses estabas siendo abusada por él, hace menos de un mes te robó a tú hijo… (Acarició mi espalda, con el afán de que no me ponga peor) Y ayer apareció de nuevo, es todo muy reciente.
- Y nunca va a dejar de serlo, porque siempre vuelve.
- No si vas a declarar todo lo que te falta declarar, y no cuando lo agarren.
- ¿Y cuándo va a pasar eso?
- Sinceramente no lo sé, yo te juro que estoy haciendo todo lo posible para que eso ocurra lo más pronto posible, pero, en realidad, eso no depende de mí…
- Lo sé…
- Lo mejor que podes hacer ahora es ir a declarar, y decir todo… Todo, no guardarte nada, sacar todo afuera.
- ¿Vos podes estar conmigo mientras declaro?
- Ya te dije que si Pau, además de ser tú abogado, ya no es ir a hacer una denuncia, ya hay una causa abierta… Asique tengo que estar con vos.
- Sino, no voy a poder.
- Siempre estoy con vos bonita.
- Gracias. (Besó mi cuello y yo acaricié su nuca)
- Sh… (Acarició mi espalda y escondí mi cara en su pecho, sin poder tranquilizarme) Yo hablo con la fiscalía y arreglo todo.
- Te quiero muchísimo Pedro.
- Yo te adoro Pau… (Besé sentidamente su frente) Y no llores, me parte el alma verte así.
- Lo intento, pero no puedo…

Pasó un rato, bastante largo y comimos lo que Pepe había preparado.

Estaba mirando por la ventana, con la mirada perdida en la nada y… Llorando.

- Pau…
- ¿Qué? (Pregunté desganada)
- ¿Queres que hagamos algo?
- No tengo ganas.
- Y yo no tengo ganas de que vos estés así, no me gusta para nada.
- (Suspiré) Pepe, gracias… Pero de verdad que no quiero.
- (Se sentó a mi lado y posó su mano en mi espalda) ¿Una peli? ¿Qué cocinemos? ¿Dormimos un rato?
- (Apoyé mi cabeza en su hombro) Te juro que me matas de amor, pero no hace falta que remes en contra de la corriente.
- A favor tuyo remo.
- Sos muy tierno…
- (Me abrazó por el costado) Dale… ¿Me aceptas algún plan?
- Dormir, y no despertarme más.
- Ay… (Me abrazó más fuerte) Veni… (Hizo que me acueste en aquel sillón y que apoyé mi cabeza en sus piernas)
- ¿Por qué sos así de dulce?
- No sé. (Rio y yo también reí) Me encanta que te rías… (Acarició mi mejilla y yo tomé su mano, en donde le di un beso)
- (Cerré mis ojos y suspiré) Gracias por salvarme todos los días.
- Siempre. Siempre… (Dijo comenzando a acariciar mi pelo y yo, de a poco, comencé a tranquilizarme)

A la mañana siguiente nos encontrábamos en la fiscalía, tenía que declarar, y siendo sincera creía que mientras lo iba a estar haciendo, él iba a aparecer… No sé por qué, pero tenía ese maldito presentimiento, de que vendría y me llevaría con él. ¡Otra vez!

- Tengo miedo de que aparezca.
- ¿Cómo va a aparecer acá Pau? Lo detienen antes de que entre, y derechito a la celda.
- ¿Sí? Tengo ese presentimiento, y es horrible.
- Tranquila… (Dijo y besó mi mejilla) Todo va a estar bien, te lo prometo. (Hizo una pausa) Y declara todo, no te guardes nada. En serio… Es lo mejor.


2 comentarios:

  1. Me mata de amor esta historia. Sos una genia escribiendo Cami

    ResponderEliminar
  2. Falta mucho para aunque sea un capitulo lindo feliz todos contentos? Jajaja amo tu nove

    ResponderEliminar