En estos años nuestras vidas habían cambiado demasiado, a partir de la
muerte de mi hermano que mi vida había dado un giro de 180° en un segundo.
Loli ya tenía casi siete años, y hacia casi ocho años que mi vida (Y la de Pau)
había cambiado para siempre, desde el instante en el que supimos que ella
estaba creciendo en el vientre de Pau que una felicidad inmensa, a pesar de la
enorme angustia que atravesaba en aquel entonces, me había invadido el alma… Y
nunca se había ido.
Pero… No todo fue tan fácil, el embarazo fue muy complicado, Pau tuvo que hacer
reposo casi todo el tiempo porque había sufrido de varias perdidas, pero por
suerte, Loli nació perfecta y sana, pero, Pau no podría tener más hijos.
Todas esas complicaciones fueron a raíz de la pérdida de su embarazo anterior,
en realidad, de la herida que sus órganos habían sufrido.
Pero, a pesar de todo, hoy los tres estábamos juntos, bien, y felices.
Además, había conseguido otro trabajo, mucho mejor que el anterior, el cual, a
veces me obligaba a viajar…
-
Fui a buscar a Loli a la escuela, pero algo había ocurrido.
- ¿Y mi hija? (Pregunté preocupada)
- Se fue con su tío.
- ¿Su tío? No tiene ningún tío. (Respondí comenzando a alarmarme)
- Sí, su tío… Un tal Toro, creo.
- ¿Qué? (Pregunté mientras mis ojos se llenaron de lágrimas) ¿Por qué deja ir a
mi hija con cualquiera? ¡No tiene ni la menor idea de quién es ese tipo!
- Tranquilícese.
- No, no me tranquilizo nada. ¡Esa lacra es capaz de hacerle cualquier cosa a
mi hija! (Respondí a los gritos y me dejé caer en una silla, sin entender
demasiado lo que estaba ocurriendo, lo llamé a Pepe)
- Hola amor…
- Pedro… (Dije casi sin voz)
- ¿Qué pasa Pau? ¿Estás llorando?
- ¿Podes venir a la escuela? Es urgente.
- ¿Qué pasó?
- El Toro se la llevó a Loli.
- ¿Qué? (Preguntó helado)
- Eso me dice la maestra… Por favor, hace algo…
- Tranquila, te prometo que ya llamo al penal para ver que pasó, seguramente
tenga la tobillera, asique lo van a ubicar rápido, pero tranquilizate, porque
ponerte así no te sirve de nada.
- ¿Venís para acá?
- O para casa…
- Para acá, no puedo volver así a casa.
- Tranquila mi amor, cualquier cosa te aviso.
- Por favor.
Dejé caer mi cabeza sobre mis manos y le dije a la maestra.
- Le llega a pasar algo a mi hija y va a ser su culpa.
- ¿Quién es ese hombre?
- No le importa eso a usted, debería importarle no entregarle a mi hija a
alguien que no está autorizado a retirarla.
- Perdoneme.
- No puedo perdonarla, ese hombre me hizo demasiadas cosas horribles y saber
que ahora está con mi hija, saber que yo estoy acá sin poder hacer nada, me
parte al medio.
- Pero su marido no es abogado…
- Mi pareja, sí, es abogado… Pero eso no quiere decir que mueva un dedo y sepa
a donde está.
Y en ese momento Pedro entró al aula, yo corrí a abrazarlo y pregunté.
- ¿Qué pasó?
- Veni… (Me llevó afuera de la escuela y yo me apoyé contra la pared, estaba
temblando, no me podía mantener parada)
- Decime algo, por favor…
- No sé nada Pau.
- ¿Entendes con quién está Pedro?
- Sí Pau, pero estar así no te sirve de nada…
- No puedo estar de otro modo… De solo imaginarme lo que le puede hacer se me
parte el alma.
- No le va a hacer nada, te lo prometo. (Me abrazó y yo lloraba, cada vez más)
Cuando te des cuenta vamos a estar con ella otra vez.
- Eso espero Pepe.
- Vas a ver que sí mi amor, tranquila. Tenemos que estar fuertes ahora.
- No puedo Pedro, no puedo. La necesito acá, conmigo.
En ese momento sonó el celular de Pedro, él se separó de mí y atendió…
La charla se me hizo interminable, pero al fin cortó.
- ¿Y?
- No tienen tobillera…
- ¿Qué?
- Para, pero tienen un chip que supuestamente ellos no saben que lo tienen…
- ¿Y?
- (Me tomó por los brazos, intentando tranquilizarme) Y están tratando de
ubicarlo.
- ¿Y cuánto van a tardar?
- No sé amor… No sé. (Lo abracé, refugiándome en su pecho)
- Me muero si le hace algo.
- No pienses así…
- Vos sabes lo que es ella para nosotros, es más que nuestra hija y…
- Lo sé amor, lo sé… (Besó mi frente) Pero no pienses en negativo,
tranquilizate, por favor.
- Te juro que no puedo.
- Pau, por favor… Y capaz suene muy cruel, pero no ayudas estando así.
- Ya lo sé, pero no lo puedo controlar…
- (Hizo que me separé de él) Sí que podes… (Me besó) Tranquila… ¿Vamos a dónde
está este chico que está tratando de ubicarlo?
- Vamos, pero llévame con mi hija Pedro, por favor.
-
Íbamos camino a lo de este chico, que es compañero mío del laburo…
Hacía fuerza para no llorar, para no desarmarme… Ninguno de los dos dijo nada
en todo el camino, tan solo habíamos cruzado algunas miradas.
Estacioné, posé mi mano en la pierna de Pau y ella me miró.
- Tranquila, te prometo que todo va a estar bien.
- Vos no sabes de lo que él es capaz, te juro que no lo sabes.
- Y yo te juro que va a estar todo bien.
- Estoy muerta de miedo, y de culpa.
- El miedo ahora no sirve de nada, y la culpa es solo de él… (Tomé su mano)
Dale, tranquilizate, y vamos a hablar con Fede a ver en que nos puede ayudar.
- Bueno…
Bajamos del auto, y yo la abracé por la cintura para entrar al edificio.
- Prometeme que la vamos a encontrar.
- Te lo juro mi amor…
----------------
Puntos a aclarar, hay mucho invento mío en este capítulo, sin concentimiento real, como lo de que no pueda tener más hijos y lo del chip, perdón, es que deje volar mi imaginación, jaja
Me encanto Cami ♥
ResponderEliminarTu imaginación realmente es fantástica Cami. Espero todos los días poder leer esta historia. Realmente parece escrita x una escritora profesional. Tendrías que pensar en dedicarte a la escritura, sos bárbara.
ResponderEliminarSos Genial Camila como decirte lo que se siento cada vez que leo un capitulo tuyo. Este me encanto me estas haciendo sufrir pobre Loli que Toro no le hagas nada por favor!
ResponderEliminaroooo pobre ojala se pueda revertir lo de los hijos y que aparesca loli, es un bajon asi y que el toro se muera(se que es mucho pero como es ficcion lo puedo pedir no ?) jajaj besos
ResponderEliminar