jueves, 28 de noviembre de 2013

Capítulo 153

- Mami…
- ¿Qué mi amor?
- No quiero que te vuelvas a enfermar.
- (Sonreí) Yo estoy bien mi amor.
- No, papá me dijo que estás débil…
- Pero estoy bien.
- Pero te tuviste que levantar de la cama por mí… (Dijo culpable, bajando su mirada)
- (La tomé por su mentón) Por vos haría cualquier cosa hija, cualquier cosa. (La abracé contra mi pecho) Y creeme que estoy bien.
- No mami, no… Y yo tampoco. Asique nos quedamos las dos en la cama.
- Mmm… Me encanta ese plan. (Acaricié su brazo y besé su cabeza)

Jamás iba a entender cómo siendo tan chiquita podía tener actitudes de una nena mucho más grande.

¿Cómo dimensionar lo que la amo? ¡Es imposible!

- Ahí viene papá…
- Seguro sea él. ¿Tenes hambre?
- Y ganas de estar entre medio de los dos.
- (Sonreí) ¿Pensaste que peli queres ver?
- Tierra de osos… Que sepa el mundo que en marcha estoy…
- (Sonreí) Siempre hermosa, y a pesar de todo.

A los pocos minutos, Pepe llegó a la habitación, con una bandeja, en donde se encontraba la merienda.

- Papi… ¿Buscas Tierra de Osos?
- ¿No se piensan levantar, no?
- No, ni locas. (Dije y reímos)

Pusimos la película, bah, Pepe la puso y la dejamos en pausa, para poder merendar, cuando terminamos, si le pusimos play.
Semi acostados en la cama, con Loli en medio nuestro, los tres tapados, mirando la película.

Sentí el dedo índice de Pepe acariciar mi mejilla y sonreí, mirándolo.

- ¿Qué? (Pregunté modulando mis labios, él negó con su cabeza y yo besé su mano)
- ¿Estás bien? (Preguntó también modulando sus labios, yo asentí con mi cabeza y él sonrío)

La película había terminado, y por lo visto, ninguno de los tres se levantaría de la cama.

Yo bostecé y me acomodé de costado, cerrando mis ojos.

- ¿Se enojan si duermo un rato? (Pregunté)
- Dormí amor, lo necesitas.
- Gracias…

-

Al día siguiente, fuimos a hablar con la directora de la escuela, sinceramente me había controlado y demasiado, no podía soportar el hecho de saber lo mal que mi hija la había pasado, y aunque me sentía muy culpable por no haberlo notado, también ella tenía una gran parte de la responsabilidad.

Quitamos a Lola de la escuela y nos dirigimos a una escuela que nos habían recomendado, simplemente a averiguar.

Cuando llegamos a casa, Loli dormía y la despedimos a Zai porque debía irse rápidamente.

-

Cuando llegué, después de darme una ducha bien caliente, me fui a acostar, con la excusa de que me dolía la cabeza.

Estaba muerta de frío, asique me metí en la cama, y me enrosqué, hecha un rollito, dándole la espalda a la puerta.

- Amor… Nos vamos con Loli. ¿Queres venir?
- No, vayan ustedes.
- Mmm… (Se acercó a mí y corrió el pelo de mi cara, agachándose frente a mí) ¿Tan mal te sentís?
- Me duele mucho la cabeza, me siento revuelta… (Dije, mintiendo)
- ¿Estás segura?
- Sí Pepe, no me recuperé todavía…
- Algo no me deja creerte.
- Amor, en serio… Anda con Lola, le va hacer bien salir un poco.
- Echándome haces que te crea menos eh.
- Pepe, solo me siento mal, quiero dormir un poco… Es solo eso.
- ¿Estás segura?
- Ya te dije que sí.
- ¿Cuándo vuelva no vas a estar llorando?
- Anda Pedro.
- No me lo negas.
- (Suspiré) Loli te está esperando.
- Pau… No seas terca, dale.
- Me siento mal en serio, no tengo ganas de salir.
- Nos quedamos con vos.
- No Pepe, quiero que Loli esté bien, y salir le va a hacer bien. Vayan, en serio.
- Pero vos no llores.
- Mmm… Lo intento.
- No quiero dejarte así.
- Sabes que entre Loli y yo elijo a Loli, anda con ella. Por favor.
- Yo ahora voy, pero cuando vuelva vos y yo vamos a hablar.
- Te amo… (Posé mi mano en su nuca y despeiné su pelo)
- Yo también te amo mi amor. (Nos besamos) Y no estés mal. ¿Sí?
- Lo intento, creeme.
- ¿Estás segura de que queres que nos vayamos?
- Sí amor… En serio.
- Cualquier cosa me llamas. ¿Sí?
- Sí, gracias.
- (Me besó) Intenta dormir, así no lloras solita. (Reí)

En cuánto escuché que cerró la puerta mis lágrimas desbordaron de mis ojos, no podía más. No podía más.

¿Tan difícil era sentir un poco de paz en mi vida? ¿Tan difícil?

Miraba para atrás y mi vida era una mierda, todo era una mierda. ¡Todo! Desde ese maldito día en el que mis viejos habían sido asesinados frente a mis ojos, y yo que era una nena… Indefensa, ante el mundo. Y ante él.

Desde ese entonces, haciendo la excepción de Pedro y Lola, todo había sido una mierda.

Creía que formando mi propia familia toda la mierda que sentía se iba a terminar, pero no, no era así.

Dejar de llorar era imposible, realmente lo era. Me odiaba, y odiaba que mi familia sufra por mi culpa, odiaba que Pepe viviera tan pendiente de mi angustia, odiaba que Lola sufra todo lo que me pasa, y que encima sufra por culpa de sus compañeros. Odiaba todo, todo.

Me odiaba a mí, me daba asco, mi vida me daba asco. Todo lo que me habían hecho… Me daba asco lo que había pensado días atrás, no soportaba tanta culpa adentro.

Necesitaba dormir, dormir y despertarme mucho tiempo después. Con toda la angustia desaparecida, sanada.

¿Era eso posible?

2 comentarios: