Capítulo 106

- Es que… (Suspiré) No sé por qué me siento así otra vez, pero intenté cambiarlo y no puedo.
- ¿Cómo te sentís?
- Insegura, de mí misma, cómo tú mujer, y hasta como mamá.
- ¿Por qué? (Corrió un mechón de pelo de mi cara)
- Por lo que pasó, creo… Siento que no te alcanzo como mujer, y se siente horrible.
- ¿Vos estás loca?
- ¿Ves? Ya te lo tomaste mal.
- No amor, no.
- Sí Pepe…
- No Pau… (Me besó) Pero pensas cualquiera, sabes perfectamente que sos mi complemento perfecto.
- Pero vos queres tener otro hijo, y yo no te lo puedo dar. (Dije sin poder mirarlo, dejando caer varias lágrimas)
- Ah, ya entiendo por dónde viene la mano… (Hizo que lo mire, tomándome por el mentón) ¿No poder tener otro hijo te hace sentir menos mujer?
- Sí…
- Mmm… ¿Por vos o por mí?
- Por vos… Ya te dije, yo ya entendí que no puedo tener otro hijo, y aunque me encantaría, sé que no se puede.
- Hermosa… (Hizo una pausa) Yo me puse a leer simplemente para saber si había alguna posibilidad, porque aunque lo niegues, sé que a los dos nos gustaría poder ser papas otra vez. ¿O no? (Asentí con mi cabeza) Pero, primero que no encontré nada que valiera la pena, y segundo, te juro que entiendo tú postura, y además, jamás haría algo en lo que corra riesgo tú vida ¡Jamás! (Me besó) Yo te amo mi amor, con el alma, con todo lo que soy, sabes que jamás dejaría de amarte, porque sos la mujer que me complementa, no podría sin vos Pau, te juro que no podría… Vos y Loli son todo lo que necesito para mi vida, absolutamente todo. No necesito más mi amor.
- ¿Seguro?
- Sí mi amor… (Me besó) No llores más, y no pienses más así, porque te juro que es tal cual como te lo acabo de decir. (Suspiré y lo abracé) Te amo mi amor… Y te juro que no necesito más nada, soy feliz así. Con ustedes dos y todo lo lindo que nos pasa. (Dijo abrazándome y yo me quebré aún más) No llores mi amor, por favor…
- Perdón.
- No tengo qué perdonarte. (Besó mi mejilla e hizo que nos acostemos, sin soltarme, y así nos quedamos por un rato) ¿Un poquito mejor?
- Sí… Gracias.
- Nada que agradecerme… (Hizo que demos media vuelta y quedemos acostados, enfrentados) ¿Me prometes que no vas a pensar más esas cosas, o que me lo vas  a venir  a contar y no vas  a dejar pasar el tiempo? (Secó mis lágrimas) Odio verte llorar…
- Te lo prometo, lo segundo… (Reímos)
- Sos tremenda eh.
- (Suspiré) Hay cosas que nunca puedo dejar de sentir, todo lo que me pasó me marcó mucho y esa sensación de no ser tan mujer como las demás está casi siempre, y no poder volver a ser mamá la hace más fuerte…
- Sos la mujer más hermosa y más fuerte de todas mi amor, lo sabes, y muy bien.
- Creo…
- Lo sabes. (Sonreí) Y otra cosa, esto sí que creo que no debería ni decirlo, pero por las dudas… Sos un mil como mamá.
- (Suspiré) Pero que se la haya llevado no me lo voy a poder perdonar, nunca.
- Amor, eso fue culpa de la escuela, no nuestra… Y ya está en otra, asique no va a volver a pasar. No pienses en eso, Lola te ama, así, como sos.
- Y yo la amo a ella.
- ¿Y entonces?
- No sé. (Dije riendo y él también rio)
- Anda al baño a lavarte la cara, que yo te espero en la cocina.
- ¿En la cocina?
- Hay helado. ¿Queres?
- Sos el mejor. ¿Sabías?
- ¿Por qué compré helado?
- Entre otras cosas… (Él sonrío y yo lo besé) Te amo mi amor.
- Te amo hermosa. (Nos dimos un último beso y yo me fui al baño)

-

La esperé con el pote de helado y dos cucharas… (No iba a servirlo)

- ¿No podemos comerlo en la cama Pepe?
- (Reí) Vaguita.
- Y con frío.
- Entonces no comemos helado.
- (Me sacó el pote de helado) Me lo como yo sola. (Reímos) Dale. ¿Vamos?
- Vamos…

El helado se había terminado, y yo estaba mirando la ciudad por la ventana, ya que Pau había ido a la cocina a dejar las cosas… Cuando llegó, me abrazó por la espalda.

- ¿Vamos a dormir?
- Mmm… No tengo mucho sueño.
- ¿Por?
- Por nada.
- Así como vos me conoces mucho  a mí, yo te conozco mucho a vos…
- No me pasa nada Pau.
- Siempre que venís de noche acá es porque estás triste… (Besó mi hombro) Y seguramente sea porque lo extrañas a Nico.
- Muchísimo…
- Buscalo en alguna estrella, seguramente él esté ahí.

Yo no dije nada tan solo continué mirando el cielo, mientras ella me abrazaba.

Al día siguiente, Pau se había ido a entregar unas fotos, y yo la fui a buscar a Lola a su cuarto.

- Hija… ¿Podes venir un rato con papá?
- Sí papi. ¿Qué pasa?
- Veni, tengo que contarte un secreto.
- ¿Un secreto? (Preguntó acercándose a mí)
- Sí… (La tomé de su mano y la llevé a mi cuarto, me senté en la cama y la senté a ella sobre mi falda) Primero me tenes que prometer que no se lo vas a contar a mamá. ¿Me lo prometes?
- ¿Por qué?
- Porque es una sorpresa para ella, y no lo puede saber…
- Está bien, te lo prometo.
- (Corrí el pelo de su oreja para poder hablarle ‘en secreto’) ¿Me ayudas a organizar el casamiento de mamá y papá?
- ¿Se van a casar?
- Sí, pero tiene que ser sorpresa para mamá eh, no le podes decir nada, nada.
- No le voy a decir nada papá. Decime en que te tengo que ayudar…
- Ahora tenemos que ir a comprarle un vestido lindo a mamá, otro lindo para vos y algo lindo para mí… Así tenemos ropa para ese día. ¿Me ayudas a elegir?
- ¡Sí! ¿Pero qué le vamos a decir a mamá?
- Que fuimos a jugar a la plaza.
- Bueno, está bien…
- Calzate que nos vamos.

Recorrimos todo el centro con Lola, hasta que por fin nos decidimos.

Tenía turno en el registro civil para mañana. ¡Sí, para mañana! Asique me encargué de llamar a Zai y a Gastón (su marido, y mi amigo) para que sean los testigos…

Era de noche, Lola ya dormía y Pau y yo estábamos en el cuarto… Cerré la puerta con llave sin que se diera cuenta y la abracé por la cintura… Era nuestra última noche como novios, y aunque ella no lo supiera, quería una especie de ‘despedida’ por llamarlo de algún modo.

- ¿Qué haces Alfonso?
- Mmm… Quiero pasar la noche con la mujer más linda de todas. ¿Por?
- Porque Lola duerme, a cinco pasos de nosotros.
- Estamos encerrados, y Loli duerme demasiado profundo… (Dije besándola y haciendo que caigamos en la cama)
- ¿Vos decís?
- Por favor… (Dije haciendo pucherito y ella rio)
- Te amo Pedro.
- Te amo mi amor…