A la tarde siguiente me desperté y no entendía nada.
Estaba sola en la cama de Pepe, tapada hasta la nariz.
Me llevó tan solo algunos segundos recordar todo lo que había pasado y que mis ojos se llenarán de lágrimas otra vez, pero no, no iba a llorar. Tenía que hacer algo más importante, agarré la ropa, la que estaba en el placard de Pepe y me metí en el baño, sin saludarlo ni cruzarlo.
Me bañé, demasiado decidida a lo que iba a hacer, y después de cambiarme y secar mi pelo, fui en busca de Pedro. Lo encontré en el balcón, con sus brazos apoyados en la baranda, observando la ciudad. Me acerqué a él y lo abracé por la espalda, apoyando mi mentón en su hombro.
- Pepe… ¿Podes escucharme? Por favor.
- Es lo que quiero hacer hace semanas.
- (Suspiré) Perdón, perdón por tratarte mal, por gritarte y esquivarte durante tanto tiempo, sos quien menos se lo merece, sos el único que se merece mi buen trato, porque sos el único que me trata bien. (Hice una pausa) Perdón por ser tan complicada y tan enroscada, no te mereces que sea así… (Suspiré) Pero me sentí mal de verdad, y no pude controlarlo, me remitió a toda esa mierda que viví y sufrí por tantos años. (Y mis ojos se llenaron de lágrimas de un segundo al otro, sus manos tomaron las mías) Sos el primer hombre que me hace sentir bien, que me cuida, me protege y me defiende… Pero te juro que no puedo sentirme mujer… (Hice una pausa) Y quiero o necesito que me ayudes con eso… (Besé su nuca) Pero primero quiero saber si me perdonas.
- (Besó mi mano) Ya pasó hermosa.
- ¿Seguro?
- Sí Pau…
- (Sonreí) Gracias. (Hice una pausa) ¿Y me ayudarías con eso?
- Mmm… ¿Cómo?
- Quiero sentirme querida y cuidada, siendo una mujer y no una cosa. Quiero que me enseñes lo que es hacer el amor, y no tener sexo. (Confesé llena de vergüenza y escondí mi cara en su hombro, él rio y se dio vuelta, para abrazarme, yo nunca pude mirarlo)
- Sos tan hermosa. (Y me abrazó más fuerte)
- Creo que quiero que me trague la tierra. (Dije riendo y él también rio)
- Yo preferiría que vuelvas a besarme… (Dijo intentando que me separe de él) No tengas vergüenza, es muy lindo lo que me dijiste.
- Pero…
- Pero nada, sos hermosa. (Hizo que lo mire, tomándome por el mentón… Y me besó, yo también lo besé. Nos besamos, nos reencontramos, y yo volví a abrazarlo)
- Me siento una nena… Te juro.
- Pero queres ser una mujer.
- Mmm… Creo. (Besó mi mejilla y volvió a besar mis labios)
- ¿Tenes frío? (Preguntó susurrando)
- Un poco…
- Veni, vamos adentro. (Sin dejar de abrazarme, entramos y antes de que nos sentemos en el sillón él dijo) ¿Café?
- Mmm… Me gustan más tus abrazos para que se me vaya el frío.
- Ay, sos tan linda… (Dijo y nos sentamos en el sillón)
- ¿En serio me perdonas?
- Sí, ya se me pasó el enojo… Te juro que ayer cuando te vi con el Toro se me pasó todo, y me di cuenta de que me importas de verdad.
- (Sonreí, solo un poco) Gracias por haberme defendido y cuidado así otra vez, en serio.
- Sabes que lo voy a hacer todas las veces que sea necesario, aunque una vez no me haya salido. (Dijo triste, mirando hacia abajo)
- (Lo tomé del mentón, haciendo que me mire) No es tú culpa Pepe. (Lo besé) Gracias, de verdad. Me hubiese llevado otra vez si vos no estabas.
- Pero estaba, y estás acá conmigo… (Sonreí) Extrañaba tú sonrisa… (Sonreí aún más y él rosó mi nariz con la suya, chocando nuestras frentes, mientras acomodaba mi pelo detrás de mí oreja) Y a vos… (Me besó)
- Perdón si fui muy tarada… Pero al menos lo de ayer me sirvió para darme cuenta de que lo estaba siendo, y pedirte perdón.
- Ya pasó hermosa, en serio… (Nos besamos)
- Gracias.
- Sh… (Acarició lentamente, con su nariz desde mi sien hasta llegar a mis labios y besarme) Ahora me parece que falta lo otro... (Yo tan solo cerré mis ojos, y dejé que él haga conmigo lo que quisiera)
Volvió a besar mis labios, y así, con besos, bajó hasta mi cuello, yo lo abracé por su nuca e intentaba disfrutar, solo disfrutar, no tener ningún recuerdo… Pero ¡No podía!
- Pepe, para… Por favor. (Dije sin abrir mis ojos, con vergüenza) No puedo, te juro que no puedo… Se me vienen mil cosas horribles a la mente, y no puedo. (Dije quebrándome) Perdón, pero no puedo. (Y salí corriendo, antes de mirarlo a los ojos, no podría soportarlo)
Caí en mi cama, llorando. Abrazando mi almohada, dándole la espalda a la puerta, hecha un bollito. Llena de bronca, de odio.
Él me siguió y se quedó parado en el marco de la puerta…
- Pau…
- ¿Qué?
- No te vayas así.
- Me da mucha vergüenza, no puedo ni mirarte a la cara.
- (Caminó hasta mí y se acostó a mi lado, abrazándome por la espalda) No tengas vergüenza… Es entendible lo que te pasa.
- Es una mierda lo que me pasa. ¡Quiero ser una mina normal! Y no puedo… (Dije llorando cada vez más) Ni aunque lo intente, o me lo proponga.
- Tranquila… (Besó mi nuca) En serio… Date tiempo.
- ¿Más? Ya perdí demasiado.
- El que sea necesario… Dale, no llores más. (Dijo acariciando mi brazo)
- Me siento muy patética. (Dije riendo)
- Todos lo somos un poco… Pero sos más hermosa. (Sonreí y él besó mi mejilla) Basta de llorar, dale.
- No me sueltes, por favor.
- Nunca.
- Te quiero mucho, gracias. En serio.
- Yo también te quiero, mucho, mucho.
-
Pau se quedó dormida y yo me quedé con ella, tan solo abrazándola. Amaba hacerlo, y amaba verla dormir… Ver como poco a poco los músculos de su cara se relajaban y dejaban de llorar.
Amaba que durmiera sobre mi pecho y rodearla con mis brazos. Amaba sentirla respirar tan tranquila y pesadamente a la vez. Amaba tenerla así, conmigo, y protegerla.
De golpe su respiración cambió, se había despertado…
- Hola hermosa.
- Mmm… Hola. (Dijo súper dormida, sin abrir sus ojos) ¿Qué hora es?
- Las ocho…
- ¿Puedo seguir durmiendo? (Preguntó riendo, y yo también reí)
- Podemos comer algo e irnos a dormir más cómodos en mi cama, y no acepto un no como respuesta… Te extraño.
- (Sonrío) Me gusta tu plan.
Cenamos lo más simple que encontramos, fideos, y después de ordenar toda
la cocina nos encontrábamos en el living, tomando café, charlando.Me llevó tan solo algunos segundos recordar todo lo que había pasado y que mis ojos se llenarán de lágrimas otra vez, pero no, no iba a llorar. Tenía que hacer algo más importante, agarré la ropa, la que estaba en el placard de Pepe y me metí en el baño, sin saludarlo ni cruzarlo.
Me bañé, demasiado decidida a lo que iba a hacer, y después de cambiarme y secar mi pelo, fui en busca de Pedro. Lo encontré en el balcón, con sus brazos apoyados en la baranda, observando la ciudad. Me acerqué a él y lo abracé por la espalda, apoyando mi mentón en su hombro.
- Pepe… ¿Podes escucharme? Por favor.
- Es lo que quiero hacer hace semanas.
- (Suspiré) Perdón, perdón por tratarte mal, por gritarte y esquivarte durante tanto tiempo, sos quien menos se lo merece, sos el único que se merece mi buen trato, porque sos el único que me trata bien. (Hice una pausa) Perdón por ser tan complicada y tan enroscada, no te mereces que sea así… (Suspiré) Pero me sentí mal de verdad, y no pude controlarlo, me remitió a toda esa mierda que viví y sufrí por tantos años. (Y mis ojos se llenaron de lágrimas de un segundo al otro, sus manos tomaron las mías) Sos el primer hombre que me hace sentir bien, que me cuida, me protege y me defiende… Pero te juro que no puedo sentirme mujer… (Hice una pausa) Y quiero o necesito que me ayudes con eso… (Besé su nuca) Pero primero quiero saber si me perdonas.
- (Besó mi mano) Ya pasó hermosa.
- ¿Seguro?
- Sí Pau…
- (Sonreí) Gracias. (Hice una pausa) ¿Y me ayudarías con eso?
- Mmm… ¿Cómo?
- Quiero sentirme querida y cuidada, siendo una mujer y no una cosa. Quiero que me enseñes lo que es hacer el amor, y no tener sexo. (Confesé llena de vergüenza y escondí mi cara en su hombro, él rio y se dio vuelta, para abrazarme, yo nunca pude mirarlo)
- Sos tan hermosa. (Y me abrazó más fuerte)
- Creo que quiero que me trague la tierra. (Dije riendo y él también rio)
- Yo preferiría que vuelvas a besarme… (Dijo intentando que me separe de él) No tengas vergüenza, es muy lindo lo que me dijiste.
- Pero…
- Pero nada, sos hermosa. (Hizo que lo mire, tomándome por el mentón… Y me besó, yo también lo besé. Nos besamos, nos reencontramos, y yo volví a abrazarlo)
- Me siento una nena… Te juro.
- Pero queres ser una mujer.
- Mmm… Creo. (Besó mi mejilla y volvió a besar mis labios)
- ¿Tenes frío? (Preguntó susurrando)
- Un poco…
- Veni, vamos adentro. (Sin dejar de abrazarme, entramos y antes de que nos sentemos en el sillón él dijo) ¿Café?
- Mmm… Me gustan más tus abrazos para que se me vaya el frío.
- Ay, sos tan linda… (Dijo y nos sentamos en el sillón)
- ¿En serio me perdonas?
- Sí, ya se me pasó el enojo… Te juro que ayer cuando te vi con el Toro se me pasó todo, y me di cuenta de que me importas de verdad.
- (Sonreí, solo un poco) Gracias por haberme defendido y cuidado así otra vez, en serio.
- Sabes que lo voy a hacer todas las veces que sea necesario, aunque una vez no me haya salido. (Dijo triste, mirando hacia abajo)
- (Lo tomé del mentón, haciendo que me mire) No es tú culpa Pepe. (Lo besé) Gracias, de verdad. Me hubiese llevado otra vez si vos no estabas.
- Pero estaba, y estás acá conmigo… (Sonreí) Extrañaba tú sonrisa… (Sonreí aún más y él rosó mi nariz con la suya, chocando nuestras frentes, mientras acomodaba mi pelo detrás de mí oreja) Y a vos… (Me besó)
- Perdón si fui muy tarada… Pero al menos lo de ayer me sirvió para darme cuenta de que lo estaba siendo, y pedirte perdón.
- Ya pasó hermosa, en serio… (Nos besamos)
- Gracias.
- Sh… (Acarició lentamente, con su nariz desde mi sien hasta llegar a mis labios y besarme) Ahora me parece que falta lo otro... (Yo tan solo cerré mis ojos, y dejé que él haga conmigo lo que quisiera)
Volvió a besar mis labios, y así, con besos, bajó hasta mi cuello, yo lo abracé por su nuca e intentaba disfrutar, solo disfrutar, no tener ningún recuerdo… Pero ¡No podía!
- Pepe, para… Por favor. (Dije sin abrir mis ojos, con vergüenza) No puedo, te juro que no puedo… Se me vienen mil cosas horribles a la mente, y no puedo. (Dije quebrándome) Perdón, pero no puedo. (Y salí corriendo, antes de mirarlo a los ojos, no podría soportarlo)
Caí en mi cama, llorando. Abrazando mi almohada, dándole la espalda a la puerta, hecha un bollito. Llena de bronca, de odio.
Él me siguió y se quedó parado en el marco de la puerta…
- Pau…
- ¿Qué?
- No te vayas así.
- Me da mucha vergüenza, no puedo ni mirarte a la cara.
- (Caminó hasta mí y se acostó a mi lado, abrazándome por la espalda) No tengas vergüenza… Es entendible lo que te pasa.
- Es una mierda lo que me pasa. ¡Quiero ser una mina normal! Y no puedo… (Dije llorando cada vez más) Ni aunque lo intente, o me lo proponga.
- Tranquila… (Besó mi nuca) En serio… Date tiempo.
- ¿Más? Ya perdí demasiado.
- El que sea necesario… Dale, no llores más. (Dijo acariciando mi brazo)
- Me siento muy patética. (Dije riendo)
- Todos lo somos un poco… Pero sos más hermosa. (Sonreí y él besó mi mejilla) Basta de llorar, dale.
- No me sueltes, por favor.
- Nunca.
- Te quiero mucho, gracias. En serio.
- Yo también te quiero, mucho, mucho.
-
Pau se quedó dormida y yo me quedé con ella, tan solo abrazándola. Amaba hacerlo, y amaba verla dormir… Ver como poco a poco los músculos de su cara se relajaban y dejaban de llorar.
Amaba que durmiera sobre mi pecho y rodearla con mis brazos. Amaba sentirla respirar tan tranquila y pesadamente a la vez. Amaba tenerla así, conmigo, y protegerla.
De golpe su respiración cambió, se había despertado…
- Hola hermosa.
- Mmm… Hola. (Dijo súper dormida, sin abrir sus ojos) ¿Qué hora es?
- Las ocho…
- ¿Puedo seguir durmiendo? (Preguntó riendo, y yo también reí)
- Podemos comer algo e irnos a dormir más cómodos en mi cama, y no acepto un no como respuesta… Te extraño.
- (Sonrío) Me gusta tu plan.
- ¿Me explicas cómo es que sigue la causa? Porque te juro que no entiendo nada.
- La policía intenta rastrearlo, tiene prohibida la salida del país… Y vos deberías declarar todo lo que pasó ayer, y la vez de la plaza… (Ella quiso hablar pero la interrumpí) Aunque te duela, tenes que hacerlo, si no lo haces por vos hacelo por tú hijo, merece justicia. ¿No?
- ¿Vos podes quedarte conmigo mientras declaro?
- Soy tú abogado, asique sí.
- (Suspiró) Igual va a ser muy difícil.
- Pero tenes que hacerlo.
- Lo voy a hacer. (Yo sonreí y acaricié su mejilla)
Qué ternura este cap!!!!
ResponderEliminar