Capítulo 100

Ellos estaban mirando una computadora, y yo frente a ellos, mirando el monitor de espaldas, llorando…

- ¿Y? (Pregunté con miedo, por primera vez después de un largo rato, o al menos para mí, había sido una eternidad)
- Estamos cerca amor, tranquila.
- No puedo estar tranquila Pepe… (Suspiré y sequé mis lágrimas, él tomó mi mano y unos minutos después, la compu comenzó a hacer ‘pi, pi, pi’)
- Ahí está… (Dijo Pedro, levantándose)
- ¡Para! ¿A dónde vas? (Preguntó Fede)
- A buscar a mi hija, vos llama a la policía y mandala para allá. (Dijo comenzando a salir)
- Yo voy con vos… (Respondí siguiéndolo)
- No Paula, vos te quedas.
- Yo voy, y no lo vamos a discutir.
- Pau, en serio…
- Pedro, es mi hija también, y quiero ir.
- (Suspiró) Bueno, está bien…

Ambos salimos corriendo, nos subimos al auto y nos pusimos el cinturón, Pedro arrancó lo más fuerte que pudo y en tiempo récord ya estábamos en el lugar que aquel chip indicaba.

- ¿Y ahora qué hacemos? (Pregunté desabrochándome el cinturón)
- No sé, vos seguime…

Bajamos del auto y comenzamos a caminar, con cuidado, hacia el enorme galpón que estaba frente a nosotros…

- Esa es Loli, y está llorando… (Dije sin poder contener las lágrimas)

Sin avisarme Pedro tiró una puerta abajo y al instante teníamos al Toro apuntándonos…

- Paulita, a vos te quería ver…
- Qué irónico, porque vos sos a la última persona que quiero ver en este mundo…

No podía quitar mi vista de Loli, y Pedro corrió a ella, para desatarla. Me tranquilicé al saber que ya estaba en sus brazos.

- Tranquila mi amor, ya estás con papá. ¿Sí?

Me quise acercar a abrazarla, pero el Toro no me dejo.

- ¡Dejame ir con mi hija! (Le dije desafiándolo, pero él me arrebató, tomándome por mis muñecas, por detrás de mi cuerpo) ¡Soltame lacra! ¡Soltame!
- No te suelto nada Paulita. ¡No te das una idea de lo que te extraño!
- ¿Qué es lo que extrañas? ¿Hacerme mierda? ¿Cagarme la vida? ¿Eso extrañas?
- Entre otras cosas, vos sabes que de que hablo…


Pedro se quiso acercar a mí, pero yo lo grité…

- Quedate con Lola.
- Pero…
- Quedate con Lola, ya no tiene el valor para hacerme algo.
- ¿Tan segura estás?
- Te la agarraste con una nena porque ya no te da para venir a matarme a mí. ¿No? ¿Qué pasa?
- ¿Qué pasa con qué? (Me gritó y me estampó contra una pared) Te callas Paula. ¡Te callas!
- ¡No me callo un carajo! ¿Sabes por qué? ¡Porque me cagaste la vida!
- Vos me la cagaste a mí pendeja.
- ¿Yo a vos? ¿Yo a vos? ¡Vos mataste a mis viejos! ¡Vos me robaste a mi hijo! ¡Vos! ¡Vos me encerraste durante años y me maltrataste! (Logré zafarme y lo enfrenté) ¡Vos lacra, vos! ¡Te odio! ¡Te desprecio! ¡Te tengo asco! ¿Y sabes qué? ¡No me vas a poder hacer más nada! Porque está llegando la policía, y te juro que no vas a ver la luz del día nunca más.

La policía entró al galpón, sorprendiéndolo y lo llevaron contra la pared.

Lola corrió a mí, y yo la alcé, abrazándola más fuerte que nunca.

- ¿Estás bien mi amor? (Pregunté llorando)
- Sí. ¿Vos mami?
- Sí hermosa. No te preocupes. (Y en ese momento Pedro se unió al abrazo)
- Tranquilas, las dos… No lloren más, ya estamos los tres juntos otra vez.

Y en ese momento sentí un disparo al aire, Pedro se tiró encima de nosotras, haciendo que caigamos detrás de unos tanques de chapa que había en el lugar.

- ¿Qué fue eso?
- Nada Loli, nada… Tranquila.
- Pero fue muy fuerte.
- Pero no va a pasar nada, no te muevas.

El tiroteo duró un largo rato, y yo de lo nerviosa que estaba no me podía ni mover… Pero hubo un tiro distinto, el último antes de un silencio eterno.

- Pueden levantarse… (Nos dijo un policía, Pedro se levantó y nos ayudó a nosotras, para que también lo hagan) Vayan a su casa, tranquilícense, tranquilicen a la nena… Nosotros nos encargamos de él, y después nos vamos  a comunicar con ustedes.
- Está bien oficial, gracias.
- ¿Qué pasó con él? (Pregunté con miedo)
- Dese vuelta… (Me di vuelta y lo vi tirado, sangrando)
- Ya vendrá la ambulancia.

Loli no me había soltado ni un segundo, y yo estaba en mi cama, semi sentada, con ella sobre mí…

- ¿Segura que no te hizo nada mi amor?
- Solo me quiso sacar la remera, pero justo llegaron ustedes…
- (Suspiré y dejé caer una lágrima, abrazándola más fuerte) ¿Nada más?
- No mami…
- Entonces no llores más hermosa, ya estás acá con nosotros.
- Vos tampoco llores entonces.
- (Reí) Es que me asusté mucho.
- Yo también ma.
- (Besé su cabeza) ¿Y qué puedo hacer para que se te vaya el susto?
- Abrazarme así.
- (Sonreí) Te amo muchísimo hija.
- Yo también te amo mami… (Hizo una pausa) ¿Por qué le gritaste así a ese hombre?
- No importa eso ahora.
- Sí que importa ma.
- No Loli, son cosas de grandes, el día que puedas entenderlas yo te prometo que te las voy a contar…
- (Se sentó sobre mis piernas, mirándome, pero dejando de abrazarme) Yo ya soy grande mamá.
- (Reí y sequé sus lágrimas) Más grande tenes que ser.
- Contame… ¿Por qué le dijiste que te había robado a tú hijo o algo así? ¿Yo tengo un hermanito?
- (Suspiré) Son cosas muy complicadas hija…
- Pero quiero saber.
- (Hice una pausa) Lo único que tenes que saber es que ese hombre es muy malo, y que me hizo cosas muy feas.
- ¿Qué cosas?
- Mató a tus abuelos… (Dije sin poder sostenerle la mirada) Y hace muchos, muchos años, yo estaba embarazada, y el bebé era muy chiquitito, y él lo mató también, antes de que nazca…
- ¿En serio ma?
- Sí hija… (Volví a mirarla) Pero ya está, son cosas que ya pasaron. (Noté que ella no sabía que decir) ¿Me das un abrazo? (Ella asintió con su cabeza y me abrazó, yo también la abracé y besé su cabeza)
- Mami…
- ¿Qué?
- ¿Vos sos feliz?

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Capítulo cien, posta que nunca pensé que con esta iba a llegar hasta acá... gracias a todos por el aguante! :)