sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 119

Ya había pasado más de un mes de aquel viaje…

Habíamos ido a buscar a Loli a la escuela, los dos juntos, pero desde que habíamos bajado del auto que Pedro no me miraba, ni me hablaba… (Creo que ni siquiera me registraba)

Tardé tan solo unos segundos en darme cuenta por qué no me registraba, y sinceramente se me estrujó el corazón.

A unos pocos metros de nosotros había una familia, la mamá llevaba en brazos a un bebé de muy pocos meses y su hermanita acababa de salir del jardín, y ahora interactuaba con su pequeño hermanito.

Estaba haciendo fuerza para no llorar cuando la sentí a Loli abrazándome por la cintura y sonreí, abrazándola también.

- Hola mi vida.
- Hola mami. (Sonrío y yo me agaché a saludarla, Pepe hizo lo mismo y volvimos los tres juntos a casa, caminando, Pedro llevaba la mochila de Loli y ella iba en medio nuestro, con una de sus manos unida a la mía y la otra a la de su papá)

Después de almorzar, Pedro se había ido…

- Mami. ¿Estás bien?
- Sí princesa.
- Pero estás llorando.
- (Sonreí) Pero estoy bien hermosa.
- No, la gente cuando está bien no llora. (Dijo sentándose sobre mis piernas, ya que yo estaba en el sillón, secó torpemente mis lágrimas con una de sus manitos, la cual yo tomé y besé) ¿Vamos a ver una peli a la cama? (Yo sonreí)
- ¿Queres que veamos una peli?
- Sí mami, como cuando yo estoy mal y vamos a la cama y vos me haces mimitos en el pelo, hoy te los hago yo. (Mordí mi labio a punto de morir de amor y la apretujé contra mí)
- Te juro que no te puedo amar más hija.

- ¿Me explicas que te pasa Paula?
- Nada Pedro, dejame.
- ¿Nada? Hace días que no te me acercas.
- Cosas mías.
- Nuestras.
- Mías, son mambos míos.
- ¿Qué mambos?
- (Suspiré y me dejé caer en la cama) Dejame sola, por favor.
- ¿Hice algo?
- Sí, pero no es tú culpa que esté así.
- No te entiendo Paula.
- Te dije que me dejes sola.
- No, necesito saber qué te pasa.
- ¿Vos te diste cuenta de cómo mirabas a esa familia el otro día en la puerta de la escuela, no?
- (Suspiró y se sentó frente a mí) ¿Por eso estás así?
- Sí. Te dije que eran mambos míos.
- Pau… Mirame, por favor. (Dijo levantado mi cara, tomándome por el mentón, y no pude escapar de su mirada) Vos y Lola son mi familia, la mejor que pudiera tener… Son más de lo que siempre desee, te juro que es así.
- Pero… (Dije dejando escapar una lágrima, la cual él secó suavemente con sus dedos)
- Pero nada. (Me besó en mis labios, sentidamente) Pero nada… (Volvió a besarme) No te enrosques con cualquiera, por favor.
- Vos porque no te viste la cara…
- Pau… ¿Vos confías en mí?
- Más que en nadie.
- ¿Y entonces? Creeme lo que te digo.
- (Suspiré, no muy convencida) Perdón, es que…
- Sí, ya sé mi amor, te juro que lo sé, pero tenemos que disfrutar de lo que tenemos, no anhelar lo que nos falta. (Yo me encogí de hombros y me refugié en su pecho, insinuando que me abracé, y eso es lo que hizo)

Simulaba una sonrisa, pero desde ese día me sentía… Rara, triste, angustiada, vacía.

Me había hecho tres evatests… Los cuales, claramente dieron negativos, y cada uno de esos negativos era un nuevo derrumbe en mi interior.

No pedía algo tan ilógico, tan solo poder ser mamá una vez más… Tan solo una vez más, primero por mí, porque soy capaz de dar mi vida por poder volver a sentir cosas tan hermosas otra vez, por poder tener otro bebé al que cuidar y amar desmesuradamente, segundo por Pepe, sabía, aunque lo niegue, se moría por ser papá otra vez y tercero, por Loli, más de una vez me había dicho que quería tener un hermanito… Pero no, no se puede. ¿Por qué? Porque a pesar de que esté muerto sigue haciéndome mierda.

Revolví en mi placard, hasta que encontré esa maldita carpeta, la abrí llena de bronca, llorando y cuando encontré ese maldito papel lo hice un bollo, con todo el dolor, la bronca y el odio del mundo.

Tiré todo así no más otra vez en el placard, agarré la bolsita que tenía a mi lado y me fui al baño.

¡Otra vez lo mismo!

Tiré ese maldito test en el tachito del baño, me puse el pijama y me metí en la cama, sin poder dejar de llorar, y sin intenciones de hacerlo.

¿Por qué? ¡¿Por qué?!

¿Por qué nunca podía ser completamente feliz?

La almohada estaba empapadísima y aunque no me haya visto en el espejo, sabía que mi cara estaba hinchadísima de tanto llorar.

Putee, en todos los colores posibles, cuando escuché el ruido de la puerta, no solo había vuelto Pepe, sino que también Lola y sus abuelos, porque estaban hace una semana en casa.

M tapé con todo, hasta la cabeza e intenté tranquilizarme, no quería ni ver ni hablar con nadie.

Sentí entrar a alguien al cuarto, y por el movimiento supe que era Pedro, intenté hasta no respirar, para que no notara que estaba despierta, ni que estaba llorando.

- Amor… ¿Dormís? (Escuché que dijo y yo, claramente no respondí. Lo sentí acercarse a mí y quería que la tierra me tragara, pero tan solo me destapó hasta antes de la ceja, para darme un par de besos, los cuales me tranquilizaron, aunque tan solo un poco, porque el hecho de hacer semejante esfuerzo para no llorar me ponía aún más nerviosa) Ufa, dormís en serio… Quería darte un par de besos… (Hizo una pausa y yo casi que me rio) Bueno, es posta. (Besó otra vez mi frente) Te amo mi amor.

Cuando sentí que se fue, respiré súper hondo y sequé mis lágrimas, creo que era la primera vez que hacerme la dormida me salía.

Escuché que Lola quiso entrar al cuarto, pero Pepe la frenó.

- Mamá está durmiendo.
- ¿A esta hora?
- Sí Loli, se quedó dormida.
- Ufa, la extraño. (Sonreí, en medio de las lágrimas) ¿Puedo pasar?
- La vas a despertar…
- Solo me acuesto con ella.
- No Loli, cuando se despierte.
- Pero…
- Sh. Pero nada. (Lola rio y yo suspiré, tranquilizándome otra vez)

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