viernes, 29 de noviembre de 2013

Capítulo 154

Detestaba creer que estaba bien, y darme cuenta de que no, porque, para ser sincera, nunca aparentaba nada, si estaba bien, estaba bien, y si estaba mal, estaba mal. No puedo actuar mis estados de ánimo, y menos delante de Pedro que me conoce como nadie.

Sonó mi celular, decir que era un mensaje…

'Amor… ¿Cómo andas?’

‘Bien Pepe, un poco mejor.’

‘¿Segura?’

‘Sí amor…’

‘Porque Loli quiere ir a conocer la escuela’

‘Vayan amor…’

Suspiré, dejé el celular a un lado e intenté dormirme, pero no lo lograba, revolví mi cajón, el de la mesita de luz y encontré lo que buscaba, esas malditas pastillas para dormir.
Me tomé un par, me acomodé, tapándome hasta la nariz, y después de un ratito, me quedé dormida.

-

Cuando llegamos a casa, le preparé el almuerzo a Lola y fui al cuarto, a buscar a Pau…

La noté durmiendo y me tranquilicé, tranquilidad que se esfumó al ver el frasco de pastillas a su lado, sentí vértigo, pero antes de pensar cualquier cosa me acerqué a ella, noté que respiraba normalmente y me tranquilicé, acaricié su mejilla.

- Pepe…
- Perdón mi amor, seguí durmiendo.
- ¿Qué te pasa?
- ¿Por qué?
- Estás a punto de llorar, y como agitado, nervioso.
- Nada amor…
- No te creo.
- No quieras hacer que no te pregunte como estás.
- (Suspiró y se sentó, noté que bajó su vista y volvió a suspirar) ¡Sos un tarado! (Y salió corriendo de la habitación)
- Amor, para. ¡Para! (Dije siguiéndola)

La alcancé, y la pare, abrazándola por la espalda.

- Para mi amor, por favor. Para.
- Dejame en paz. ¡Soltame!
- No pienses cualquiera.
- Sabes perfectamente que no pienso cualquiera. (Se soltó de mí, y se dio vuelta para mirarme, sus ojos tan a punto de explotar me mataron) ¿Pensas que me quise matar otra vez, no? (Dijo quebrando en llanto) ¿Tan mierda me crees? Sé que soy una mierda, pero ya entendí que mi hija necesita a su mamá. (Secó sus lágrimas y se quiso ir, pero yo la agarré del brazo) ¡Deja de retenerme!
- Pero… Entendeme un poco Pau, no sé, me cegué, tuve miedo…
- Solamente tomé dos, porque necesitaba dormir en paz. ¡Nada más!
- Perdón mi amor, perdón.
- No Pedro, dejame.
- ¡Pau!
- No quiero hablarte mal, no quiero discutir… Dejame.
- No mi amor, no.
- ¡Pedro!

Y en ese momento vino Loli…

- ¡Mami!
- ¡Ahora no Lola! (Respondió de mala manera y Lola salió corriendo) ¡Ay, Dios! ¡Soy una pelotuda! (Dijo con bronca y golpeó con bronca la pared, con su puño)
- (La abracé por la espalda y besé su hombro) Anda a buscarla.
- ¿Para qué?
- Lola no está bien como para que le hables así.
- Gracias por hacerme sentir más culpable.
- No era para eso, anda a buscarla, dale.

-

Suspiré, sequé mis lágrimas y me dirigí a su cuarto, abrí despacio la puerta y me asomé.

- ¿Puedo pasar mi amor?
- ¡No!
- Por favor hija… ¿Podemos hablar? (Ella se acurrucó aún más, dándome la espalda, yo entré y cerré la puerta. Me senté detrás de ella y corrí el pelo de su cara) Perdón mi amor, perdón… No quería responderte así, de verdad… Perdoname.
- Vos no me queres más mamá.
- (Tragué mis lágrimas y suspiré) ¿Cómo no te voy a querer Loli?
- No viniste hoy con nosotros, y no queres hablar conmigo.
- (Suspiré y giré su cuerpo, haciendo que me mire) Princesa, te amo con la vida… ¿Sabes? (Acaricié su mejilla) Sos lo más lindo que tengo en esta vida, lo más importante… Y si no fui con ustedes es porque me dolía mucho la cabeza y necesitaba dormir, así se me pasaba. (Hice una pausa) Y recién te respondí así porque estaba hablando algo importante con papá, y de verdad que no quería responderte mal, perdóname mi amor… (Hice que se siente frente a mí, y choqué mi frente con la suya) Por favor, nunca pienses que mamá no te quiere… Porque te quiero más que nadie en este mundo. ¿Sabes? (Ella no dijo nada, solo me abrazó y yo también lo hice) Te amo princesa.
- Yo también te amo mami, perdón.
- Sh. No hay nada que tenga que perdonarte. ¿Vos me perdonas a mí? (Ella asintió con su cabeza y yo sonreí, haciendo fuerza para no llorar)
- No llores mami.
- (Reí) No lloro hermosa.
- Sí que lloras… (Se separó un poco de mí y secó torpemente sus lágrimas con sus manitos)
- Es que estoy un poquito triste, pero si me abrazas se me pasa princesa. (Ella volvió a abrazarme)
- Te amo mamá, sos la más linda y la mejor de todas.
- (La abracé más fuerte) Te amo hija, con todo, todo mi alma.

Después de un rato, de mirar la tele con ella, la dejé. Ni bien crucé la puerta de su habitación salí corriendo a la cocina, me senté en la silla, apoyé mis brazos en la mesa y escondí mi cara allí, llorando.

En menos de un segundo, Pedro estaba detrás de mí.

- Dejame, por favor.
- No amor. No… (Se sentó detrás de mí, ya que yo estaba sentada en la punta de la silla y me abrazó por la espalda) ¿Hablaste con Lola?
- Sí.
- ¿Ya está?
- Sí.
- ¿Me perdonas por lo de hoy? (Dijo abrazándome)
- Sí, porque te necesito.
- (Me abrazó más fuerte) ¿Queres que vayamos a otro lado y charlamos un ratito?
- No.
- ¿Nos quedamos acá? ¿Estás cómoda?
- No, pero no importa. (Besó mi nuca) No quiero hablar.
- ¿Por qué?
- Necesito llorar un poco, nada más.
- Mmm…
- En serio. (Dije molesta)

1 comentario: