miércoles, 6 de noviembre de 2013

Capítulo 130

Algunas semanas después…

No podía controlar la angustia, ni las lágrimas. Fue como si de un segundo al otro mi mundo se derrumbará. ¡Otra vez! (Y vaya a saber uno cuantas veces esto ya había pasado)

Era como si alguien sacará el ladrillo que sostenía toda la pared, y se derrumbará absolutamente todo.

Pedro había llevado a Lola a la escuela, y ella se había ido a lo de una amiguita hasta la noche, la excusa perfecta para pasarme el día llorando en la cama.

Había estado leyendo en el ipad millones de historias de mujeres que habían sido mamás en situaciones complicadas… ¿Y por qué no arriesgarme?

Si yo dejaba de tomar las pastillas, nadie se enteraría, y más de una vez el médico me había dicho que todo sería peligroso para mí, porque yo era la que estaba mal, técnicamente la herida no estaba en el lugar en donde se alojaba el bebé, y lo que yo podía sufrir era una hemorragia interna, que me podría llegar a matar…

Pero yo necesitaba darle un hijo a Pedro, cueste lo que cueste.

Agarré un papel y una lapicera, y escribí una carta… Si algún día algo me pasará, Pedro la encontraría.

Varias horas después, decidí levantarme y bañarme, ya que en un rato llegarían…

En la cena hablaron demasiado, pero, para ser sincera, no había podido prestarle atención a nada.

- Mami…
- ¿Qué?
- ¿Te acostas conmigo?
- Sí… (Dije y me acosté a su lado, ella se acomodó más cerca de mí)
- Abrazame mamá. (Yo la abracé y besé su cabeza, ante su pedido me di cuenta que no tenía que aislarme, quizás dentro de poco no estaría más con ella, e iba a disfrutarla)
- Te amo muchísimo hija… (Suspiré) Jamás te lo olvides, por favor.
- Yo también te amo mami.

- Amor… ¿Qué te pasa?
- Nada Pepe.
- Te conozco, no me mientas.
- Es solo que estoy muy cansada.
- Tenes los ojos muy hinchados, lloraste y demasiado.
- (Suspiré) Es sueño…
- Paula, te estoy hablando en serio.
- (Corrí mi vista de la suya) Es solo que hoy hablé demasiado con Zai, y sí, lloré… Pero ya pasó.
- ¿Estás segura?
- Sí.
- ¿Y entonces por qué no me miras a la cara?
- Perdón. (Dije volviendo a mirarlo)
- Estás rara Paula, a mí no me podes mentir.
- ¿Podes dejar de interrogarme y darme un beso?
- No, porque me estás mintiendo.
- Basta, es lo mismo de siempre. (Suspiré y me senté en la cama) En serio.
- Mmm…
- Creeme.
- (Me besó y yo cerré mis ojos) ¿Segura?
- Sí amor. (Lo besé)
- Bueno, está bien… (Hizo una pausa) ¿Vamos un rato al balcón? Estoy antojado de mates nocturnos.
- Mmm… Dale.

Preparé el mate y ya estábamos en el balcón.

El termo se había terminado, él estaba sentado contra la pared y yo sobre sus piernas, reposada sobre él.

- Amo estar con vos así. (Susurró en mi oído y yo cerré mis ojos) Te amo a vos… (Besó mi cuello)
- Te amo mi amor. (Susurré)

Estar así con él me hacía bien, al menos un poco… Lo amaba, con la vida y cada segundo que pasaba me hacía estar más segura de que quería regalarle otro hijo, aunque yo no pudiera disfrutarlo.

Me estaba quedando dormida sobre su pecho…

- Amor. ¿Vamos a dormir?
- Bueno… Pero ayudame a levantarme.
- (Rio) Tenes los ojitos muy chinitos, dos segundos más y te dormías.
- Creo que sí. (Reímos)

Estábamos en la cama, él me abrazaba contra su pecho y jugaba con mi pelo. Paz.

- Te juro que es impagable todo lo que me mimas.
- (Rio) Sos tan linda…
- Vos sos lindo mi amor.
- (Me abrazó más fuerte) No sé qué haría sin mimarte cada noche. (Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero pude controlarlas)
- Y yo sin tus mimos. (Besó sentidamente mi frente)
- Te amo mi amor… Mucho. ¿Sabes? Y aunque no me lo digas, sé que algo te pasa, y quiero que estés mejor.
- Gracias… Te amo con la vida Pepe, jamás lo dudes.
- Jamás lo dudaría.
- Tampoco lo olvides.
- Hey. ¿Qué pasa?
- Nada, que te amo.

-

Odiaba no poder terminar de llegar a ella, no poder entenderla.

Dormía sobre mi pecho y yo jugaba con su pelo, sí, aunque estuviese dormida… Y notaba algo extraño en su cara, una expresión extraña… Que no lograba descifrar.

- Ay amor, amor, amor… ¿Por qué te enroscas tanto? (Susurré y besé su cabeza)

Me desperté, al día siguiente, y ella seguía durmiendo sobre mí, creo que no se había movido ni un centímetro.

Era sábado, eran las siete, y hoy debía estar en una audiencia a las once, asique no iba a levantarme.

Cerré mis ojos, apoyando mi mentón en su cabeza y suspiré. ¿Cómo hacer para llegar a ella? ¿A lo más profundo de su alma? Sentía que por primera vez no lo lograba, desde aquella vez que habíamos hablado con Lola, algo había dentro de ella, algo a lo que no lograba llegar.

- Buen día. (Dije cuando ella abrió sus ojos) Es temprano, podes seguir durmiendo…
- Buen día. (Dijo bostezando) ¿Qué hora es?
- Las ocho y media.
- ¿Y qué haces despierto?
- En un rato me tengo que levantar, y no me puedo volver a dormir…
- Mmm… ¿Y te enojas si yo duermo un rato más?
- No amor…
- (Se acurrucó aún más en mí) ¿A qué hora te vas?
- Tipo diez, y vuelvo a la tarde.
- Ah… Que tengas un buen día entonces. (Dijo cerrando los ojos y yo reí)

4 comentarios:

  1. noo ojala que no le pase nada y que un milagro haga que todo salga bien

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  2. X favor, la dulzura de Pedro está en extinción. Ojalá quede embarazada y no le pase nada. Esta historia es de una ternura incomparable!!!!

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  3. ayyy nooo,que no le pase nada a pau,ojala no tenga un final triste la nove!!!
    seguí subiendo que esta buenísima la nove!!!

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  4. Por favor Camila por lo que más quieras que no a Pau no le pase nada porque tengo el presentimiento de que algo va a pasar y como te conozco puede que sea verdad y no quiero!!!!!!

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